Re: Gobernación y Diócesis de Venezuela
consultar con el intendente antes de expedir patentes de corso; perdía también las atribucionesque poseía anteriormente como tal comandante, de nombrar a los cabos subalternos delresguardo de tierra, los cuales designará el intendente; también quedó relevado del cargo de juezconservador de la Compañía Guipuzcoana. Sin embargo, el intendente deberá mirar al gobernadory capitán general como principal jefe de la provincia y comandante general de ella, y deberáseguirlo en el cargo, es decir, el intendente es apenas inferior jerárquicamente al gobernador ycapitán general en cuanto a rango, pero lo iguala en ámbito jurisdiccional y lo despoja de ciertasprerrogativas. En el texto de la real cédula de creación de la Intendencia, el Rey ordena a losgobernadores de las provincias del distrito de aquélla, que obedezcan, cumplan y ejecuten loordenado por el intendente, sin réplica, alegación ni interpretación alguna, y habiendo duda encuanto a su aplicación, los gobernadores no deberán tomar la iniciativa sino acudir al intendentequien decidirá. Estas provincias, antes separadas, quedaron así unidas bajo un mismo superiorgobierno en materia de Hacienda. El mismo receptor de la real orden, Luis Unzaga y Amézaga,acusó recibo de la real cédula reconociendo «...La agregación a esta Capitanía General de lasProvincias e Islas que comprende la intendencia...» Los gobernadores de estas provincias, aunqueseguían siendo nombrados por el Rey, habían dejado de ser los principales jefes de las mismas enlo relativo a control del comercio ilícito, economía y nombramiento de tenientes.A partir del siglo XVIII, sin alterar la estructura administrativa precedente, el rango de capitángeneral será entonces el de un funcionario que tiene a su cargo el gobierno político y militar de undistrito jurisdiccional, que puede englobar varias provincias, cuyos gobernadores comandantes ledeben acatamiento en virtud de la nueva modalidad impuesta por la Corona en las atribuciones delos virreyes, presidentes de audiencias, intendentes y capitanes generales. La militarización de laadministración borbónica convierte de hecho al capitán general en jefe de la provincia con poderpolítico y militar en su distrito y así aparecía expresado en el acuse de recibo de la real cédula de1777 por el gobernador de Cumaná Máximo du Bouchet: «...el Gobernador de Caracas, convertidoen Capitán general de todas las provincias, sucede en sus funciones, en cualquier asunto, al Virreyde Santa Fe...» Los gobernadores en sus provincias respectivas, permanecían encargados delgobierno ordinario, pero en lo militar, sólo habría un capitán general, el de Caracas, quedandoaquéllos como comandantes generales. En 1777 el cargo de capitán general en Venezuela,aumentó su distrito jurisdiccional con el territorio de las provincias que habían constituido laantigua comandancia general en 1739; esto implicaba algo más que un oficio permanente fiscal encuanto a comercio ilícito o mando militar; como gobernador, tenía autoridad en lo político ygubernativo sobre los corregidores, justicias y demás empleados dentro de la jurisdicción de suprovincia; como capitán general tenía el superior gobierno tanto político como militar, es decir, ladirección del distrito que incluía su provincia, de la cual era también gobernador y las demás, delas cuales era sólo capitán general, y que estaban agrupadas en un partido, departamento ointendencia. Los gobernadores de las provincias que quedaron bajo la autoridad de un capitángeneral, a partir de entonces se llamaron gobernadores comandantes de provincia y conservarontodavía las prerrogativas inherentes a su cargo de intervención inmediata en lo gubernativo,
La Iglesia es el poder supremo en lo espiritual, como el Estado lo es en el temporal.
Antonio Aparisi
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