Tema: Crónica de la ascensión al Bastiments; Excursión VI-2006

Tal y como estaba programado, el domingo pasado (26 de marzo) Aus Migratories acudio a la convocatoria de ADLE para realizar la ascensión al Pic de l'Infern. Nos reunimos frente a la libreria a la intempestiva hora de las 6:30 (con el agrabante de dormir una hora menos pq era el dia q cambiaban la hora).
Salimos en dos coches rumbo a Mollet para recoger al ultimo de los componentes de la expedición, y completar un fabuloso grupo de 8 personas.
Nos trasladamos hasta Ribes de Fresser, en la que seria la penultima parada, con el fin de acabar de equiparnos con raquetas, que a la postre resultarian totalmente imprescindibles. Y desde alli fuimos hasta el aparcamiento de Vallter 2000 (2.155 m.), punto de partida de la excursion.
Con una temperatura agradable, un cielo con mucho sol y algunas nubes, empezamos a andar sobre la nieve rumbo al refugio de Ulldeter, del que nos separaban pocos metros, pero sirvio para atestiguar la gran cantidad de nieve y el inadecuado calzado que llevaban los dos nuevos iniciados a la montaña. Ya en el refugio, nos equipamos con las raquetas, con las cuales se caminaba mucho mas comodo, y comenzamos una travesia rodeado de esquiadores. Tras avanzar un rato por un terreno de suave ascenso, nos encontramos con la primera pared considerable, primer examen de las fuerzas de todos, y que nos llevo hasta el Coll de la Marrana, donde nos recivio un elemento que se haria cada vez mas presente, el viento.
Tras reunirnos en el Coll de la Marrana (2.535 m.), ya nos quedaba delante el Bastiments. Con la señorita Ingrid marcando el ritmo, proseguimos con el ascenso, en un grupo cada vez menos compacto, a cada paso que dabamos el viento se iba haciendo mas intenso e insoportable. El primero en descolgarse fue el amigo Guille, debido a las heridas que en el hacian unas botas de punta de hierro que tan inapropiadas resultan para estas lides. La solidaridad de Arturo, le hizo quedarse ayudando al compañero necesitado, descolgandose con el, y desistiendo de ascender a la cima por el dolor que tenia q soportar Guille. Los demas proseguimos el ascenso, con una ventisca comparable a la de Ulises rumbo a Itaca, y q dificultaba cada paso, hasta el punto de tener que reclinarnos con el fin de no caer por la fuerza del aire. Con bravura conseguimos coronar el Bastiments (2.883 metros), donde todo el esfuerzo qdaba totalmente compensado por una vista inigualable, pero donde el frio y el viento eran bastante insoportables. Tras esperar unos minutos en la cima a que llegaran los tres componentes que qdaban por llegar, decidimos descender, pues con el grupo tan fragmentado y el temporal que acechaba, carecia de sentido proseguir hasta la meta inicial que era el Pic de l'Infern.
A menos de 50 metros de la cima estaba Jonathan, el otro novato, que tambien venia con botas con punta de hierro, y que totalmente exhausto encontre tumbado en el suelo mientras Pedro le ayudaba a colocarse unos pantalones impermeables sobre unos tejanos totalmente mojados por mas de un metro de nieve. Mencion de honor para este chico, que dio todo lo que tenia dentro, hasta qdar sin aliento, con una metereologia adversa, con una experiencia nula, y con un equipo pauperrimo, pero con un valor y determinacion q harian sonrojar a mas de uno que presume del sacrificio.
En el descenso, he de confesar lo mucho q goce, y practicamente sin esfuerzo, me deslice por la nieve utilizando mis pantalones de pana como trineo, y bajando a toda velocidad esa montaña que con esfuerzo habiamos subido.
La bajada proseguio en grupos fragmentados, hasta reunirnos todos en el aparcamiento, desde donde nos desplazamos hasta Ripoll, para culminar una genial jornada, entre dulces, zumos, chocolates y bocadillos, compartiendo los momentos vividos en la jornada, en un ambiente formidable donde no faltaron ni la alegria ni las risas. Desde alli nos despedimos los ocupantes de ambos coches, y regresamos a Mordor, con la alegria de un domingo formidable, de haber disfrutado de la camaraderia y la amistad de los compañeros, y con la ilusión de volver pronto a la montaña.

Ese Guille ahí aguantando jeje