CALDERÓN DE LA BARCA Y SU SOLDADO ESPAÑOL.



Si alguien encarna en su propia vida el espíritu del Siglo de Oro Español es Pedro Calderón de la Barca. Su vida corre paralela a los difíciles tiempos que sufre su amada patria, viendo la luz en enero de 1600 en una acomodada familia. A la temprana edad de 8 años ingresa en el Colegio Imperial regentado por los jesuitas para formarse como sacerdote pero con el paso del tiempo prosiguió sus estudios universitarios posponiendo los votos religiosos. Decide a la los 23 años comenzar su carrera militar en parte debido a problemas con la herencia paterna, viajando con el Duque de Frías a Flandes. La juventud unida a la falta de la figura paterna le llevo a una vida de juego y peleas estando vinculado en un homicidio que le hizo alistarse de nuevo esta vez a las órdenes del Condestable de Castilla hasta que se tranquilizase el asuntillo...

Tras años de participar en la vida cortesana alegrando con sus obras a los madrileños y gracias a su religiosidad demostrada fue nombrado caballero de la Orden de Santiago. Este hecho dio un giro a su vida ya que se alisto voluntario al regimiento de Órdenes Religiosas bajo el mando del Duque del infantado participando en 1638 en el Sitio de Fuenterrabía y posteriormente en la Guerra de Secesión Catalana de 1640. En el sitio de Lérida fue herido gravemente obteniendo la licencia absoluta de servicios y una pensión vitalicia. Tras su vida castrense siguió escribiendo hasta convertirse en el más famoso dramaturgo y a mediados del siglo ingreso en los Terciarios, Tercera orden de San Francisco, siendo ordenado posteriormente sacerdote como era el sueño de su familia.
Calderón de la Barca fue POETA, SOLDADO Y SACERDOTE algo que deja huella en su obra. En el colegio escuchamos alguna vez sus afamados versos:


Qué es la vida? Un frenesí.¿Qué es la vida? Una ilusión, una sombra, una ficción, y el mayor bien es pequeño. ¡Que toda la vida es sueño,y los sueños, sueños son!





Pero hoy os invito a conocer otros, aquellos escritos con su alma de guerrero fruto de su vida en los campos de batalla. Unos versos que ojala nos hubiesen leído en la escuela porque no los habríamos olvidado ya que reflejan el orgullo de ser miembro de la Republica que domino el mundo cuando se basó en el mérito y no en el enchufe, que critica a esa España que le toco vivir y que prosigue donde aún se sigue mirando de dónde vienes y no tus méritos. Os dejo reflexionar con el gran escritor del Siglo de Oro:

Este Ejército que ves

vago al hielo y al calor,

la república mejor

y más política es

del mundo, en que nadie espere

que ser preferido pueda

por la nobleza que hereda,

sino por la que él adquiere;

porque aquí a la sangre excede

el lugar que uno se hace

y sin mirar cómo nace

se mira como procede.



Aquí la necesidad

no es infamia; y si es honrado,

pobre y desnudo un Soldado

tiene mejor cualidad

que el más galán y lucido;

porque aquí a lo que sospecho

no adorna el vestido el pecho

que el pecho adorna al vestido.

Y así, de modestia llenos,

a los más viejos verás

tratando de ser lo más

y de aparentar lo menos.

Aquí la más principal

hazaña es obedecer,

y el modo cómo ha de ser

es ni pedir ni rehusar.



Aquí, en fin, la cortesía,

el buen trato, la verdad,

la firmeza, la lealtad,

el valor, la bizarría,

el crédito, la opinión,

la constancia, la paciencia,

la humildad y la obediencia,

fama, honor y vida son

caudal de pobres Soldados;

que en buena o mala fortuna

la Milicia no es más que una
religión de hombres honrados.


P. Calderón, Comedia famosa. Para vencer a amor, querer vencerle, Valencia, 1689, pero escrita en 1650

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