¿Y qué podemos esperar que diga un papelajo como El Pis?
¿Y qué podemos esperar que diga un papelajo como El Pis?
"Subraya que también hubo diáconas."
El término diaconisa es el femenino adecuado de diácono, y no diácona ni diaconesa.
https://www.fundeu.es/recomendacion/...no-de-diacono/
"He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.
<<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>
Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.
Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."
En la hora crepuscular de Europa José Mª Alejandro, S.J. Colec. "Historia y Filosofía de la Ciencia". ESPASA CALPE, Madrid 1958, pág., 47
Nada sin Dios
El articulito ya lo había leído directamente, por supuesto demuestra la crisis y el CISMA que existe de facto, aunque todavía no está formalizado. El diario El País en realidad en todo este problema no tiene nada que decir, aunque se posiciona entrometiéndose en algo que excede su ámbito el cual se supone es el del informar, otra cuestión es que informe adecuadamente por cuanto la trayectoria de este panfleto diario es sobradamente conocida. El infumable texto está cuajado de enlaces a si mismo, más que en un alarde de autocomplacencia, en una inmoral exhibición de ataques continuos a todo lo que ha sido y es la Iglesia. Además, y debería saltar a la vista directamente, aunque no salta porque es preciso establecer un enlace y no se procede así, para comprobar quién es el articulista, aunque lo más probable es que sea un tal Daniel Verdú, corresponsal de este diario en Italia y el Vaticano. Pero esto es como quienes en un hospital se ocupan de distribuir las horas de las consultas, reenviar a análisis, etc., o sea, eso de la ventanilla, y que no por ello se convierten en cirujanos cardiovasculares. Es decir, ser corresponsal no da los conocimientos teológicos, ni doctrinales, como para ser el "encargado" de "informar" a sus lectores de realidad alguna, pero sí de "enredar y hacer lío" o, si se prefiere, el zorro metido en el gallinero.
Así que vamos a empezar por ver las razones de la conveniencia del celibato que, sin ser dogma, si es más que conveniente y no deja de tener su fundamento en los propios Evangelios en los cuales se recomienda, lo que hagan otras iglesias fundadas por hombres, o surgidas por discrepancias humanas, cuando no por aislamientos geográficos, es otra cosa. Pero desde la Iglesia católica no se pueden promover situaciones que, de hecho, se han dado mucho en siglos pasados cuando los misioneros en situaciones muchas veces límites se veían en la necesidad de tener que improvisar como, por ejemplo, ¿qué hacer ante las indígenas de alguna aldea perdida en la selva que llevaban los pechos al aire? Desde luego, no tengo noticia de que se organizase en Roma ningún sínodo para tratar este asunto. Y así por siglos enteros hasta llegar a un papado en el que está todo manga por hombro, y su titular en vez de apaciguar las cosas y tomar las oportunas medidas, se dedica al enredar, a "hacer lío".
Nada de todo esto era necesario, bastaba con que los obispos consultasen al Vaticano en privado estas cuestiones y aplicasen las medidas necesarias a cada caso. Pero esto es lo que pasa cuando en lugar de ocuparse de los asuntos de la Iglesia, como corresponde, desde la sede de Roma se dedican a hacer política internacional y se suman al NOM.
La razón de ser del celibato en la Iglesia. Entrevista al P. Jorge Luis Hidalgo
Javier Navascués, el 19.08.19
El P. Jorge Luis Hidalgo es licenciado en Educación Religiosa por la Universidad argentina de FASTA. En esta ocasión analiza en profundidad lo que es el celibato, sus razones teológicas y conveniencias, realizando un repaso pormenorizado de todo lo que la Iglesia ha dicho al respecto a lo largo de la Historia.
¿Qué entendemos por celibato en la Iglesia?
El celibato es la renuncia del uso de las potencias generativas por amor a Cristo y a su Iglesia, “por el Reino de los Cielos” (Mt. 19, 12). Es la “perla preciosa”, que “conserva todo su valor también en nuestro tiempo, caracterizado por una profunda transformación de mentalidades y de estructuras”, en palabras del Papa Pablo VI. En palabras de la Concordia discordantium canonum, o más conocido por Decreto de Graciano, consiste in non contrahendo matrimonio et in non utendo contracto (no contrayendo matrimonio y no teniendo contacto). Por eso, según San Juan Crisóstomo, “el sacerdote ha de ser tan puro como si se hallara en los cielos en medio de aquellas angélicas potestades”. Por esta razón, desde tiempos apostólicos, la Iglesia ha unido el sacerdocio al celibato, para que por la elevación de las cosas de este mundo puedan los sacerdotes dedicarse exclusivamente a las cosas de Dios, con un corazón indiviso. Es, como dice el Papa Pío XI, “aquella virtud que tenemos por una de las glorias más puras del sacerdocio católico y que responde mejor a los deseos del Corazón santísimo de Jesús y a sus designios sobre las almas sacerdotales”.
¿Cuál es el origen etimológico de la palabra?
La palabra celibato proviene del latín caelebs, caelibis, que quiere decir soltero, sin esposa. En la definición usual dada por la Real Academia Española se refiere particularmente a “quien ha hecho voto de castidad”.
Al comienzo de la predicación evangélica, si alguno estaba casado, siguiendo el ejemplo de San Pedro, debía dejar el débito conyugal. Este es el sentido de la definición ya citada de Graciano. Más adelante, sólo quien prometía para toda la vida la castidad perfecta recibía las Sagradas Órdenes, incluso a los subdiáconos, como lo interpretan San León Magno y San Gregorio Magno.
Dándole una explicación más espiritual, San Isidoro de Sevilla dice: “En un primer momento se denominó casto a los «castrados»; más tarde pareció oportuno a nuestros antepasados aplicar este nombre a los que habían hecho promesa de mantener perpetua abstinencia sexual. Caeles (celestial) se dice así porque orienta su camino hacia el cielo. Caelebs (célibe), significa el que no está casado, como son los bienaventurados del cielo, ajenos al matrimonio. Y se dice caelebs como si dijéramos caelo beatus (bendito en el cielo).”
Es algo que no forma propiamente parte del dogma, pero que la Tradición de la Iglesia ha tenido siempre en alta estima…
Exactamente, hasta tal punto que se lo ha ligado estrechamente al sacerdocio.
Pero que no sea parte del dogma no quiere decir que se pueda cambiar. Por ejemplo, el Cardenal Sticker, en «El Celibato Eclesiástico: Historia y Fundamentos Teológicos» sostiene, luego de un profundo análisis, que “un buen número de ellos [de canonistas] es del parecer que una dispensa de tal magnitud [general] sólo puede ser dada en casos singulares, y no para todos, porque ello equivaldría a la abolición de una obligación contra el estatus eclesial, cosa que ni aún al Papa le sería posible”.
No forma parte de la naturaleza intrínseca del sacerdocio pero es una gracia añadida por la Iglesia para su perfecto desempeño…
Como escribió el Papa Pablo VI, cuando muchos quisieron abolir el celibato, después de la crisis postconciliar: “Es, pues, el misterio de la novedad de Cristo, de todo lo que él es y significa; es la suma de los más altos ideales del evangelio, y del reino; es una especial manifestación de la gracia que brota del misterio pascual del redentor, lo que hace deseable y digna la elección de la virginidad, por parte de los llamados por el Señor Jesús, con la intención no solamente de participar de su oficio sacerdotal, sino también de compartir con Él su mismo estado de vida.” Por la firme voluntad del Pontífice en ese punto se mantuvo la praxis eclesial. De este modo, Pablo VI actuó como lo han hecho todos los Papas que lo han precedido, como demuestra el Cardenal Stickler en el escrito citado: “La Iglesia lo ha querido y lo quiere en el futuro”.
Y una norma de obligado cumplimiento en la Iglesia…
Así es, como toda norma en la Iglesia. Todos los que recibieron la Ordenación Diaconal, en la Iglesia latina, sabían que prometían libremente esta promesa, delante de Nuestro Señor.
La falta contra alguno de los mandamientos no exige que ellos deban ser abolidos. Más aún, ni siquiera si nadie lo cumpliera no querría decir que no fuera lo más conveniente.
Muchas veces nosotros escuchamos en la Iglesia: “Tal sacerdote realizó tal o cual acción”, magnificado por los medios de comunicación. Y entonces se cree falsamente que el problema está en el celibato. La realidad, por el contrario, es que hace más ruido un árbol que cae que todos los demás del bosque que permanecen de pie.
Para la perseverancia importa mucho, ante todo, tener la mente clara desde los primeros años de formación. Sostiene el Papa Pío XII: “Ilústrese a los seminaristas sobre la naturaleza del celibato eclesiástico, de la castidad que deben observar y sobre las obligaciones que ella comporta, e instrúyanse sobre los peligros que puedan salirles al paso.” Deben tener bien presente, como señala el ya citado Cardenal Stickler: “el sacerdocio católico no ha sido establecido por el Fundador de la Iglesia sobre los hombres, que se transforman y cambian, sino sobre el misterio inmutable de la Iglesia y del propio Cristo.” Por eso no se les debe inculcar que el celibato es una mera ley de la Iglesia, y que por ende podría ser revocada. Se necesita, además, como recomienda el Papa Juan Pablo II, que los candidatos sean educados en la sexualidad, pues “la madurez afectiva ha de saber incluir, dentro de las relaciones humanas de serena amistad y profunda fraternidad, un gran amor, vivo y personal, a Jesucristo”. De este modo se vivirá “la castidad con fidelidad y alegría”.
Por otra parte, es fundamental recurrir siempre a los medios que la Iglesia nos ha aconsejado. Como recuerda el Papa Pablo VI: “Nueva fuerza y nuevo gozo aportará al sacerdote de Cristo el profundizar cada día en la meditación y en la oración los motivos de su donación y la convicción de haber escogido la mejor parte. Implorará con humildad y perseverancia la gracia de la fidelidad, que nunca se niega a quien la pide con corazón sincero, recurriendo al mismo tiempo a los medios naturales y sobrenaturales de que dispone. No descuidará, sobre todo, aquellas normas ascéticas que garantiza la experiencia de la Iglesia, que en las circunstancias actuales no son menos necesarias que en otros tiempos.”
¿Desde qué años existe el celibato?
El celibato existe desde el Nuevo Testamento. Aunque hay alusiones veterotestamentarias (los profetas Jeremías y Daniel, por ejemplo), ya cuando despunta la aurora de la salvación vemos que María Santísima es Madre y Virgen, modelo de toda vocación en la Iglesia. De igual modo, se afirma en la Sagrada Escritura de San Juan Bautista y en la Tradición de San José. Es Cristo mismo quien se desposa únicamente con la Iglesia en las bodas de Sangre del Calvario. Y es Él que dice que para seguirle hay que renunciar a todo lo que uno posee, incluso esposa e hijos (cf. Lc. 18, 28-30). Así lo entendieron los mismos Apóstoles, como expresamente lo dice San Pablo (cf. 1 Cor. 7, 7-8).
La alta estima en la Iglesia antigua por la virginidad y el celibato, movidos por el ejemplo de numerosos mártires, que preferían morir antes que profanar su voto de castidad perpetua, dio origen al monaquismo, como cristalización de la vida consagrada, que existía desde el comienzo de la Iglesia. El desierto se convirtió en el destino de numerosas peregrinaciones de cristianos; en el lugar de refugio de los confesores de la fe, como San Atanasio. Sus vidas fueron consideradas ejemplares por los cristianos. No por nada los primeros escritos hagiográficos son las vidas de San Antonio y de San Martín de Tours, escritas por San Atanasio y Sulpicio Severo, respectivamente.
