Revista ¿QUÉ PASA? núm 158, 7-Ene-1967
EL CATOLICISMO DEL PADRE ARIAS
Por Francisco Llopis Lloret
En «Tercera Página» del diario «Pueblo» del 16 de diciembre (1966), el famoso Padre Arias, basándose en la frase del Cardenal Máximos IV («muchos ateos en lo que no creen es en un Dios en el que yo tampoco creo»), publica un artículo en el que lanza afirmaciones que parecen impropias de un buen sacerdote, a las que yo católico fervoroso—, en bien de las almas, que estimo pueden ser inducidas a error, me creo en el deber de replicar, con la máxima corrección.
¡Ya procura el citado autor curarse en salud anunciando que sus cuartillas «escandalizarán probablemente a más de un fariseo! Pero cabe preguntar, ¿quién es el fariseo?
Lo cierto es que el mismo mencionado articulista prevé que se pueda imputar «un tinte de demagogia religiosa».
Para no extenderme demasiado, recogeré tan sólo algunas de sus afirmaciones (las que más me han impresionado), para luego rebatirlas concisamente.
El Padre Arias dice, literalmente:
«SI, YO NUNCA CREERE EN: 1.» EL DIOS QUE AME EL DOLOR; 2.» EL DIOS QUE DEJE IMPUNE A LOS NUEVOS CAINES DE LA HUMANIDAD; 3.» EL DIOS MAGO Y HECHICERO; 4.» EL DIOS QUE SE HACE TEMER; 5.» EL DIOS QUE MANDA AL INFIERNO; 6.» EL DIOS QUE NO SUPIESE DESCUBRIR ALGO DE BONDAD, DE SU ESENCIA, ALLI DONDE EXISTA AMOR, POR EQUIVOCADO QUE SEA; 7.EL DIOS QUE PERMITA LA GUERRA; 8.» EL DIOS QUE CAUSE EL CANCER, QUE ENVIA LA LEUCEMIA; QUE HAGA ESTERIL A LA MUJER O SE LLEVE AL PADRE DE FAMILIA QUE DEJA CINCO CRIATURAS ABANDONADAS... Y termina remachando: SI, MI DIOS ES «EL OTRO DIOS».
1. » ¿Cómo no va a «amar Dios el dolor» si Cristo padeció voluntariamente Pasión y Muerte y nos exige que carguemos con nuestra Cruz y le sigamos? Ahora bien, si hemos de aceptarlas tribulaciones, infortunios y penas que El disponga —sabiendo sacar miel de las espinas, con un criterio de expiación y ofrecimiento—, no es menos cierto que, por lo general, nos pide una sana alegría: «Misericordia quiero y no sacrificio». «Alegraos que la bondad es grande en los Cielos». Pero quede sentado quela Penitencia y los sufrimientos impuestos por su Providencia deben ser conscientemente aceptados y serán fuente de bienes.
2. La aparente «impunidad de los nuevos Caínes de la Humanidad» no puede ser motivo para renegar de Dios, pues «no se mueve la hoja del árbol sin la voluntad divina». Y, por consiguiente, todo lo que en el mundo acontece está dispuesto o, al menos, permitido por Dios, quien, no obstante ser Todopoderoso, tiene una imposibilidad: Obrar el Mal y la Injusticia. Estas son producto de! Libre Albedrío Pero Dios escribe derecho con líneas torcidas. Y así viene a reconocerlo el refrán castellano: «No hay mal que por bien no venga». Ya lo veremos en el Juicio Final, en que se producirán las debidas compensaciones, y reinará una Justicia absoluta y convincente.
Dios, que toleró a Nerón sus maldades, como se las permitió a Lenin, a Stalin, a Kruschef y a tantos tiranos; Dios, que podría paralizar el brazo armado de un asesino y no lo hace sin embargo… ¡es porque tiene un gran respeto a la Libertad Humana!
Pero, desde luego, de Dios no se ríe nadie. Todos los hombres serán juzgados, aunque quieran esconder su cabeza como el avestruz.
Si la tremenda injusticia de la condena a muerte de Nuestro Señor sirvió para la Redención del género humano, también las innumerables injusticias que en la sociedad se producen conducen a consecuencias insospechadas y favorables. Tal fue el caso, por ejemplo, del asesinato de Calvo Sotelo, que dio lugar al Alzamiento Militar y a la Liberación de España del caos marxista-liberal.
3. Reniega el P. Arias del «Dios mago y hechicero»? ¿Se refiere a los milagros, claro es? Pues entonces, ¿renegará de Cristo, que los hizo muchísimos y que se prodigaron tanto que la Biblia está repleta de ellos, y no cesan de producirse, incluso en nuestros días, como lo demuestra irrebatiblemente las numerosísimas canonizaciones, en pleno siglo XX, basadas en milagros y las Actas Médicas de curaciones sobrenaturales en Fátima?
4. Repudia también nuestro teólogo «al Dios que se hace temer» Pero, ¡cómo! ¿Es posible que haya olvidado la frase secular y significativa de «HOMBRE TEMEROSO DE DIOS», aplicado a los justos? Y es que temer a Dios, tanto como amarle sobre todas las cosas, son requisitos necesarios para la salvación.
5. Parece que al P. Arias le desagrada el Infierno… Pero es evidente que Dios -infinitamente bueno, pero también infinitamente justo- «manda a muchos» al citado Infierno. Y su existencia y necesidad son artículos de fe, pues no hay más que recordar el episodio del rico Epulón y el pobre Lázaro, así como considerar que en el Credo se afirma que Cristo tras de Su muerte, «descendió a los Infiernos» para luego ascender a los cielos.
6. Lo de que Dios debe descubrir bondad, incluso de Su Esencia, en todo amor «por equivocado que sea», parece —y es— una enorme temeridad...
7. " Respecto a rechazar al «Dios que permita la Guerra» esto representa repudiar al Dios de la Biblia, que se titula «Dios de los Ejércitos». Por lo demás, guerras las hubo siempre. ¿Acaso Dios las quiere? Las permite, simplemente, con miras providenciales.
8. No hay que renunciar jamás «al Dios que cause el cáncer. que envíe la leucemia, que haga estéril a la mujer o que se lleva al padre de familia numerosa», pues sobre que tales males pueden ser de origen humano, Dios, infinitamente bueno, al permitir esos males tendrá siempre plena justificación en sus designios inescrutables. ¿Y acaso en los Libros Santos no se dice que: «No se mueve la hoja del árbol sin la voluntad de Dios»?
Finalmente, el Padre Arias condena su absurda relación de «incredulidades» con esta frase: «SI. MI DIOS ES «EL OTRO DIOS». Así, pues, si viene a censurar al Dios verdadero, de la Biblia y de los Evangelios, ¿cuál puede ser su Dios?
Perdone, Padre Arias, si se considera ofendido por mis expresiones. No es tal mi intención. Me interesa la salvación del prójimo; en consecuencia, combato lo que considero erróneo, y, desde luego, rezo por usted.
¡Y también por Emilio Romero, que admite en su diario «Pueblo» doctrinas tan perjudiciales para la Fe! No es extraño esto en quien (cuando unas monjas españolas fueron asesinadas en el Congo Belga) mandó un corresponsal a aquella desgraciada comarca, publicando después una extensa entrevista del mismo... nada menos que CON GASTON SUMIALOT, ¡JEFE DE LOS VERDUGOS! ¡Como si las manifestaciones de aquel forajido pudieran interesarnos ni nos merecieran el menor crédito! |
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