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Tema: Beatificación de Juan Pablo II

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  1. #1
    Avatar de Nicus
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    Re: Beatificación de Juan Pablo II

    El pontificado de Juan Pablo II tuvo cosas buenas, según tengo entendido, como su lucha en contra del comunismo y en especial contra la teología de la "liberación"; pero de modo alguno debería ser beatificado súbitamente de esta manera, sin hacer un análisis mucho más profundo. Por ejemplo, Juan Pablo II fue quien excomulgó a Marcel Lefebvre por su crítica al Concilio Vaticano II. También visitó lugares donde no tenía que visitar como Cuba e hizo cosas que no debió haber hecho; cosas gravísimas como incentivar el diálogo interreligioso. Y viendo todas esas fotos y videos, la verdad es que pienso que no debería ser beatificado NUNCA. ¿Por qué no declaran beato a Marcel Lefebvre o no canonizan de una vez a Isabel la Católica?
    En Apostolado Eucarístico también se cuestiona esa beatificación, mostrando los errores de Juan Pablo II y se pone en duda su ÚNICO milagro.
    Al leer las 101 herejías de Juan Pablo II, realmente me sorprendí; no sabía que era tan GRAVE el asunto. La culpa de todo la tiene el Conciliábulo; errores aquí. Me gustó esto: "La evolución de dogmas y doctrinas está condenada." San Pío X. El gran problema del Vaticano II es el "aggiornamiento", en el cual se intenta adaptar la Iglesia a los tiempos, cuando son los tiempos quienes deben adaptarse a la Iglesia. Lo raro es que después Juan Pablo II dice "Cristo es la medida de todos los tiempos", algo que está muy bien porque "Jesucristo es el mismo ayer, hoy y lo será siempre" (Hebreos 13:8); o sea que contradice sus dichos con sus acciones.

  2. #2
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    Re: Beatificación de Juan Pablo II

    Nicus:

    Comparto la idea de que es algo apresurado el proceso, en eso estoy de acuerdo, pero no concuerdo en que no debio visitar Cuba, ¿quien mas les iba a dar esperanza a los catolicos cubanos? su visita fue un soplo de aire fresco para la isla, lo del dialogo interreligioso no es gravisimo.

    Cordiales saludos desde Mexico
    ¡ VIVA MÉXICO VIVA SANTA MARÍA DE GUADALUPE VIVA MÉXICO !

    Adelante soldado de Cristo
    Hasta morir o hasta triunfar
    Si Cristo su sangre dio por ti
    No es mucho que tu por ÉL
    Tu sangre derrames.


  3. #3
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    Re: Beatificación de Juan Pablo II

    Francisco Rubio:

    Rectifico el que "no debió visitar Cuba"; tienes razón, sí debió visitarla, pero NO de esa forma, pues debió ser mucho más duro con el régimen totalitario y marxista impuesto en la isla-cárcel de Cuba. Su Santidad Juan Pablo II tuvo un diálogo demasiado cordial con Fidel Castro; criticó muy poco su régimen y criticó también la globalización liberal, pero habló de una "globalización de la solidaridad", como que dándole aprobación al régimen de Castro, cuando debió condenarlo tajantemente.

    Dice Juan Pablo II: "En nuestros días ninguna nación puede vivir sola. Por eso, el pueblo cubano no puede verse privado de los vínculos con los otros pueblos, que son necesarios para el desarrollo económico, social y cultural, especialmente cuando el aislamiento provocado repercute de manera indiscriminada en la población, acrecentando las dificultades de los más débiles en aspectos básicos como la alimentación, la sanidad o la educación. Todos pueden y deben dar pasos concretos para un cambio en este sentido. Que las naciones, y especialmente las que comparten el mismo patrimonio cristiano y la misma lengua, trabajen eficazmente por extender los beneficios de la unidad y la concordia, por aunar esfuerzos y superar obstáculos para que el pueblo cubano, protagonista de su historia, mantenga relaciones internacionales que favorezcan siempre el bien común." Está bien, pero después dice: "De este modo se contribuirá a superar la angustia causada por la pobreza material y moral, cuyas causas pueden ser, entre otras, las desigualdades injustas, las limitaciones de las libertades fundamentales, las despersonalización y el desaliento de los individuos y las medidas económicas restrictivas impuestas desde fuera del país, injustas y éticamente inaceptables." ¿Cuáles son las desigualdades injustas? Ciertamente las de derechos y eso, pero NO las económicas. Debió haber especificado eso, en un régimen en que justamente se condenan las desigualdades económicas como si éstas fueran malas en sí mismas (Fuente: aquí).
    O sea, no critico tanto lo que dijo, sino más bien lo que no dijo, lo que omitió, porque al haber omitido algo tan importante como eso, los llamados "socialistas-cristianos" interpretan como que el Papa está aprobando su pensamiento, que es una herejía.
    Cuando el Papa habló al pueblo, se manifestó en contra del neoliberalismo capitalista, "que condiciona el desarrollo de los pueblos a las fuerzas ciegas del mercado, y a la imposición a las naciones de programas económicos insostenibles como condición para recibir nuevas ayudas." Bien, pero ¿dónde está la condena al marxismo?
    Después mire lo que dice en la fuente que indiqué:

    " Asistió el Papa a encuentro ecuménico-->Ecuménico en el sentido de "todas las religiones" (esto lo agrego yo).

    La Habana, 26 Ene (AIN) Un afectuoso saludo ofreció este domingo Su Santidad Juan Pablo II a representantes del Consejo de Iglesias de Cuba y a diversas confesiones cristianas, así como también a exponentes de la comunidad judía." (Las negritas las agego yo). Y más adelante dice allí: " y expresó un saludo particular a la Comunidad judía presente también en ese encuentro en la sede de la Nunciatura Apostólica, en la Habana." ¿Desde cuándo un Papa o un sacerdote cualquiera saluda a un judío?
    Suponiendo que todo lo que he estado leyendo en las numerosas fuentes sea cierto, entonces el asunto es GRAVE.

    Y todavía está lo que dijo Fidel Castro, en su discurso de bienvenida al Papa:
    Su Santidad:

    "La tierra que usted acaba de besar se honra con su presencia. No encontrará aquí aquellos pacíficos y bondadosos habitantes naturales que la poblaban cuando los primeros
    europeos llegaron a esta isla. Los hombres fueron exterminados casi todos por la explotación y el trabajo esclavo que no pudieron resistir; las mujeres, convertidas en objetos de placer o esclavas domésticas. Hubo también los que murieron bajo el filo de espadas homicidas, o víctimas de enfermedades desconocidas que importaron los conquistadores
    ." (agregué las negritas). O sea que, apenas llega el Papa y relaja a la Monarquía Hispánica Universal, con mentiras y calumnias; ¿y el Papa no condena esa mentira? Y agrega Fidel, más adelante: " Como aquellos cristianos, atrozmente calumniados, para justificar los crímenes, nosotros, tan calumniados como ellos, preferiremos mil veces la muerte antes que renunciar a nuestras convicciones. Igual que la Iglesia, la Revolución tiene también muchos mártires." ¿Y los conquistadores y colonizadores españoles no eran cristianos? ¿No son hoy atrozmente calumniados, cuando deberían ser tratados de héroes (Colón, Cortés, Hernandarias, Solís, etc)? ¿Por qué el Papa omitió decir eso? Y Fidel se atreve a comparar la Santa Iglesia con la satánica Revolución. ¿Y el Papa no reacciona? ¡Eso es lo que me preocupa! No lo que diga Fidel, sino la pasividad de los últimos Papas, en materias importantes.
    Continúa diciendo Fidel: "Fui estudiante de colegios católicos hasta que me gradué de bachiller. Me enseñaban entonces que ser protestante, judío, musulmán, hindú, budista, animista o participe de otras creencias religiosas, constituía una horrible falta, digna de severo e implacable castigo." ¡Y le enseñaron bien! (lástima que no le hizo caso). Es lógico que un colegio católico te enseñen eso, ¿no? Yo nunca he ido a un colegio católico, pero tengo entendido que lamentablemente ya no más enseñan eso; es más sé de colegios "católicos" en donde se les contamina la mente de los niños con teología de la "liberación" y enseñanzas de tupamaros, diciendo que éstos fueron héroes que lucharon por la "democracia".
    Y agrega Fidel: "Años más tarde, el Concilio Vaticano II, convocado por el Papa Juan XXIII, abordó varias de estas delicadas cuestiones. Conocemos los esfuerzos de Su Santidad por predicar y practicar los sentimientos de respeto hacia los creyentes de otras importantes e influyentes religiones que se han extendido por el mundo. El respeto hacia los creyentes y no creyentes es un principio básico que los revolucionarios cubanos inculcamos a nuestros compatriotas ." Es decir, que lo que hace el "Concilio" Vaticano II es, aparentemente, no sólo dejar de condenar la Revolución, sino seguir sus principios.

    Más adelante dice Fidel: " Santidad:
    Admiro sinceramente sus valientes declaraciones sobre lo ocurrido con Galileo, los conocidos errores de la Inquisición, los episodios sangrientos de las Cruzadas, los crímenes cometidos durante la conquista de América y sobre determinados descubrimientos científicos no cuestionados hoy por nadie que, en su tiempo, fueron objeto de tantos prejuicios y anatemas.
    " ¿Ve lo que dice Fidel sobre el Papa? No creo que el Papa se hubiera rectificado realmente sobre esos hechos, sino que, por lo que yo tengo entendido, el Papa Juan Pablo II, lo único que hizo fue pedir perdón por los EXCESOS que pudieron haber cometido los HOMBRES de la Iglesia; pero NO pidió perdón por los "errores de la Iglesia", puesto que la Iglesia no puede errar (es SANTA). Pero el Papa lamentablemente NO dejó bien en claro que fue lo que exactamente dijo. Lo mismo que pasó hace poco con el asunto del preservativo, ¡en el cual al final no sé que fue lo que dijo exactamente Benedicto XVI! ¿Permitió o no permitió? Quiero creer que NO.

    Entonces, Juan Pablo II le responde a Fidel con su discurso y dice: "Me complace dirigir mi saludo en primer lugar al Señor Presidente Doctor Fidel Castro Ruz, que ha tenido el gesto de venir a recibirme y al cual deseo manifestar mi gratitud por sus palabras de bienvenida." ¿Agradecer qué? ¿Qué le relajó la historia de la Iglesia?
    Finalmente cito algo que dice la Judeopedia (Wikipedia) sobre la muerte de Juan Pablo II: "Tuvieron una alta resonancia política por algunos gestos inesperados, como el saludo entre los mandatarios de Israel, Irán y Siria." ¡La verdad muy raro!
    Y lo del diálogo interreligioso SÍ es gravísimo, claro. ¡Y más para un Papa! Porque lo que se debe hacer es evangelizar, intentar convertir a los infieles, no reunirse en una asamblea multirreligiosa para dialogar e intentar hacer una religión "promedio". Es obvio que sólo una religión tiene la razón y las demás están equivocadas; entonces lo lógico no es sino aplaudir el acierto y condenar el error. Jesucristo fundó una Iglesia, ésa es la nuestra y es la verdadera. Fuera de ella no hay salvación; entonces si se dialoga con el fin de hacer una religión promedio, entonces en lugar de hacerle un bien a la humanidad, se termina haciendo un gravísimo mal, porque muchos que podrían salvarse con la conversión, no se salvarán por estar creyendo en el islam, el budismo, el judaísmo, etc.

    ¡Saludos cordiales desde Uruguay!

  4. #4
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    Re: Beatificación de Juan Pablo II

    "Rectifico el que "no debió visitar Cuba"; tienes razón, sí debió visitarla, pero NO de esa forma, pues debió ser mucho más duro con el régimen totalitario y marxista impuesto en la isla-cárcel de Cuba. Su Santidad Juan Pablo II tuvo un diálogo demasiado cordial con Fidel Castro; criticó muy poco su régimen y criticó también la globalización liberal, pero habló de una "globalización de la solidaridad", como que dándole aprobación al régimen de Castro, cuando debió condenarlo tajantemente."

    Comparto la idea de que se debio hacer una critica mas sentida.



    "O sea, no critico tanto lo que dijo, sino más bien lo que no dijo, lo que omitió, porque al haber omitido algo tan importante como eso, los llamados "socialistas-cristianos" interpretan como que el Papa está aprobando su pensamiento, que es una herejía.
    Cuando el Papa habló al pueblo, se manifestó en contra del neoliberalismo capitalista, "que condiciona el desarrollo de los pueblos a las fuerzas ciegas del mercado, y a la imposición a las naciones de programas económicos insostenibles como condición para recibir nuevas ayudas." Bien, pero ¿dónde está la condena al marxismo?"

    Tiene razon las omisiones siempre afectan.