La primera norma escrita sobre la castidad aparece en España. Como dice el Papa Pío XI: “La primera huella del celibato eclesiástico la hallamos en el canon 33 del Concilio de Elvira, celebrado a principios del siglo IV, todavía en plena persecución, lo que prueba su práctica antigua. Y esa ordenación en forma de ley no hace más que añadir fuerza a un postulado que se derivaba ya del Evangelio y de la predicación apostólica”. Que se haya escrito en ese momento es un signo que había algunos que entonces faltaban a su promesa, no es algo que se haya promulgado en esa ocasión. Como dice el Cardenal Sticker: “Se manifiesta claramente, por el contrario, como una reacción contra la inobservancia, muy extendida, de una obligación tradicional y bien conocida a la que en ese momento se añade también una sanción: o bien se acepta el cumplimiento de la obligación asumida, o bien se renuncia al estado clerical.”
Muy cerca de esa época, los Concilios de Cartago (390 y 419), con la asistencia de todo el Episcopado africano, admiten su práctica. Lo mismo dígase del Sínodo Romano del 386 y del Concilio de Telepte del año 418; junto con las disposiciones de los Papas Siricio, San Inocencio I, San León y San Gregorio Magnos, con los otros testimonios patrísticos, tanto de Occidente (San Ambrosio, San Jerónimo, San Agustín, etc.) como de Oriente (San Epifanio de Salamina, San Efrén, etc.).
¿Qué importancia tuvo al respecto el Concilio de Letrán?
Llegando a la Cristiandad y a la Edad Moderna tenemos los Concilios Primero de Letrán (1123) y de Trento (1545 – 1563).
En el canon 3 del Concilio de Letrán se dice: “Prohibimos absolutamente a los presbíteros, diáconos y subdiáconos la compañía de concubinas y esposas, y la cohabitación con otras mujeres fuera de las que permitió el Concilio de Nicea que habitaran por el solo motivo de parentesco, la madre, la hermana, la tía materna o paterna y otras semejantes, sobre las que no puede darse justa sospecha alguna”. El mandato está dado con ocasión de la Reforma de San Gregorio VII, en el contexto de la querella de las investiduras. Los príncipes colocaban a los Prelados favorables a sus intereses, muchos de los cuales no tenían vocación y que, por ende, vivían amancebados. San Gregorio, en su combate por la integridad del clero, murió en el destierro. Pero finalmente su reforma cristalizó en la Iglesia, como se ve en la citada norma.
Como es sabido, con ocasión del protestantismo la Iglesia convocó al Concilio de Trento. Emanó dos clases de decretos: dogmáticos y de reforma. Con los primeros, definió con claridad el dogma católico, con los segundos impuso la vida cristiana en todos los ámbitos. Por eso estableció la obligación de residencia de los obispos, reformó la vida del clero y estableció los seminarios. Como dice el padre Alfredo Sáenz: “Trento realizó así la síntesis de más de un milenio de contemplación”. Para un cristiano, en efecto, todos los temas deben ser solucionados desde Dios. Así lo hizo el Concilio Tridentino. Por eso tenemos su influjo benéfico en toda la vida de la Iglesia durante cuatro siglos, en todas las materias, también para los sacerdotes, en todos sus aspectos.
Parece lógico que el sacerdote (sacerdos) se dedique en exclusiva a lo sagrado…
Efectivamente, el sacerdote es el que se debe dedicar exclusivamente a lo sagrado. Su corazón debe ser íntegro para Dios. En cambio, en las personas casadas, su corazón está dividido, al decir de San Pablo (cf. 1 Cor. 7, 32-34), pues deben ocuparse necesariamente de su familia y de los asuntos terrenales. Por esa razón decía San Pío X, dirigiéndose a los sacerdotes: “Que en vosotros brillo con esplendor inalterable la castidad, el mejor ornato, de nuestro orden sacerdotal. Por el brillo de esta virtud el sacerdote se hace semejante a los ángeles, aparece más venerable ante el pueblo cristiano y es más fecundo en frutos de santidad”.
La palabra sacerdote, del latín sacerdos, sacerdotis, viene de sacer, esto es, sagrado. Con el celibato, su estado cuadra a la perfección con su ser y su misión en la tierra, tal como es continuar obrando in persona Christi Capitis (en la persona de Cristo Cabeza). Por eso decía el Papa Pío XI: “El increíble honor y dignidad del sacerdocio cristiano […] demuestra la conveniencia suma del celibato y de la ley que le impone a los ministros del altar”.
Igualmente los religiosos y personas consagradas…
Como ya hemos dicho, el alto ideal cristiano de los primeros siglos hizo surgir el monacato primitivo. Aunque existían personas consagradas a Dios desde un comienzo de la historia de la Iglesia, la vida religiosa cobró un impulso particular desde el fin de las persecuciones. Por ende, para parecerse más a Cristo, profesaron los tres votos de pobreza, castidad y obediencia. Por esa razón se lo llamó el estado de perfección. El abrazar esta vocación no se hace como repudio al matrimonio (actitud que la Iglesia siempre ha condenado), sino, como dice el Papa Pío XII: “para poder más fácilmente entregarnos a las cosas divinas, alcanzar con mayor seguridad la eterna bienaventuranza y, finalmente, dedicarnos con más libertad a la obra de conducir a otros al reino de los cielos”.
¿Por qué otras razones es conveniente el celibato?
El Papa Pablo VI propone en su encíclica sobre el celibato tres motivos para su permanencia: la dimensión cristológica, la eclesiológica y la escatológica.
Jesucristo, único Sacerdote (pues los otros actúan en su nombre, como dice Santo Tomás), en cuyo Corazón ardía el amor a Dios nuestro Señor y al prójimo, quiso para Sí este estilo de vida. Él se ha desposado con la Iglesia con un amor totalizante, que lo ha llevado a la muerte. Por eso sus discípulos, que hacen sus veces en la tierra, deben dejar esposa e hijos, por Él y por el Evangelio; para estar a solas con Él y poder ser enviados a predicar, donde Él lo requiera. Por ello decía el Papa Pío XII: “Cuanto más refulge la castidad sacerdotal, tanto más viene a ser el sacerdote, junto con Cristo, «hostia pura, hostia santa, hostia inmaculada».”
En segundo lugar, la Iglesia necesita almas orantes, que se dediquen a contemplar y a profundizar la Palabra de Dios, pues nadie da lo que no tiene. El rezo diario de la Santa Misa, la oración propia de la Iglesia tal como es el Oficio Divino, el desgranar los misterios del Santo Rosario, etc., es el motor de su apostolado. De esta fuente puede brotar la entrega total a las almas, que debe ser una inmolación continua. Por eso decía Juan XXIII: “Esta ascesis necesaria de la castidad, lejos de encerrar al sacerdote en un estéril egoísmo, lo hace de corazón más abierto y más dispuesto a todas las necesidades de sus hermanos: «Cuando el corazón es puro —decía muy bien el Cura de Ars— no puede menos de amar, porque ha vuelto a encontrar la fuente del amor que es Dios».”
En tercer lugar, el celibato es un signo de los bienes celestiales, donde toda la Iglesia anhela llegar. Allí los hombres serán como ángeles en el Cielo, sin casarse. Este estilo de vida, por eso, es un anticipo de la eternidad en el tiempo. Como dice San Gregorio de Nacianzo: La virginidad “induce a Dios a participar de la vida del hombre, da alas al deseo del hombre de ascender a los coros celestiales y es lazo de unión entre la naturaleza humana y Dios, armonizando con su mediación estos extremos tan dispares entre sí por naturaleza”.
Muchos objetan que al no ser parte del dogma se podría cambiar, pero se ve que las consecuencias serían nefastas…
Hoy, como tantas veces, se escuchan estas voces en la Iglesia. Muchos temen que así como la distribución de la Santa Comunión en la mano se impuso faltando a los deseos de Pablo VI y después se extendió por todo el mundo por un indulto de Juan Pablo II (indulto que quiere decir permisión, no voluntad expresa), del mismo modo ocurra ahora, con el Sínodo del Amazonas. Como ya decía el Cardenal Sticker: “No es menos clara la oposición de la Iglesia contra los intentos, constantemente renovados después del Concilio Vaticano II, de ordenar como sacerdotes a viri probati —es decir, hombres casados sin exigirles la renuncia al matrimonio—, o de permitir el matrimonio de los sacerdotes.”
La ausencia de vocaciones y de perseverancia en el estado sacerdotal es signo de la profunda crisis moral y de fe que afecta la Iglesia. Como dice el citado Cardenal: “Donde disminuye la fe, disminuye también la fuerza de la perseverancia, y donde muere la fe, muere también la continencia.” Ya nos advertía San Pío X, en su Encíclica Pascendi, condenando al modernismo, que “hay finalmente quienes, dando de muy buena gana oídos a los maestros protestantes, desean que se suprima en el sacerdocio el mismo sagrado celibato. ¿Qué dejan, pues, intacto en la Iglesia, que no haya de ser reformado por ellos y de acuerdo con sus proclamas?”
Con una falsa extrapolación, algunos dicen querer imitar la ley de la oikonomía de Oriente en Occidente, y así como se permite unas segundas nupcias, aunque sin solemnidad, en el matrimonio, sin haber muerto el verdadero cónyuge, hacer lo mismo con respecto al celibato. La verdad es que el Cardenal Sticker demuestra que el Concilio Trullano II o Quinisexto (691) cita a los mencionados Concilios de Cartago, tergiversándolos, dado que la inmensa mayoría de los Orientales desconocían el latín, como los Occidentales al griego. De este modo, cambian la doctrina apostólica sobre el celibato para los que recibían el sacramento del Orden. Es similar a lo ocurrido con respecto a las ya dichas segundas nupcias del matrimonio.
Muchos santos han luchado para mantener este alto ideal en el clero. Recordemos algunos ejemplos. Los primeros que se opusieron a la predicación de San Juan Crisóstomo fueron los pastores que no quisieron vivir según su estado. Hablando de ello, Paladio dice acerca de sus sermones y escritos: “Esto causó gran indignación en aquellos del clero que no tenían amor de Dios y ardían en pasiones”. San Pedro Damián, en su escrito Liber Gomorrhianus, dirigido al Papa San León IX, fustiga la homosexualidad y la pedofilia del clero, critica falsos cánones indulgentes para los reos y sostiene en este punto que “la iniquidad del alma cristiana supera el pecado de los Sodomitas”. El Cardenal Cisneros se quejaba ante los Reyes que parecía que el Arzobispado de Santiago de Compostela se heredara de padres a hijos, dado que había estado en manos de tres generaciones consecutivas.
El fastidio actual de nuestro tiempo debe llegar a ser una santa indignación por el celo por la gloria de Dios que los motivó, a estos y a otros santos, a luchar con todas sus fuerzas para que, como dice el salmo, sea “la santidad el adorno de tu casa, Señor, por días sin término” (Ps. 92,5).
¿Quiere añadir algo para acabar de redondear el tema?
Quiero terminar citando las palabras de un escritor argentino, Gustavo Martínez Zuviría (1883-1963), más conocido por su sobrenombre de Hugo Wast, para que todos oremos por los sacerdotes, y para que las familias católicas le pidan a Dios que brote este don para Dios, para la Iglesia y para ellos.
«Cuando se piensa que ni la Santísima Virgen puede hacer lo que un sacerdote.
Cuando se piensa que ni los ángeles ni los arcángeles, ni Miguel ni Gabriel ni Rafael, ni príncipe alguno de aquellos que vencieron a Lucifer pueden hacer lo que un sacerdote.
