Miguel Ángel
Miguel Angel
Escritores, Artistas y Filósofos. Miguel Ángel. Parte I.
El escultor, pintor, arquitecto y poeta italiano Michelangelo Buonarroti (Caprese, cerca de Arezzo, 1475-Roma 1564), conocido simplemente como Michelangelo o Miguel Ángel en español nació el 6 de marzo de 1475 en el pueblo de Caprese, en el alto Tíber, cerca de Arezzo. Pese a no ser florentino de nacimiento, durante toda su vida mantuvo lazos con el arte y la cultura de dicha ciudad, y en esencia, fue y se consideró un florentino hasta la médula.El famoso artista Miguel Ángel Buonarroti pertenecía a una familia acomodada. Era hijo de Ludovico de Leonardo de Buonarrota Simoni (1444-1534) y de Francesca de Neri de Miniato del Sera (¿?–1481). El padre, Ludovico había sido nombrado poco antes del nacimiento de Miguel Ángel y por un año podestá en nombre de la república florentina, en los pueblos de Chiusi y de Caprese, entonces en el aretino. Por eso Miguel Ángel nació en el pueblo de Caprese y no en Florencia, de donde era originaria su familia.Ya cuando se produjo su nacimiento, el horóscopo de Miguel Ángel Buonarroti, encargado por su padre, auguró una vida de fama y fortuna para su primogénito. Como desvelaba su horóscopo, Miguel Ángel recibiría los aspectos benéficos de Mercurio y Venus en la casa de Júpiter. Lo que ocurrió es que al contrario de lo que pensaba su padre, Miguel Ángel no destacaría en el mundo de la política florentina, sino en el mundo del arte, donde su fuerte personalidad llegó a definir los cánones del “genio” artístico.
A las pocas semanas del nacimiento de Miguel Ángel, su familia se traslada a Florencia. Parece ser que su madre, Francesca de Neri de Miniato del Sera, debido a su debilidad, confió el cuidado y alimentación de su pequeño hijo a una nodriza. Cuentan que esta mujer era hija y esposa de canteros, hecho que según el mismo Miguel Ángel fue premonitorio de lo que posteriormente fue su formación y su vocación como escultor.
Parece ser que el primer recuerdo que tenía el artista Miguel Ángel Buonarroti de su infancia en Florencia era el cadáver de Jacobo Pazzi. Quien capturado el 28 de abril de 1478 en Casentino, fue ahorcado ese mismo día bajo la barandilla del palacio de la Señoría de Florencia, condenado por el intento de asesinato de Julián y Lorenzo de Médici, familia rival de los Pazzi. Según el mismo Miguel Ángel, que tenía tan solo tres años, se encontraba con su padre entre la multitud asistente al ajusticiamiento.
Según algunas investigaciones, en el año 1197 apareció en la historia de Florencia el primer Buonarrota. Aparece como uno de los protagonistas de una guerra civil que se produjo entre el clero y el pueblo, y que incluso provocó el levantamiento de barricadas alrededor de la iglesia de Santa Maria Novella, para impedir la llegada de un nuevo Rector, considerado indigno del cargo. Aunque la familia de los Buonarroti pertenecía a la pequeña nobleza florentina, la hipótesis aparecida después de Miguel Ángel, de que su familia descendía de los condes de Canossa se ha demostrado como errónea.La historia de la ciudad de Florencia recoge como en el año 1343 muere Fray Benedicto de Buonarrota, dominico de la iglesia de Santa Maria Novella. Según cuentan no fue nunca un hombre de letras pero aparece definido como homus mechanicus porque, según parece, disfrutaba con los trabajos mecánicos, algo inusual en un fraile.
El escultor, pintor, arquitecto y poeta italiano Miguel Ángel Buonarroti ha pasado a la historia como uno de los mayores creadores. Es junto con Leonardo da Vinci, la figura más destacada del renacimiento italiano. Curiosamente su influencia en el arte no es sólo posterior a su época, sino que hasta sus contemporáneos se vieron influidos por su arte, llegando en muchos casos a sentir envidia y odio por el artista. Según recogen crónicas de la época el mismísimo Leonardo sintió envidia del joven Miguel Ángel.En 1481, cuando Miguel Ángel Buonarroti tenía tan solo seis años, fallece su madre, Francesca de Neri. Parece ser que este hecho marcó profundamente a Miguel Ángel e influyó de forma significativa en sus obras; sobre todo en aquellas en las que representaba a la Virgen con el Niño, incluso en la famosa Piedad. Muchos han querido ver que la falta del amor maternal durante su infancia influyó en el hecho de que las Vírgenes de sus obras no miren directamente al Niño, sino hacía la lejanía.