    "La Habana, 26 Ene (AIN) Un afectuoso saludo ofreció este domingo Su Santidad Juan Pablo II a representantes del Consejo de Iglesias de Cuba y a diversas confesiones cristianas, así como también a exponentes de la comunidad judía." (Las negritas las agego yo). Y más adelante dice allí: " y expresó un saludo particular a la Comunidad judía presente también en ese encuentro en la sede de la Nunciatura Apostólica, en la Habana." ¿Desde cuándo un Papa o un sacerdote cualquiera saluda a un judío?
    Suponiendo que todo lo que he estado leyendo en las numerosas fuentes sea cierto, entonces el asunto es GRAVE."

    He aqui algo que considero grave, ¿Que tiene de malo que los salude?



    "La tierra que usted acaba de besar se honra con su presencia. No encontrará aquí aquellos pacíficos y bondadosos habitantes naturales que la poblaban cuando los primeros
    europeos llegaron a esta isla. Los hombres fueron exterminados casi todos por la explotación y el trabajo esclavo que no pudieron resistir; las mujeres, convertidas en objetos de placer o esclavas domésticas. Hubo también los que murieron bajo el filo de espadas homicidas, o víctimas de enfermedades desconocidas que importaron los conquistadores." (agregué las negritas). O sea que, apenas llega el Papa y relaja a la Monarquía Hispánica Universal, con mentiras y calumnias; ¿y el Papa no condena esa mentira? Y agrega Fidel, más adelante: " Como aquellos cristianos, atrozmente calumniados, para justificar los crímenes, nosotros, tan calumniados como ellos, preferiremos mil veces la muerte antes que renunciar a nuestras convicciones. Igual que la Iglesia, la Revolución tiene también muchos mártires." ¿Y los conquistadores y colonizadores españoles no eran cristianos? ¿No son hoy atrozmente calumniados, cuando deberían ser tratados de héroes (Colón, Cortés, Hernandarias, Solís, etc)? ¿Por qué el Papa omitió decir eso?"


    Comparto ciertas preocupaciones, lo que no comparto para nada es lo de tratar de heroe a Cortes, pero bueno ese es un tema en el que no quiero ni me voy a meter.


    "Continúa diciendo Fidel: "Fui estudiante de colegios católicos hasta que me gradué de bachiller. Me enseñaban entonces que ser protestante, judío, musulmán, hindú, budista, animista o participe de otras creencias religiosas, constituía una horrible falta, digna de severo e implacable castigo." ¡Y le enseñaron bien! (lástima que no le hizo caso)."


    Es una falta si, pero y si un niño que es educado en el Islam o en la religion que sea vive y practica su fe(con todo y que esta mal) con todo su corazon debe de ser condenado? creo que eso debemos dejarlo a la misericordia de Dios y rogar por la conversion del mundo a la Santa Iglesia.


    "Y agrega Fidel: "Años más tarde, el Concilio Vaticano II, convocado por el Papa Juan XXIII, abordó varias de estas delicadas cuestiones. Conocemos los esfuerzos de Su Santidad por predicar y practicar los sentimientos de respeto hacia los creyentes de otras importantes e influyentes religiones que se han extendido por el mundo. El respeto hacia los creyentes y no creyentes es un principio básico que los revolucionarios cubanos inculcamos a nuestros compatriotas ." Es decir, que lo que hace el "Concilio" Vaticano II es, aparentemente, no sólo dejar de condenar la Revolución, sino seguir sus principios."


    Eso solo es propaganda del Lider de Cuba.



    "pedir perdón por los EXCESOS que pudieron haber cometido los HOMBRES de la Iglesia; pero NO pidió perdón por los "errores de la Iglesia", puesto que la Iglesia no puede errar (es SANTA)."


    Totalmente de acuerdo en eso concordamos plenamente, mejor no lo hubiera yo podido expresar.



    "Pero el Papa lamentablemente NO dejó bien en claro que fue lo que exactamente dijo. Lo mismo que pasó hace poco con el asunto del preservativo, ¡en el cual al final no sé que fue lo que dijo exactamente Benedicto XVI! ¿Permitió o no permitió? Quiero creer que NO."

    Creame que tambien comparto esas mismas preocupaciones.



    Entonces, Juan Pablo II le responde a Fidel con su discurso y dice: "Me complace dirigir mi saludo en primer lugar al Señor Presidente Doctor Fidel Castro Ruz, que ha tenido el gesto de venir a recibirme y al cual deseo manifestar mi gratitud por sus palabras de bienvenida." ¿Agradecer qué? ¿Qué le relajó la historia de la Iglesia?


    No por las groseria del anfitrion el huesped va a rebajarse a su altura.



    "Y lo del diálogo interreligioso SÍ es gravísimo, claro."

    Entonces preferiria que SS el Papa condene a todas las religiones equivocadas?



    "¡Y más para un Papa! Porque lo que se debe hacer es evangelizar, intentar convertir a los infieles, no reunirse en una asamblea multirreligiosa para dialogar e intentar hacer una religión "promedio"."


    No he visto que intente hacer algo promedio, creo que ahi su equivoca, una cosa es dialogar y respetar y ver las coincidencias en las religiones y otra muy distinta intentar "mediar" nuestra verdadera fe.




    "Es obvio que sólo una religión tiene la razón y las demás están equivocadas; entonces lo lógico no es sino aplaudir el acierto y condenar el error."

    Es cierto que la nuestra es la verdadera, pero no creo que lo mejor sea condenar las demas religiones, todos somos hijos de Dios aunque algunos de nuestros hermanos vivan en religiones equivocadas, nuestro deber es evangelizar y orar por su conversion pero por medio del amor no de la condenacion.



    "Jesucristo fundó una Iglesia, ésa es la nuestra y es la verdadera."

    Asi es.



    "Fuera de ella no hay salvación"

    Pidamos misericordia a Dios por los hermanos que vivieron religiones falsas.



    ¡Saludos cordiales desde Uruguay![/QUOTE]


    Igualmente estimado Nicus, algun dia me gustaria viajar a Uruguay.
    ¡ VIVA MÉXICO VIVA SANTA MARÍA DE GUADALUPE VIVA MÉXICO !

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  5. #5
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    Re: Beatificación de Juan Pablo II

    Francisco Rubio:
    Discúlpame por haber demorado un poco en contestarte aquí.
    He aqui algo que considero grave, ¿Que tiene de malo que los salude?
    Una cosa es que un fiel laico salude o hable con un judío. Eso no tiene nada de malo (siempre y cuando no se pongan a hablar de religión), pero que un sacerdote o peor aún, un Papa salude a un judío y todavía afectuosamente, como si fueran los grandes amigos de toda la vida, eso es preocupante. He aquí una recopilación sobre lo que se dice en diversos versículos de los Santos Evangelios sobre los judíos fariseos. Y he aquí lo que dice el Talmud sobre los "gentiles". Además fueron los judíos quienes fundaron la masonería anti-cristiana (la Sinagoga de Satanás), fueron ellos quienes pusieron a los árabes en contra de nosotros, etc, etc, etc... ¡Por eso es que digo que es grave!

    Es una falta si, pero y si un niño que es educado en el Islam o en la religion que sea vive y practica su fe(con todo y que esta mal) con todo su corazon debe de ser condenado? creo que eso debemos dejarlo a la misericordia de Dios y rogar por la conversion del mundo a la Santa Iglesia.
    Por supuesto, eso queda a la misericordia de Dios. Fuera de la Iglesia no hay salvación, pero según tengo entendido, aquellos que por ignorancia invencible no están dentro de la Iglesia, porque desconocen la fe verdadera, serán juzgados de acuerdo a sus obras por ley natural. Lo mismo para aquellos adultos que tengan bautismo de deseo (que todavía no pudieron bautizarse). Los niños que aún no fueron bautizados supongo que van al limbo, aunque ahora extrañamente el Vaticano niega (no infaliblemente) su existencia. ¡Hasta hay "teólogos" que niegan la existencia del infierno!

    No por las groseria del anfitrion el huesped va a rebajarse a su altura.
    Sí, está bien no hay que rebajarse; pero admito que a veces es difícil ser diplomático.

    Entonces preferiria que SS el Papa condene a todas las religiones equivocadas?...
    No he visto que intente hacer algo promedio, creo que ahi su equivoca, una cosa es dialogar y respetar y ver las coincidencias en las religiones y otra muy distinta intentar "mediar" nuestra verdadera fe...Es cierto que la nuestra es la verdadera, pero no creo que lo mejor sea condenar las demas religiones, todos somos hijos de Dios aunque algunos de nuestros hermanos vivan en religiones equivocadas, nuestro deber es evangelizar y orar por su conversion pero por medio del amor no de la condenacion...
    Sobre el tema del diálogo o condena, si desea lo seguimos aquí.

    Pidamos misericordia a Dios por los hermanos que vivieron religiones falsas.
    Totalmente de acuerdo.

    Igualmente estimado Nicus, algun dia me gustaria viajar a Uruguay.
    La verdad que también me gustaría visitar México, pero apenas he salido un poquito de Uruguay. ¡Saludos!

  6. #6
    Avatar de francisco rubio
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    Re: Beatificación de Juan Pablo II

    Cita Iniciado por Nicus Ver mensaje
    Francisco Rubio:
    Discúlpame por haber demorado un poco en contestarte aquí.

    No se preocupe

    Además fueron los judíos quienes fundaron la masonería anti-cristiana (la Sinagoga de Satanás), fueron ellos quienes pusieron a los árabes en contra de nosotros, etc, etc, etc... ¡Por eso es que digo que es grave!



    Por supuesto, eso queda a la misericordia de Dios. Fuera de la Iglesia no hay salvación, pero según tengo entendido, aquellos que por ignorancia invencible no están dentro de la Iglesia, porque desconocen la fe verdadera, serán juzgados de acuerdo a sus obras por ley natural. Lo mismo para aquellos adultos que tengan bautismo de deseo (que todavía no pudieron bautizarse). Los niños que aún no fueron bautizados supongo que van al limbo, aunque ahora extrañamente el Vaticano niega (no infaliblemente) su existencia. ¡Hasta hay "teólogos" que niegan la existencia del infierno!

    Yo tengo entendido que los niños que antes iban al limbo van al cielo por misericordia divina, pero eso sera otro tema.

    Sí, está bien no hay que rebajarse; pero admito que a veces es difícil ser diplomático.

    Si eh, en verdad a veces cuesta trabajo.



    La verdad que también me gustaría visitar México, pero apenas he salido un poquito de Uruguay. ¡Saludos!
    Bueno algo es algo, yo no he viajado nunca fuera de Mexico
    ¡ VIVA MÉXICO VIVA SANTA MARÍA DE GUADALUPE VIVA MÉXICO !

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  7. #7
    Avatar de Hyeronimus
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    Re: Beatificación de Juan Pablo II

    JP2 y sus elogios al marxismo cubano…una razón mas para NO beatificarlo.


    No me consta que durante el proceso de beatificación de este Pontífice se hayan dado a conocer públicamente interrogaciones sobre su pensamiento con relación al comunismo cubano, pensamiento que inclusive parece ir más allá del campo diplomático y adentrarse en el plano doctrinario; de ahí la necesidad de conciencia de exponer, de la manera más respetuosa y filial posible, las presentes reflexiones
    por Armando F. Valladares
    10 de abril de 2011