Cuando se piensa que Nuestro Señor Jesucristo en la última Cena realizó un milagro más grande que la creación del Universo con todos sus esplendores y fue el convertir el pan y el vino en su Cuerpo y su Sangre para alimentar al mundo, y que este portento, ante el cual se arrodillan los ángeles y los hombres, puede repetirlo cada día un sacerdote.
Cuando se piensa en el otro milagro que solamente un sacerdote puede realizar: perdonar los pecados y que lo que él ata en el fondo de su humilde confesionario, Dios obligado por su propia palabra, lo ata en el cielo, y lo que él desata, en el mismo instante lo desata Dios.
Cuando se piensa que la humanidad se ha redimido y que el mundo subsiste porque hay hombres y mujeres que se alimentan cada día de ese Cuerpo y de esa Sangre redentora que sólo un sacerdote puede realizar.
Cuando se piensa que el mundo moriría de la peor hambre si llegara a faltarle ese poquito de pan y ese poquito de vino.
Cuando se piensa que eso puede ocurrir, porque están faltando las vocaciones sacerdotales; y que cuando eso ocurra se conmoverán los cielos y estallará la Tierra, como si la mano de Dios hubiera dejado de sostenerla; y las gentes gritarán de hambre y de angustia, y pedirán ese pan, y no habrá quien se los dé; y pedirán la absolución de sus culpas, y no habrá quien las absuelva, y morirán con los ojos abiertos por el mayor de los espantos.
Cuando se piensa que un sacerdote hace más falta que un rey, más que un militar, más que un banquero, más que un médico, más que un maestro, porque él puede reemplazar a todos y ninguno puede reemplazarlo a él.
Cuando se piensa que un sacerdote cuando celebra en el altar tiene una dignidad infinitamente mayor que un rey; y que no es ni un símbolo, ni siquiera un embajador de Cristo, sino que es Cristo mismo que está allí repitiendo el mayor milagro de Dios.
Cuando se piensa todo esto, uno comprende la inmensa necesidad de fomentar las vocaciones sacerdotales.
Uno comprende el afán con que en tiempos antiguos, cada familia ansiaba que de su seno brotase, como una vara de nardo, una vocación sacerdotal.
Uno comprende el inmenso respeto que los pueblos tenían por los sacerdotes, lo que se refleja en las leyes.
Uno comprende que el peor crimen que puede cometer alguien es impedir o desalentar una vocación.
Uno comprende que provocar una apostasía es ser como Judas y vender a Cristo de nuevo.
Uno comprende que si un padre o una madre obstruyen la vocación sacerdotal de un hijo, es como si renunciaran a un título de nobleza incomparable.
Uno comprende que más que una Iglesia, y más que una escuela, y más que un hospital, es un seminario o un noviciado.
Uno comprende que dar para construir o mantener un seminario o un noviciado es multiplicar los nacimientos del Redentor.
Uno comprende que dar para costear los estudios de un joven seminarista o de un novicio, es allanar el camino por donde ha de llegar al altar un hombre que durante media hora, cada día, será mucho más que todas las dignidades de la tierra y que todos los santos del cielo, pues será Cristo mismo, sacrificando su Cuerpo y su Sangre, para alimentar al mundo.»
Muchas gracias, a Ud. y a todos, por su atención.
Javier Navascués Pérez
La razón de ser del celibato en la Iglesia. Entrevista al P. Jorge Luis Hidalgo
Última edición por Valmadian; 30/09/2019 a las 13:06
"He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.
<<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>
Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.
Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."
En la hora crepuscular de Europa José Mª Alejandro, S.J. Colec. "Historia y Filosofía de la Ciencia". ESPASA CALPE, Madrid 1958, pág., 47
Nada sin Dios
Porqué resucitar a las diaconisas no es una buena idea
Jorge Soley, el 13.10.15
No he escrito nada sobre el Sínodo de las Familias que se está desarrollando estos días en Roma. No creo que lo que pudiera escribir consiguiera tener el más mínimo impacto positivo en los asistentes al Sínodo, así que me estoy dedicando a rezar, que me parece una estrategia mucho más eficaz. No me evita unos sustos de muerte, pero al menos alimenta mi esperanza.
Pero sí quiero detenerme un momento en la argumentación que Dwight Longenecker ha escrito a propósito de la sugerencia del arzobispo Paul-Andre Durocher de Gatineau, en el Quebec, a favor de la ordenación de mujeres diaconisas. Lo que ha escrito Longenecker en Crux me ha hecho bien, me ha enseñado y lo ha hecho con argumentos sólidos y razonados.
Empieza Longenecker reconociendo que hubo diaconisas en los primeros tiempos de la Iglesia:
“Jesús escogió a hombres como sus apóstoles, por lo que las mujeres no pueden ser sacerdotes. Sin embargo, fueron los apóstoles quienes eligieron diáconos en Hechos, capítulo 6, por lo que podría decirse que los obispos, que son los sucesores de los apóstoles, podrían elegir a quién quisieran como diáconos. Aunque los apóstoles escogieron sólo a hombres en Hechos 6, en la Epístola a los Romanos, San Pablo menciona a “Febe, diaconisa de la iglesia de Cencrea.” San Jerónimo traduce la palabra diaconos (diácono) como indicando que Febe estaba “en el ministerio de la iglesia“.
¿Y en qué consistía este diaconado? Lo que sabemos, principalmente a través de las Constituciones Apostólicas, indican que las diaconisas se dedicaban a la administración de las obras caritativas de la Iglesia. Asimismo, tenían también la tarea de mantener la modestia y el decoro en los bautismos. Como los catecúmenos eran bautizados desnudos, se necesitaba a una mujer para el caso de que fuese también mujer quien recibía el bautismo.
Comenta Longenecker: “es preciso señalar que el papel del diácono y el de la diaconisa no eran intercambiables. Por ejemplo, las Constituciones Apostólicas especifican que “la diaconisa no bendice ni realiza nada perteneciente al oficio de los presbíteros o diáconos, sino que sólo guarda las puertas y ayuda a los presbíteros en el bautismo de las mujeres a causa de la decencia” (Libro VIII, Sección XXVIII)”. De hecho, el rito de ordenación de las diaconisas y el de los diáconos eran diferentes, incluyéndose en este último una referencia a la preparación para el más elevado oficio del sacerdocio.
En definitiva, y previa definición clara, se podría restablecer en la Iglesia un diaconado femenino distinto del masculino. Pero, ¿para qué?
Longenecker se pregunta y responde:
“¿Requerimos mujeres diáconos para ayudar en los bautismos de personas desnudas? No.
¿Requerimos mujeres ordenadas diaconisas para que puedan tener la autoridad para administrar el trabajo caritativo de la Iglesia? El espléndido trabajo de las religiosas en los campos de la enseñanza y la enfermería se opone a esta necesidad. Las mujeres ya están administrando esta obra caritativa de la Iglesia de manera efectiva a todos los niveles.
¿Necesitamos diaconisas para que sean empleadas diocesanas, directoras de escuelas, asociadas pastorales parroquiales, directoras de formación en la fe, administradoras del Vaticano, consultoras profesionales, diplomáticas, periodistas o asesores financieros? No. Un montón de mujeres ya está cumpliendo estas funciones.
¿Necesitamos que las mujeres sean ordenadas diaconisas para que así puedan ser directoras espirituales, teólogas, activistas culturales, comunicadoras, evangelizadoras, escritoras y catedráticas? No. Tenemos un número creciente de mujeres que ya están haciendo esto”.
O sea, que las antiguas funciones que realizaban las diaconisas o bien ya no son necesarias (el caso del bautismo), o bien ya las están ejerciendo miles de mujeres sin necesidad de ninguna ordenación como diaconisa.
Y entonces, ¿a qué viene la propuesta de Monseñor Durocher? Según Dwight Longenecker, “La única razón, por lo tanto, para tener diaconisas es incluir a las mujeres en las filas del clero; pero cuando la necesidad es desclericalizar la Iglesia y se habla tanto de la autonomía de los laicos, ¿no es contraproducente agregar otro nivel al clero a la Iglesia?”.
Se pregunta Longenecker: esta propuesta “¿no envía la señal equivocada a las mujeres del mundo de que la única forma en que una mujer católica puede ser realmente importante para la Iglesia es asumir un trabajo que ha sido tradicionalmente reservado a los hombres? ¿No es también enviar un mensaje a todos los laicos de que no serán auténticos discípulos de Jesucristo hasta que se hayan convertido en miembros de la casta clerical?”.
Pero hay más que clericalismo (y esa característica tan clerical de querer pactar siempre con el espíritu del tiempo).En el trasfondo, está claro, está el asunto de la aceptación de mujeres al sacerdocio. Lo afronta sin medias tintas Longenecker cuando escribe que “aquellos que todavía están presionando a favor de la ordenación de mujeres al sacerdocio admiten que las mujeres diáconos serían el primer paso. Sería confuso en extremo ordenar mujeres al diaconado y por lo tanto dar la señal de que la ordenación de las mujeres es una posibilidad después de todo. Sería magnífico que se avisase de que el orden de las diaconisas es algo completamente distinto del orden de los diáconos, sacerdotes y obispos, pero me temo que muy pronto esa distinción se desvanecería.
Dado que, como dijo Francisco, “la puerta a la ordenación de las mujeres está cerrada,” sería mucho mejor para toda la Iglesia seguir explorando y ampliando el papel de los hombres y mujeres laicos en la Iglesia”. Pues a mí me parece clarísimo.
Un último apunte: la carta que 140 conversos le han enviado al Papa pidiendo que en el Sínodo se eviten los errores del protestantismo “progre” me parece un documento muy acertado y significativo. Si aún no lo han leído, les animo a hacerlo.
Porqué resucitar a las diaconisas no es una buena idea
"He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.
<<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>
Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.
Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."
En la hora crepuscular de Europa José Mª Alejandro, S.J. Colec. "Historia y Filosofía de la Ciencia". ESPASA CALPE, Madrid 1958, pág., 47
Nada sin Dios
Carta de los 140 conversos:
https://aleteia.org/2015/10/05/an-op...-100-converts/
"He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.
<<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>
Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.
Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."
En la hora crepuscular de Europa José Mª Alejandro, S.J. Colec. "Historia y Filosofía de la Ciencia". ESPASA CALPE, Madrid 1958, pág., 47
Nada sin Dios
Un breve repaso a la razón de las sin razones. Así la pregunta del articulista es ¿para qué ordenar sacerdotes casados, eso, para qué? y es que hoy en día no faltan sacerdotes, sobran "funcionarios" en el Vaticano.
(Juan Mazur / La Abeja) Más allá de las buenas intenciones que el Instrumentum laboris de la Asamblea Especial para la Región Panamazónica del Sínodo de los Obispos tiene sobre muchos temas, que pareciera le tocan más bien a los estados civiles (por ser bien horizontales), llama la atención, sobre todo para la prensa más sensacionalista, un tema en particular: la posibilidad que hayan sacerdotes casados. No sé si porque estén interesados en el tema de fondo, o por novedad. Pero la propaganda más o menos dice así: «Ahora la Iglesia se modernizará y dejará que los sacerdotes se casen».
Esto ¿Es verdad? En el tercer rubro que presenta el documento de preparación para el sínodo, en su capítulo IV, dice: «Afirmando que el celibato es un don para la Iglesia, se pide que, para las zonas más remotas de la región, se estudie la posibilidad de la ordenación sacerdotal para personas ancianas, preferentemente indígenas, respetadas y aceptadas por su comunidad, aunque tengan ya una familia constituida y estable, con la finalidad de asegurar los Sacramentos que acompañen y sostengan la vida cristiana».