En 1482, con tan solo siete años, Miguel Ángel es enviado a la escuela de gramática de Francesco de Urbino, llamado el Griego porque era experto en esa lengua. Según parece Miguel Ángel no fue nunca un alumno muy aplicado lo que le hizo recibir muchos golpes tanto del maestro, como del padre cuando se enteraba. Al parecer Miguel Ángel prefería hacer novillos de sus clases de gramática para dibujar y estudiar diseño.
Fue haciendo novillos de sus clases de gramática como el joven Miguel Ángel Buonarroti conoció y trabó amistad con un joven de doce años, Francesco Granacci (1469-1543), que era alumno del famoso pintor florentino Domenico Ghirlandaio (Florencia 1449-Florencia 1494). Cuentan que tan interesado estaba Miguel Ángel en aprender dibujo que Granacci animándole a pintar, le llevaba a hurtadillas, los dibujos de su maestro para que Miguel Ángel los copiara.
Pese a la inicial oposición de su padre, Ludovico Buonarroti, quien deseaba que su hijo estudiara una carrera administrativa o comercial, consideradas más rentables que la pintura; y que no veía con buenos ojos que su hijo Miguel Ángel se escapara de clase para dibujar en lugar de estudiar, finalmente hubo de ceder, al descubrir el talento innato de su hijo. Así el 1 de abril de 1488 y vista la pasión de Miguel Ángel por el dibujo, el padre decide firmar un contrato de aprendizaje, y lo hizo nada menos que con el famoso pintor florentino Domenico Ghirlandaio.Según cuentan las distinta biografías de Miguel Ángel Buonarroti, el talento que debía tener, con tan solo trece años, debía ser muy grande y apreciable, ya que el pintor florentino Domenico Ghirlandaio, contrariamente a sus costumbres, lo aceptó sin pensarlo como aprendiz nada más ver algunos de sus bocetos. Además se estipula en su contrato que Miguel Ángel recibiría un suelo durante su periodo de aprendizaje. El hecho de estipular un sueldo para un simple aprendiz no era muy común, ya que lo normal era que el aprendiz pagara con su trabajo el privilegio de estudiar con un maestro.
El contrato de aprendizaje de Miguel Ángel, en el taller de Domenico Ghirlandaio, aparece referido en sus libros así: "1488. Este día, primero de abril, yo Ludovico de Leonardo de Buonarrota confío a Miguel Ángel, mi hijo, con Domenico y David de Bigordi por los siguientes tres años con este pacto y términos: qué el dicho Miguel Ángel tiene que estar el tiempo dicho con los antes nombrados aprendiendo a pintar y haciendo dicho ejercicio, y los nombrados le mandarán, y Domenico y David le tienen que dar en estos tres años veinticuatro florines, el primer año seis florines, el segundo año ocho florines, el tercero diez florines: todo sumado noventa y seis liras".
Según recogen las crónicas de la época, cuando Miguel Ángel (Caprese, cerca de Arezzo, 1475-Roma 1564) se convirtió en un artista famoso y muy solicitado, aquellos que sentían envidia de su talento hicieron correr el rumor, según el cual, Miguel Ángel había conseguido entrar como aprendiz en el taller de Ghirlandaio gracias a la influencia del mismísimo Lorenzo el Magnifico, para quien trabajaba el padre de Miguel Ángel, Ludovico Buonarroti. Lo cierto es que si Lorenzo el Magnifico recomendó al joven Miguel Ángel sería porque supo ver su talento, cosa que ya supo apreciar rápidamente el mismísimo Ghirlandaio.
Pese a que Miguel Ángel aprendió en el taller del pintor florentino Domenico Ghirlandaio, parece ser que fueron otros dos artistas del renacimiento, Masaccio y Donatello, los que le inspiraron y despertaron en él la afición por el estudio del arte clásico y en especial por la escultura. En el taller de Ghirlandaio aprendió eso sí, las técnicas del fresco y desarrolló además su extraordinaria e innata habilidad como dibujante.
Durante su aprendizaje en el taller de Domenico Ghirlandaio sucedió una anécdota curiosa. Ocurrió que otro alumno de Ghirlandaio, Francesco Granacci le enseñó a Miguel Ángel un dibujo de algunas mujeres vestidas, realizado por el maestro. Miguel Ángel tomó entonces una pluma más gruesa y repasó el dibujo de una de las mujeres para mostrarle a Granacci como habría debido ser; y es significativo observar como el jovencito Miguel Ángel tuvo no sólo la habilidad para hacerlo, sino también la valentía de corregir el dibujo de su maestro. Vasari recibió este dibujo de manos de Granacci y se la mostró en Roma en 1550 a Miguel Ángel, que se conmovió al volverlo a ver y, modestamente, dijo que sabía más de dibujo de joven, que de viejo.Miguel Ángel demostró muy pronto su habilidad en el dibujo, tanto que no defraudó la confianza de su maestro Domenico Ghirlandaio, al que pronto superó. Miguel Ángel pronto se hizo famoso en Florencia, sobre todo tras realizar una pintura en la que copiaba un grabado en cobre del famoso pintor y grabador alemán Martin Schongauer (Colmar, 1445-Brisach, 1491), muy apreciado en toda Europa.
