Indios y mestizos ilustres durante la época virreinal
El Inca barroco. Política y estética en la Real Audiencia de Quito, 1630-1680.
Carlos Espinosa nos acerca al personaje de don Alonso de Arenas Florencia Inca, un mestizo descendiente por línea materna de Atahualpa e hijo del español maestre de campo Alonso de Arenas, que fue ascendido a un cargo regularmente ocupado por españoles.
En diciembre de 1666, don Alonso se dirigió desde Lima a ocupar el cargo de corregidor de Ibarra, en la Real Audiencia de Quito. En esas tierras fue recibido con grandes ceremonias y en medio del brindis se proclamó como descendiente de los reyes Incas. Los gobernadores de Otavalo lo aclamaron como “el rey de los indios”, autoridad que existía en la cultura política colonial. Este recibimiento y el proyecto de adhesión de los pueblos y parcialidades de Imbabura resultan irónicos, en tanto la conquista inca de esa región había sido mal recibida.
El descubrimiento de esta figura es magnífico, puesto que nos ayuda a entender otros tantos fenómenos poco claros que aquí y allá emergieron en la América colonial durante tres siglos. El autor dice que este “rey de los indios” era un mediador entre el poder del rey hispano y la república de indios.
Para llegar a tal conclusión el autor entra en confrontación directa con interpretaciones de la historiografía andina que hasta ahora habían sido las más aceptadas. La figura del Inca servía para confirmar las jerarquías locales, más que para darle un vuelco al nuevo mundo existente tras la Conquista.
Reseña de Natalia Silva Prada, Especialista en historia cultural del periodo colonial americano.
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Re: Indios y mestizos ilustres durante la época virreinal
Honras fúnebres del inca Atahualpa en la ciudad de Cajamarca, a las que asistió Francisco Pizarro vestido completamente de luto.
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Nuestro emperador Carlos I de España y V de Alemania sobre la muerte de Atahualpa:
"La muerte de Atahualpa, por ser señor, me ha desplacido, especialmente siendo por justicia"
Oleo de siglo XIX de Luis Montero según copia que se conserva en el museo del Colegio Militar Eloy Alfaro, de Quito
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Re: Indios y mestizos ilustres durante la época virreinal
“Los Tapia” Caciques de Querétaro (1530-1640)
Published 7 years ago by José Félix Zavala
José Félix Zavala
La historia de los Tapia abarca tres generaciones; la de Conín o Hernándo de Tapia y su esposa Magdalena tuvieron cinco hijos: Diego de Tapia, Magdalena, María, Catalina, y Beatriz, solo Diego de Tapia tuvo descendientes, una hija, Luisa de Tapia.
Todo lo que se sabe de la primera mujer de Diego de Tapia, hijo de Conín, es que era probablemente una india cacica nacida en Querétaro. Su segunda esposa la cacica María García, también había nacido en Querétaro. Doña María sobrevivió a Diego de Tapia casi treinta años y finalmente se casó con otro funcionario indígena. Llevó muy pocos bienes a su matrimonio, tal vez porque había recibido tan solo una pequeña parte de la herencia de su esposo Diego de Tapia.
Para la década de 1640, ya era dueña de una considerable extensión agrícola que Ella y su segundo esposo habían acumulado. Cuando hizo testamento conservó religiosamente la memoria de la familia Tapia, disponiendo que se dijeran misas por Diego de Tapia en el convento de Santa Clara y por una de sus hermanas en el convento de San Francisco.
Aún cuando se había casado con dos indios importantes, que prácticamente vivían como españoles,, Doña María nunca aprendió a hablar español, ni estableció fuertes relaciones con la comunidad española.
El matrimonio de Doña María García con un cacique y luego con un indio principal ilustra una convención social muy común en las doñas indígenas hasta finales del siglo XV111. Se casaban o bien con indios que tenían algún título o con españoles. A semejanza de las mujeres españolas, se preocupaban mucho por concertar buenos matrimonios o por lo menos que no fueran malos. Para lograrlo luchaban para ofrecer buenas dotes a sus probables maridos.
Las hermanas de Diego de Tapia tenían un mejor instinto para descubrir las oportunidades económicas que sus esposos. En particular Doña Beatriz de Tapia y Doña María de Tapia (hijas de Conín), las dos viudas y sin hijos allá por 1590. Concertaban numerosos contratos de negocios, aún cuando probablemente no hablaban español, ya que siempre comparecían con un intérprete.
La organización de sus empresas y los aspectos sociales de su vida dan fe de una relación más íntima con la comunidad española.