Por más que se haga una primera afirmación positiva sobre el celibato, que sabemos no es una mandato sino una recomendación del Señor que la iglesia acogió como suya para el sacerdocio desde el inicio, y que no es constitutivo del presbiterado, sabemos bien que la excepción abre la puerta al todo, pues si se ordena a un casado en la Amazonía o en Siberia, sea por la razón que sea, en Francia o en Ciudad de México, otros podrán dar otras razones, seguramente entendibles, para que también se les exonere. Por lo que el cuestionamiento con supuestos visos pastorales es en el fondo un cuestionamiento general sobre el celibato sacerdotal.
Es por ello importante que los que promueven este documento sinodal lo digan con todas sus letras: «Queremos abolir o dejar a la libertad de cada uno, el celibato sacerdotal». Están en todo su derecho de expresar su opinión (ciertamente en contra de la opinión de 2000 años de historia eclesial), pero deben hacerlo abiertamente y no solapadamente y con excusas. Y es que las excusas, siempre son frágiles: si se les responde, uno se queda sin argumento. Quiero para esto dar unas cifras sueltas que al unirlas nos conducirán a una conclusión.
Primero, ver la real necesidad. Se ha dicho que la Amazonía es una zona vasta y que está despoblada de presbíteros. Esta «despoblación» la vemos también en otras diócesis con escaso clero por una mala pastoral de los obispos y la crisis religiosa que se vive. No hay que ir lejos: países bajos en Europa, zonas de Alemania, y otras parroquias de Europa que se quedan sin atención por falta de pastores. Pero abordemos la Amazonía. La extensión de territorio del que se habla pareciera ser enorme, al punto de una preocupación eclesial grande. Estamos hablando de una gran extensión de terreno: 7,8 millones de km2, de los cuales 5,3 millones de km2 son bosques (40% de los bosques tropicales en el mundo). Es decir, el «objeto» físico de este sínodo es en un 80%, creación vegetal y animal. Un rubro ecológico y no habitado. Y uno de los mayores problemas allí es la deforestación y minería ilegal, que es un asunto propio de las políticas de los países, no de la Iglesia (por lo menos directamente). En el casi 20% restante de territorio encontramos, según estudios, 34 millones de habitantes, de los cuales más de tres millones son indígenas, pertenecientes a más de 390 grupos étnicos. Hay más o menos 420 lenguas. Brasil es el país donde viven más pueblos originarios, 241. En Colombia, 83 y Perú, 43. Juntos hacen una población total superior a los 16 millones de personas. El resto son llamados «pueblos libres» que son como 120, y no están en contacto con la urbe.
Para una cantidad de 34 millones de personas, aproximadamente, se requiere ciertamente de un número elevado de sacerdotes y obispos. Pero para no hablar en el aire, hagamos un ejercicio imaginario, partiendo del supuesto que no existiera ninguna presencia física o sacerdotal en toda la Amazonía. Usemos como base la Arquidiócesis de México; de los 9 millones de personas que tiene más o menos, el 90% es católica. Tiene más o menos (datos del 2018) 467 parroquias, 2067 sacerdotes y 190 diáconos permanentes. Entonces, si para cerca de 8 millones de fieles hay más o menos 2,000 sacerdotes, eso significa un promedio de un sacerdote por cada 4,000 personas. Si bien siempre podemos decir que son pocos sacerdotes para tantos fieles, hay diócesis en América que tienen como promedio hasta un sacerdote por 30,000 personas.
La Arquidiócesis de México es una de las más grandes del mundo y por el talante religioso de su pueblo, probablemente una de las que tiene mejor cantidad promedio de sacerdotes respecto a feligreses. Nunca existirá el ideal de sacerdotes para atender bien a todos, pero tomando como promedio los datos de Ciudad de México y la realidad de muchas diócesis en América, coloquemos como promedio un sacerdote para 10,000 personas (sería una parroquia pequeña en una capital americana). Ello da 3,400 sacerdotes para la Amazonía. Una Diócesis grande tiene como promedio más de mil sacerdotes, por lo que a estos 3,400 sacerdotes se les pondría unos 34 obispos. En resumen, necesitamos para una atención buena de la Amazonía 3,400 sacerdotes y 34 obispos. Una atención, diría, muy buena.
A esto hay que sumarle que se trata de poblaciones que están a distancia unas de otras y que si bien no toda la geografía es fácil, tampoco hablamos de lugares de alturas pronunciadas que inhabiliten vivir allí a alguien. Finalmente, tenemos un desafío: el económico.
Si hacemos un plan pastoral (porque no se trata de querer cambiar todo en un mes), que se ponga como meta, por ejemplo 5 años, requerimos para, literalmente EVANGELIZAR la Amazonía, lo siguiente: 3,400 sacerdotes y 34 obispos; subsidios económicos para armar lugares de evangelización, escuelas, Iglesias, seminarios y servicios sociales. Y una buena distribución geográfica para diseñar las mejores estrategias. Ello ¿Es viable? Creo que sí.
Dos respuestas son más fáciles: los estados y la tecnología pueden ayudar a la Iglesia para mapear las zonas y saber dónde se debe atender y centrar la ayuda espiritual (sabiendo que el 80% del territorio no es habitado).
El tema económico no creo que sea un problema; hay muchas empresas que pueden invertir privadamente con subsidios (por ejemplo la minería con el canon), estados que pueden canalizar ayudas mediante la iglesia, o instituciones que dan dinero a lugares católicos en América para cosas intrascendentes como congresos, simposios, mesas de dialogo, etc., cambiado así el sentido de la donación para algo que de verdad se necesite. Incluso diría que se ahorre en los innumerables viajes que agentes pastorales y obispos hacen para encontrarse en estos simposios. Si quieren hablar, pues para eso está la tecnología, ya que pueden conectarlos para conversar lo que requieran sin viajar. Por ejemplo, me pregunto ¿Cuánto se habría ahorrado de modo eclesial y personal si no se hubiera hecho el Simposio para estudio del Instrumentum laboris en Roma hace unos meses? De hecho, estoy seguro que hubiera servido para iniciar los trabajos de la primera Iglesia Catedral de una de las 34 posibles diócesis que se podrían hacer allí.
Vayamos al punto nuclear: como no hay sacerdotes, dicen que hay que ordenar hombres casados de las zonas. La respuesta que daría es que no se necesita. Pero dirán ¿Cómo que no, si allí no hay clero? Cierto, allí no hay clero, pero no quiere decir que «no haya clero». Y mi propuesta es bastante sencilla: llevemos los 3,400 sacerdotes y los 34 obispos de otros lados. Pero ¿De dónde? Para responder a ello quisiera hacer un pequeño paréntesis.
Según los últimos anuarios pontificios (del 2017 hasta hoy), en el mundo hay más o menos 1300 millones de católicos (el 18% de la población mundial, de la cual casi la mitad está en América); hay cerca de 415,000 sacerdotes (70% diocesanos y 30% religiosos) y 5,000 obispos. También hay cerca de 116,000 seminaristas en el mundo y 670,000 religiosas. De estos sacerdotes, el 43% está en Europa (siendo que Europa representa solo el 22% de los católicos en el mundo) y 26% en América. En el estado Vaticano. En el estado Vaticano, trabajando para la Curia (habitando tanto en el mismo estado como en Roma), cerca de 50 obispos. Tenemos allí varios cardenales eméritos (jubilados) y al año por lo menos 10 cardenales retirados (con 75 años). En la Ciudad del Vaticano viven mil personas, la mayoría sacerdotes, religiosos, y obispos. Así, trabajando para diversos departamentos y servicios del Vaticano, tenemos un promedio cerca a los 1,000 sacerdotes.Sin contar religiosos y religiosas.
Muy bien, ahora volvamos a la pregunta ¿De qué nos sirve esto con respecto al sínodo de la Amazonía y su propuesta de ordenar hombres casados como sacerdotes? De mucho, pues promueve un cuestionamiento ¿Debería haber esta cantidad de sacerdotes en el Vaticano? ¿Obispos y religiosos o religiosas?
Hagamos algunas preguntas concretas ¿El prefecto de la casa Pontificia tiene que ser un obispo? El encargado de una congregación y sus asistentes ¿Tienen que ser clérigos? ¿El encargado de las noticias, tiene que ser un sacerdote u obispo? Un día estuve en una audiencia del Papa en Roma y me sorprendió esto: lo que decía lo traducían 6 sacerdotes en 6 lenguas; además había sacerdotes para la recepción de múltiples invitados en las partes principales.
Me pregunto ¿Los que traducen los textos de las audiencias tienen que ser sacerdotes? ¿No podríamos tener allí 6 sacerdotes en la Amazonía sirviendo para lo que se ordenaron? Me dirán seguro que en Roma hacen otras cosas; pero ¿Son indispensables? Por ejemplo, un cardenal u obispo de la Curia que tiene un secretario ¿Por qué éste tiene que ser sacerdote? Si el presbítero se ordenó fundamentalmente para la cura de almas ¿Ésta es su labor principal en el Vaticano?
¿Cuántos de estos viajan a congresos internacionales que sirven poco o nada? Imaginemos entonces que de esta cantidad el Vaticano prescinde de un porcentaje, el 50% (dejando en manos de laicos lo que sí pueden hacer). Allí tenemos entonces: los 34 obispos (y varios auxiliares), y entre obispos (que puedan aún por la edad) y sacerdotes, tenemos ya, de los 3,400 necesarios (para una situación casi ideal para la Amazonía), cerca de 600 clérigos. Si a ello le sumamos peticiones a congregaciones religiosas para que asuman diversos lugares, podríamos llegar a un número mayor, y con la ayuda de religiosas y religiosos, atender muchas zonas descuidadas. Y poner en marcha allí sí, ordenación de diáconos permanentes de la zona, luego de una buena formación.
Estamos hablando de que en menos de dos años, podríamos haber cubierto, en sacerdotes, el 30% de la necesidad para llegar a una situación ideal, y en ese mismo tiempo, el 100% de los obispos que se requieren para llegar a una situación ideal. Lo que tenemos que hacer es trasladar a todos los sacerdotes y obispos «misioneros» que con sacrificio viven trabajando en cosas de oficina en el Vaticano y en Roma, para que durante unos años ahora ejerzan esa misión, más acorde a su ministerio, en la Amazonía. Y así ayuden muchísimo a la Iglesia universal y local. De allí el resto es pastoral, oración y tiempo: crear seminarios, invitar otras misiones (como por ejemplo sacerdotes de Europa que son mayoría frente a un universo de católico que son minorías, entre otras iniciativas que hagan en unos 30 años, de la Amazonía un floreciente espacio donde reine Cristo.
https://infovaticana.com/2019/09/29/...n-la-amazonia/
"He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.
<<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>
Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.
Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."
En la hora crepuscular de Europa José Mª Alejandro, S.J. Colec. "Historia y Filosofía de la Ciencia". ESPASA CALPE, Madrid 1958, pág., 47
Nada sin Dios
Y ahora puede se puede venir desde el diario El País a rebatir las razones expuestas en los inmediatamente anteriores mensajes. Por supuesto, todo lo expuesto no acaba ahí, existen razones "ab infinitum" pues en 2.000 años de Iglesia ha dado tiempo más que sobrado. Así, al diario El País, y a toda la recua de quienes en el mundo andan enredando, conspirando contra Dios y su Iglesia, hay que decirles aquella frase atribuida a Cicerón: "zapatero, a tus zapatos", porque tal y como dejó muy claro mucho más recientemente M. Baringem "es completamente inútil escribir sobre la fe cristiana desde fuera" (de la Iglesia y quien no tiene fe), Tolkien, Hombre y Mito, MINOTAURO. J. Pearce, pág 161,
"He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.
