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CORRIDAS DE TOROS
"La historia del toreo está ligada a la de España, tanto que sin conocer la primera, resultará imposible comprender la segunda."
José Ortega y Gasset
El año que viene se cumplirán cuatro siglos. Fue el 27 de enero de 1612 cuando el rey Felipe III concedió el primer privilegio para celebrar corridas de toros en cosos cerrados, iniciándose la construcción de las plazas de toros.
No se trató de inventar un entretenimiento popular sino de institucionalizar lo que ya se venía disfrutando en las calles y en los mataderos. No era cuestión de "españolizar" lo español de las fiestas populares. No eran las corridas tal y como las conocemos ahora. Existían dos formas de torear de cuya fusión nacería, más tarde, la corrida de toros tal y como la conocemos hoy.
Licenciado de Falces. Francisco de Goya Era el toreo vasconavarro con sus saltos, recortes y puesta de banderillas, y el toreo andaluz que utilizaba lienzos y capas para engañar a las reses. De los primeros dejó constancia Francisco de Goya que presenció en Zaragoza y Madrid a Martincho, al Licenciado de Falces y a Juanito Apiñani, entre otros. De los segundos, se adaptó toda la corrida tal y como la conocemos ahora, a excepción del tercio de banderillas.
Martincho poniendo banderillas. Francisco de Goya Es ahora, casi cuatrocientos años después, cuando se quiere, de manera artificial y de espaldas al sentir mayoritario del pueblo, acabar con un tipo de tauromaquia evolucionado y aceptado por todos para regresar al toreo primitivo de los "correbous", con sus carreras y recortes. Como si eso fuera menos español.
Pues, ¡hala!, suerte y al toro.
Monumental de las Arenas de Barcelona. Cartel inaugural. Junio de 1900
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