    La anunciada beatificación de S.S. Juan Pablo II, prevista para realizarse el próximo 1o. de mayo, coloca en un dilema de conciencia sin precedentes a muchos fieles católicos cubanos que por causa de su Fe, de la veneración por su Patria y del amor por sus familias se oponen al comunismo. En efecto, esos fieles católicos ven con perplejidad y con el corazón dilacerado todo aquello que el referido Pontífice habría hecho en algunas circunstancias, y dejado de hacer en otras, para favorecer directa o indirectamente al comunismo cubano.
    Cito a continuación, resumidamente, algunos ejemplos que tuve ocasión de comentar extensamente, a lo largo de los años, en diversos artículos sobre la colaboración eclesiástica con el comunismo en la isla-cárcel; y solicito anticipadamente la comprensión de los lectores. Lo hago en cuanto fiel católico y en cuanto cubano, con todo el respeto posible hacia la Iglesia, dispuesto a oír y a analizar eventuales explicaciones de fuentes debidamente autorizadas, que hasta el momento no son de mi conocimiento, sobre los dolorosos hechos históricos que se consignan sucintamente a continuación.
    El 8 de enero de 2005, al recibir las cartas credenciales del nuevo embajador cubano, Juan Pablo II, pronunció una alocución elogiando las “metas” que las “autoridades cubanas” habrían supuestamente obtenido en materia de salud, educación y cultura. En realidad, se trata de una siniestra trilogía que el régimen ha utilizado como instrumento, durante más de medio siglo, para corromper las conciencias de generaciones enteras de cubanos desde su más tierna edad, provocando un genocidio espiritual sin precedentes en la historia de la Iglesia en las Américas.
    No obstante, Juan Pablo II, en la misma alocución, insistió en sus elogios llegando a aseverar que mediante esa trilogía las “autoridades” de Cuba - o sea, los miembros del régimen castrista - colocarían “pilares del edificio de la paz” e incentivarían el “crecimiento armónico del cuerpo y de espíritu. Con lo cual el Pontífice pareció ignorar que Fidel Castro, el Che Guevara y sus secuaces, en nombre de esa trilogía, provocaron la destrucción y la muerte, “del cuerpo y del espíritu”, de tantas personas en tantos países de América Latina, África y Asia.
    El elogio al comunismo y a los integrantes de la dictadura castrista no habría podido ser mayor. Para los cubanos que han sentido y continúan sintiendo en su propia carne la obra destructora de la revolución comunista en su Patria, las referidas consideraciones papales resultan particularmente dolorosas, y sinceramente no consigo vislumbrar cómo justificarlas. Esas consideraciones, que van más allá de las más benévolas fórmulas de cortesía diplomáticas, vistas desde una perspectiva histórica, alcanzan de lleno y hasta laceran la memoria de aquellos jóvenes mártires católicos cubanos que murieron en los paredones de fusilamiento gritando “¡Viva Cristo Rey! ¡Abajo el comunismo!”
    En la misma alocución, una de las más importantes sobre Cuba en su largo Pontificado, el reconocimiento de Juan Pablo II se extendió a un alegado “espíritu de solidaridad” del internacionalismo cubano, que se manifestaría en el “envío de personal y recursos materiales” a otros pueblos por ocasión de “calamidades naturales, conflictos o pobreza”. En realidad, como se acaba de recordar, lejos de reflejar un espíritu de “solidaridad” cristiana, el internacionalismo comunista colocó a Cuba en el triste papel de exportador de conflictos en América Latina, África y Asia, con “personal y recursos materiales” utilizados no para solucionar conflictos o disminuir la pobreza, sino para exacerbarlos, suscitando guerrillas que, a su vez, contribuyeron a provocar sangrientas calamidades peores que las de la naturaleza. En realidad, el internacionalismo cubano contribuyó a hundir naciones en la peor “pobreza” material y espiritual, algo que históricamente resultó diametralmente lo contrario de sacarlas de esa triste condición.
    Para Cuba comunista, el modelo “solidario” internacionalista tuvo como una de sus principales figuras al guerrillero argentino-cubano Ernesto Che Guevara, quien llegó a afirmar que el “odio” es un motor capaz transformar al revolucionario en “una efectiva, violenta, selectiva y fría máquina de matar”. Por ello, la alusión papal a ese supuesto “espíritu de solidaridad” del internacionalismo cubano no puede dejar de producir consternación (cf. A. Valladares, “Juan Pablo II, Cuba y un dilema de conciencia”, Diario Las Américas, Miami, 15 de enero de 2005).
    En la referida alocución, S.S. Juan Pablo II no citó al Che Guevara. Pero sí ya lo había hecho en enero de 1998, en breves palabras elogiosas y hasta laudatorias, en el avión que lo conducía a Cuba. En conversación informal con los periodistas, consultado respecto de su pensamiento sobre el Che Guevara, dijo textualmente el referido Pontífice: “Dejemos a Él, al Señor nuestro, el juicio sobre sus méritos. Ciertamente, yo estoy convencido de que quería servir a los pobres” (Vatican Information Service, “Los periodistas entrevistan al Papa durante el vuelo a Cuba”, Ciudad del Vaticano, 21 de enero de 1998).
    La fuente informativa, la propia agencia de noticias de la Santa Sede, no podía ser más oficial, y ello hace que las palabras del Pontífice causen especial desazón. ¿Cómo un árbol malo podría concebir buenos frutos como, por ejemplo, el cristiano servicio a los más pobres y desamparados? (cf. San Mateo 7,18) ¿Por ventura no fue Guevara un “satánico azote” - según certera expresión de S.S. Pío XI al referirse al comunismo - para Cuba y para tantos otros países, promoviendo revoluciones sangrientas que perjudicaron especialmente a los más pobres, precisamente a aquellos a quienes el Pontífice afirma que Guevara quería servir? (cf. A. Valladares,“Monseñor Céspedes: Juan Pablo II y el Che Guevara”, Diario Las Américas, Miami, 26 de junio de 2008).
    Por una lamentable coincidencia, esas declaraciones elogiosas al Che Guevara fueron hechas por Juan Pablo II precisamente cuando el avión que lo llevaba a la Habana pasaba frente a las costas de la Florida, donde se concentra el mayor número de cubanos desterrados. Las referidas declaraciones resultaron de esa manera especialmente desgarradoras, del punto de vista espiritual, para esos desterrados cubanos que se vieron obligados a abandonar su Patria por causa de la persecución comunista. Desterrados cubanos que no pudieron dejar de recordar que 11 años antes, por ocasión de la visita de Juan Pablo II a Miami, se sintieron abandonados espiritualmente cuando el Pontífice no visitó en esa ciudad la tan simbólica Ermita de la Caridad del Cobre, no recibió a una delegación representativa del destierro que le solicitó audiencia y pareció no ver las decenas de miles de banderitas cubanas, ondeadas por cubanos desterrados que fueron a saludarlo en los actos públicos, y que esperaron en vano una palabra de consuelo para sí mismos, para sus familias y para su querida Patria esclavizada.
    Los rayos, relámpagos y centellas que interrumpieron la más importante y concurrida de esas celebraciones por ocasión de la visita a Miami de Juan Pablo IIcontribuyeron a formar un marco trágicamente apropiado para interpretar el sentimiento de abandono que sintieron esas decenas de millares de desterrados cubanos por el hecho de no haber oído una palabra de consuelo del Pontífice ante la tragedia de su Patria amada y ante sus propias tragedias personales y familiares.
    De la recepción brindada al dictador Castro en Roma, en 1996, y del posterior viaje de Juan Pablo II a Cuba, en 1998, mucho se podría comentar, y de hecho se comentó, del punto de vista de los enormes dividendos publicitarios y diplomáticos obtenidos por el régimen de La Habana. Opto entonces por destacar aquí, del viaje a Cuba, algunos aspectos poco o nada comentados de sus importantes alocuciones. Me baso en el estudio “Cuba comunista después de la visita papal”, editado en 1998 por la Comisión de Estudios Por la Libertad de Cuba, de Miami.
    En La Habana, en una de sus alocuciones, después de lanzar la discutible premisa de un “diálogo fecundo” entre creyentes y no creyentes, o sea, con los comunistas cubanos, Juan Pablo II hizo un llamado a encontrar una “síntesis” cultural por el hecho de que supuestamente las partes en proceso de “diálogo” tendrían “una finalidad común”, la de “servir al hombre”.
    Con toda la veneración y el respeto debidos, no se comprende cómo pueda darse una “síntesis” entre elementos totalmente antagónicos e incompatibles como lo son los principios de la fe católica y los de la anticultura marxista. ¿Cómo sería posible una “síntesis” entre el bien y el mal, entre la luz y las tinieblas, entre Jesucristo de un lado, y Carlos Marx, el Che Guevara y Fidel Castro del otro?
    Tampoco resulta posible comprender la afirmación de Juan Pablo II de que la Iglesia y las “instituciones culturales” del sistema comunista cubano puedan tener una “finalidad común” al servicio de progreso espiritual de los cubanos, como si la “finalidad” del régimen no hubiese sido la de aplicar todos sus esfuerzos, de manera metódica, durante cuarenta años, para destruir el “alma cristiana”; o sea, una “finalidad” que no solamente no es común, sino que es diametralmente lo contrario.
    Otro aspecto del Pontificado de Juan Pablo II que provocó perplejidad y desazón en innumerables cubanos fue la serie de pedidos de perdón por aquello que el Pontífice consideró como pecados pasados y presentes de los hijos de la Iglesia, en los cuales, sin embargo, no fue posible encontrar la más mínima referencia a la connivencia ideológica y a la complicidad estratégica de tantos eclesiásticos con el comunismo en Cuba, y también en otros países del mundo, por acción u omisión, durante décadas (cf. A. Valladares, “El pedido de perdón que no hubo: la colaboración eclesiástica con el comunismo”, Diario Las Américas, Miami, 22 de marzo de 2000).
    En ese sentido, Juan Pablo II apoyó, durante todo su largo Pontificado, a los colaboracionistas Obispos cubanos, especialmente por ocasión del Encuentro Nacional Eclesial Cubano, en 1986. En mensaje trasmitido por el Cardenal Pironio, Juan Pablo II manifestó su “merecido reconocimiento” al extenso documento de trabajo, en el cual se planteaba como meta una inédita y osada “síntesis vital” comuno-católica, reafirmada en el documento final; y nombró cardenal al arzobispo de La Habana, Monseñor Jaime Ortega y Alamino, uno de los mayores artífices del proceso de acercamiento comuno-católico en Cuba.
    En esta relación de ejemplos de favorecimiento de Juan Pablo II al comunismo cubano, directa o indirectamente, con palabras, obras y omisiones, menciono, finalmente, en orden cronológico, tres filiales y reverentes cartas de cubanos desterrados a Juan Pablo II que, lamentablemente, quedaron sin respuesta, las tres firmadas por decenas de personalidades representativas del destierro cubano. En 1987, en Miami, por ocasión de la visita de Juan Pablo II a esa ciudad: “¡Santo Padre, liberad a Cuba!” (Diario Las Américas, Miami, 7 de agosto de 1987). En 1995, en Roma: “Los cubanos desterrados apelan a Juan Pablo II: ¡Santidad, protegednos de la actuación del Cardenal Ortega!” (Diario Las Américas, Miami, 24 de octubre de 1998). Y en 1999, también en Roma: “¡Santo Padre, rescatad del olvido a los mártires cubanos, víctimas del comunismo!” (Diario Las Américas, Miami, 21 de septiembre de 1999).
    Me consta que, por ocasión del proceso de beatificación de Juan Pablo II, personalidades católicas manifestaron públicamente su perplejidad por palabras, obras y omisiones de Juan Pablo II en el campo religioso. Pero no me consta que durante el curso de ese proceso de beatificación se hayan planteado públicamente interrogaciones sobre el pensamiento de este Pontífice con relación al comunismo cubano, pensamiento que inclusive parece ir más allá del campo diplomático y adentrarse en el plano doctrinario. De ahí la necesidad de conciencia de exponer, de la manera más respetuosa y filial posible, las presentes reflexiones.
    En este sentido, sinceramente no vislumbro cómo los católicos cubanos de dentro y fuera de la isla, que concordaron con las tesis de mis artículos, pero especialmente con los brillantes análisis y comentarios de otros compatriotas en la misma línea, puedan ver a Juan Pablo II como un ejemplo a ser seguido e imitado, por causa del tratamiento que dio al problema del comunismo en nuestra Patria, según se mostró en los párrafos anteriores.
    Sé que en los procesos de beatificación los teólogos escudriñan los escritos de aquellos candidatos a ser beatificados. Es posible que esos teólogos hayan analizado los textos de Juan Pablo II que acabo de citar y de comentar respetuosa y filialmente. Si así lo hicieron, quiera Dios que los católicos cubanos podamos tomar conocimiento de esas sabias explicaciones. De otra manera, el dilema de conciencia no hará sino aumentar, porque ¿cómo comprender entonces que un Pontífice que tanto hizo por el comunismo cubano, llegue a ser proclamado Beato de la Iglesia? Pido y hasta suplico que los tan delicados dichos y hechos arriba citados deS.S. Juan Pablo II sean debidamente aclarados y explicados. De otra manera, la beatificación de Juan Pablo II, anunciada para el próximo 1o. de mayo, podrá estar indeleblemente marcada por el signo de la perplejidad, de la contradicción y de la confusión.
    En cuanto fiel católico cubano, creo que tengo no solamente el derecho, sino la obligación de conciencia de dar a conocer estas consideraciones. Ya lo he dicho, y lo reitero en esta dramática coyuntura. Tengo un compromiso con aquellos jóvenes mártires católicos que murieron en la siniestra prisión de La Cabaña gritando“¡Viva Cristo Rey! !Abajo el comunismo!”; con mis amigos asesinados en la prisiones; con la lucha por la libertad de mi Patria; con la Historia; y, por encima de todo, con Dios y la Virgen de la Caridad del Cobre, Patrona de Cuba. El análisis de la vida y la muerte de cualquier ser humano, por extraordinaria que haya podido ser, no debería borrar, cambiar, alterar o ignorar las consecuencias de los actos que eventualmente practicó.
    E-mail: armandovalladares2011@gmail.com (para enviar al autor sugerencias, opiniones, pedidos de remoción, etc.)


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    Re: Beatificación de Juan Pablo II

    Carta Encíclica “Mortalium Animos“ del Beato Pio IX, sobre el falso ecumenismo.