<<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>
Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.
Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."
En la hora crepuscular de Europa José Mª Alejandro, S.J. Colec. "Historia y Filosofía de la Ciencia". ESPASA CALPE, Madrid 1958, pág., 47
Nada sin Dios
En marcha está el Sinodo cismático. Que Dios no asista.
Cada vez se ve más claro el cumplimiento del trigo y la cizaña.
Hay dos religiones dentro de la Iglesia Católica. Una de ellas tiene rostro amazónico
Roberto de Mattei -
08/10/2019
Historiador de la Iglesia afirma que ahora hay dos religiones dentro de la Iglesia Católica. Una de ellas tiene rostro amazónico.
El 4 de octubre de este año, Voice of the Family, asociación de organizaciones pro vida y pro familia, celebró una mesa redonda en Roma para abordar cuestiones críticas para la Iglesia y para la familia en vísperas del Sínodo de Obispos para la Amazonía. El informe de LifeSiteNews se puede leer aquí. Seguidamente reproducimos el texto completo de la ponencia que pronunció el profesor Roberto de Mattei.
4 de octubre de 2019 .—LifeSiteNews. En este momento coexisten dos religiones en el seno de la Iglesia Católica. La primera es el catolicismo tradicional, religión de quienes en la actual confusión se mantienen fieles al Magisterio infalible de la Iglesia.
La segunda, que hasta hace unos meses no tenía nombre, ahora lo tiene: es la religión amazónica, porque como ha declarado la persona que actualmente gobierna la Iglesia, existe un plan para dar a la Iglesia un rostro amazónico.
El significado de rostro amazónico está explicado en el Instrumentum laboris para el sínodo de octubre y en las numerosas declaraciones de los teólogos, obispos y cardenales que redactaron dicho documento. Se trata de reinventar la Iglesia, como expresó Leonardo Boff (Eclesiogenesis. Las comunidades de base reinventan la Iglesia, Sal Terrae, Bilbao 1986). La eclesiogénesis de Boff se ha convertido en una cosmogénesis alineada con el ambientalismo posmoderno. Ahora tiene un objetivo más amplio: no sólo reinventar la Iglesia, sino la creación en general a base de un nuevo pacto cósmico (Ecología: grito de la Tierra, grito de los pobres, Trotta, 1995).
Este objetivo se alcanza reinterpretando la verdad de la Iglesia Católica. El modernismo había enseñado que el método más eficaz para negar la verdad es distorsionarla en vez de atacarla de frente.
El Instrumentum laboris propone una «cosmovisión que se recoge en el mantra de Francisco: «Todo está conectado» (párrafo 25). Con todo, en ningún lugar del documento se afirma que todo esté ordenado jerárquicamente a Dios, su Creador, que no es lo mismo que la creación. Se presenta a la Tierra como una biosfera, como un ecosistema en el que Dios está incluido y en el que la ley suprema es la igualdad de todas las cosas. En realidad, la regla primordial de la creación no es la interconexión igualitaria de todo, sino su ordinatio ad unum. Los errores panteístas de ayer y de hoy, que asimilan a Dios al mundo o el mundo a Dios, han sido objeto de repetidas condenas por parte de la Iglesia. Según la fe católica, Dios es «distinto del mundo» (Concilio Vaticano I, constitución dogmática Dei Filius) y, como reiteró el mencionado Concilio Vaticano I, «si alguno dijere que es una sola: y la misma la sustancia o esencia de Dios y la de todas las cosas, sea anatema »(Sesión III, Denzinger 1803).
La nueva religión amazónica reinterpreta y distorsiona el primer artículo del Credo al citar la sabiduría ancestral de los pueblos indígenas que ven a Dios en los elementos físicos de la naturaleza sin entender que Dios trasciende dichos elementos. No tienen noción de la trascendencia, porque no tienen noción de la creación, y confunden a Dios con la naturaleza, que es para ellos un todo que contiene a Dios. La Cristiandad, por el contrario, ha explicado que Dios lo creó todo y está en todo, pero que ningún espacio lo puede contener porque es inmenso; no en un sentido material, sino metafísico y trascendente. Dios llena los cielos y la Tierra, pero los cielos y la Tierra no pueden contenerlo.
La religión amazónica no sólo niega la trascendencia de Dios al incluirlo en la naturaleza, como hacen el panteísmo, el panenteísmo y el monismo; niega también su unicidad, como el politeísmo pagano.
Por politeísmo entendemos la creencia en una pluralidad de dioses, al contrario del monoteísmo, que cree en un solo Dios. La religión amazónica es politeísta, porque aplica la noción de Dios a elementos individuales de la naturaleza y reduce por tanto al Absoluto al nivel de lo finito, abaja lo espiritual poniéndolo al nivel de lo material.
Leonardo Boff, el ecoteólogo que colaboró en la redacción de Laudato sii,afirma: «Como quiera que lo interpretemos, debemos reconocer que los paganos tenían ese aspecto extraordinario: veían la presencia de dioses y diosas en todo. En los bosques, Pan y Silvano, en la Tierra-Gaia, Démeter [= Madre Tierra] y Hestia, en el sol Apolo y Febo, y así en adelante»(Ecologóia: grito de la Tierra, grito de los pobres, pág. 245).
El Instrumentum laboris sintetiza el mismo panteísmo y politeísmo en estas líneas, que aluden a Laudato sii: «La vida de las comunidades amazónicas aún no afectadas por el influjo de la civilización occidental, se refleja en la creencia y en los ritos sobre el actuar de los espíritus, de la divinidad – llamada de múltiples maneras – con y en el territorio, con y en relación a la naturaleza. Esta cosmovisión se recoge en el ‘mantra’ de Francisco: “todo está conectado”» (LS 16, 91, 117, 138, 240). Esta misma cosmovisión se expresa en muchos otros puntos del documento.
Con el debido respeto a las autoridades eclesiásticas, acuso a todo los que han aprobado o aprobarán el Instrumentum laboris de la Amazonía, de politeísmo, y más precisamente de polidemonismo, porque «omnes dii Gentium daemonia; Dominus autem caelos fecit» (Salmos 95,5, Vulgata). Todos los dioses de los gentiles son demonios, pero el Señor ha hecho los cielos.
No pueden coexistir dos religiones en una misma Iglesia.
Exhorto a los cardenales y obispos que sigan siendo católicos a alzar la voz contra este escándalo. Si persisten en su silencio, continuaremos implorando la intervención de los ángeles y de María, Reina de los Ángeles, para que salven a la Santa Iglesia de toda forma de reinvención, distorsión e interpretación.
https://adelantelafe.com/hay-dos-rel...tro-amazonico/
El papa Francisco ha causado un grave daño a la Fe: hay que decírselo claro
El 4 de octubre de este año, Voice of the Family, asociación de organizaciones pro vida y profamilia, celebró una mesa redonda en Roma para abordar cuestiones críticas para la Iglesia y para la familia en vísperas del Sínodo de Obispos para la Amazonía. El informe de LifeSiteNews se puede leer aquí. Seguidamente reproducimos el texto completo de la ponencia que pronunció John-Henry Western, cofundador de LifeSiteNews.
4 de octubre de 2019 .—Ya llegó. Esta semana dará comienzo el Sínodo de la Amazonía. Se espera que sea el mayor cataclismo para la Fe que haya conocido la Iglesia. Recemos por que no resulte tan terrible como se augura.
Unos pocos cardenales han advertido de la apostasía y las herejías expresadas en el documento preparatorio del Sínodo, pero la mayoría han guardado silencio. Los fieles no podemos permanecer callados, porque está en juego la fe de nuestros hijos. Como católicos, tenemos derecho a que nuestros sacerdotes y obispos, y el Papa más que nadie, nos transmitan fielmente la fe de Jesucristo.
En estos momentos tenemos todo lo contrario, sobre todo con el papa Francisco. Ha causado un grave daño a la Fe, y es hora de decirlo alto y claro. Por amor a Cristo, por el bien de su Iglesia, por amor a nuestra bienaventurada Madre del Cielo, por el bien de nuestros hijos por los que vivimos para transmitirles la única Fe verdadera, debemos proclamar desde las azoteas: ¡Basta!
Que el Cuerpo Místico de Cristo clame a Dios como clamó Nuestro Señor al Padre desde la cruz, porque muchos pastores de su Iglesia la han traicionado. El Papa pisotea al clero fiel que se ha esforzado por defender las enseñanzas de Cristo mientras honra y coloca en puestos importantes a los que propagan la confusión.
El Sumo Pontífice se ha conquistado la amistad del mundo, pero al precio de traicionar la verdad del Salvador. Al aplastar a los cardenales buenos, a las órdenes religiosas fieles y a las instituciones y academias ortodoxas; al ascender y promocionar a prelados heterodoxos; al dar señales personales de aprobación a los actos homosexuales y a abortistas; al impartir enseñanzas falsas sobre anticoncepción, cohabitación y adulterio, el Papa ha demostrado que lo guía un espíritu contrario al Evangelio en vez del Espíritu Santo, cuando siendo como es el Papa podría beneficiarse más que nadie de su dirección.
El papa Francisco ha exhortado a los pastores a tener olor a oveja. Pero los pastores deben tener también la fragancia de Cristo. Las ovejas reconocen el olor del pastor formado según el molde de Cristo. Todos los católicos fieles sabemos reconocer a un pastor que es un hijo fiel de Nuestra Señora. Lo notamos en su devoción en Misa, en su comportamiento en la oración, en sus homilías, sus enseñanzas, sus consejos en el confesionario y su manera de amonestar a los pecadores y alentar a los fieles. Sus amigos son los más fieles, en tanto que los que quieren destruir la Iglesia rehaciéndola a su imagen y semejanza se convierten en enemigos suyos, mientras que los buenos sacerdotes rezan a pesar de todo porque se conviertan.
Los fieles saben reconocer al buen sacerdote. Aunque nos tomen el pelo una vez, al final descubrimos la verdad.
Esto no quiere decir que no queramos al papa Francisco. Ciertamente no sería amor disimular tan monumentales inquietudes y quedarnos callados, porque son cosas que a él le hacen más daño que a nadie. Tendrá que dar cuenta de sus actos ante Cristo el Día del Juicio, como todos nosotros.
Debemos seguir rezando por el Papa todos los días. Rezar por que se convierta.
No entro a juzgar sus intenciones. Es más, doy por sentado que cree que lo que hace es para el bien de la Iglesia. Pero está clarísimo que se está creando una falsa Iglesia y una falsa imagen de Cristo.
Una Iglesia razonable que contraviene la doctrina en casos difíciles; una Iglesia que da a entender que el Infierno está vacío; una Iglesia que siembra dudas sobre la Presencia Real de Cristo en la Eucaristía; una Iglesia que prioriza consideraciones políticas como la inmigración por encima de doctrinas no negociables como las relativas al aborto es una falsa iglesia.
Estas acusaciones son graves, desde luego, pero no hace falta ser teólogo para darse cuenta de que se está distorsionando la Fe. No abandonaremos la Iglesia; es la única Iglesia verdadera, no hay ninguna otra. Combatiremos por la verdad de Cristo en la Iglesia porque estamos dispuestos a dar la vida por esta Fe.
Nos comprometemos a estar más fielmente entregados que nunca a Nuestra Señora, porque sabemos que al final su inmaculado corazón triunfará. Nos advirtió que vendrían estos tiempos. Que en la batalla decisiva entre Nuestro Señor y el reino de Satanás estarían en juego el matrimonio y la familia. Y ya ha llegado. En pie con Nuestra Señora, no tenemos miedo. Y decimos con Ella amén, así sea, a todo cuanto permita el Padre en el sufrimiento del Cuerpo Místico de Cristo.
