En mi opinión, la cuestión a dirimir aquí se plantea en estos términos:

-El rechazo al Sistema obliga a la coherencia de no participar. Es decir, formar parte de la abstención en cualesquiera comicios que se convoquen. Pero, la abstención se puede deber a muchas causas: enfermedad, un viaje, un acto social o familiar, un fallecimiento próximo, el propio rechazo al Sistema... Ahora bien, ¿cómo se selecciona cuáles son las causas de dicha abstención?

- El voto a los partidos más o menos próximos, implica necesariamente una contradicción: se vota e implícitamente se acepta, aunque a regañadientes, participar del Sistema, al tiempo que el voto va para quienes explícitamente rechazan el Sistema del que están participando: "Sí, si, mucho rechazo, que si esto o lo otro, pero ahí están, tragando.
Esto es lo que podrían decir, y lo mismo algunos lo dicen, los denominados demócratas.

-El voto en blanco, es una mezcla de rechazo y de participación. Por un lado se va a votar, se somete uno al ritual de la urna como expresión "sublime" del Sistema. Por otro, vota en blanco y viene a ser algo así como: "No me gustais ninguno, no os quiero, iros a vuestra casa". La otra ventaja del voto en blanco es que se contabiliza el rechazo.

Estando las cosas como están, estas son las únicas opciones posibles. De entre ellas debemos elegir cual tomar. Hay una cuarta, irnos al exilio.

Personalmente, con los pies en el suelo y con la cabeza fría sobre los hombros, me inclino por el voto en blanco.

La cuestión de la participación de los nuestros es más delicada. También en mi opinión, el mejor escenario posible en el que se puede participar, con algunas opciones es en el municipal. No hacen falta grandes medios, es relativamente sencillo lograr concejalías, para quienes somos carlistas es nuestro medio político-social más "natural" , y aunque forme parte del Sistema, no hay otra opción. No podemos tampoco, por otra parte, dar la espalda a lo que pasa en las Españas. Naturalmente, cuando me refiero a los municipios lo hago acerca de los pueblos, no de las ciudades.

En la próxima primavera, en mayo, hay elecciones municipales. Pienso que va siendo hora de empezar a debatir si interesa o no ,presentar candidaturas donde se pueda, no hacerlo, o apoyar o no a otras más o menos próximas en ideas y sentimientos. ¿Qué os parece?