Joseph Radetzky Radetz

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Josef Radetzky


Johann Joseph Wenzel Graf Radetzky von Radetz (checo: Jan Josef Václav hrabě Radecký z Radče) (2 de noviembre de 1766 — 5 de enero de 1858) era un noble y soldado checo, inmortalizado por la composición de Johann Strauss, la marcha de Radetzky.



Nacío en Trebnice, Bohemia, de una familia noble, de origen húngaro. Huérfano a temprana edad, educado por su abuelo, y después de la muerte del viejo conde, en la Academia Theresa en Viena. La Academia se disolvió durante su primer año de residencia, y se enroló como cadete en el ejército austríaco en 1785. Al siguiente llegó a ser oficial, y en 1787 teniente primero en un regimiento de coraceros. Sirvió como jinete bajo las órdenes del Conde Lacy en la Guerra turco, y en los Países Bajos durante la Guerra Revolucionaria.



En 1795 luchó en el Rin. Al año siguiente sirvió bajos las órdenes de Beaulieu contra Napoleón en Italia, pero tuvo aversión al indeciso sistema cordón de estrategia de guerra que el conde Lacy había instituido y otros generales austríacos habían imitado. Su valor personal era visible; en Fleurus dirigió un partido de la caballería por las líneas francesas a descubrir el destino de Charleroi, y en Valeggio en el Mincio, con unos pocos húsares, él rescató a Beaulieu del enemigo. Promovido a mayor, él tomó parte en la campaña de Wurmser Mantua, que terminó en la caída de Mantua. Como teniente coronel y coronel demostró valor y la habilidad en las batallas de Trebbia y Novi (1799). En la Batalla de Marengo, como coronel en el comando de Melas, fue alcanzado por cinco balas, después que intentar en la tarde previa producir las modificaciones en el plan sugerido por el científico Zach. En 1801 Radetzky recibe la orden de caballería Maria Teresa.



En marzo de 1805 en Ulm, recibe las noticias de su ascenso a general mayor general y su designación a Italia bajo el Archiduque Carlos, y así tomó la parte en la campaña exitosa de Caldiero. La paz otra vez le proporcionó un ocio corto, que utilizó a estudiar y enseñar el arte de la guerra. En 1809, ahora teniente marsical de campo, luchó en la batalla de Wagram, y en 1810 recibió la Comandancia de la orden de Maria Teresa y el coronelato de los quintos húsares de Radetzky. De 1809 a 1812, como jefe del estado mayor, fue activo en la reorganización del ejército y su sistema táctico, pero, incapaz de llevar a cabo las reformas deseada al tener la oposición de la Tesorería, renunció el puesto. En 1813 era jefe de personal de Schwarzenberg, y tuvo considerable influencia en aconsejar a los soberanos y generales aliados. El general Langenau, del Gran Ejército, lo encontró un ayudante imprescindible, y tuvo una acción considerable en la planificación de la campaña de Leipzig y con un táctica ganó que gran elogios en la Brienne y Arcis sur Aube. Entró a París con los monarcas aliados en marzo de 1814, y volvió con ellos al Congreso de Viena, donde él parece haber actuado como intermediario entre Klemens von Metternich y el Zar Alejandro I de Rusia, cuando el dos no estaban en términos de conversación.



Durante los años de paz posteriores que desapareció de la escena pública. Reasumió sus funciones como jefe del personal, pero sus fervorosas ideas para reformar al ejército fracasan en presencia de la fatiga general por guerra y el deseo de dejar que funcione sólo. A sus empeños de reforma le agregan númerosos enemigos, y en 1829, después de haber sido durante veinte años teniente marsical de campo, se propuso colocarlo en la lista de retiro. El emperador, no dispuesto a ir tna lejos, lo ascendió a general de la caballería y lo guardo haciéndolo gobernador de una fortaleza. Pero muy poco después los arreglos de la Restauración en Europa fue sacudidos por nuevos trastornos, y Radetzky se traído de vuelta al campo de la guerra. Tomó la parte bajo Frimont en la campaña contra los insurgentes de los Estados Papales y sucedió a dicho general en comando del ejército austríaco en Italia en 1834.



En 1836 llegó a mariscal de campo. Tenía entonces setenta años, pero demostró todavía la actividad de la juventud en la instrucción y disciplina del ejército que comandaba. Pero aquí también él estaba demasiado avanzado a su tiempo, y el gobierno no sólo desatendió sus sugerencias y advertencias sino que denegó también el dinero que habría permitido poner en pie el ejército tomar el terreno en cualquier momento. Así los acontecimientos de 1848 en Italia, dieron al viejo mariscal de campo un lugar en la historia de entre los gran comandantes, lo encontró, en el principio, no sólo desprevenido sino también gravemente disminuido en la lucha contra el ejército de Alberto Charlos y los rebeldes. Volviendo al Cuadrilátero y desde allí, combatiendo a un adversario después de otro, fue capaz de ganar tiempo hasta la llegada de refuerzos, y así llegar al triunfo final de Novara el 23 de marzo de 1849. Su buen sentido de la disciplinado del deber al oficial superior que había llegado a ser más intenso en los años largos de la paz, y después que mantener a su ejército leal en el medio de la confusión de 1848, no trato de jugar la parte de Wallenstein ni el papel de Wellington en ser el consejero familiar de la nación. Mientras como patriota soñó un poco con una Alemania unida, él permaneció al final como un simple comandante de uno de los ejércitos del emperador. El murió en arreos, aunque con una pobre salud.



En la historia militar la fama de Radetzky descansa en sus logros, pero en la historia del ejército austríaco él es el franco y amable Vater Radetzky ("padre Radetzky") que los soldados idolatraron. En el año que sigue a su muerte otra gran guerra italiana estalla, y su amado ejército se desintegra y es derrotado en cada batalla.

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