De todas las hijas de Conín Doña Beatriz de Tapia fue la única que trató de volverse a casar. Después de la muerte de su primer marido, Francisco de León. Gobernador de Acámbaro. Hizo un convenio con Miguel de Saucedo, inmigrante de Toledo. Por medio del cual prometía llevar un dote de un tercio de sus bienes cuando se casaran.
A partir de ese momento hasta la fecha ha sido difícil llevar el curso de sus relaciones. Saucedo seguía apareciendo en las escrituras junto con Doña Beatriz de Tapia, interviniendo generalmente como fiador en relación con las operaciones sobre las propiedades de Ella. Nunca se hacía referencia a él como su esposo.
Cuando hizo su testamento en 1601 dejó un terreno a Doña Juana de Tapia, tal vez pariente, a quien se hacía referencia como la esposa de Saucedo.
La cuantía de los bienes de Doña Beatriz de Tapia (hija de Conín) aumentó considerablemente en la década de 1590 cuando adquirió nuevas propiedades. Algunas eran contiguas a las de su hermano Diego de Tapia. Llegó a tener varias fincas de trigo que se extendían de Querétaro a Apaseo. Estaba vivamente interesada en sus propiedades de Querétaro, que manejaba por medio de administradores españoles o bien en ciertos casos mediante la organización de sociedades agrícolas con españoles. Con posteridad a su muerte muchas de sus propiedades fueron destinadas a las capellanías.
Los intereses rurales de Doña María de Tapia se inclinaban más hacia la ganadería que lo de Doña Beatriz de Tapia. Las utilidades provenientes de las tierras de pastoreo y de la venta de ovejas eran mayores que las de las cosechas agrícolas.
Para la venta de ganado Doña María de Tapia utilizaba los canales de distribución que había establecido su hermano Diego de Tapia. También se atenía a los comerciantes relacionados con este para el abastecimiento de sus fincas.
La extensión de sus tierras aumentó considerablemente en los años de 1590 por medio de nuevas adquisiciones, pero nunca llegaron a ser tan grandes como los de Doña Beatriz de Tapia.
Era muy grande el total de propiedad de las tierras de la familia Tapia, que se extendían principalmente hacia el occidente, pero que incluían también tierras para pastoreo de ovejas al norte de San Miguel El Grande.
Con excepción de algunos predios urbanos, los títulos de propiedad de las tierras estaban a nombre de los miembros de la familia Tapia. La propiedad individual no era un impedimento para que hubiera una íntima colaboración en los asuntos financieros.
Diego de Tapia garantizaba los contratos de su hermanas y tomaba a su cargo sus deudas cuando no podían pagarlas.
En ciertas ocasiones algunos miembros de la familia emprendieron conjuntamente empresas agrícolas dando en arrendamiento como si fuera una sola unidad bienes e propiedad de varias personas. En Tales casos las hermanas De Tapia siempre se sometían a la pericia de Diego su hermano en materia de finanzas. Le otorgaron poderes para cobrar adeudo, comprar y vender propiedades e iniciar procedimientos judiciales. La importancia de Diego de Tapia en asuntos financieros del resto de la familia surgió cuando fue nombrado albacea de las herencias de sus hermanas.
El último heredero de los Tapia que aparece en los registros notariales fue Doña Luisa de Tapia, nieta de Conín e hija de Diego de Tapia. Nacida en 1590 y fallecida el 22 de septiembre de 1663, como monja, abadesa y patrona del cuarto convento más grande de La llamada Nueva España, con el nombre de María Luisa del Espíritu Santo
María Luisa de Tapia Nació hacia 1590 de un matrimonio de caciques, Diego de Tapia y María García, cuyo abuelo Conin, un pochteca, bautizado como Hernando de Tapia, había sido uno de los principales indios que apoyaron la conquista de Querétaro en favor de la Corona española.
Seguramente cuando quedó huérfana de madre fue llevada a la ciudad de México al convento de Santa Clara. Las niñas convivían con las religiosas, vestían de manera decorosa, aprendían a rezar el Oficio Divino en el coro, principal actividad de las mujeres consagradas a Dios, a cantar, a meditar, a hacer oración mental, a asistir a las celebraciones eucarísticas y comportarse de manera adecuada en éstas, y sobre todo a obedecer, a vivir sin lujos y a practicar las virtudes y los ayunos. Disciplinas que observó durante toda su vida.
La mayor parte de la vida de la nieta de Conín, Luisa de Tapia fue dentro de los muros del convento de Santa Clara en donde tomó el nombre de Luisa del Espíritu Santo .Periódicamente aparecía su nombre entre las monjas del convento cuando este celebraba obligaciones contractuales. Su firma muestra que tenía educación y hablaba español. No se conocen aún detalles de su vida fuera del convento.