De Miguel Ángel cuentan que, desde muy joven hacía cosas extrañas; extrañas para los profanos en arte, ya que todo lo que hacía iba encaminado a mejorar su formación como pintor. Por ejemplo dicen que compraba a los pescadores los peces más raros, no aptos para el consumo, solo para poder reproducir los colores de las escamas iridiscentes cuando pintaba diablos y otras figuras fantásticas.
Parece ser que una de las aficiones de juventud del artista florentino Miguel Ángel Buonarroti era copiar dibujos de otros artistas, sobre todo de aquellos más antiguos. Pero, además se dedicaba a envejecer dichas copias utilizando humo y otras técnicas, para hacerlos parecer auténticas antigüedades. Quizá el estudio de los maestros de la antigüedad le había dado la capacidad de imitarlos tan bien, que era imposible distinguir el original de la copia.En 1490 Domenico Ghirlandaio, ayudado por su hermano David, por Sebastián Mainardi, por Francisco Granacci y por un jovencísimo Miguel Ángel, termina la decoración de la capilla central de la iglesia de Santa María Novella. La obra cuyos gastos ascendieron a unos mil florines, corrió a cargo de Giovanni Tornabuoni, que aparece retratado junto a su mujer. Parece ser que un día que Ghirlandaio tenía que ausentarse, un quinceañero Miguel Ángel aprovechó para pintar sin permiso un puente, algunos puestos, enseres y personas trabajando. Cuando regresó el maestro y vio la pintura, en lugar de regañar a su aprendiz exclamó: “Este joven sabe más que yo”.
Según algunos expertos en arte, el pintor Domenico Ghirlandaio, podría haber retratado a su joven aprendiz Miguel Ángel Buonarroti en una pilastra de la capilla central de la iglesia de Santa María Novella de Florencia. Así, Miguel Ángel estaría retratado en el personaje de San Juan que aparece con una caña en la mano y que deja la ciudad para retirarse al desierto. La cara es redonda, las orejas puntiagudas y la expresión seria; lo que no es muy normal en los dibujos de adolescentes de Ghirlandaio.Ya al final de su periodo de aprendizaje, en el taller del pintor florentino Domenico Ghirlandaio, cuentan que, Miguel Ángel comenzó a sentirse atraído por la escultura. Parece ser que comenzó a acudir al jardín de los Médici, cerca de San Marcos para estudiar arte antiguo. Dicho jardín, había sido comprado en 1480 por Lorenzo el Magnífico para colocar su colección de mármoles antiguos, y las piezas que recibía de todo el mundo. Allí además fundo una escuela de escultura bajo la dirección de Bertoldo di Giovanni (Florencia, c. 1420-Poggio Cajano, 1491), antiguo alumno de Donatello.Cuentan que en 1490 el mismísimo Lorenzo el Magnifico, gran amante del arte, y sobre todo de la escultura, se lamentaba por el hecho de que los jóvenes artistas tenían más pasión por la pintura que por la escultura, y no estaban dispuestos a dedicarse a esculpir. Por eso parece ser que pidió al maestro Ghirlandaio que le recomendase dos jóvenes aprendices, para que se trasladasen a la escuela de escultura instalada en el jardín de los Médici. Parece ser que Ghirlandaio recomendó a Miguel Ángel y Francisco Granacci porque veía que sus inclinaciones se orientaban hacia la escultura.
Así, en 1490, Miguel Ángel dejó el taller de pintura de Ghirlandaio para ingresar en la escuela de escultura de Bertoldo di Giovanni, bajo el mecenazgo de Lorenzo de Médici. Según cuentan la estancia en el taller de Ghirlandaio había sido más corta de lo estipulado en el contrato de aprendizaje, ya que el fuerte carácter que tenía Miguel Ángel, pese a su juventud, hizo surgir ciertas discrepancias con su maestro que además ya no tenía nada más que enseñarle.
Recogen sus biografías que, cuando Miguel Ángel y Francesco Granacci llegaron por primera vez al jardín de los Médici encontraron a Pietro Torrigiani (Florencia, 1472-Sevilla, 1528) también alumno, que bajo la guía de Bertoldo estaba haciendo algunas figuras de barro. Parece ser que Miguel Ángel, para imitarlo, se puso rápidamente a modelar otra figura, lo que atrajo la atención de Lorenzo el Magnifico, que casualmente paseaba por allí. Desde ese momento Miguel Ángel se convirtió en uno de los protegidos de Lorenzo.
