Los primeros y más acérrimos defensores de que los judíos son una raza no fueron los nacionalsocialistas, sino los propios judíos. Un judío coherente jamás aceptará que es de la misma raza que un no-judío. Esto se plasma perfectamente en la legislación del Estado de Israel, el único Estado que tiene leyes racistas, dónde se margina incluso a los judíos falashas (negros). Hay que contarlo todo, los más racistas y supremacistas son los judíos. De todos modos, sí estaría de acuerdo en el hecho de que los judíos no son una raza, al menos en el sentido estrictamente biológico, sino una colectividad endogámica construída en torno a una cierta ideología y objetivos.
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