A mí no me da miedo que salga el sí...
De hecho, estoy deseándolo.
Aburridillo ya de soportar lloros de parásitos, ¿sabe?
De gente que lleva siglos llevándose MUCHÍSIMO MÁS de lo que aporta.
De políticos rancios que han creado un independentismo de charanga y pandereta para convencer a los más tontos de por allá de que les sirvan de carne de cañón y ejército de choque para seguir extorsionándonos.
Así funciona: PNV y CiU ejercen el papel de sanos muchachotes realpolitikos que sujetan al etarra y al butifarra con la boina ridícula calada hasta las cejas, amenazando con soltarles para que nos peguen en la riña tabernaria, exigiendo para ello como contraprestación bonitas exenciones fiscales y favores mil. Mientras los chicos de la periferia real (esa periferia que no ha pintado nunca nada y donde llaman arte a ensuciar árboles con pintura Titanlux y escritor a Pío "Barajas") perfeccionan dicho paripé ridículo en el que sólo un tonto de baba puede caer, los chicos del centralismo preparan cheques para apaciguar a los gozquecillos milimétricos que arrojan sombras muy largas. Pero jamás los soltarán: hagamos la prueba. ¿Por qué no la hacemos? No los soltarán porque el etarra y el butifarra no tienen ni media bofetada encima.
Eso sí, mientras, hacen manifestaciones. Manifestaciones que no comprometen a nada. Improvisan referenda en pueblos lamentables cuyas consecuencias son una broma y no tienen la menor realidad fáctica.
Pues que se vayan...
Que se larguen de una vez y sean por fin lo que siempre debieron ser: la Cataluña y las Vascongadas a la francesa; tanto como eso, decir que son los últimos monos en el país de los emuladores.
Que se independicen, por Dios, que dejen de dar la tabarra. Que conquisten el mundo con sus grandes empresas sufragadas con dinero español y sus grandes novelistas que escriben en castellano (lo de grandes novelistas es un decir, sobre todo en el caso de los vascongados), con sus artistas que se van a bosques con el cubo de pintura de oferta en el Hipercor...
No me cabe la menor duda: aunque no han aportado jamás NADA que realmente merezca la pena, una vez alcanzada la independencia sacrosanta que JAMÁS debieron perder (¡nos hubiésemos ahorrado tantos telediarios aburridísimos!), todos los espermatozoides geniales del universo ansiarán fecundar óvulos catalanes y vascongados. Será una novedad: un catalán o un vascongado de veras genial. Sólo por ver tal maravilla, vale la pena que se larguen cagando leches.
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