Peligroso.
Tiende mi querido Juan Manuel, con demasiada asiduidad, al recuerdo hipersensible de las pequeñas cosas; que en una personalidad con evidente inclinación al ROMANTICISMO excesivo, puede llevarle por caminos realmente nefandos, si cae en un desánimo prolongado; no sería la primera vez que un defensor de la fe, se va derecho al otro lado por esas cosas.
Recordad que el romanticismo literario (por mucha calidad intelectual que tenga), o de carácter, es el germen del romanticismo filosófico; y éste a su vez de todos los individualismos, liberalismos, individualismos de estado (socialismos), nacionalismos excluyentes etc. Ya en otra ocasión consiguió ponerme alerta con su tremendo artículo "Nidos de antaño", donde prácticamente tiraba la toalla: "Me dedicaré desde hoy, a complacer y halagar al mundo, para evitar su condena".
LOS NIDOS DE ANTAO - ABC.es
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