Vale!
Que bueno que conserves esas reliquias de tu abuelo!
Y que orgullo y honor ser nieto de un Divisionario!
En enhorabuena por tu museo -con el deseo que siga creciendo- y por tu santa mujer!
Vale!
Que bueno que conserves esas reliquias de tu abuelo!
Y que orgullo y honor ser nieto de un Divisionario!
En enhorabuena por tu museo -con el deseo que siga creciendo- y por tu santa mujer!
No tengo palabras.
Recopilación de su obra:
Augusto Ferrer-Dalmau 'El Pintor De Batallas'
Entrevista a Augusto Ferrer Dalmau en la televisión de Castilla y León (2010):
Militia est vita hominis super terram et sicut dies mercenarii dies ejus. (Job VII,1)
Batalla de San Marcial: un cuadro, Guipúzcoa y España
La fecha, como casi todo lo histórico-militar, ha pasado inadvertida en España. Dos siglos del Martes Glorioso de la Batalla de San Marcial. Un 31 de agosto de 1813 aconteció en tierras de la Guipúzcoa la batalla decisiva que significó a la postre el fin napoleónico en territorio de Vascongadas y Navarra.
Enfrentó a las huestes gabachas del temible mariscal Monsieur Nicolas Jean de Dieu Soult con el Cuarto Ejército español, gallego para más seña, al mando del general Don Manuel Alberto Freire de Andrade y Armijo, apostados sus hombres en primera línea en los campos de Sorueta y Enacoleta (III división), alturas de San Marcial (parte de la V) e Irún y Fuenterrabúa (VII división). Eran tiempos aquellos de alianzas con Portugal y Reino Unido para frenar el delirio napoleónico en España, úlcera posterior del Sire. Y Sir Arthur Wellesley andaba por allí, «of course».
Cuadro de la batalla de San Marcial de Augusto Ferrer-Dalmau
Fecha inadvertida, como hemos dicho. Y más con la que llueve dos siglos después en tierras de Guipúzcoa y su capital, San Sebastián, ciudad arrebatada al francés tras la Batalla de San Marcial, donde sus fiestas rinden solo homenaje a los terroristas (bomba lapa y tiro en la nuca, nunca se olviden). Nada de la españolidad indiscutible de su Historia.
Pero dejemos la política y vayamos al campo de batalla que estos días puede el viajero visitar, por su riesgo y cuenta: 161 oficiales y 2.462 soldados españoles muertos (unos 4.000 fueron los franceses que murieron en la batalla). Ingleses y portugueses apenas tuvieron bajas.
EXPOSICIÓN DE FERRER-DALMAU EN SAN SEBASTIÁN E IRÚN
Es precisamente esta Batalla de San Marcial la que ha querido recrear en su último cuadro el pintor barcelonés Augusto Ferrer-Dalmau, quien recientemente rindiera tributo a los soldados españoles en Afganistán con “La Patrulla”. Una obra que se pudo visitar en el Palacio de Miramar de San Sebastián, “un cuadro que ha contado con el mecenazgo de la familia Aperribay” y se expone ahora hasta finales de octubre en el Museo Oiasso de Irún, posteriormente formara parte de los fondos del Museo del Ejercito en Toledo. También se presentará en Madrid.
Y Sir Arthur Wellesley andaba por allí. El Duque de Wellington quien contempló la batalla desde su atalaya para luego referirse en estos términos al Ejército español y sus huestes gallegas en una arenga en el Cuartel de Lesaca, un 4 de septiembre de 1813:
«Guerreros del mundo civilizado: Aprended a serlo de los individuos del Cuarto Ejército que tengo la dicha de mandar. Cada soldado de él merece con más justo motivo el bastón que empuño. Todos somos testigos de un valor desconocido hasta ahora; del terror, la muerte. La arrogancia y serenidad, de todo disponen a su antojo. Dos divisiones fueron testigos de este combate original sin ayudarles en cosa alguna y esto por disposición mía para que se llevaran una gloria que no tiene compañera. Españoles: Dedicaos a imitar a los inimitables gallegos, distinguidos sean hasta el fin de los siglos por haber llegado en su denuedo hasta donde nunca nadie llegó. Nación española premia la sangre vertida por tantos cides. Diez y ocho mil enemigos con una numerosa artillería desaparecieron como el humo para que no os ofendieran jamás».Proceso de creación de la Batalla de San Marcial por Augusto Ferrer-Dalmau
Estamos en esas fechas, si visitan la buena tierra de Guipúzcoa ya saben, acuérdense de que hace dos siglos aconteció aquel Martes de Gloria en la Batalla de San Marcial. Pásense por el Museo Oiasso de Irún, donde el óleo forma parte de la muestra «Tratados de Paz». Y contemplen el cuadro: a la izquierda de la composición, soldados franceses en retirada; a la derecha, bayonetas españolas empujando, la bandera de la noble Infantería española… muertos, sangre, barro. En la altura, la ermita de San Marcial. Humo y pólvora. Cañón.
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«Mi Bandera» o el otro 14 de febrero: un cuadro para la Infantería de Marina
El próximo día 27, aniversario de la Infantería de Marina, se presentará el cuadro del pintor Augusto Ferrer-Dalmau titulado «Mi Bandera», donde representa al granadero Martín Álvarez en la batalla del Cabo de San Vicente (14 de febrero de 1797) defendiendo la bandera de su navío el «San Nicolás de Bari» cuando toda la tripulación estaba muerta o malherida.