El primer trabajo en mármol de Miguel Ángel fue el rostro de un viejo fauno, copiado de un modelo antiguo arruinado por el tiempo. Miguel Ángel modificó la boca, que hizo abierta, mostrando la lengua y los dientes. Cuentan que cuando Lorenzo el Magnifico la vio, para burlarse de él, lo reprendió haciéndole la observación de que lo viejos no pueden tener todos los dientes. Miguel Ángel algo contrariado, y mientras Lorenzo continuaba su visita por el jardín, rompió rápidamente un diente y perforó la encía, esperando tal vez que Lorenzo pasara de nuevo. Cosa que ocurrió, y Lorenzo quedó gratamente sorprendido por la rapidez y la simplicidad de animó del joven.
Tan sorprendido quedó Lorenzo el Magnifico con la destreza y forma de ser de Miguel Ángel que llegó incluso a pedirle a su padre poder afiliarlo, acogiéndolo en el palacio de la familia Médici de la Vía Larga, como uno más de sus hijos. Gracias a esto el joven Miguel Ángel tuvo la suerte de relacionarse con los miembros más jóvenes de la familia, entre ellos Juan y Julián de Médici, futuros Papas León X y Clemente VII, respectivamente.
Según recogen las crónicas a Ludovico Buonarrti, padre del famoso artista Miguel Ángel, quien en práctica había vendido a su hijo, le fue asignado un empleo en Dogana. Así, hasta la muerte de Lorenzo el Magnifico en 1492, Miguel Ángel vivió hospedado en el palacio Médici de la Vía Larga como un miembro más de la familia; incluso, se sentaba a la mesa con Lorenzo. Además, recibía, como otros protegidos cinco ducados al mes y una capa morada, color de la familia Médici.
Como miembro adoptivo de la familia Médici, Miguel Ángel era Invitado a las reuniones y tertulias que Lorenzo el Magnífico organizaba en la villa de Careggi con los miembros de la Academia Platónica. Allí, Miguel Ángel entro en contacto con el platonismo y con las mentes más brillantes de la época, como los humanistas Marsilio Ficino, Giovanni Pico della Mirandola y el poeta Angelo Poliziano, preceptor de los hijos de Lorenzo el Magnifico. Según sus biografías en el palacio Médici Miguel Ángel vivió los años más felices de su vida ya que tratado como un Médici, vivía rodeado de lujo, cultura, y dedicaba todo su tiempo a su pasión, la escultura.
Los primeros trabajos escultóricos de Miguel Ángel los realiza en los años en los que está bajo la protección de Lorenzo el Magnifico. Por entonces, Miguel Ángel que contaba con apenas dieciséis años de edad, realizó al menos dos obras en relieve: el Combate de lapitas y centauros, y la Virgen de la escalera. Demostró con ambas obras plásticas que a tan corta edad ya había alcanzado su personal estilo; estilo que le caracterizaría a él y a sus obras durante toda su vida.Al parecer fue por indicación del poeta y humanista Poliziano (Montepulciano, 1454-Florencia, 1494) que Miguel Ángel eligió, como tema de una de sus primeras obras escultóricas el tema mitológico del Combate de lapitas y centauros. Esta obra está expuesta, en la Casa Buonarroti de Florencia, desde los tiempos de su sobrino Leonardo. Para otra de sus primeras obras, la Virgen de la escalera, imitó al a Donatello, uno de los artistas que, según el mismo más le inspiraron. Esta obra, la Virgen de la escalera fue regalada tras su muerte, por su sobrino Leonardo al duque de Florencia Cosme I de Médici.
Según la biografía que de Miguel Ángel hizo Vasari fue un día, al salir del jardín mediceo, cuando Pietro Torrigiani, muerto de envidia por la protección de Lorenzo el Magnifico, o más probablemente exasperado por las criticas de Miguel Ángel, le fracturó la nariz de un puñetazo, haciéndole caer como muerto y desfigurándolo para siempre. Este ataque supuso ni más ni menos que el destierro de Torrigiani de Florencia. Según la biografía de Bellini el episodio sucedió en la Capilla Brancacci, en la iglesia del Carmen, donde los jóvenes artistas acudían a copiar los frescos de Masaccio.
En el año 1491 el dominico Girolamo Savonarola (Ferrara, 1452-Florencia, 1498) es elegido prior del convento de San Marcos de Florencia. Quizás debido a la gran popularidad que como predicador estaba adquiriendo en Florencia, Miguel Ángel, atraído por sus revolucionarias ideas comenzó a asistir a sus predicaciones. Ya que, Miguel Ángel, aunque mantenía una estrecha relación con la familia Médici era un ferviente partidario de la república.El ocho de abril de 1492 muere Lorenzo el Magnifico, algo más que un mecenas para Miguel Ángel. La paz en Florencia, y según muchos también en el mundo termina. Deja tres hijos varones: Piero, Giovanni, futuro Papa con el nombre de León X, y Giuliano. Y tres hijas: Lucrecia, Magdalena y Contessina. Piero hereda del padre una ciudad instigada por el predicador Girolamo Savonarola. Tan solo dos años después Miguel Ángel se ve obligado a abandonar Florencia por cuestiones políticas.