    A raíz del afiche al lado reproducido es que un lector me inquiere anónimamente de la siguiente manera:
    Anónimo dijo... Usted es "Anti-ecumenismo"?? o.O
    18:48:00 Si, soy ANTI ese Ecumenismo, el del afiche , el que practicó activamente JP2 durante su pontificado, el falso y mal sano ecumenismo que deja a los no católicos en el error en vez de instarlos a abrazar La Verdad como Única fuente de salvación . El ecumenismo que El Beato Pio IX condena en la Carta Encíclica “Mortalium Animos“, sobre el falso ecumenismo, léasela y me encontrara la razón...y como la encíclica no cupo de respuesta le respondo en un post. y de paso al leer los lectores la encíclica verán que el rechazo que muchos tenemos contra JP"2 no es infundado ni antojadizo si no mas bien es la postura que todo católico fiel a la Iglesia y medianamente informado debe asumir.


    Carta Encíclica “Mortalium Animos“, sobre el falso ecumenismo

    Como se ha de fomentar la verdadera unidad religiosa
    ENCÍCLICA "MORTALIUM ANIMOS"
    (6-4-1928)
    ACERCA DE COMO SE HA DE FOMENTAR LA VERDADERA UNIDAD RELIGIOSA.
    PÍO PP. XI
    Venerables Hermanos: Salud y bendición apostólica
    1. Nunca quizás como en los actuales tiempos se ha apoderado del corazón de todos los hombres un tan vehemente deseo de fortalecer y, aplicar al bien común de la sociedad humana los vínculos de fraternidad que, en virtud de nuestro común origen y naturaleza, nos unen y enlazan a unos con otros.
    Porque no gozando todavía las naciones plenamente de los dones de la paz, antes al contrario, estallando en varias partes discordias nuevas y antiguas, en forma de sediciones y luchas civiles y no pudiéndose además dirimir las controversias, harto numerosas, acerca de la tranquilidad y prosperidad de los pueblos sin que intervengan en el esfuerzo y la acción concordes de aquellos que gobiernan los Estados, y dirigen y fomentan sus intereses, fácilmente se echa de ver -mucho más conviniendo todos en la unidad del género humano-, porque son tantos los que anhelan ver a las naciones cada vez más unidas entre sí por esta fraternidad universal.
    2. Cosa muy parecida se esfuerzan algunos por conseguir en lo que toca a la ordenación de la nueva ley promulgada por Jesucristo Nuestro Señor. Convencidos de que son rarísimos los hombres privados de todo sentimiento religioso, parecen haber visto en ello esperanza de que no será difícil que los pueblos, aunque disientan unos de otros en materia de religión, convengan fraternalmente en la profesión de algunas doctrinas que sean como fundamento común de la vida espiritual. Con tal fin suelen estos mismos organizar congresos, reuniones y conferencias, con no escaso número de oyentes, invitar a discutir allí promiscuamente todos, a infieles de todo género, a cristianos y hasta a aquellos que apostataron miserablemente de Cristo o con obstinada pertinacia niegan la divinidad de su Persona o misión.
    3 Tales tentativas no pueden, de ninguna manera obtener la aprobación de los católicos, puesto que están fundadas en la falsa opinión de los que piensan que todas las religiones son, con poca diferencia, buenas y laudables, pues, aunque de distinto modo, todas nos demuestran y significan igualmente el ingénito y nativo sentimiento con que somos llevados hacia Dios y reconocemos obedientemente su imperio.
    Cuantos sustentan esta opinión, no sólo yerran y se engañan, sino también rechazan la verdadera religión, adulterando su concepto esencial, y poco a poco vienen a parar al nuturalismo y ateísmo… de donde claramente se sigue que, cuantos se adhieren a tales opiniones y tentativas, se apartan totalmente de la religión revelada por Dios.
    4. Pero donde con falaz apariencia de bien se engañan más fácilmente algunos, es cuando se trata de fomentar la unión de todos los cristianos. ¿Acaso no es justo -suele repetirse- y no es hasta conforme con el deber, que cuantos invocan el nombre de Cristo se abstengan de mutuas recriminaciones, y se unan por fin un día con vínculos de mutua caridad? ¿Y quién se atreverá a decir que ama a JESUCRISTO, sino procura con todas sus fuerzas realizar los deseos que El manifestó al rogar a su Padre que sus discípulos fuesen una sola cosa? Y el Mismo JESUCRISTO ¿por ventura no quiso que sus discípulos se distinguiesen y diferenciasen de los demás por este rasgo y señal de amor mutuo: En esto conocerán todos
    que sois mis discípulos, en que os améis unos a otros. ¡Ojalá -añaden- fuesen una sola cosa todos los cristianos! Mucho más podrían hacer para rechazar la peste de la impiedad, que, deslizándose y extendiéndose cada vez más, amenaza debilitar el Evangelio.
    5. Estos y otros argumentos parecidos divulgan y difunden los llamados "pancristianos"… los cuales, lejos de ser pocos en número, han llegado a formar legiones y a agruparse en asociaciones ampliamente extendidas, bajo la dirección, las más de ellas, de hombres católicos, aunque discordes entre sí en materia de fe.
    6. Exhortándonos, pues, la conciencia de Nuestro deber a no permitir que la grey del Señor sea sorprendida por perniciosas falacias, invocamos vuestro celo, Venerables Hermanos, para evitar mal tan grave… pues confiamos que cada uno de vosotros, por escrito y de palabra, podrá más fácilmente comunicarse con el pueblo y hacerle entender mejor los principios y argumentos que vamos a exponer, y en los cuales hallarán los católicos la norma de lo que deben pensar y practicar en cuanto se refiere al intento de unir de cualquier manera en un solo cuerpo a todos los hombres que se llaman católicos.
    7. Dios, Creador de todas las cosas, nos ha creado a los hombres con el fin de que le conozcamos y le sirvamos. Tiene, pues, nuestro Creador perfectísimo derecho a ser servido por nosotros. Pudo ciertamente Dios imponer para el gobierno de los hombres una sola ley, la de la naturaleza, ley esculpida por Dios en el corazón del hombre al crearle: y pudo después regular los progresos de esa misma ley con sólo su providencia ordinaria. Pero en vez de ella prefirió dar El mismo los preceptos que habíamos de obedecer… y en el decurso de los tiempos, esto es desde los orígenes de género humano hasta la venida y predicación de JESUCRISTO, enseñó por Sí mismo a los hombres los deberes que su naturaleza racional les impone para con su Creador. "Dios, que en otro tiempo habló a nuestros padres en diferentes ocasiones y de muchas maneras, por medio de los Profetas, nos iza hablado últimamente por su Hijo Jesucristo". Por donde claramente se ve que ninguna religión puede ser verdadera fuera de aquella que se funda en la palabra revelada por Dios, revelación que comenzada desde el principio, y continuada durante la Ley Antigua, fue perfeccionada por el mismo JESUCRISTO con la Ley Nueva. Ahora bien: si Dios ha hablado -y que haya hablado lo comprueba la historia- es evidente que el hombre está obligado a creer absolutamente la revelación de Dios, y a obedecer totalmente sus preceptos. con el fin de que cumpliésemos bien lo uno y lo otro, para gloria de Dios y salvación nuestra, el Hijo Unigénito de Dios fundó en la tierra su Iglesia.
    7. Así pues, los que se proclaman cristianos es imposible no crean que Cristo fundó una Iglesia, y precisamente una sola. Mas, si se pregunta cuál es esa Iglesia conforme a la voluntad de su Fundador, en esto ya no convienen todos. Muchos de ellos, por ejemplo, niegan que la Iglesia de Cristo haya de ser visible, a lo menos en el sentido de que deba mostrarse como un solo cuerpo de fieles, concordes en una misma doctrina y bajo un solo magisterio y gobierno. Estos tales entienden que la Iglesia visible no es más que la alianza de varias comunidades cristianas, aunque las doctrinas de cada una de ellas sean distintas.
    Pero es lo cierto que Cristo Nuestro Señor instituyó su Iglesia como sociedad perfecta, externa y visible por su propia naturaleza, a fin de que prosiguiese realizando, de allí en adelante, la obra de la salvación del género humano, bajo la guía de una sola cabeza,con magisterio de viva voz y por medio de la administración de los sacramentos, fuente de la gracia divina… por eso en sus parábolas afirmó que erasemejante a un reino a una casa, a un aprisco, y a una grey. Esta Iglesia, tan maravillosamente fundada, no podía ciertamente cesar ni extinguirse, muertos su Fundador y los Apóstoles que en un principio la propagaron, puesto que a ella se le había confiado el mandato de conducir a la eterna salvación a todos los hombres, sin excepción de lugar ni de tiempo: "Id, pues, e instruid a todas las naciones". Y en el cumplimiento continuo de este oficio, ¿acaso faltará a la Iglesia el valor ni la eficacia, halIándose perpetuamente asistida con la presencia del mismo Cristo, que solemnemente le prometió: "He aquí que yo estaré siempre con vosotros, hasta la consumación de los Siglo" Por tanto, la Iglesia de Cristo no sólo ha de existir necesariamente hoy, mañana a y siempre, sino también ha de ser exactamente la misma que fue en los tiempos apostólicos, si no queremos decir -y de ello estamos muy lejos- que Cristo Nuestro Señor no ha cumplido su propósito, o se engañó cuando dijo que las puertas del infierno no habían de prevalecer contra ella.
    9. Y aquí se Nos ofrece ocasión de exponer y refutar una falsa opinión de la cual parece depender toda esta cuestión, y en la cual tiene su origen la inúItil acción y confabulación de los católicos que trabajan, como hemos dicho, por la unión de los iglesias cristianas. Los autores de este proyecto no dejan de repetir casi infinitas veces las palabras de Cristo: "Sean todos una misma cosa... Habrá un solo rebaño, y un solo pastor, más de tal manera las entienden, que, según ellos, sólo significan un deseo y una aspiración de Jesucristo, deseo que todavía no se ha realizado. Opinan, pues, que la unidad de fe y de gobierno, nota distintiva de la verdadera y única Iglesia de Cristo, no ha existido casi nunca hasta ahora, y ni siquiera hoy existe: podrá, ciertamente, desearse, y tal vez algún día se consiga, mediante la concorde impulsión de las voluntades… pero entre tanto, habrá que considerarla sólo como un ideal.
    Añaden que la Iglesia, de suyo o por su propia naturaleza, está dividida en partes… esto es, se halla compuesta de varias comunidades distintas, separadas todavía unas de otras, y coincidentes en algunos puntos de doctrina, aunque discrepantes en lo demás, y cada una con los mismos derechos exactamente que las otras… y que la Iglesia sólo fue única y una, a lo sumo desde la edad apostólica hasta tiempos de los primeros Concilios Ecuménicos. Sería necesario pues -dicen- que suprimiendo y dejando a un lado las controversias y variaciones rancias de opiniones, que han dividido hasta hoy a la familia cristiana, se formule con las doctrinas restantes una norma común de fe, con cuya profesión puedan todos ya reconocerse, sino sentirse hermanos. Y cuando las múltiples iglesias 0 comunidades estén unidas por un pacto universal, entonces será cuando puedan resistir sólida y fructuosamente los avances de la impiedad...
    Esto es así tomando las cosas en general, Venerables Hermanos… mas hay quienes afirman y conceden que el llamado Protestantismo ha desechado demasiado desconsideradamente ciertas doctrinas fundamentales de la fe, algunos ritos del culto externo ciertamente agradables y útiles, los que la Iglesia Romana por el contrario aún conserva… añaden sin embargo en el acto, que ella ha obrado mal porque corrompió la religión primitiva por cuanto agregó y propuso como cosa de fe algunas doctrinas no sólo ajenas sino más bien opuestas al Evangelio, entre las cuales se enumera especialmente el Primado de jurisdicción que ella adjudica a Pedro y a sus sucesores en la sede Romana.
    En el número de aquellos, aunque no sean muchos, figuran también los que conceden al Romano Pontífice cierto Primado de honor o alguna jurisdicción o potestad la cual creen, sin embargo, que desciende no de derecho divino sino de cierto consenso de los fieles. Otros en cambio aun avanzan a desear que el mismo Pontífice presida sus asambleas las que pueden llamarse "multicolores". Por lo demás, aun cuando podrán encontrarse a muchos no católicos que predican a pulmón lleno la unión fraterna en Cristo, sin embargo, hallará, pocos a quienes se ocurre que han de sujetarse y obedecer al Vicario de Jesucristo cuando enseña o manda y gobierna. Entretanto aseveran que están dispuestos a actuar gustosos en unión con la Iglesia Romana, naturalmente en igualdad de condiciones jurídicas, o sea de iguales a iguales: más si pudieran actuar no parece dudoso de que lo harían con la intención de que por un pacto o convenio por establecerse tal vez, no fueran obligados a abandonar sus opiniones que constituyen aun la causa por qué continúan errando y vagando fuera del único redil de Cristo.