Aquí os lo dejamos, para celebrar a nuestro modo el otro 14 de febrero, el cuadro:
«Mi bandera», del pintor barcelonés Augusto Ferrer-Dalmau
Según la crónica de un oficial inglés testigo de la batalla:
«[...] En el barco español “San Nicolás de Bari” queda algo por conquistar. Sobre la toldilla arbola la bandera española, cual si todavía el barco no se hubiese rendido. Un oficial inglés que lo observa va a ella para arriar la bandera. Antes de llegar un soldado español, de centinela en aquel lugar, sin apartarse de su puesto, le da el alto, el oficial no le hace caso y se acerca, el sable del centinela lo atraviesa con tal fuerza que lo queda clavado en la madera de un mamparo.
[...] Un nuevo oficial y soldados se acercan y el centinela no logrando desasir su sable de donde se hallaba pinchado, coge el fusil a modo de maza y con él da muerte a otro oficial y hiere a dos soldados. Da después un salto desde la toldilla para caer sobre el alcázar de popa donde lo acribillan a tiros los ingleses. Nelson que ha presenciado la escena se aproxima al cadáver silencioso Y ordena que se le envuelva en la bandera que había defendido con tanto ardor».
Pero el centinela Martín Álvarez no estaba muerto, sino muy mal herido. Lo curaron y lo llevaron a Lagos, en el Algarve al sur de Portugal y de allí hacia España.
«Mi Bandera» o el otro 14 de febrero: un cuadro para la Infantería de Marina | Por Tierra, Mar y Aire
«El Camino Español»: morenos, barbudos y con mala leche
Esteban Villarejo
El pintor Augusto Ferrer-Dalmau ha presentado este miércoles en el Palacio Real de Valladolid el cuadro «El Camino Español», en compañía del escritor Arturo Pérez-Reverte.
Se trata de una obra que versa sobre la ruta de los Tercios entre España y Flandes, un corredor militar que tenía en el puerto de Barcelona uno de sus hitos, camino de Génova y Milán, para llegar más tarde hasta Bruselas, siempre por zonas aliadas y nunca por mar, para evitar tormentas y la enemistad de Francia e Inglaterra, las dos orillas del necesario y desechado paso por el Canal de la Mancha.
Para el académico y escritor del «Capitán Alatriste», el cuadro de Ferrer-Dalmau «no es un homenaje a la parafernalia bélica y a la gloria militar, sino al español de a pie, tanto al de ayer como al de hoy, que a veces se cargaba al hombro un mosquete, una alabarda o una pica como una manera de ganarse la vida» (nos informa Efe). «¿Cómo sería la España de entonces para preferir alistarse en vez de quedarse en su tierra?», añadió Pérez-Reverte.
Momento de la presentación del cuadro por encargo de la Asociación Retógenes Amigos de la Historia Militar / HERAS
«Eran tipos pequeños, morenos, barbudos, con mucha mala leche, temidos y odiados pero muy disciplinados bajo el fuego enemigo. Adornados también por el orgullo y la crueldad propia de la raza». Así se refirió Pérez-Reverte a aquellos soldados españoles, herederos de los Tercios del Gran Capitán.
El cuadro de Ferrer-Dalmau refleja un instante de los soldados camino de la célebre derrota de Rocroi (1643, Francia), una de las más dolorosas de los tercios españoles.
«El Camino Español», de Augusto Ferrer-Dalmau
«El Camino Español»: morenos, barbudos y con mala leche | Por Tierra, Mar y Aire
Ferrer-Dalmau dona una estatua de Blas de Lezo al Museo Naval
El artista Augusto Ferrer-Dalmau donará este viernes una estatua del teniente general Blas de Lezo y Olavarrieta al Museo Naval. El acto, que tendrá lugar a las 12:00 horas, será presentado por el escritor Arturo Pérez-Reverte y lo presidirá el almirante director del museo, José Antonio González Carrión.
Aquí os dejo algunos bocetos del trabajo de este pintor de batallas, ahora también metido al trabajo de la escultura, quien subraya su “obsesión” por retratar un Blas de Lezo “guerrero y orgulloso”.
Estatua y bocetos
Escultura de Blas de Lezo
Ficha técnica:
AUTOR: AUGUSTO FERRER-DALMAU
ESCULTURA BLAS DE LEZO
OBRA ORIGINAL FIRMADA: AUGUSTO FERRER-DALMAU
FUNDICIÓN A LA CERA PERDIDA. PATINAS EFECTUADAS A MANO
MEDIDAS: 67 CM ALTURA. BASE 25 X 25 CM
MODELADO y AMPLIACIÓN DEL MODELO: J. G. GARCÍA CALVO y F. LOZOYA MONLEÓN
DIRECCIÓN TÉCNICA: EDICIONES & ESCULTURA HISTÓRICA
FUNDICIÓN: ARTURO DEL OLMO-FUNDICIONES EN BRONCE. ARGANDA-MADRID
SE PRESENTA LA ESCULTURA EN UNA AMPLIACIÓN ESPECIAL Y ÚNICA EFECTUADA SOBRE EL MODELO ORIGINAL Y DESTINADA AL FONDO DEL MUSEO NAVAL DE MADRID.
Ferrer-Dalmau dona una estatua de Blas de Lezo al Museo Naval | Por Tierra, Mar y Aire
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