Tras la muerte de Lorenzo el Magnifico, en julio de 1492, Miguel Ángel compra, con su propio dinero y sin mediar encargo, un bloque de mármol para esculpir un Hércules, quizás en honor de su mecenas Lorenzo el Magnifico, al que tanto apreciaba. Por desgracia esta obra parece ser que se perdió en Francia en el siglo XVIII.
Tras la muerte de su protector, Lorenzo de Médici, a Miguel Ángel no le queda más remedio que abandonar el palacio Médici de Vía Larga. Gracias a sus amistades es hospedado por el prior del convento de Santo Spirito. Lo curioso es que este prior permitió a Miguel Ángel diseccionar los cadáveres para estudiar anatomía. Años después, por agradecimiento, esculpe para dicho prior un crucifijo en madera policromada sin paño de pureza. El mismo que ahora se encuentra en Casa Bunarroti.Según cuentan las crónicas de Florencia, el único encargo que recibió Miguel Ángel de Piero de Médici, hijo de su mecenas Lorenzo el Magnifico se produjo en enero de 1493. Se trató ni más ni menos que de esculpir una estatua de nieve en el patio del palacio Médici de Vía Larga. No nos extraña que Piero no gastara mucho en arte, ya que en 1494, tan solo dos años después de la muerte de su padre, se encuentra completamente arruinado, debido a la quiebra de las compañías de los Médici que habían sido banqueros de éxito desde el siglo XIII.
En 1494, Miguel Ángel, al cual Piero di Médici no había encargado ninguna obra, y al que tan solo le había pedido su valoración sobre algunas obras antiguas, no le queda más remedio para subsistir que vender la estatua de Hércules, la misma que había tallado en honor de Lorenzo el Magnifico. El comprador es ni más ni menos que Alfonso de Filippo Strozzi, perteneciente a otra de las familias de banqueros y comerciantes florentinos, tradicionalmente enfrentados con los Médici.
En octubre de 1494 Miguel Ángel, que tiene tan solo diecinueve años, se ve obligado por cuestiones políticas a abandonar Florencia. Seguramente acompañado por su amigo Granacci y por Cardiere, músico de laúd de Lorenzo el Magnifico. En primer lugar huyen a Venecia donde un frío recibimiento les decide a ir a Bolonia en busca de refugio. En Bolonia, nada más llegar fue detenido por la guardia y multado con cincuenta bolognini, por no haber solicitado el permiso de entrada. Pero Miguel Ángel y sus amigos no tienen dinero. Por suerte es rescatado por Giovan Francesco Aldovrandi, que casualmente pasaba por allí; y que además lo hospeda en su casa durante el año que pasa en Bolonia.
Cuentan que durante la estancia de Miguel Ángel en Bolonia, se alojó en la casa de Giovan Francesco Aldovrandi. Éste, lo hospedaba de buen grado, no solo por amistad y admiración; y por los bellos diseños que Miguel Ángel el hacía. Sino también por el acento toscano con el que Miguel Ángel le leía a Dante, Petrarca, Boccaccio y otros poetas toscanos por los que Aldovrandi sentía verdadera pasión.Durante el año que Miguel Ángel estuvo en la ciudad de Bolonia tuvo la oportunidad de estudiar los relieves realizados por Jacopo della Quercia en la iglesia de San Petronio, que ampliaron su visión del cuerpo humano y del desnudo. También durante su estancia en Bolonia su protector en la ciudad, Aldovrandi, le pide a Miguel Ángel si es capaz de esculpir las estatuas que faltaban para completar el Arca de Santo Domingo, esculpida hacia tiempo por Giovanni Pisano y en la que también trabajaba Niccolo dell'Arca. Miguel Ángel esculpe tres estatuas: el Ángel candelabro, de rodillas, San Petronio obispo, con las Torres inclinadas de Bolonia en sus brazos, y el San Próculo. Gana con ello treinta ducados.
En octubre de 1495, Miguel Ángel, después de un año, se da cuenta que en Bolonia con Aldovrandi estaba perdiendo el tiempo y decide volver a Florencia. Allí, como simpatizante del gobierno popular dirigido por Girolamo Savonarola nadie le prohíbe acudir casi todas las noches al depósito de cadáveres de Florencia para practicando disecciones, estudiar el cuerpo humano. Así, en obras como la Centauromaquia, logra dominar el movimiento y la anatomía humana como no lo había logrado ni Donatello. También se sabe que esculpió en mármol un San Juan adolescente para Pierfrancesco de Médici.En 1496 Miguel Ángel esculpe en mármol un Cupido dormido, del cual se cuenta una historia muy interesante. Parece ser que el Cupido dormido fue mostrado por el comerciante Baldassari del Milanese a Pierfrancesco de Médici que, juzgándolo le dice: “si tu lo entierras por un tiempo, estoy seguro que pasaría por antiguo. Y enviándolo a Roma arreglado de manera que pareciese viejo, seguro que sacarías más que vendiéndolo aquí”. Se cuenta que, Miguel Ángel aconsejado por Baldassari lo envejeció, y no hay de que maravillarse, porque en el pasado había demostrado saber hacerlo. Se dice también que Baldassari lo llevó a Roma y lo enterró en una viña de su propiedad, para después vendérselo como una antigüedad al cardenal Riario por doscientos ducados.