    10. Siendo todo esto así, claramente se ve que ni la Sede Apostólica puede en manera alguna tener parte en dichos Congresos, ni de ningún modo pueden los católicos favorecer ni cooperar a semejantes intentos… y si lo hiciesen, darían autoridad a una falsa religión cristiana, totalmente ajena a la única y verdadera Iglesia de Cristo.
    11. ¿Y habremos Nos de sufrir -cosa que sería por todo extremo injusta- que la verdad revelada por Dios, se rindiese y entrase en transacciones? Porque de lo que ahora se trata es de defender la verdad revelada. Para instruir en la fe evangélica a todas las naciones envió Cristo por el mundo todo a los Apóstoles… y para que éstos no errasen en nada, quiso que el Espíritu Santo les enseñase previamente toda la verdad… ¿y acaso esta doctrina de los Apóstoles ha descaecido del todo, o siquiera se ha debilitado alguna vez en la Iglesia, a quien Dios mismo asiste dirigiéndola y custodiándola. Y si nuestro Redentor manifestó expresamente que su Evangelio no sólo era para los tiempos apostólicos, sino también para las edades futuras, ¿habrá podido hacerse tan obscura e incierta la doctrina de la Fe, que sea hoy conveniente tolerar en ella hasta las opiniones contrarias entre sí? Si esto fuese verdad, habría que decir también que el Espíritu Santo infundido en los apóstoles, y la perpetua permanencia del mismo Espíritu en la Iglesia, y hasta la misma predicación de Jesucristo, habría perdido hace muchos siglos toda utilidad y eficacia… afirmación que sería ciertamente blasfema.
    12. Ahora bien: cuando el Hijo Unigénito de Dios mandó sus legados que enseñasen a todas las naciones, impuso a todos los hombres la obligación de dar fe a cuanto les fuese enseñado por los testigos predestinados por Dios… obligación que sancionó de este modo: el que creyere y fuere bautizado, se salvará… mas el que no creyere será condenado. Pero ambos preceptos de Cristo, uno, de enseñar y otro de creer, que no pueden dejar de cumplirse para alcanzar la salvación eterna, no pueden siquiera entenderse si la Iglesia no propone, íntegra y clara la doctrina evangélica y si al proponerla no está ella exenta de todo peligro de equivocarse. Acerca de lo cual van extraviados también los que creen que sin duda existe en la tierra el depósito de la verdad, pero que para buscarlo hay que emplear tan fatigosos trabajos, tan continuos estudios y discusiones, que apenas basta la vida de un hombre para hallarlo y disfrutarlo: como si el benignísimo Dios hubiese hallado por medio de los Profetas y de su Hijo Unigénito para que lo revelado por éstos sólo pudiesen conocerlo unos pocos, y ésos ya ancianos… y como si esa revelación no tuviese por fin enseñar la doctrina moral y dogmática, por la cual se ha de regir el hombre durante todo el curso de su vida moral.
    13. Podrá parecer que dichos "pancristianos" tan atentos a unir las iglesias, persiguen el fin nobilísimo de fomentar la caridad entre todos los cristianos. Pero, ¿cómo es posible que la caridad redunde en daño de la fe? Nadie, ciertamente, ignora que SAN JUAN, el Apóstol mismo de la caridad, el cual en su Evangelio parece descubrirnos los secretos del Corazón Santísimo de Jesús, y que solía inculcar continuamente a sus discípulos el nuevo precepto Amaos unos a los otros, prohibió absolutamente todo trato y comunicación con aquellos que no profesasen, íntegra y pura, la doctrina de JESUCRISTO: Si alguno viene a vosotros y no trae esta doctrina, no le recibáis en casa, y ni siquiera le saludéis. Siendo, pues, la fe integra y sincera, como fundamento y raíz de la caridad, necesario es que los discípulos de Cristo estén unidos principalmente con el vínculo de la unidad de fe.
    14. Por tanto, ¿cómo es posible imaginar una confederación cristiana, cada uno de cuyos miembros pueda, hasta en materias de fe, conservar su sentir y juicio propios aunque contradigan al juicio y sentir de los demás? ¿Y de qué manera, si se nos quiere decir, podrían formar una sola y misma Asociación de fieles los hombres que defienden doctrinas contrarias, como, por ejemplo, los que afirman y los que niegan que la sagrada Tradición es fuente genuina de la divina Revelación… los que consideran de institución divina la jerarquía eclesiástica, formada de Obispos, presbíteros y servidores del altar, y los que afirman que esa jerarquía se ha introducido poco a poco por las circunstancias de tiempos y de cosas… los que adoran a Cristo realmente presente en la Sagrada Eucaristía por la maravillosa conversión del pan y del vino, llamada "transubstanciación", y los que afirman que el Cuerpo de Cristo está allí presente sólo por la fe, o por el signo y virtud del Sacramento… los que en la misma Eucaristía reconocen su doble naturaleza de sacramento y sacrificio, y los que sostienen que sólo es un recuerdo o conmemoración de la Cena del Señor, los que estiman buena y útil la suplicante invocación de los Santos que reinan con Cristo, sobre todo de la Virgen MARíA Madre de Dios, y la veneración de sus imágenes, y los que pretenden que tal culto es ilícito por ser contrario al honor del único Mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo.
    15. Entre tan grande diversidad de opiniones, no sabemos cómo se podrá abrir camino para conseguir la unidad de la Iglesia, unidad que no puede nacer más que de un solo magisterio, de una sola ley de creer y de una sola fe de los cristianos. En cambio, sabemos, ciertamente que de esa diversidad de opiniones es fácil el paso al menosprecio de toda religión, o "indiferentismo", y al llamado "modernismo", con el cual los que están desdichadamente inficionados, sostienen que la verdad dogmática no es absoluta sino relativa, o sea, proporcionada a las diversas necesidades de lugares y tiempos, y a las varias tendencias de los espíritus, no hallándose contenida en una revelación inmutable, sino siendo de suyo acomodable a la vida de los hombres.
    Además, en lo que concierne a las cosas que han de creerse, de ningún modo es lícito establecer aquella diferencia entre las verdades de la fe que llaman fundamentales y no fundamentales, como gustan decir ahora, de las cuales las primeras deberían ser aceptadas por todos, las segundas, por el contrario, podrían dejarse al libre arbitrio de los fieles… pues la virtud de la fe tiene su causa formal en la autoridad de Dios revelador que no admite ninguna distinción de esta suerte. Por eso, todos los que verdaderamente son de Cristo prestarán la misma fe al dogma de la Madre de Dios concebida sin pecado original como, por ejemplo, al misterio de la augusta Trinidad… creerán con la misma firmeza en el Magisterio infalible de Romano Pontífice, en el mismo sentido con que lo definiera el Concilio Ecuménico del Vaticano, como en la Encarnación del Señor.
    No porque la Iglesia sancionó con solemne decreto y definió las mismas verdades de un modo distinto en diferentes edades o en edades poco anteriores han de tenerse por no igualmente ciertas ni creerse del mismo modo. ¿No las reveló todas Dios?
    Pues, el Magisterio de la Iglesia el cual por designio divino fue constituido en la tierra a fin de que las doctrinas reveladas perdurasen incólumes para siempre y llegasen con mayor facilidad y seguridad al conocimiento de los hombres aun cuando el Romano Pontífice y los Obispos que viven en unión con él, lo ejerzan diariamente, se extiende, sin embargo, al oficio de proceder oportunamente con solemnes ritos y decretos a la definición de alguna verdad, especialmente entonces cuando a los errores e impugnaciones de los herejes deben más eficazmente oponerse o inculcarse en los espíritus de los fieles, más clara y sutilmente explicados, puntos de la sagrada doctrina.
    Mas por ese ejercicio extraordinario del magisterio no se introduce, naturalmente ninguna invención, ni se añade ninguna novedad al acervo de aquellas verdades que en el depósito de la revelación, confiado por Dios a la Iglesia, no estén contenidas, por lo menos implícitamente, sino que se explican aquellos puntos que tal vez para muchos parecen permanecer oscuros o se establecen como cosas de fe lo que algunos han puesto en tela de juicio.
    16. Bien claro se muestra, pues, Venerables Hermanos, por qué esta Sede Apostólica no ha permitido nunca a los suyos que asistan a los citados congresos de acatólicos… porque la unión de los cristianos no se puede fomentar de otro modo que procurando el retorno de los disidentes a la única y verdadera Iglesia de Cristo, de la cual un día desdichadamente se alejaron… a aquella única y verdadera Iglesia que todos ciertamente conocen, y que por la voluntad de su Fundador debe permanecer siempre tal cual El mismo la fundó para la salvación de todos. Nunca, en el transcurso de los siglos, se contaminó esta mística Esposa de Cristo, ni podrá contaminarse jamás, como dijo bien SAN CIPRIANO: No puede adulterar la Esposa de Cristo… es incorruptible y fiel. Conoce una sola casa y custodia con casto pudor la santidad de una sola estancia. Por eso se maravillaba con razón el santo Mártir de que alguien pudiese creer que esta unidad, fundada en la divina estabilidad y robustecida por medio de celestiales sacramentos, pudiese desgarrarse en la Iglesia, y dividirse por el disentimiento de las voluntades discordes. Porque siendo el cuerpo místico de Cristo, esto es, la Iglesia, uno, compacto y conexo, lo mismo que su cuerpo físico, necedad es decir que el cuerpo místico puede constar de miembros divididos y separados… quien, pues, no está unido con él no es miembro suyo, ni está unido con su cabeza, que es Cristo.
    17. Ahora bien, en esta única Iglesia de Cristo nadie vive y nadie persevera, que no reconozca y acepte con obediencia la suprema autoridad de PEDRO y de sus legítimos sucesores. ¿No fue acaso al Obispo de Roma a quien obedecieron, como a sumo Pastor de las almas, los ascendientes de aquellos que hoy yacen anegados en los errores de Focio, y de otros novadores? Alejáronse ¡ay! los hijos de la casa paterna, que no por eso se arruinó ni pereció, sostenida como está perpetuamente por el auxilio de Dios. Vuelvan, pues, al Padre común, que olvidando las injurias inferidas ya a la Sede Apostólica, los recibirá amantísimamente. Porque, si, como ellos repiten, desean asociarse a Nos y a los Nuestros, ¿por qué no se apresuran a venir a la Iglesia, madre y maestra de todos los fieles de Cristo. Oigan como clamaba en otro tiempo LACTANCIO: Sólo la Iglesia Católica es la que conserva el culto verdadero. Ella es la fuente de la verdad, la morada de la Fe, el templo de Dios… quienquiera que en él no entre o de él salga, perdido ha la esperanza de vida y de salvación, Menester es que nadie se engañe a sí mismo con pertinaces discusiones. Lo que aquí se ventila es la vida y la salvación… a la cual si no se atiende con diligente cautela, se perderá y se extinguirá.
    18. Vuelvan, pues, a la Sede Apostólica, asentada en esta ciudad de Roma, que consagraron con su sangre los Príncipes de los Apóstoles SAN PEDRO y SAN PABLO, a la Sede raíz y matriz de la Iglesia Católica… vuelvan los hijos disidentes, no ya con el deseo y la esperanza de que la Iglesia de Dios vivo, la columna y el sostén de la verdad abdique de la integridad de su fe, y consienta los errores de ellos, sino para someterse al magisterio y al gobierno de ella. Pluguiese al Cielo alcanzásemos felizmente Nos, lo que no alcanzaron tantos predecesores Nuestros: el poder abrazar con paternales entrañas a los hijos que tanto nos duele ver separados de Nos por una funesta división.
    Y ojalá Nuestro Divino Salvador, el cual quiere que todos los hombres se salven y vengan al conocimiento de la verdad, oiga Nuestras ardientes oraciones para que se digne llamar a la unidad de la Iglesia a cuantos están separados de ella.
    Con este fin, sin duda importantísimo, invocamos y queremos que se invoque la intercesión de la Bienaventurada Virgen MARÍA, Madre de la Divina Gracia, debeladora de todas las herejías y Auxilio de los cristianos, para que cuanto antes nos alcance la gracia de ver alborear el deseadísimo día en que todos los hombres oigan la voz de su divino Hijo, y conserven la unidad del Espíritu Santo con el vínculo de la paz.
    19. Bien comprendéis, Venerables Hermanos, cuánto deseamos Nos este retorno, y cuánto anhelamos que así lo sepan todos Nuestros hijos, no solamente los católicos, sino también los disidentes de Nos… los cuales, si imploran humildemente las luces del cielo, reconocerán, sin duda, a la verdadera Iglesia de Cristo, y entrarán, por fin, en su seno, unidos con Nos en perfecta caridad. En espera de tal suceso, y como prenda y auspicio de los divinos favores, y testimonio de Nuestra paternal benevolencia, a vosotros, Venerables Hermanos, y a vuestro Clero y pueblo, os concedemos de todo corazón la Apostólica Bendición.
    Dado en San Pedro de Roma el día 6 de Enero, fiesta de la Epifanía de Nuestro Señor Jesucristo, el año 1928, sexto de Nuestro Pontificado.
    PÍO PAPA XI.