Sabemos que después viene la resurrección. Podemos regocijarnos ya por saberlo, ya que la magnitud del sufrimiento hará más milagrosa la victoria final.
https://adelantelafe.com/el-papa-fra...cirselo-claro/
El Sínodo de la Amazonía demuestra que la Iglesia ha sido infiltrada desde dentro
El 4 de octubre de este año, Voice of the Family, asociación de organizaciones pro vida y profamilia, celebró una mesa redonda en Roma para abordar cuestiones críticas para la Iglesia y para la familia en vísperas del Sínodo de Obispos para la Amazonía. El informe de LifeSiteNews se puede leer aquí. Seguidamente reproducimos el texto completo de la ponencia que pronunció el Dr. Taylor Marshall.
4 de octubre de 2019 (LIfeSiteNews) .– ¿Por qué dimitió S.S. Benedicto XVI el 28 de febrero de 2013? ¿Por qué cayó un rayo sobre el Vaticano en sincronización con este suceso? ¿Se debió a un escándalo en el banco vaticano? ¿O a un escándalo sexual que salpicó a los más altos cardenales? ¿O a una crisis doctrinal?
Todas estas preguntas y dudas se vinculan si se reconoce un hecho demostrado y relacionado: que en algún momento de los últimos cincuenta años, o incluso antes, Satanás se ha introducido de un modo particular en la Iglesia Católica. Durante más de un siglo, los organizadores de la Masonería, el liberalismo y el modernismo se han introducido sigilosamente en la Iglesia Católica al objeto de transformar su doctrina, su liturgia y su misión sobrenaturales para volverlas seculares.
Los católicos son cada vez más conscientes del cambio climático que se está obrando en la Iglesia.
Algunos señalan al polémico pontificado de Francisco. Otros ponen de relieve la confusión en torno a la sorpresiva renuncia de Benedicto XVI en 2013. Otros están convencidos de que Juan Pablo II no era quien pensábamos. Pero la mayoría están de acuerdo en que el Concilio Vaticano II, la Misa Novus Ordo y el pontificado de Pablo VI desencadenaron una confusión monumental en la Iglesia. Ahora bien, ¿puede decirse que el desencadenante fue la apertura del Concilio en 1962?
Sostengo que las raíces de la podredumbre se hunden hasta un plan que se puso en marcha unos cien años antes del Concilio. Se trataba de sustituir la religión sobrenatural del Cristo crucificado y resucitado por la religión natural del humanismo y el mundialismo. Refleja la decisión original de Adán y Eva de ser como dioses ingiriendo los frutos de la naturaleza en lugar de arrodillarse para recibir el fruto sobrenatural de la gracia de Dios. Lucifer también se rebeló contra Dios porque en su orgullo quiso ascender hasta el trono de Dios en vez de participar en la vida sobrenatural de Dios y ahondó en su propia naturaleza y se proyectó hacia las estrellas, por lo que se desplomó hasta los abismos infernales.
El sobrenaturalismo –la confianza en Dios, que está por encima de la naturaleza– es catolicismo.
El naturalismo –la confianza en nuestra naturaleza creada prescindiendo de Dios– es satanismo.
La Iglesia Católica está en crisis porque los enemigos de Cristo tramaron y conspiraron para instalar en la silla de San Pedro a un papa que sirviera a Satanás. Desde Nerón hasta Napoleón, los enemigos de Cristo terminaron por descubrir que si asesinaban al Papa no suscitarían sino simpatía y crearían mártires. Ha sido una estrategia fallida en todas las épocas. Por eso, han procurado actuar subrepticiamente para lograr que uno de los suyos calce las sandalias de San Pedro. Serían necesarias décadas, incluso un siglo, para crear los seminarios, los sacerdotes, los obispos, los cardenales electores e incluso el pontífice o pontífices que necesitarían, pero valdría la pena esperar. Se ha tratado de un plan lento y paciente para llevar a cabo una revolución satánica en la que el Papa sea su títere.
Dijo San Pablo: «Para nosotros la lucha no es contra sangre y carne, sino contra los principados, contra las potestades, contra los poderes mundanos de estas tinieblas, contra los espíritus de la maldad en lo celestial» (Efesios 6,12). La crisis de la Iglesia se debe a la intrusión de los mencionados «poderes mundanos de las tinieblas», y sólo se puede purificar con una guerra santa contra los demonios.
En la homilía de la Santa Misa con motivo de la festividad de San Pedro y San Pablo el 29 de junio de 1972, cuando se conmemoraba el noveno aniversario de su coronación como Obispo de Roma, Pablo VI se lamentó: «Se podría decir que por alguna misteriosa rendija… no, no es ningún misterio: por alguna rendija el humo de Satanás se ha infiltrado en la Iglesia de Dios. Reinan la duda, la incertidumbre, los problemas, el desasosiego, la insatisfacción y la discordia». (1) Este testimonio de Montini no se limita a reconocer que la Iglesia se ha secularizado; afirma que el humo del propio Satanás ha penetrado por una rendija en la Iglesia Católica.
La Iglesia ha sido infiltrada desde dentro, y esta infiltración se remonta como mínimo al reinado de Pío IX. Es un ataque contra la fe sobrenatural, los milagros, la revelación divina y el origen mismo de nuestra creación: la identidad como varón y hembra creada por Dios, la institución del matrimonio y el precepto de la Ley Natural de crecer y multiplicarse mediante el matrimonio. Y además, es una resurrección de la idea pagana de «seréis como dioses».
https://adelantelafe.com/el-sinodo-d...-desde-dentro/
Una cosa es la infiltración en la Iglesia, que puede venir desde Pío IX, (aunque, ya puestos, podríamos remontarla más atrás, al jansenismo del siglo XVIII), infiltración que ya estaba denunciada y condenada y contra la cual la Iglesia y el Papado luchaban; y otra cosa es el Concilio Vaticano II (con Juan XXIII y Pablo VI después, a la cabeza) que dio carta de ciudadanía a aquella infiltración liberal y modernista, que removió todo el Magisterio milenario de la Iglesia y no dejó títere con cabeza de lo anterior.El Sínodo de la Amazonía demuestra que la Iglesia ha sido infiltrada desde dentro
El 4 de octubre de este año, Voice of the Family, asociación de organizaciones pro vida y profamilia, celebró una mesa redonda en Roma para abordar cuestiones críticas para la Iglesia y para la familia en vísperas del Sínodo de Obispos para la Amazonía. El informe de LifeSiteNews se puede leer aquí. Seguidamente reproducimos el texto completo de la ponencia que pronunció el Dr. Taylor Marshall.
4 de octubre de 2019 (LIfeSiteNews) .– ¿Por qué dimitió S.S. Benedicto XVI el 28 de febrero de 2013? ¿Por qué cayó un rayo sobre el Vaticano en sincronización con este suceso? ¿Se debió a un escándalo en el banco vaticano? ¿O a un escándalo sexual que salpicó a los más altos cardenales? ¿O a una crisis doctrinal?
Todas estas preguntas y dudas se vinculan si se reconoce un hecho demostrado y relacionado: que en algún momento de los últimos cincuenta años, o incluso antes, Satanás se ha introducido de un modo particular en la Iglesia Católica. Durante más de un siglo, los organizadores de la Masonería, el liberalismo y el modernismo se han introducido sigilosamente en la Iglesia Católica al objeto de transformar su doctrina, su liturgia y su misión sobrenaturales para volverlas seculares.
Los católicos son cada vez más conscientes del cambio climático que se está obrando en la Iglesia.
Algunos señalan al polémico pontificado de Francisco. Otros ponen de relieve la confusión en torno a la sorpresiva renuncia de Benedicto XVI en 2013. Otros están convencidos de que Juan Pablo II no era quien pensábamos. Pero la mayoría están de acuerdo en que el Concilio Vaticano II, la Misa Novus Ordo y el pontificado de Pablo VI desencadenaron una confusión monumental en la Iglesia. Ahora bien, ¿puede decirse que el desencadenante fue la apertura del Concilio en 1962?
Sostengo que las raíces de la podredumbre se hunden hasta un plan que se puso en marcha unos cien años antes del Concilio. Se trataba de sustituir la religión sobrenatural del Cristo crucificado y resucitado por la religión natural del humanismo y el mundialismo. Refleja la decisión original de Adán y Eva de ser como dioses ingiriendo los frutos de la naturaleza en lugar de arrodillarse para recibir el fruto sobrenatural de la gracia de Dios. Lucifer también se rebeló contra Dios porque en su orgullo quiso ascender hasta el trono de Dios en vez de participar en la vida sobrenatural de Dios y ahondó en su propia naturaleza y se proyectó hacia las estrellas, por lo que se desplomó hasta los abismos infernales.
El sobrenaturalismo –la confianza en Dios, que está por encima de la naturaleza– es catolicismo.
El naturalismo –la confianza en nuestra naturaleza creada prescindiendo de Dios– es satanismo.
La Iglesia Católica está en crisis porque los enemigos de Cristo tramaron y conspiraron para instalar en la silla de San Pedro a un papa que sirviera a Satanás. Desde Nerón hasta Napoleón, los enemigos de Cristo terminaron por descubrir que si asesinaban al Papa no suscitarían sino simpatía y crearían mártires. Ha sido una estrategia fallida en todas las épocas. Por eso, han procurado actuar subrepticiamente para lograr que uno de los suyos calce las sandalias de San Pedro. Serían necesarias décadas, incluso un siglo, para crear los seminarios, los sacerdotes, los obispos, los cardenales electores e incluso el pontífice o pontífices que necesitarían, pero valdría la pena esperar. Se ha tratado de un plan lento y paciente para llevar a cabo una revolución satánica en la que el Papa sea su títere.
Dijo San Pablo: «Para nosotros la lucha no es contra sangre y carne, sino contra los principados, contra las potestades, contra los poderes mundanos de estas tinieblas, contra los espíritus de la maldad en lo celestial» (Efesios 6,12). La crisis de la Iglesia se debe a la intrusión de los mencionados «poderes mundanos de las tinieblas», y sólo se puede purificar con una guerra santa contra los demonios.
En la homilía de la Santa Misa con motivo de la festividad de San Pedro y San Pablo el 29 de junio de 1972, cuando se conmemoraba el noveno aniversario de su coronación como Obispo de Roma, Pablo VI se lamentó: «Se podría decir que por alguna misteriosa rendija… no, no es ningún misterio: por alguna rendija el humo de Satanás se ha infiltrado en la Iglesia de Dios. Reinan la duda, la incertidumbre, los problemas, el desasosiego, la insatisfacción y la discordia». (1) Este testimonio de Montini no se limita a reconocer que la Iglesia se ha secularizado; afirma que el humo del propio Satanás ha penetrado por una rendija en la Iglesia Católica.
La Iglesia ha sido infiltrada desde dentro, y esta infiltración se remonta como mínimo al reinado de Pío IX. Es un ataque contra la fe sobrenatural, los milagros, la revelación divina y el origen mismo de nuestra creación: la identidad como varón y hembra creada por Dios, la institución del matrimonio y el precepto de la Ley Natural de crecer y multiplicarse mediante el matrimonio. Y además, es una resurrección de la idea pagana de «seréis como dioses».