Otra versión de la historia del Cupido dormido cuenta que fue vendido por un encargado de Baldassari del Milanese, quien escribió a Pierfrancesco de Médici para que le diera a Miguel Ángel tan solo treinta escudos, ya que no había conseguido más. De esta forma engañó tanto a Pierfranceso como a Miguel Ángel. Se cuenta además que el cardenal Riario, conociendo la verdad, devolvió el cupido que, puesto finalmente en manos del duque Valentino, fue por el donado a la marquesa de Mantova, ciudad donde en la actualidad se encuentra.
Parece ser que la historia del Cupido dormido benefició la reputación de Miguel Ángel como escultor, por lo que fue llamado a Roma en 1496. En Roma estuvo cerca de un año bajo la protección del cardenal Riario, el cual, no apreciando el arte, no le dio casi ningún encargo. Eso si, cuentan que para su barbero, gran amante de la pintura, pero que no poseía ninguna habilidad en el diseño Miguel Ángel pintó un cartón de san Francisco que recibió grandes elogios. El barbero posteriormente lo pasó a una tablilla, que se encuentra ahora en la primera capilla de la izquierda de la iglesia de san Pedro in Montorio.
En su primera estancia en Roma Miguel Ángel recibe de Jacopo Galli, banquero y coleccionista romano, un encargo. Miguel Ángel esculpe así su hermoso Baco con un sátiro, inspirado en el Apolo del Belvedere. Se trata de su primera escultura a gran escala, además de una de las pocas obras de tema pagano, en vez de cristiano, realizada por el artista. Con diez palmos de altura en este desnudo se aprecia ya la gran habilidad de Miguel Ángel en el modelado de los miembros. Esta obra, adquirida posteriormente por Francisco de Médici, se encuentra actualmente en el Museo del Bargello.Durante su primera estancia en Roma Miguel Ángel tuvo la posibilidad de estudiar de primera mano las ruinas y estatuas de la antigüedad clásica que por entonces se estaban descubriendo en Roma. Además se ejercitó y mejoró mucho en el estudio del arte, superando dicen, en belleza y perfección todo lo antiguo que había en la ciudad. Curiosamente, el diez de agosto de 1497, Miguel Ángel responde a los insistentes requerimientos de su padre, enviándole dinero y diciéndole que continuará ayudándolo, aunque se tuviera que convertir en esclavo para ello. Vemos así como Miguel Ángel siempre se sintió responsable de su familia.
El 26 de agosto de 1498 se realiza un contrato, con la garantía del banquero Jacopo Galli, entre Miguel Ángel y el cardenal francés Jean Bilhéres de Lagraulas, seudo-embajador de Francia. Dicho contrato estipula que Miguel Ángel debe esculpir una Piedad en mármol. Dicha Piedad había de ser colocada, como ofrenda en la basílica de San Pedro. A cambio, Miguel Ángel recibió la cantidad de 450 ducados.La Piedad de Miguel Ángel, fue tallada entre 1498 y 1499, cuando el artista tenía tan solo veintitrés años. Fue una obra muy admirada ya en su época, y se convirtió en un ejemplo de la iconografía del arte renacentista religioso. Ha sido calificada como uno de los mayores logros del artista, que supo resumir en esta obra las innovaciones escultóricas logradas por Donatello, introduciendo a la vez un nuevo criterio, la monumentalidad, característica de su estilo.Pese a que la escultura de la Piedad de Miguel Ángel fue muy admirada ya en su época por la perfección y la armonía del conjunto, algunos críticos del artista observaron que la Virgen era demasiado joven con respecto a la edad que aparentaba Jesús. Miguel Ángel respondió que había echado mano del recurso neoplatónico de representar a la Virgen María con la belleza juvenil en lugar de en su madurez, sin diferencia con la edad del Cristo.
Desgraciadamente, el 6 de agosto de 1499, murió el cardenal francés Jean Bilhéres de Lagraulas, quien había comisionado a Miguel Ángel para tallar la Piedad. No pudo ver así como la obra terminada fue instalada en la capilla de santa Petronila, su primera ubicación. La Piedad fue trasladada en 1749 a su ubicación actual en la basílica de San Pedro, la primera capilla a la derecha.
