GLOSAS: LA MIRADA DE VELÁZQUEZ

Vieja friendo huevo, de Velázquez






Hay que tener una mirada sin telarañas para pintar lo que pintaba el maestro Velázquez. Un mirada que no reprocha nada a la realidad, que la asume tal y como es: fluyendo sin detenerse; o tal vez deteniéndose con el milagro del pincel sobre un lienzo tan corruptible, como una mariposa se detiene en una flor. Vivir como nos quería aquel digno hijo de San Ignacio de Loyola, el P. Rivadeneyra cuando escribe que no vivamos "desentrañándonos como las arañas, y tejiendo redes para cazar moscas y cosas que se lleva el viento". Hay que ser católico y español para pintar así. Hay que estar poseído de lo transitorio que es todo para transmutar lo más cotidiano en imagen perdurable, para realizar la asunción de todo lo pasajero, elevándolo a la región de lo angélico. Hay que ser un espejo puro, con la complejidad de ser humano y no mera superficie reflectante. Hay que ser Velázquez para pintar así.


Manuel Fernández