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No se puede pasar de rositas sobre el Vaticano II y decir que todo es una "infiltración que viene del siglo XIX" mezclando épocas de papas santos como los Pío X, Pío XI y Pío XII, luchadores contra la infiltración... con los papados abominables de Juan XXIII, Pablo VI, Juan Pablo II (y no digamos el tiparraco actual) que no solo no la combatieron sino que la implementaron...; sin el Vaticano II esa infiltración no hubiera existido.
En todos los tiempos hubo aborto y homosexualismo ¿vamos a decir, por lo mismo que el abortismo y homosexualismo legales de esta época son equivalente a las épocas donde estuvo prohibido?
"... Los siglos de los argumentadores son los siglos de los sofistas, y los siglos de los sofistas son los siglos de las grandes decadencias.
Detrás de los sofistas vienen siempre los bárbaros, enviados por Dios para cortar con su espada el hilo del argumento." (Donoso Cortés)
Debo dejar sentado a priori que me niego a creer lo que dice este personaje, Scalfari, cuya trayectoria errática, propia de un inconsecuente, de alguien que en realidad no sabe ni lo que es, ni lo quiere, que fue fascista (lo dice él mismo), luego liberal, más tarde rojo y hoy se define como libertario. Fundador del panfleto que dirige, y al que Francisco ha prestado más atención de la debida, suelta veneno en cada palabra que pronuncia. Si lo que afirma este hijo de Satanás fuese cierto, estaríamos en el peor escenario por el que está atravesando la Iglesia Católica.
Ya en INFOVATICANA advierten de la fiabilidaqd de la fuente, o sea, ni la más mínima en una lengua de serpiente, y en INFOCATÓLICA toman las mismas precauciones, pues si se confirmasen no es que haya un cisma, es que la ruptura ya es total. Y atención, que nadie se equivoque, si lo que afirma es cierto, tendríamos a un Papa fuera de la Iglesia, porque no se trataría de una herejía, sino de la negación de toda la Salvación. Insisto, me niego a creer que esto sea cierto.
El Papa según Scalfari: Jesús de Nazaret no era Dios
Por INFOVATICANA | 09 octubre, 2019
Aunque la fuente no sea de confianza, nos dice Marco Tosatti, y el papel en el que está impreso aún menos -La Repubblica-, la fuente se ha tomado la molestia de citar una frase atribuida al Sumo Pontífice, que tiene una cierta relevancia para todos los católicos. Citamos a Eugenio Scalfari:
«Cualquiera que haya tenido, como me ha pasado varias veces, la suerte de encontrarse con él y hablarle con la máxima confianza cultural, sabe que el Papa Francisco concibe a Cristo como Jesús de Nazaret, hombre, no Dios encarnado. Una vez encarnado, Jesús deja de ser un Dios y se convierte en hombre hasta su muerte en la cruz.
Cuando discutí estas frases, el Papa Francisco me dijo: «Son la prueba de que Jesús de Nazaret, una vez que se convirtió en hombre, aunque era un hombre de virtud excepcional, no era un Dios en absoluto».
Su Santidad el Papa Francisco ha convocado un Sínodo en el que más de doscientos cardenales y arzobispos participan en el tratamiento del problema de la Amazonía. El tema es de fundamental importancia para toda la humanidad. Francisco ha estado lanzando la idea del Dios Único durante años.
Es una idea obviamente revolucionaria que implica el examen de una seria problemática que interesa a todos, a los pueblos ricos y evolucionados culturalmente, así como a los pobres y desesperados. La unificación radica en el hecho de que hay una comunidad interior: todos deben vivir y todos deben hacerlo, los unos ayudando a los otros, que a su vez deben corresponder adecuadamente. Ricos y pobres, hombres y mujeres: este es nuestro mundo de humanos y esto el Papa continuamente lo tiene en cuenta. «Hemos llegado para contemplar, para comprender, para servir a los pueblos». Así el Papa Francisco ha abierto los trabajos del Sínodo.
La Amazonía es un caso muy grave ya que representa la historia de la humanidad, hace ya seis años que Francisco señala este tema dramático.
«No hemos venido aquí para inventar programas para el desarrollo social o la conservación de la cultura. Esa no es nuestra tarea o al menos no la principal», han sido las palabras de Francisco. «Nuestro trabajo será lo primero de todo rezar y luego reflexionar, dialogar, escuchar con humildad y hablar con valentía. No necesitamos demostrar nuestro posible poder sobre los medios. Esto configuraría una Iglesia sensacionalista, pero esto no es lo que concebimos, sabemos que los humanos son todos iguales en su diversidad externa».
El Papa Francisco nunca ha hablado del Yo como el elemento determinante del hombre. Cualquiera que haya tenido, como me ha pasado varias veces, la suerte de encontrarse con él y hablarle con la máxima confianza cultural, sabe que el Papa Francisco concibe a Cristo como Jesús de Nazaret, hombre, no Dios encarnado. Una vez encarnado, Jesús deja de ser un Dios y se convierte en hombre hasta su muerte en la cruz. La prueba que confirma esta realidad es que crea una Iglesia completamente diferente de las demás y que está demostrada por algunos episodios que merecen ser recordados.
El primero es lo que sucede en el Huerto de Getsemaní, donde Jesús va después de la Última Cena. Los apóstoles que están a pocos metros de él lo escucharon rezar a Dios con palabras que fueron referidas a su tiempo por Simón Pedro: «Señor -dijo Jesús- si puedes quitarme este amargo cáliz, hazlo, pero si no puedes o no quieres que lo beba hasta el final». Fue arrestado por los guardias de Pilato tan pronto como salió del jardín.
Otro episodio, también bien conocido, ocurre cuando Jesús ya está crucificado y una vez más se repite y es escuchado por los apóstoles y por las mujeres arrodilladas al pie de la cruz: «Señor, me has abandonado». Cuando discutí estas oraciones, el Papa Francisco me dijo: «Son la prueba de que Jesús de Nazaret, una vez que se convirtió en hombre, aunque era un hombre de virtudes excepcionales, no era un Dios en absoluto».
Recuerdo estos eventos que me permitieron encontrarme con el Papa Francisco varias veces, discutir con él temas y problemas que conciernen a la historia de la humanidad en su conjunto, pero sobre todo, aquella más cercana a nosotros, comenzando por la Ilustración y terminando en nuestros días. El Papa Francisco quería tener una imagen sin prejuicios de la cultura moderna y me pidió que se lo señalara y afrontar el examen.
Estas conversaciones fueron todas y siempre publicadas en la carta en nuestro periódico y es por esta razón que hoy siento la necesidad de recordarlas, porque Francisco trata el tema de la Amazonía pero extiende su alcance y llega a la conclusión de que los hombres son esencialmente todos iguales y todos diferentes.
Este es el rasgo que nos diferencia del género animal al que pertenecemos, también estamos dotados de instintos, pero no nos limitamos a estos: tenemos sentimientos. Pueden ser buenos o malos, egoístas o altruistas; nuestro cuerpo y nuestros órganos vitales desarrollan estas diferencias de tipo moral y crean un órgano precioso, aunque sea completamente incorpóreo, que es nuestra Mente. Esta es la razón por la cual una vez más recordé el interés de Francisco en el conocimiento corporal y espiritual del hombre.
Le encanta la cultura y quiere saber tanto como sea posible de la sociedad moderna por la razón evidente de que también la Iglesia que dirige debe adquirir la modernidad en su parte más elevada, lo que mejor contribuye a una humanidad que hace que nuestra existencia sea digna de ser vivida.
https://infovaticana.com/2019/10/09/...t-no-era-dios/
MATTEO BRUNI DICE QUE SCALFARI NO DA UN RELATO FIEL DE LO QUE SE DIJO
Scalfari asegura que Francisco negó la divinidad de Cristo y la Santa Sede dice que es su interpretación de las palabras del Papa.
Como en otras ocasiones, Eugenio Scalfari, editor de la Repubblica, ha atribuido al papa Francisco una declaración herética. Esta vez, relativa a la divinidad de Cristo. Y como en otras ocasiones, la Santa Sede responde que Scalfari no da un relato fiel de lo dicho por el Papa sino su interpretación personal.
9/10/19
(InfoCatólica) Según recoge Marco Tossati en su blog y ha traducido InfoVaticana, el editor del diario La Repubblica, Eugenio Scalfari, ha atribuido al papa Francisco la herejía de negar la divinidad de Cristo tras su encarnación. Estas son las palabras de Scalfari:
«Cualquiera que haya tenido, como me ha pasado varias veces, la suerte de encontrarse con él y hablarle con la máxima confianza cultural, sabe que el Papa Francisco concibe a Cristo como Jesús de Nazaret, hombre, no Dios encarnado. Una vez encarnado, Jesús deja de ser un Dios y se convierte en hombre hasta su muerte en la cruz.
Cuando discutí estas frases, el Papa Francisco me dijo: «Son la prueba de que Jesús de Nazaret, una vez que se convirtió en hombre, aunque era un hombre de virtud excepcional, no era un Dios en absoluto».
Preguntado por los periodistas al respecto, el jefe de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, Matteo Bruni, dijo lo siguiente:.
«Como ya se dijo en otras ocasiones, las palabras que el Dr. Eugenio Scalfari atribuye entre comillas al Santo Padre durante las entrevistas que mantuvieron no pueden considerarse como un relato fiel de lo que realmente se dijo, sino que representan una interpretación personal y libre de lo que él escuchó, como parece completamente evidente por lo que ha escrito hoy con respecto a la divinidad de Jesucristo»
Scalfari asegura que Francisco negó la divinidad de Cristo y la Santa Sede dice que es su interpretación de las palabras del Papa
Es sabido que a este Papa le gusta llamar la atención, ser el centro de las miradas (¿tal vez soberbia?), soltar "perlas" que pueden dar lugar a equívocos, pero lo mismo que con las cosas de comer no se juega, con las de Dios mucho menos. La ABSOLUTA DIVINIDAD de CRISTO queda de manifiesto en numerosos pasajes de El EVANGELIO, por ejemplo: "Mi reino no es de este mundo".
"He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.
<<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>
Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.
Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."
En la hora crepuscular de Europa José Mª Alejandro, S.J. Colec. "Historia y Filosofía de la Ciencia". ESPASA CALPE, Madrid 1958, pág., 47
Nada sin Dios
Empiezan las consecuencias del Sínodo. ¿Seguirán celebrando el culto católico, o a partir de ahora los italianos tendrán que comprar un bongo y ponerse plumas?
"Caro, vado al ballo della danza della pioggia alle 12 in onore di Madre Terra"
Fotografías y vídeos del "acontecimiento", en el enlace al final del artículo.
Indígenas y religiosas hacen rituales amazónicos en iglesia católica cerca al Vaticano
Redacción ACI Prensa
La iglesia romana de Santa María en Traspontina, situada en la Via de la Conciliazione a pocos metros del Vaticano, acoge diariamente del 4 al 27 de octubre un evento de marcado carácter sincrético en el que se mezclan tradiciones indígenas del Amazonas con referencias cristianas.
Walter Sánchez Silva
El evento, denominado “Momentos de Espiritualidad Amazónica”, es organizado por “Amazonía Casa Común”, un espacio de la Red Eclesial Panamazónica (REPAM), establecido de forma temporal en esta parroquia encomendada a los Carmelitas en el contexto del Sínodo de la Amazonía, que se desarrollará en el Vaticano hasta el 27 de octubre.
ACI Prensa presenció el ritual el 8 y 9 de octubre. El primero comenzó a las 9:45 a.m. Dentro de la iglesia y frente al lugar donde se ubica el Santísimo Sacramento y junto al altar principal, se extendieron unas telas y una red de colores con diversos objetos, como pequeñas canoas, imágenes de aves, instrumentos, estatuillas, cuencos con alimentos, entre otras; y en el centro un cesto de mimbre dentro del cual estaba la imagen de una mujer embarazada desnuda.