Cuentan que un día Miguel Ángel entró en San Pedro, y se quedó observando feliz como un grupo de visitantes lombardos admiraba la escultura de la Piedad. Pero entonces, escucho como uno de ellos decía que había sido tallada por el Jorobado de Milán. Así, un Miguel Ángel bastante molesto, entró una noche en San Pedro y talló su nombre con letras capitales sobre la banda que cruza el pecho de la Virgen: Angelus Bonarotus Florentinus Faciebat. Es una de sus pocas obras que llevan su firma.
Según distintas biografías, en 1500, durante su estancia en Roma, Miguel Ángel Buonarroti asistió a las lecciones del astrónomo polaco Nicolás Copérnico (Torun, 1473-Frauenburg, 1543). En dichas lecciones participaba también Alejandro Farnese, futuro Papa con el nombre de Pablo III, para quien Miguel Ángel pintaría el Juicio Final de la capilla Sixtina. Curiosamente ese año el hermano de Miguel Ángel, Buonarroto, va a Roma a buscarlo para pedirle dinero, hecho que curiosamente será una constante en la vida de Miguel Ángel.En 1501, Miguel Ángel recibió a través de dos mercaderes flamencos el encargo de tallar en mármol una Virgen con el Niño. Esta obra, iba a ser legada a la iglesia de Santa María de Brujas por la familia de mercaderes flamencos Mouscron. Enviada a Brujas en 1504 en esta obra Miguel Ángel talló a la Virgen con el Niño sobre las rodillas, pero no le mira a él, sino que meditabunda, mira hacia el infinito. Esta escultura fue requisada a principios del siglo XIX por Napoleón Bonaparte, quien la envió a Francia; sin embargo, tras su caída fue restituida a la iglesia de Santa María en Brujas.
En mayo de 1501 Miguel Ángel regresó a Florencia. Desgraciadamente se vio envuelto en una pelea sangrienta con Filippino Lippi, y obligado a refugiarse en la iglesia del Santo Espíritu, donde comienza de nuevo a seccionar cadáveres. Por desgracia, y por error, disecciona el cadáver de Neri Corsini. La poderosa familia Corsini gravemente ofendida reclama que Miguel Ángel sea llevado ante la justicia. Solo gracias a la intervención de Pier Soderini, obtiene Miguel Ángel el perdón de la familia Corsini, y su total absolución.Poco después de su regreso a Florencia en mayo de 1501, Miguel Ángel recibe un nuevo encargo. El comitente es Francesco Todeschini Piccolomini (Siena, 1439-Roma, 1503) cardenal de Siena y sobrino del Papa Pío II. Miguel Ángel ha de tallar quince estatuas destinadas al altar Piccolomini de la catedral de Siena. Miguel Ángel debía de tener mucho trabajo en estos años, porque sólo tres años después de recibir el encargo, en 1504 envió las estatuas; eso si, sólo cuatro de las quince encargadas: San Pedro, San Pablo, San Gregorio y San Pío.
En agosto del año 1464 la Comisión de la Catedral de Florencia había encargado una estatua gigantesca a Agostino de Duccio, el cual comenzó a trabajar un enorme bloque de mármol de nueve brazos. Agostino comenzó a esculpir el mármol haciendo un agujero entre lo que iban a ser las piernas de su gigante, pero lo hizo tan mal que el mármol quedó estropeado y los trabajadores de Santa Maria de Fiori, considerando que era irrecuperable, lo abandonaron en la obra. Treinta y seis años después los florentinos pensaron en aprovecharlo, y en un primer momento en entregárselo a Leonardo da Vinci; que quizá con su genio consiguiera esculpir algo en un bloque tan grande. Pero Leonardo se negó, dedicado como estaba a la pintura.
Según contaron las malas lenguas en Florencia, cuando la Comisión de la Catedral de Santa Maria de Fiore, encargó en 1464 al escultor y arquitecto florentino Agostino di Duccio (Florencia, 1418-Perugia, 1481) una estatua gigantesca, éste en lugar de ponerse a trabajar, lo que hizo fue ordenar a su ayudante Bartolomeo de Piero, llamado Baccellino, comenzar a trabajar. Y fue este quien en realidad, perforando mal el mármol, lo estropeó.
En 1501 la Señoría de Florencia encarga a Miguel Ángel una escultura, y Pier Soderini entrega a Miguel Ángel el mármol ajado, que se encontraba tirado en la obra del Duomo desde hacia treinta y seis años tras ser abandonado por el arquitecto florentino Agostino di Duccio. Miguel Ángel hizo un modelo de cera de un símbolo de la Señoría de Florencia: un David joven con las honda en la mano, para demostrar que, con ello había defendido a su pueblo y lo iba a gobernar con justicia; así, como debían hacer los que realmente gobernaban Florencia en esos tiempos difíciles. El 28 de febrero de 1502 se acordó que Miguel Ángel recibiría por la estatua de David 400 florines de oro.Recogen las crónicas de la ciudad de Florencia como, durante los dos años que Miguel Ángel tardó en esculpir el David, impidió que nadie lo viera. Para ello hizo construir una valla que impedía la su visión. Además, cuando comenzó a trabajar, dejó visibles, en los lados del mármol algunas de las primeras cinceladas de Agostino di Duccio. Cuando terminó la escultura fue considerado un milagro que Miguel Ángel hubiera logrado esculpir aquel pedazo de mármol que era considerado inservible.