    † Crux-

  9. #9
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    Re: Beatificación de Juan Pablo II

    Leyendo eso en Crux et Gladius, he comentado que si las fuentes son verídicas y en verdad Juan Pablo II, apoyó al comunismo de alguna forma, entonces eso quiere decir que tal Papa no fue Papa, sino hereje. Y si no fue Papa, entonces no puede ser beato. Por lo tanto esa beatificación debe detenerse ya, porque sino se estará igualando a Juan Pablo II con beatos como Urbano II, quien convocó la I Cruzada (beatificado por León XIII).
    Si, soy ANTI ese Ecumenismo, el del afiche , el que practicó activamente JP2 durante su pontificado, el falso y mal sano ecumenismo que deja a los no católicos en el error en vez de instarlos a abrazar La Verdad como Única fuente de salvación . El ecumenismo que El Beato Pio IX condena en la Carta Encíclica “Mortalium Animos“, sobre el falso ecumenismo, léasela y me encontrara la razón...y como la encíclica no cupo de respuesta le respondo en un post. y de paso al leer los lectores la encíclica verán que el rechazo que muchos tenemos contra JP"2 no es infundado ni antojadizo si no mas bien es la postura que todo católico fiel a la Iglesia y medianamente informado debe asumir.
    Crux et Gladius parece que confunde el Beato Pío IX (beatificado por Juan Pablo II), con Pío XI quien fue el de la encíclica Mortalium Animos. Seguramente se equivocó de número al escribir; a veces pasa.
    Sin embargo, por lo que tengo entendido el Beato Pío IX fue un muy buen Papa, quien se opuso a la terrible unificación italiana y excomulgó al "rey" Víctor Manuel II de Saboya (la familia que apoyó a los liberales masones como Garibaldi y Mazzini, y apoyó también a Mussolini), convocó al Concilio Vaticano I, donde se proclamó la infalibilidad papal y la Inmaculada Concepción. Además su beatificación fue criticada por los judíos, lo cual es muy buena señal. En cambio la beatificación de Juan Pablo II está siendo altamente elogiada por los medios masivos de comunicación de todo el mundo (medios dominados por la judería), siendo respaldada por los judíos. Esto es mala señal.
    Si beatifican a Juan Pablo II, y él resulta ser hereje, entonces eso va a poner en duda todas las canonizaciones que él realizó; es decir todas estas que nos muestra la Judeopedia, y habría que ver quiénes de esos son verdaderos santos y beatos. Por ejemplo, ¿qué opináis de Edith Stein tan elogiada en la Judeopedia? Allí dice:
    La llevaron a la barraca 36, siendo marcada con el Nº 44.074 de deportación, para morir, como judía y mártir de la fe cristiana a los 51 años de edad, víctima del Ciclón B: Ácido Cianhídrico; la ducha anunciada, en vez del agua deseada, emanó el tóxico ciclón B de la muerte casi instantánea.
    ¿No era que se había convertido? ¿Cómo va morir como judía y a la vez mártir de la fe cristiana? ¿No es eso contradictorio? De paso la Judeopedia aprovecha para inculcar el "dogma" incuestionable de las cámaras de gas. Y otra cosa, ¿por qué Santa Teresa Benedictina de la Cruz (Edith Stein) fue declarada por Juan Pablo II como co-patrona de Europa?
    Por otro lado, ¿los nazis la mataron por ser "judía" o por ser cristiana? Porque los nazis eran paganos y por consiguiente perseguir a cristianos no sería ningún problema para ellos y cuando digo cristianos me refiero a cristianos verdaderos, es decir católicos; ya que los nazis a los protestantes no los perseguían. Además es cierto que los nazis no eran antisemitas (si lo fueran no se hubiesen aliado con árabes, es decir semitas) sino que supuestamente anti-sionistas, así que por eso no pudieron haberla matado a Edith por judía, ya que ya no lo era (al menos claro, que en el fondo siguiera siéndolo).
    En fin, en vez de beatificar a Pío XII y canonizar a Isabel la Católica de una buena vez, los católicos tenemos que soportar todas estas controversias, confusiones y omisiones de las jerarquías vaticanas. ¿Hasta cuándo?

  10. #10
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    Re: Beatificación de Juan Pablo II

    Sobre la tesis sedevacantista ya hay otros temas, a los que no creo que pueda añadir mucho pero ahí están, este no es el hilo. De todas formas, el comunismo es una opción política nefasta, pero no es una herejía

    Es mejor en los hilos ajustarse al tema que los abre, si no se convierten en cualquier cosa.
    Aquí corresponde hablar de aquella horrible y nunca bastante execrada y detestable libertad de la prensa, [...] la cual tienen algunos el atrevimiento de pedir y promover con gran clamoreo. Nos horrorizamos, Venerables Hermanos, al considerar cuánta extravagancia de doctrinas, o mejor, cuán estupenda monstruosidad de errores se difunden y siembran en todas partes por medio de innumerable muchedumbre de libros, opúsculos y escritos pequeños en verdad por razón del tamaño, pero grandes por su enormísima maldad, de los cuales vemos no sin muchas lágrimas que sale la maldición y que inunda toda la faz de la tierra.

    Encíclica Mirari Vos, Gregorio XVI


  11. #11
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    Re: Beatificación de Juan Pablo II

    Sobre la tesis sedevacantista ya hay otros temas, a los que no creo que pueda añadir mucho pero ahí están, este no es el hilo. De todas formas, el comunismo es una opción política nefasta, pero no es una herejía
    Tengo entendido que herejía es un error sostenido con pertinacia, o sea que es cualquier tipo de opinión o ideología opuesta al dogma cristiano. Y el comunismo sí es una ideología opuesta a la doctrina cristiana, como también lo son el liberalismo, el nazismo, el fascismo, la masonería, etcétera... Por lo tanto cualquier persona que sostenga esos errores es hereje y por lo tanto no puede ser cristiano.
    Por ejemplo la Encíclica Quod Apostolici muneris se condena al socialismo, comunismo y nihilismo. Y dice dicha encíclica de León XIII:
    Carta encíclica de S.S. León XIII sobre el socialismo,comunismo, nihilismo
    28 de diciembre de 1878

    Nuestro apostólico cargo ya desde el principio de Nuestro pontificado Nos movió, Venerables Hermanos, a no dejar de indicaros, en las Cartas Encíclicas a vosotros dirigidas, la mortal pestilencia que serpentea por las más íntimas entrañas de la sociedad humana y la conduce al peligro extremo de ruina; al mismo tiempo hemos mostrado también los remedios más eficaces para que le fuera devuelta la salud y pudiera escapar de los gravísimos peligros que la amenazan. Pero aquellos males que entonces deplorábamos hasta tal punto han crecido en tan breve tiempo, que otra vez Nos vemos obligados a dirigiros la palabra, como si en Nuestros oídos resonasen las del Profeta: Levanta tu voz, no te detengas; hazla resonar como la trompeta1.
    Los nuevos errores

    2. Es fácil comprender, Venerables Hermanos, que Nos hablamos de aquella secta de hombres que, bajo diversos y casi bárbaros nombres de socialistas, comunistas o nihilistas, esparcidos por todo el orbe, y estrechamente coligados entre sí por inicua federación, ya no buscan su defensa en las tinieblas de sus ocultas reuniones, sino que, saliendo a pública luz, confiados y a cara descubierta, se empeñan en llevar a cabo el plan, que tiempo ha concibieron, de trastornar los fundamentos de toda sociedad civil. Estos son ciertamente los que, según atestiguan las divinas páginas, mancillan la carne, desprecian la dominación y blasfeman de la majestad2.
    3. Nada dejan intacto e íntegro de lo que por las leyes humanas y divinas está sabiamente determinado para la seguridad y decoro de la vida. A los poderes superiores -a los cuales, según el Apóstol, toda alma ha de estar sujeta, porque del mismo Dios reciben el derecho de mandar- les niegan la obediencia, y andan predicando la perfecta igualdad de todos los hombres en derechos y deberes. Deshonran la unión natural del hombre y de la mujer, que aun las naciones bárbaras respetan; y debilitan y hasta entregan a la liviandad este vínculo, con el cual se mantiene principalmente la sociedad doméstica.
    4. Atraídos, finalmente, por la codicia de los bienes terrenales, que es la raíz de todos los males, y que, apeteciéndola, muchos erraron en la fe3, impugnan el derecho de propiedad sancionado por la ley natural, y por un enorme atentado, dándose aire de atender a las necesidades y proveer a los deseos de todos los hombres, trabajan por arrebatar y hacer común cuanto se ha adquirido a título de legítima herencia, o con el trabajo del ingenio y de las manos, o con la sobriedad de la vida.
    5. Y estas monstruosas opiniones publican en sus reuniones, persuaden con sus folletos y esparcen al público en una nube de diarios. Por lo cual la venerable majestad e imperio de los reyes ha llegado a ser objeto de odio tan grande por parte del pueblo sedicioso, que sacrílegos traidores, no pudiendo sufrir freno alguno, más de una vez y en breve tiempo han vuelto sus armas con impío atrevimiento contra los mismos príncipes.
    Causa primera de los males: el alejamiento de Dios

    6. Mas esta osadía de tan pérfidos hombres, que amenaza de día en día con las más graves ruinas a la sociedad, y que trae todos los ánimos en congojoso temblor, toma su causa y origen de las venenosas doctrinas que, difundidas entre los pueblos como viciosas semillas de tiempos anteriores, han dado a su tiempo tan pestilenciales frutos.
    7. Pues bien sabéis, Venerables Hermanos, que la cruda guerra que se abrió contra la fe católica ya desde el siglo décimosexto por los Novadores, y que ha venido creciendo hasta el presente, se encamina a que, desechando toda revelación y todo orden sobrenatural, se abriese la puerta a los inventos, o más bien delirios de la sola razón. Semejante error, que vanamente toma de la razón su nombre, al intensificar y agudizar el innato apetito de sobresalir, desatando el freno a toda clase de codicia, sin dificultad se ha introducido no sólo en las mentes de muchísimos, sino que ha invadido ya plenamente toda la sociedad.
    8. De aquí que, con una nueva impiedad, desconocida hasta de los mismos gentiles, se han constituido los Estados sin tener en cuenta alguna a Dios ni el orden por El establecido. Se ha vociferado que la autoridad pública no recibe de Dios ni el principio, ni la majestad, ni la fuerza del mando, sino más bien de la masa del pueblo, que, juzgándose libre de toda sanción divina, sólo ha permitido someterse a aquellas leyes que ella misma se diese a su antojo. Impugnadas y desechadas las verdades sobrenaturales de la fe como enemigas de la razón, el mismo Autor y Redentor del género humano es desterrado, insensiblemente y poco a poco, de las Universidades, Institutos y Escuelas y de todo el conjunto público de la vida humana.
    9. Entregados al olvido los premios y penas de la vida futura y eterna, el ansia ardiente de felicidad queda limitada al tiempo de la vida presente. Diseminadas por doquier estas doctrinas, introducida entre todos esta tan grande licencia de pensar y obrar, no es de admirar que los hombres de las clases bajas, a los que cansa su pobre casa o la fábrica, ansíen lanzarse sobre las moradas y fortunas de los más ricos; ni tampoco admira que ya no exista tranquilidad alguna en la vida pública o privada, y que la humanidad parezca haber llegado ya casi a su última ruina.
    Sociedades secretas; filosofismo, socialismo; otros errores

    10. Mas los Pastores de la Iglesia, a quienes compete el cargo de resguardar la grey del Señor de las asechanzas de los enemigos, procuraron conjurar a su tiempo el peligro y proveer a la salud eterna de los fieles. Así que empezaron a formarse las sociedades clandestinas en cuyo seno se fomentaban ya entonces las semillas de los errores que hemos mencionado, los Romanos Pontífices Clemente XII y Benedicto XIV no omitieron el descubrir los impíos proyectos de estas sectas y avisar a los fieles de todo el orbe la ruina que en la oscuridad se aparejaba.
    11. Pero después que aquellos que se gloriaban con el nombre de filósofos atribuyeron al hombre cierta desenfrenada libertad, y se empezó a formar y sancionar un derecho nuevo, como dicen, contra la ley natural y divina, el Papa Pio VI, de f. m., mostró al punto la perversa índole y falsedad de aquellas doctrinas en públicos documentos, y al propio tiempo con una previsión apostólica anunció las ruinas a que iba a ser conducido miserablemente el pueblo. Mas, sin embargo de esto, no habiéndose precavido por ningún medio eficaz para que tan depravados dogmas no se infiltrasen de día en día en las mentes de los pueblos y para que no viniesen a ser máximas públicamente aceptadas de gobernación, Pío VII y León XII condenaron con anatemas las sectas ocultas y amonestaron otra vez a la sociedad del peligro que por ellas le amenazaba.
    12. A todos, finalmente, es manifiesto con cuán graves palabras y cuánta firmeza y constancia de ánimo Nuestro glorioso predecesor Pío IX, de f. m., ha combatido, ya en diversas alocuciones tenidas, ya en encíclicas dadas a los Obispos de todo el orbe, contra los inicuos intentos de las sectas, y señaladamente contra la peste del socialismo, que ya estaba naciendo de ellas.
    13. Muy de lamentar es el que quienes tienen encomendado el cuidado del bien común, rodeados de las astucias de hombres malvados, y atemorizados por sus amenaza, hayan mirado siempre a la Iglesia con ánimo suspicaz, y aun torcido, no comprendiendo que los conatos de las sectas serían vanos si la doctrina de la Iglesia católica y la autoridad de los Romanos Pontífices hubiese permanecido siempre en el debido honor, tanto entre los príncipes como entre los pueblos. Porque la Iglesia de Dios vivo, que es columna y fundamento de la verdad4, enseña aquellas doctrinas y preceptos con que se atiende de modo conveniente al bienestar y vida tranquila de la sociedad y se arranca de raíz la planta siniestra del socialismo.
    Doctrina Católica - Socialismo

