Concuerdo en parte con Esteban. Lo de "pseudo-spaghetti" puede ir para algún "negro cabeza" acomplejado con apellido italiano que es lo único europeo que tiene para mostrar y más en países hermanos donde la inmigración italiana no fue tan grande, no sería el caso de Argentina, Uruguay o Brasil que tienen una relación más estrecha con Italia contando con representación parlamentaria en la misma y donde todas las regiones de Italia (al igual que las de España) están representadas por numerosos clubes, asociaciones, colegios, etc.; habiendo todavía numerosos italianos nativos viviendo en estos países. Igualmente acá, al ser los más común el tener ascendencia italiana no conozco a nadie que se sienta superior por apellidarse Saettone, al contario, nuevorricos con apellidos italianos casados con mujeres de la alta sociedad le agregaban el apellido hispánico a sus hijos para parecer más distinguidos.

En tiempos de la gran oleada inmigartoria si había cierta rivalidad entre españoles e italianos que se fue diluyendo con el tiempo al irse casando entre los hijos, viviendo en el mismo lugar o trabajando juntos. Mi papá se crió en un barrio de inmigrantes en Tucumán donde no sólo españoles e italianos eran amigos sino también éstos con franceses, alemanes, checoslovacos, árabes y hasta judíos. En mi familia paterna (andaluza) se han casado tanto con otros hijos de españoles como con italianos de diversas regiones y ésto ha sido lo más común en nuestro país, casualmente hay una publicidad de Coca Cola donde aparece una nena que dice: "mi familia es medio italiana y medio española" y describe las comidas típicas de ambas partes que se sirven en su casa según el día; es una descripción de la familia argentina promedio.

En cuanto a salames indigenistas, como ya lo hemos dicho tantas veces, los hay de diversos orígenes, incluídos los de apellidos tan hispánicos como Cristina Fernández, el "chino" Navarro, Víctor Heredia o el inefable Jorge Ledesma*.

*Me refiero al escritor ecologista y quichuista argentino.

En tiempos de nuestros padres no existían este tipo de boludeces en nuestro país, habiendo sido aquella Argentina un modelo de integración y convivencia pacífica entre gentes de orígenes diversos.