Aunque en principio la Señoría de Florencia encargó la estatua del David para uno de los contrafuertes de la fachada del Duomo, tras el entusiasmo demostrado por el pueblo florentino ante el coloso de cuatro metros de altura, se decidió darle otro destino. Para decidir su ubicación, se estableció una comisión de la que formaron parte artistas de la talla de Leonardo, Sansovino y Botticelli. Finalmente, se decidió que el lugar idóneo para esta estatua, que empezó a ser considerada como símbolo de la ciudad, era la plaza de la Señoría, delante del Palacio Viejo, donde fue colocada el 8 de septiembre de 1504.
Recogen las crónicas de Florencia que cuando el 8 de septiembre de 1504 el David es colocado definitivamente el la plaza del Palacio Viejo, algunos fanáticos, adeptos de la familia Médici, entre ellos Baccio Bandinelli, la emprendieron a pedradas con la estatua. Parece ser que el David se había convertido en sinónimo del triunfo de la república sobre los Médici, considerados unos tiranos.El David, una de las escultura más famosa de Miguel Ángel, llegó a convertirse en el símbolo de Florencia, ya que los florentinos se vieron reflejados en ella. Colocada en un principio delante del palacio de la Señoría, sede del gobierno de la ciudad, estuvo allí hasta 1873, cuando la escultura, muy dañada por tantos siglos a la intemperie, fue trasladada al edificio de la Academia de Florencia, donde sigue en la actualidad. En 1910, por petición popular, se colocó en ese lugar una copia del original.El 2 de agosto de 1502 Miguel Ángel recibe de la Señoría de Florencia el encargo de hacer otro David. En éste caso de bronce, para regalárselo al favorito del rey de Francia. Miguel Ángel recibió ayuda para la fusión del metal del escultor Benedetto da Rovezzano. La estatua enviada a Francia en 1508 terminó en el castillo de Bury; y después en el de Villeroy; donde finalmente se perdió su rastro. Sólo queda el diseño, que se encuentra en el museo del Louvre, en los márgenes del cual Miguel Ángel escribió: “Davicte cholla frombra et io choll´arco”, David tenía la honda, yo tengo el arco.
En 1503 Agnolo Doni encarga a Miguel Ángel con ocasión de su boda, un tondo con el tema de la Sagrada Familia. Cuentan que, Agnolo Doni, nacido en 1476 en el seno de una familia popular que se había enriquecido con la tejeduría en el barrio de los tintoreros, era muy tacaño. Tanto que, cuando Miguel Ángel le envió el tondo, con una factura por los 70 ducados pactados, Doni respondió al mensajero que 40 eran suficientes. Miguel Ángel que no soportaba a los que incumplían su palabra, envió un mensajero a recoger la pintura. Así Agnolo Doni hubo de pagar el doble de lo pactado por quedársela, es decir 140 ducados.
La Sagrada Familia de los Uffizi, o Tondo Doni es uno de los primeros cuadros pintados por Miguel Ángel, quien se dedicó a la pintura de forma esporádica, y muchas veces de forma impuesta por sus comitentes. Es una de las pocas Vírgenes pintadas, o esculpidas por Miguel Ángel que mira al Niño, aunque no directamente a la cara, ya que lo mira desde abajo. Además su mirada deja translucir una cierta resignación. Muchos han querido ver el recuerdo de su infancia falta de amor maternal.
En 1504 el gonfaloniere Pier Soderini encarga a Miguel Ángel pintar un mural sobre una de las paredes del Salón de los Quinientos de palacio de la Señoría, ya que en la otro se le había pedido un mural a Leonardo da Vinci sobre la batalla de Anghiari. Para preparar los cartones a escala natural se le concede un salario mensual y además una de las estancias en el hospital de los Tintoreros de San Onofre. Miguel Ángel toma como tema la Batalla de Cascina de 1364, cuando los solados florentinos sufren el ataque de los pisanos, mientras se bañan en el río.
El tema ofrece a Miguel Ángel la posibilidad de pintar una composición de cuerpos desnudos en posturas muy variadas, demostrando su perfecto conocimiento de la anatomía humana y su perfecto diseño. Curiosamente, ni Miguel Ángel ni Leonardo, llegaron nunca a plasmar sus diseños en el muro del Salón de los Quinientos.
"QUE IMPORTA EL PASADO, SI EL PRESENTE DE ARREPENTIMIENTO, FORJA UN FUTURO DE ORGULLO"
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