Esta imagen se usó en el ritual realizado por la REPAM y la Orden de los Franciscanos Menores en los Jardines del Vaticano el 4 de octubre ante el Papa, y en la oración con la que se inició los trabajos del Sínodo en la Basílica de San Pedro el día 7. Fue descrita por Vatican News en portugués como “Nuestra Señora de la Amazonía”. Asimismo, varios de los objetos mencionados también fueron usados en estas dos ceremonias.
Entre los participantes del evento en la iglesia de Santa María en Transpontina había varias religiosas católicas, una sacerdotisa anglicana, varios frailes franciscanos, laicos e indígenas amazónicos.
El evento de la REPAM empezó con una mujer que llamó a los participantes a formar un círculo alrededor de los objetos depositados en el suelo. Cada uno de los participantes llevaba en la mano un objeto como los ya descritos. Pidió que todos se entrelazaran con los brazos y comenzaron una serie de cánticos y discursos donde se mezclaban referencias a la naturaleza, la creación, expresiones como “todos somos uno”, con mensajes cristianos como “hemos sido creados a imagen y semejanza de Dios”, y alguna lectura bíblica.
La dirección del evento iba pasando de una persona a otra. En un momento dado, los participantes depositaron sus objetos en la tela a modo de ofrendas. Luego, los indígenas pusieron en el cesto de mimbre tierra de la Amazonía.
A continuación, todos se quitaron los zapatos, se pusieron de rodillas y se inclinaron tocando el suelo con la cabeza. Uno de los indígenas se acercó al cesto con la tierra, tomó en sus manos parte de la tierra y la alzó hacia arriba diciendo algunas palabras en voz baja.
Después y para concluir el acto se leyó un fragmento del libro del Éxodo en el que Dios, en la zarza ardiente, le pide a Moisés que se descalce porque está en tierra sagrada.
Al preguntar sobre el significado del acto a algunos de los participantes, estos explicaron que los objetos simbolizan los dones de Dios. A la pregunta sobre si era una ceremonia cristiana o amazónica, respondieron que las dos cosas son lo mismo.
El acto del 9 de octubre comenzó en el atrio de la iglesia con algunos cantos y luego los participantes caminaron al interior del templo en donde siguió el ritual, en el que destacó la participación de Mons. Raúl Vera, Obispo de Saltillo (México), conocido por la promoción del estilo de vida homosexual y su apoyo al lobby LGBT.
En enero de este año Mons. Vera afirmó sobre la homosexualidad que “hay una parte de la población mundial que nace en esa condición” y que esta “viene en su naturaleza”, algo que ha aprendido “porque estoy cerca de ellas y de ellos”. En octubre de 2015, el Prelado pronunció una conferencia en Roma en la que dijo al lobby gay que “son los salvadores de la Iglesia”.
Una vez en el interior del templo y frente al altar del Santísimo, algunos de los participantes levantaron una canoa sobre la que estaba sentada una joven. Como el día anterior, en esta zona había una serie de elementos amazónicos como la imagen de “Nuestra Señora de la Amazonía”, descrita así por Vatican News en portugués.
Para concluir el evento, se rezó el Padre Nuestro, el Ave María y se hizo una reflexión con una lectura bíblica. Algunos de los participantes indicaron que el ritual irá variando a lo largo de los días en los que se realice para poder mostrar cómo es la “espiritualidad amazónica”.
En varias capillas de la iglesia, los responsables de “Amazonía Casa Común”, iniciativa de la REPAM, han establecido unas muestras sobre los llamados mártires amazónicos. En el suelo de las capillas han colocado otros objetos, fotos e imágenes relacionados a la Amazonía y la problemática de la región.
En una de ellas, también se puede ver una pancarta en la que se quiere representar las palabras del Papa Francisco en la encíclica Laudati si’: “Todo está conectado”.
Para ello se emplea la fotografía de una mujer indígena que con un brazo sostiene a su hijo pequeño y con el otro amamanta a un lechón. A su alrededor una flecha dirige la mirada hacia la fotografía del hijo con las palabras “otro-yo”.
Del hijo sale otra flecha hacia la fotografía del lechón con las palabras “otro-naturaleza-cosmos”. Por último, la flecha dirige de nuevo a la fotografía de la madre bajo la palabra “yo”. Además, mediante una flecha de cambio de sentido se explica que el proceso puede ser a la inversa.
La iniciativa “Amazonía Casa Común” celebrada en la iglesia de Santa María en Traspontina contrasta con las palabras pronunciadas el 17 de junio del Cardenal Lorenzo Baldisseri, secretario general del Sínodo de los Obispos, durante la presentación del Instrumentum laboris del Sínodo.
En aquella ocasión, el Cardenal rechazó que el Sínodo sobre la Amazonía pudiera abrir alguna posibilidad a una Iglesia sincrética donde se diera cabida a sensibilidades filosóficas o religiosas de origen pagano.
El Cardenal aseguró que no veía “ningún sincretismo” en el Sínodo y que en el Instrumentum laboris o documento de trabajo “se habla de Jesús, se habla de la Creación. Si hay alguna filosofía, u otras religiones, que hablan de la Creación, eso no quiere decir que si hablamos de la Creación haya sincretismo”.
En un texto enviado a ACI Digital –agencia en portugués del grupo ACI– Mons. José Luis Azcona, Obispo Emérito de Marajó en el delta del Amazonas en Brasil, explicó que la iniciativa “Amazonía Casa Común” puede ser “un puente de escándalo para toda la Iglesia, desde Roma, y con ocasión del Sínodo”.
“Algunas preguntas sobre la ‘Amazonía Casa Común’ son legítimas y están justificadas. Como, por ejemplo, sobre esos rituales indígenas que lógicamente, van a ser diferentes, ¿qué tipo de espíritus van a ser invocados? Porque estos pueden ser de distinto tipo. ¿Son espíritus de hechicería, incompatibles con el evangelio y al mismo nivel que el pecado de idolatría, como explica Pablo?”.
“¿O pueden ser espíritus invocados en la misma ‘Amazonía Casa Común’ mediante sus místicas, rituales, oraciones que pertenecen al ámbito de la magia, como las ve de nuevo el Apóstol a la luz del peor mal posible? ¿O son extrañas ‘autoridades’ y ‘poderes’ (‘malos espíritus’ para Pablo) subordinados al control del príncipe del mal Satanás?”.
“¿O es que acaso los responsables de ‘Amazonía Casa Común’ no creen verdaderamente que Cristo derrotó todas esas fuerzas por su obra redentora y que, exaltado sobre todos ellos, mantiene para siempre y de modo absoluto su soberanía de Señor?”, se preguntó.
“Amazonía Casa Común” está impulsada por la Red Eclesial Panamazónica (REPAM) junto con otras organizaciones. Además de los “Momentos de Espiritualidad Amazónica” en la iglesia de Santa María en Traspontina, se han programado otros eventos como conferencias y exposiciones en diferentes lugares de Roma y otras ciudades de Italia en ocasión del Sínodo de los Obispos sobre la Amazonía.
https://www.aciprensa.com/noticias/i...vaticano-76354
No voy a calificar lo que ya se califica por sí mismo, todo esto está muy claro. No voy a decir lo que pienso de este Papa, que es el impulsor de todo, pero si pienso que debería renunciar al papado ya.
Hay algo más que me llama la atención y preocupa, ¿dónde está la reacción de los católicos romanos ante este sacrilegio consentido y "programado" durante 3 semanas?
"He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.
<<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>
Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.
Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."
En la hora crepuscular de Europa José Mª Alejandro, S.J. Colec. "Historia y Filosofía de la Ciencia". ESPASA CALPE, Madrid 1958, pág., 47
Nada sin Dios
Aunque ya reproducida en el #83, resulta muy conveniente volver a citarla y volver a leerla.
La advertencia de San Pío X sobre la hermandad universal, es premonitoria y orienta acerca de lo que no debemos aceptar de ningún modo.
«Sin embargo, son aún más extrañas, a la par que espantosas y entristecedoras, la audacia y la ligereza de espíritu de hombres que se llaman católicos, que sueñan con rehacer la sociedad en condiciones similares y establecer en la tierra, por encima de la Iglesia Católica, ‘el reino de la justicia y del amor’, con obreros venidos de todas partes, de todas las religiones o sin religiones, con o sin creencias, con tal de que olviden lo que les divide, sus convicciones religiosas y filosóficas, y compartan lo que les une, un ‘generoso idealismo’ y fuerzas morales agarradas ‘de donde puedan’. Cuando se piensa en todo lo que es necesario en fuerzas, ciencia y virtudes sobrenaturales para instituir la ciudad cristiana, y en el sufrimiento de millones de mártires, y en las iluminaciones de los Padres y Doctores de la Iglesia, y en la dedicación de todos los héroes de la caridad, y en una poderosa jerarquía nacida del Cielo, y en los ríos de gracia divina, todo ello edificado, vinculado, compenetrado por la Vida y el Espíritu de Jesucristo, la Sabiduría de Dios, el Verbo hecho hombre; cuando se piensa, decíamos, en todo esto, nos asusta ver a estos nuevos apóstoles intentando tercamente hacerlo mejor a través de la unión de un vago idealismo con las virtudes cívicas. ¿Qué producirán? ¿Qué saldrá de esta colaboración? Una construcción puramente verbal y quimérica en la que veremos brillar desordenadamente y con una seductora confusión las palabras «libertad», «justicia», «fraternidad» y «amor», «igualdad» y «exaltación humana», todo basado en una DIGNIDAD HUMANA MAL COMPRENDIDA. Se tratará de una AGITACIÓN TUMULTUOSA, estéril para el fin propuesto y que dará ventaja a los agitadores de masas, que son siempre menos utópicos (….).
Tememos que haya cosas aún peores. El resultado de esta promiscuidad en el trabajo, el beneficiario de esta acción social cosmopolítica puede ser sólo una democracia que no sería ni católica, ni protestante, ni hebrea; UNA RELIGIÓN… MÁS UNIVERSAL QUE LA IGLESIA CATÓLICA, que reunirá a todos los hombres convertidos, por fin, en hermanos y compañeros en el ‘reino de Dios’. ‘No se trabaja para la Iglesia; se trabaja para la humanidad’. Y entonces, invadidos por la más grande de las tristezas, nos preguntamos, Venerables Hermanos, en qué se ha convertido el catolicismo del Sillon [movimiento francés, ndr]. Por desgracia, ha sido captado, en su camino, por los modernos enemigos de la Iglesia y a partir de ahora es sólo un mísero afluente del gran movimiento de APOSTASÍA, organizado en todos los países para INSTAURAR UNA IGLESIA UNIVERSAL QUE NO TENGA DOGMAS NI JERARQUÍA, ni reglas para el espíritu, ni freno para las pasiones; y que, con el PRETEXTO DE LA LIBERTAD Y DE LA DIGNIDAD HUMANA, restablecería en el mundo, siempre que PUDIERA triunfar, el REINO LEGAL DE LA ASTUCIA Y DE LA FUERZA, y LA OPRESIÓN DE LOS DÉBILES, de los que sufren y trabajan».
(Carta apostólica de san Pío X a los arzobispos y obispos franceses, Notre charge apostolique, Roma, a 25 de agosto de 1910)
"He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.
<<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>
Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.
Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."
En la hora crepuscular de Europa José Mª Alejandro, S.J. Colec. "Historia y Filosofía de la Ciencia". ESPASA CALPE, Madrid 1958, pág., 47
Nada sin Dios
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