El carnicero noruego es un masón, no un «cristiano»
de Agencia FARO, el Domingo, 24 de julio de 2011 a las 16:17
Anders Breivik, con atuendo masónico. (De su propio perfil de Facebook)Oslo / Madrid, 24 julio 2011. Difícilmente se podrá encontrar mejor ejemplo de la desinformación que los medios del sistema suministran, que los titulares y calificativos dedicados al autor confeso de los terribles atentados de anteayer, el coche bomba en el centro de la antigua Cristianía y la matanza a tiros en el campamento de jóvenes del Partido Laborista en la isla de Utoya. A Anders Behring Breivik se le ha calificado de «fundamentalista cristiano», de militante «de extrema derecha», de «antiinmigracionista», de, ¡oh pecado supremo!, «enemigo del multiculturalismo». La prensa española no ha ido a la zaga de la del resto del mundo en esta exhibición de ignorancia y confusión deliberada.
Anders Behring Breivik es masón, como muestra la fotografía que ilustra esta nota (la cual fue publicada por el diario zapaterista Público, entre otros, mutilada para que no se vieran el mandil y los guantes de dama propios del atuendo masónico). Es decir, el asesino se adhiere a la ideología básica del Nuevo Orden Mundial (N.O.M.), salida de las logias: de los «derechos humanos» a la democracia liberal y capitalista. La masonería ha sido objeto de las más duras y reiteradas condenas por parte de la Iglesia Católica (a pesar del empeño actual de no pocos eclesiásticos por oscurecerlas y olvidarlas, como saben los lectores de FARO).
Breivik es, además, judeófilo y feroz sionista, y por lo tanto circunstancialmente antimahometano. Sus escritos y declaraciones, que van conociéndose, no dejan lugar a dudas. El armamento y los explosivos que ha utilizado, muy difíciles de conseguir en Noruega, apuntan a altas complicidades.
Por último: Breivik, como la mayoría de la población noruega, se mueve entre el vago luteranismo oficial y el agnosticismo (que hoy vienen a ser la misma cosa). Antes del delirio ecumenista que desde el Vaticano II padecemos, a nadie en España se le habría ocurrido llamar «cristiano» a un hereje así. Sin embargo, estos últimos días lo han hecho incluso medios supuesta y oficialmente católicos, agregando, como se indicaba arriba, el término «fundamentalista», comodín malintencionado que no hace sino certificar su ignorancia. El fundamentalismo (de «The Fundamentals of Christianity») es un movimiento aparecido a principios del siglo XX en ciertos medios protestantes estadounidenses. Sin relación alguna con el luteranismo europeo ni, por supuesto, con la Iglesia Católica, el fundamentalismo protestante norteamericano es rabiosamente anticatólico y hostil también a las formas modernistas del protestantismo, como por ejemplo las de la secta oficial del estado noruego.
En resumen: pese a los medios del sistema, Anders Behring Breivik es de los suyos. Que se lo queden.
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