    14. Empero, aunque los socialistas, abusando del mismo Evangelio para engañar más fácilmente a incautos, acostumbran a forzarlo adaptándolo a sus intenciones, con todo hay tan grande diferencia entre sus perversos dogmas y la purísima doctrina de Cristo, que no puede ser mayor. Porque ¿qué participación puede haber de la justicia con la iniquidad, o qué consorcio de la luz con las tinieblas?5. Ellos seguramente no cesan de vociferar, como hemos insinuado, que todos los hombres son entre sí por naturaleza iguales; y, por lo tanto, sostienen que ni se debe honor y reverencia a la majestad, ni a las leyes, a no ser acaso a las sancionadas por ellos a su arbitrio.
    15. Por lo contrario, según las enseñanzas evangélicas, la igualdad de los hombres consiste en que todos, por haberles cabido en suerte la misma naturaleza, son llamados a la misma altísima dignidad de hijos de Dios, y al mismo tiempo en que, decretado para todos un mismo fin, cada uno ha de ser juzgado según la misma ley para conseguir, conforme a sus méritos, o el castigo o la recompensa. Pero la desigualdad del derecho y del poder se derivan del mismo Autor de la naturaleza, del cual toma su nombre toda paternidad en el cielo y en la tierra6.
    16. Mas los lazos de los príncipes y súbditos de tal manera se estrechan con sus mutuas obligaciones y derechos, según la doctrina y preceptos católicos, que templan la ambición de mandar, por un lado, y por otro la razón de obedecer se hace fácil, firme y nobilísima.
    El "poder": doctrina católica

    17. La verdad es que la Iglesia inculca constantemente a la muchedumbre de los súbditos este precepto del Apóstol: No hay potestad sino de Dios; y las que hay, de Dios vienen ordenadas; y así, quien resiste a la potestad, resiste a la ordenación de Dios; mas los que resisten, ellos mismos se atraen la condenación. Y en otra parte nos manda que la necesidad de la sumisión sea no por temor a la ira, sino también por razón de la conciencia; y que paguemos a todos lo que es debido: a quien tributo, tributo; a quien contribución, contribución; a quien temor, temor; a quien honor, honor7. Porque, a la verdad, el que creó y gobierna todas las cosas dispuso, con su próvida sabiduría, que las cosas ínfimas a través de las intermedias, y las intermedias a través de las superiores, lleguen todas a sus fines respectivos.
    18. Así, pues, como en el mismo reino de los cielos quiso que los coros de los ángeles fuesen distintos y unos sometidos a otros; así como también en la Iglesia instituyó varios grados de órdenes y diversidad de oficios, para que no todos fuesen apóstoles, no todos pastores, no todos doctores8, así también determinó que en la sociedad civil hubiese varios órdenes, diversos en dignidad, derechos y potestad, es a saber, para que los ciudadanos, así como la Iglesia, fuesen un solo cuerpo, compuesto de muchos miembros, unos más nobles que otros, pero todos necesarios entre sí y solícitos del bien común.
    19. Y para que los gobernantes de los pueblos usasen de la potestad que les fue concedida para edificación y no para destrucción, la Iglesia de Cristo oportunamente amonesta también a los príncipes con la severidad del supremo juicio que les amenaza; y tomando las palabras de la divina Sabiduría, en nombre de Dios clama a todos:
    Prestad oído, vosotros, los que domináis la muchedumbre y os jactáis de mandar turbas de pueblos: el Señor os ha dado el poderío; y las manos del Altísimo, el imperio. El hará inquisición de vuestras obras y escudriñará vuestros designios..., porque severo juicio se hará de los que están en alto, pues no se encogerá ante nadie el Señor de todos, ni se intimidará ante grandeza alguna, porque El ha hecho al pequeño y al grande, y con igual desvelo atiende a todos. Pero a los mayores, espera suplicio mayor9.
    20. Y si alguna vez sucede que los príncipes ejercen su potestad temerariamente y fuera de sus límites, la doctrina de la Iglesia católica no consiente sublevarse particularmente y a capricho contra ellos, no sea que la tranquilidad del orden sea más y más perturbada, o que la sociedad reciba de ahí mayor detrimento; y si la cosa llegase al punto de no vislumbrarse otra esperanza de salud, enseña que el remedio se ha de acelerar con los méritos de la cristiana paciencia y las fervientes súplicas a Dios.
    21. Pero si los mandatos de los legisladores y príncipes sancionasen o mandasen algo que contradiga a la ley divina o natural, la dignidad y obligación del nombre cristiano y el sentir del Apóstol, exigen que se ha de obedecer a Dios antes que a los hombres10.
    La familia cristiana

    22. Por lo tanto, la virtud saludable de la Iglesia que redunda en el regimen más ordenado y en la conservación de la sociedad civil, la siente y experimenta necesariamente también la misma sociedad doméstica, que es el principio de toda sociedad y de todo reino. Porque sabéis, Venerables Hermanos, que la recta forma de esta sociedad, según la misma necesidad del derecho natural, se apoya primariamente en la unión indisoluble del varón y de la mujer, y se complementa en las obligaciones y mutuos derechos entre padres e hijos, amos y criados. Sabéis también que por los principios del socialismo esta sociedad casi se disuelve, puesto que, perdida la firmeza que obtiene del matrimonio religioso, es preciso que se relaje la potestad del padre hacia la prole, y los deberes de la prole hacia los padres.
    23. Por lo contrario, el matrimonio digno de ser por todo tan honroso11, y que en el principio mismo del mundo instituyó Dios mismo para propagar y conservar la especie humana, y decretó fuese inseparable, enseña la Iglesia que resultó más firme y más sagrado por medio de Cristo, que le confirió la dignidad de sacramento y quiso que representase la forma de su unión con la Iglesia.
    24. Por lo tanto, según advertencia del Apóstol12, como Cristo es Cabeza de la Iglesia, así el varón es cabeza de la mujer; y como la Iglesia está sujeta a Cristo, que la estrecha con castísimo y perpetuo amor, así enseña que las mujeres estén sujetas a sus maridos y que éstos a su vez las deban amar con afecto fiel y constante.
    25. De la misma manera la Iglesia establece la naturaleza de la potestad paterna y dominical, de suerte que pueda contener a los hijos y a los criados en su deber, pero sin por ello salirse de sus justos límites. Porque, según las enseñanzas católicas, la autoridad del Padre y Señor celestial se extiende a los padres y a los amos; y por ello dicha autoridad toma de El necesariamente, no sólo su origen y su eficacia, sino también su naturaleza y su carácter. Y así el Apóstol exhorta a los hijos a obedecer a sus padres en el Señor y honrar a su padre y a su madre, que es el primer mandamiento en la promesa13. Y también manda a los padres: Y vosotros no queráis provocar a ira a vuestros hijos, sino educadlos en la ciencia y conocimiento del Señor14.
    26. También a los siervos y señores se les propone, por medio de mismo Apóstol, el precepto divino de que aquéllos obedezcan a sus señores carnales como a Cristo, sirviéndoles con buena voluntad como al Señor; mas a éstos, que omitan las amenazas, sabiendo que el Señor de todos está en los cielos y que no hay acepción de personas ante Dios15.
    27. Todas las cuales cosas, si se guardasen con todo cuidado, según el beneplácito de la voluntad divina, por todos aquellos a quienes tocan, seguramente cada familia representaría la imagen del cielo, y los preclaros beneficios que de aquí se seguirían, no estarían encerrados entre las paredes domésticas, sino que emanarían abundantemente a las mismas repúblicas.
    Derecho de propiedad

    28. La prudencia católica bien apoyada sobre los preceptos de la ley divina y natural, provee con singular acierto a la tranquilidad pública y doméstica por las ideas que adopta y enseña respecto al derecho de propiedad y a la división de los bienes necesarios o útiles en la vida. Porque mientras los socialistas, presentando el derecho de propiedad como invención humana contraria a la igualdad natural entre los hombres; mientras, proclamando la comunidad de bienes, declaran que no puede conllevarse con paciencia la pobreza, y que impunemente se puede violar la posesión y derechos de los ricos, la Iglesia reconoce mucho más sabia y útilmente que la desigualdad existe entre los hombres, naturalmente desemejantes por las fuerzas del cuerpo y del espíritu, y que esta desigualdad existe también en la posesión de los bienes; por lo cual manda, además, que el derecho de propiedad y de dominio, procedente de la naturaleza misma, se mantenga intacto e inviolado en las manos de quien lo posee, porque sabe que el robo y la rapiña han sido condenados en la ley natural por Dios, autor y guardián de todo derecho; hasta tal punto, que no es lícito ni aun desear los bienes ajenos, y que los ladrones, lo mismo que los adúlteros y los adoradores de los ídolos, están excluidos del reino de los cielos.
    No por eso, sin embargo, olvida la causa de los pobres, ni sucede que la piadosa Madre descuide el proveer a las necesidades de éstos, sino que, por lo contrario, los estrecha en su seno con maternal afecto, y, teniendo en cuenta que representa a la persona de Cristo, el cual recibe como hecho a sí mismo el beneficio hecho por cualquiera al último de los pobres, les honra grandemente y les alivia por todos los medios, levanta por todas partes casas y hospicios, donde son recogidos, alimentados y cuidados; asilos, que toma bajo su tutela.
    30. Obliga a los ricos con el grave precepto de que den lo superfluo a los pobres, y les amenaza con el juicio divino, que les condenará a eterno suplicio, si no alivian las necesidades de los indigentes. Ella, en fin, eleva y consuela el espíritu de los pobres, ora proponiéndoles el ejemplo de Jesucristo, que, siendo rico, se hizo pobre por nosotros16, ora recordándoles las palabras con que los declaró bienaventurados, prometiéndoles la eterna felicidad.
    32. ¿Quién no ve cómo aquí está el mejor medio de arreglar el antiguo conflicto surgido entre los pobres y los ricos? Porque, como lo demuestra la evidencia de las cosas y de los hechos, si este medio es desconocido o relegado, sucede forzosamente que, o se verá reducida la mayor parte del género humano a la vil condición de esclavos, como en otro tiempo sucedió entre los paganos, o la sociedad humana se verá envuelta por continuas agitaciones, devorada por rapiñas y asesinatos, como deploramos haber acontecido en tiempos muy cercanos.
    La religión, y los gobernantes

    32. Por lo cual, Venerables Hermanos, Nos, a quien actualmente está confiado el gobierno de toda la Iglesia, así como desde el principio de Nuestro pontificado mostramos a los pueblos y a los príncipes, combatidos por fiera tempestad, el puerto donde pudieran refugiarse con seguridad; así ahora, conmovidos por el extremo peligro que les amenaza, de nuevo les dirigimos la apostólica voz, y en nombre de su propia salvación y de la del Estado les rogamos con la mayor instancia que acojan y escuchen como Maestra a la Iglesia, a la que se debe la pública prosperidad de las naciones, y se persuadan de que las bases de la Religión y del imperio se hallan tan estrechamente unidas, que cuanto pierde aquella, otro tanto se disminuye el respeto de los súbditos a la majestad del mando, y que conociendo, además, que la Iglesia de Cristo posee más medios para combatir la peste del socialismo que todas las leyes humanas, las órdenes de los magistrados y las armas de los soldados, devuelvan a la Iglesia su condición y libertad, para que pueda eficazmente desplegar su benéfico influjo en favor de la sociedad humana.
    Sociedades obreras

    33. Y vosotros, Venerables Hermanos, que conocéis bien el origen y la naturaleza de tan inminente desventura, poned todas vuestras fuerzas para que la doctrina católica llegue al ánimo de todos y penetre en su fondo.
    Procurad que desde la misma infancia se habitúen a amar a Dios con filial ternura, reverenciando a su Majestad; que presten obediencia a la autoridad de los príncipes y de las leyes; que refrenada la concupiscencia, acaten y defiendan con solicitud el orden establecido por Dios en la sociedad civil y en la doméstica.
    34. Poned, además, sumo cuidado en que los hijos de la Iglesia católica no den su nombre ni hagan favor ninguno a la detestable secta; antes al contrario, con egregias acciones y con actitud siempre digna y laudable hagan comprender cuán próspera y feliz sería la sociedad si en todas sus clases resplandecieran las obras virtuosas y santas.
    35. Por último, así como los secuaces del socialismo se reclutan principalmente entre los proletarios y los obreros, los cuales, cobrando horror al trabajo, se dejan fácilmente arrastrar por el cebo de la esperanza y de las promesas de los bienes ajenos, así es oportuno favorecer las asociaciones de artesanos y obreros que, colocados bajo la tutela de la Religión, se habitúen a contentarse con su suerte, a soportar meritoriamente los trabajos y a llevar siempre una vida apacible y tranquila.
    36. Dios piadoso, a quien debemos referir el principio y el fin de todo bien, secunde Nuestras empresas y las vuestras. Por lo demás, la misma solemnidad de estos días, en los que se celebra el nacimiento del Señor, Nos eleva a la esperanza de oportunísimo auxilio, pues Nos hace esperar aquella saludable restauración que al nacer trajo para el mundo corrompido y casi conducido al abismo por todos los males, y nos prometió también a nosotros aquella paz que entonces, por medio de los ángeles, hizo anunciar para los hombres. Ni la mano del Señor está abreviada de suerte que no pueda salvar, ni sus oídos se han cerrado de tal modo que no puedan oír17.
    Por lo tanto en estos días de tanta alegría, y al desearos, Venerables Hermanos, a vosotros y a los fieles todos de vuestra Iglesia, toda clase de prosperidades, con instancia rogamos al Dador de todo bien que de nuevo aparezcan a los hombres la benignidad y adulzura de Dios, Nuestro Salvador18, que, sacándonos de la potestad de nuestro implacable enemigo, nos elevó a la nobilísima dignidad de Hijos suyos.
    37. Y para que Nuestros deseos se cumplan perfecta y rápidamente, elevado vosotros también, Venerables Hermanos, con Nos, fervorosas oraciones al Señor, y junto a El interponed el patrocinio de la bienaventurada Virgen María, Inmaculada desde el principio; de su esposo San José y de los bienaventurados Apóstoles Pedro y Pablo, en cuya intercesión ponemos Nos la máxima confianza. Y entre tanto, como prenda de la divina gracia, y con todo el afecto del corazón, a vosotros, Venerables Hermanos; a vuestro Clero y a todos vuestros pueblos, concedemos en el Señor la Bendición Apostólica.
    Dado en Roma, junto a San Pedro, a 28 de diciembre de 1878, año primero de Nuestro Pontificado.
    1
    Is. 58, 1.
    2
    Iud. epist. v. 8.
    3
    1 Tim. 6, 10.
    4
    1 Tim. 3, 15.
    5
    2 Cor. 6, 14.
    6
    Eph. 3, 15.
    7
    Rom. 13, 1-7.
    8
    1 Cor. 12, 27.
    9
    Sap. 6, 3 ss.
    10
    Act. 5, 29.
    11
    Hebr. 13, 4.
    12
    Eph. 5, 23.
    13
    Ibid. 6, 1-2.
    14
    Ibid. 6, 4.
    15
    Ibid. 6, 5-7.
    16
    2 Cor. 8, 9.
    17
    Is. 59, 1.
    18
    Tit. 3, 4.

  12. #12
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    Re: Beatificación de Juan Pablo II

    Debo ser “el raro” de los foreros.

    A mí Juan Pablo II me cae muy bien, lo considero un gran papa. La labor en su largo pontificado fue impresionante. Ahora la Iglesia lo beatifica, y seguro que pronto lo canonizará. Es para mí una alegría y un estimulo en mi caminar por este valle sombrío.

    Pudo cometer errores. ¿Quién no los comete? pero el saldo de su pontificado es positivo. El Cielo debe estar empedrado de santos con muchos errores a cuestas. Si solo se salvaran los perfectos, aviados estamos.

    He leído en este hilo cosas verdaderamente espeluznantes, que no quise contestar para no remover un tema que me ha dado asco desde el principio. El colmo fue uno que enunciaba 101 herejías de Juan Pablo II, no conseguí leer nada más que las primeras, me repugnaba seguir leyendo.

    Mañana, será el reconocimiento oficial de la Iglesia a su excelsa figura. ¡Todo los demás carece de importancia!
    «Todo lo que manda el Rey,
    que va contra lo que Dios manda,
    no tiene valor de Ley,
    ni es Rey quien así se desmanda.»
    (Lope de Vega)

  13. #13
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    Re: Beatificación de Juan Pablo II

    Cita Iniciado por Anorgi Ver mensaje
    Debo ser “el raro” de los foreros.

    A mí Juan Pablo II me cae muy bien, lo considero un gran papa. La labor en su largo pontificado fue impresionante. Ahora la Iglesia lo beatifica, y seguro que pronto lo canonizará. Es para mí una alegría y un estimulo en mi caminar por este valle sombrío.

    Pudo cometer errores. ¿Quién no los comete? pero el saldo de su pontificado es positivo. El Cielo debe estar empedrado de santos con muchos errores a cuestas. Si solo se salvaran los perfectos, aviados estamos.

    He leído en este hilo cosas verdaderamente espeluznantes, que no quise contestar para no remover un tema que me ha dado asco desde el principio. El colmo fue uno que enunciaba 101 herejías de Juan Pablo II, no conseguí leer nada más que las primeras, me repugnaba seguir leyendo.

    Mañana, será el reconocimiento oficial de la Iglesia a su excelsa figura. ¡Todo los demás carece de importancia!
    Coincido con Anorgi y reitero mi obediencia al Santo Padre de Roma.
    "Solo Dios sabe hacer de los venenos remedio".
    Francisco de Quevedo

  14. #14
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    Re: Beatificación de Juan Pablo II

    Cita Iniciado por Anorgi Ver mensaje
    Debo ser “el raro” de los foreros.

    A mí Juan Pablo II me cae muy bien, lo considero un gran papa. La labor en su largo pontificado fue impresionante. Ahora la Iglesia lo beatifica, y seguro que pronto lo canonizará. Es para mí una alegría y un estimulo en mi caminar por este valle sombrío.

    Pudo cometer errores. ¿Quién no los comete? pero el saldo de su pontificado es positivo. El Cielo debe estar empedrado de santos con muchos errores a cuestas. Si solo se salvaran los perfectos, aviados estamos.

    He leído en este hilo cosas verdaderamente espeluznantes, que no quise contestar para no remover un tema que me ha dado asco desde el principio. El colmo fue uno que enunciaba 101 herejías de Juan Pablo II, no conseguí leer nada más que las primeras, me repugnaba seguir leyendo.

    Mañana, será el reconocimiento oficial de la Iglesia a su excelsa figura. ¡Todo los demás carece de importancia!

    Pues aqui " Otro Raro" que celebra con algarabia este día a nuestro nuevo Beato ...ahora junto a San Jose patrón del Perú envia a tu pueblo su bendición.

    ¡ Viva Cristo Rey !
    Última edición por Ultramar; 01/05/2011 a las 18:57

  15. #15
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    Re: Beatificación de Juan Pablo II

    Hyeronimus, te agradezco la información que subiste sobre JPII, quien claramente apoyó el comunismo. No había leído ese artículo de Valladares. Es cierto que este hilo no es sobre comunismo-anticomunismo pero es sobre la beatificación (fraudulenta) de Juan P. II, por lo que creo que cabe analizar quién fue realmente este hereje. No tengo claro si se puede decir que es hereje por apoyar el comunismo, pero sé que el comunismo fue condenado formalmente por la Iglesia, por lo que Karol W - una vez más - rechazó el Magisterio. De todas maneras, si nunca hubiese apoyado el comunismo, hay TONELADAS de información que demuestran que rechazó la dogmática católica todo lo que pudo (libertad religiosa, etc.). Enseñó muchísimos errores. La evidencia muestra que fue un hereje pertinaz y malvado, vestido de ángel de luz. Es, en mi opinión y sosteniendo la evidencia, un anti-cristo.

  16. #16
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    Re: Beatificación de Juan Pablo II

    Aquí hay bastante evidencia para demostrar lo que dije: Juan Pablo II vs. la Iglesia Católica

  17. #17
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    Re: Beatificación de Juan Pablo II

    Cita Iniciado por Jorge Zamora E. Ver mensaje
    Aquí hay bastante evidencia para demostrar lo que dije: Juan Pablo II vs. la Iglesia Católica

    Dos cuestiones de primerísima necesidad, desde mi punto de vista:

    1.- Ante tan abrumadora "evidencia" yo, como católico, quiero escuchar y conocer el alegato de los acusados, eso es lo que se debe hacer en justicia. Quiero ser yo quien determine ante mi conciencia, y es ante mi conciencia pues es esta la que se ve afectada muy gravemente por lo que se está exponiendo y no me vale ni la consideración de usted ni la de nadie más, se diga lo que se diga o se piense lo que se piense, sólo la mía pues sólo yo y nadie más que yo he de rendir cuentas ante el Altísimo de mis propios actos, de si son justas las acusaciones o hay manipulación malvada en todo o en parte, de un lado y de otro.

    2.- Si tanta certeza hay sobre estas evidencias, si tanta es la convicción de lo acontecido durante el pontificado de JPII, ¿por qué no se planteó un cisma inmediatamente? ¿Por qué un importante sector de la Iglesia no se separó de la otra?
    "He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.

    <<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>

    Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.

    Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."

    En la hora crepuscular de Europa José Mª Alejandro, S.J. Colec. "Historia y Filosofía de la Ciencia". ESPASA CALPE, Madrid 1958, pág., 47


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  18. #18
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    Re: Beatificación de Juan Pablo II

    Cita Iniciado por Jorge Zamora E. Ver mensaje
    Enseñó muchísimos errores. La evidencia muestra que fue un hereje pertinaz y malvado, vestido de ángel de luz. Es, en mi opinión y sosteniendo la evidencia, un anti-cristo.
    ¿Por qué, si tanta seguridad tiene usted para hacer estas afirmaciones, no presenta una denuncia pública ante el tribunal eclesiástico que corresponda en lugar de estar haciendo aquí estas horrendas acusaciones que sé positivamente están hiriendo a mucha gente?
    "He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.

    <<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>

    Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.

    Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."

    En la hora crepuscular de Europa José Mª Alejandro, S.J. Colec. "Historia y Filosofía de la Ciencia". ESPASA CALPE, Madrid 1958, pág., 47


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  19. #19
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    Re: Beatificación de Juan Pablo II

    "Según los conocimientos, competencia y posición que gozan los fieles tienen el derecho e incluso a veces el deber de manifestar a los Pastores su opinión sobre cuestiones que pertenecen al bien de la Iglesia y también tienen derecho a hacer conocer su opinión a los demás fieles cristianos , con el debido respeto a la integridad de la fe y la moral y a la reverencia hacia sus pastores, y con la consideración por el bien común y la dignidad de las personas.

    (CIC, Codex Iuris Canonicus (1983), Can. 212.3)

    Es decir, Derecho Canónico postconciliar, el mismo supervisado directamente por JPII.

    Las cuestiones son estas:

    1.- ¿Quién está aquí en condiciones de "conocimientos" (y reconocidos "por quién o quiénes"); "competencia" (¿otorgada por ...?); y "posición" (¿ante quién y reconocida por...?)

    2.- Opinión, es decir, juicio moral subjetivo, no juicio con valor de sentencia.

    3.- "a los demás fieles cristianos" y ¿a los no cristianos también? ¿Qué clase de escándalo estamos dando en este hilo a la vista de cualquiera?

    4.- "reverencia a sus pastores" ¿hay reverencia alguna aquí hacia personas que son miembros de la Iglesia?

    5.-""consideración del bien común" ¿de verdad? ¿cómo? ¿ sembrando la duda y la división?

    6.- "la dignidad de las personas" Pues ya se dirá ¿dónde está el cumplimiento de dicho precepto?

    ¡Esto es bochornoso!, ¡qué vergüenza me proporcionáis algunos!


    Y para que quienes se sientan afectados, este es el enlace al Código Canónico:

    http://www.rincondelvago.com/derecho-canonico_1.html

    Y del "rincón del vago" porque sus partes vienen muy pedagógicamente estructuradas.
    Última edición por Valmadian; 02/05/2011 a las 17:35
    "He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.

    <<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>

    Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.

    Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."

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  20. #20
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    Re: Beatificación de Juan Pablo II

    Es muy triste de ver como en este hilo se van contando rifles, y dos bandos de foreros se van formando en defensa de aquello que creen ser el "verdadero" catolicismo. No me preocupa que se debata sobre los errores de Juan Pablo II en cuanto hombre y en cuanto Papa y en como eses errores pueden haber condicionado el pasado reciente, el presiente y el futuro cercano del cristianismo católico, todo lo contrario: para eso también esta el hispanismo.org. Pero hacerlo públicamente, de una manera que induce el lector y el forero a participar en un nuevo cisma de la Iglesia, una división entre "buenos" y "malos", con insultos de promedio, creo que es dar el flanco a todos cuantos quieren lo mal y la muerte de nuestra fe. Además, será la también la manera de defender y promover los valores del tradicionalismo con peores resultados prácticos.
    res eodem modo conservatur quo generantur
    SAGRADA HISPÂNIA
    HISPANIS OMNIS SVMVS

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