Luisa de Tapia cumplió con los lineamientos de la segunda Regla de Santa Clara, la escrita por Santa Clara y mitigada por el papa Urbano IV, comenzó su noviciado en México y adoptó el apelativo “del Espíritu Santo” que añadió a su nombre.
Volvió a Querétaro con varias monjas de los conventos de Santa Clara y de San Juan de la Penitencia, vino como abadesa sor Elvira Sánchez de Figueroa.
El 13 de enero de 1607 entraron a su convento para hacer la fundación.
El pueblo las recibió con alegría y entusiasmo, su presencia venía a fortalecer las instituciones religiosas, además de que sería un recinto para otras jóvenes que seguirían su ejemplo.
Vivieron primero en una casa, hoy calles de Juárez y Pino Suárez, que funcionó como monasterio durante 26 años.
Ahí profesó Luisa el 22 de abril de 1607.
Cuando este recinto fue insuficiente se trasladaron al solar y casas que les había donado su tía María de Tapía, en Madero, donde hoy queda el templo y fracciones del edificio conventual.
En 1633 le tocó salir en procesión por la calle para trasladarse a su nuevo convento, ahora sí construido ex profeso para ello por fray Pedro de los Ángeles, Francisco de Chavida y terminado por Luis Francisco de la Peña.
Este convento ha tenido muchas modificaciones hasta destruirse en 1864.
El templo actual data de 1666 y es obra de José de Bayas Delgado, del cual doña Luisa sólo pudo ver puestos los cimientos.
Como no había herederos varones supervivientes el dominio social y económico terminó a principios del siglo XV11. Con anterioridad su presencia en El Bajío se había dejado sentir muy enérgicamente en la agricultura, la ganadería y la minería.
El nivel del control económico y de la prominencia social que había alcanzado la familia nunca pudo ser igualado por otros indígenas. Aún así, el término “cacicazgo” que en general se aplicaba a las tierras de indios de otras regiones no es el adecuado para las tierras del hijo de Conín, Diego de Tapia y de sus cuatro hermanas.
Se empleó solamente en una ocasión, que fue la confirmación oficial de las tierras recibidas por Diego de Tapia en herencia de su padre Conín, llamado por los españoles Hernando de Tapia.
Ni el linaje, ni la propiedad de tierras anteriores a la conquista, fueron el prestigio de la familia, sino las hazañas de Conín (Hernando de Tapia) al iniciarse la fundación española de Querétaro.
Diego y las hermanas aprovecharon la riqueza y reputación de su padre, así como una sensata administración de los bienes para engrandecer sus propias posiciones sociales y económicas en la comunidad.
Cuando la vida de Diego de Tapia llegaba a su fin, era la de un hombre completamente españolizado, sus hermanas en cambio viviendo aún en Querétaro eran grandes terratenientes y miembros de congregaciones y cofradías españolas, siguieron siendo indias.
Los Tapia desempeñaron un papel muy importante para la colonización del Bajío. Conín (Hernando de Tapia) sirvió como eslabón entre El Valle de México y El Bajío desde antes de la fundación española de Querétaro y su familia sirvió como eslabón entre las zonas colonizadas y las que no, entre las zonas urbanas y las pequeñas poblaciones, entre los españoles y los mesoamericanos.
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Fuente:
“Los Tapia” Caciques de Querétaro (1530-1640) – El oficio de historiar
Re: Indios y mestizos ilustres durante la época virreinal
Inés Huaylas Yupanqui o Quispe Sisa (1518-1559)
Fue una princesa inca, Hija del emperador Huayna Cápac, fue hermana de Huáscar y Atahualpa, también fue la primera esposa del más famosos conquistador: Francisco Pizarro, para posteriormente casarse con otro conquistador: Francisco de Ampuero.
De los hijos que tuvo de su segundo matrimonio, la bisnieta del primogénito, doña Ana Isabel de Ampuero y González de Arbulo, se casó con el rico hacendado Francisco de Valverde y Contreras-Ulloa. En la descendencia de esta pareja se unió la sangre de los Incas con la de los reyes de Castilla, ya que él era descendiente de Mafalda de la Cerda, descendiente directa de los Infantes de la Cerda, primogénitos de Alfonso X "El Sabio", rey de Castilla.
Siendo de esta descendencia , una larga lista de Nobles, tanto en América y la España peninsular, incluso después de la separación de los vireynatos.
Entre los descendientes españoles peninsulares de este linaje doblemente noble, se encuentran:
• Pablo Costilla y Valverde, marqués de San Juan de Buenavista.
• Constanza Costilla Valverde y Cartagena, marquesa de Rocafuerte.
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Fuente:
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Re: Indios y mestizos ilustres durante la época virreinal
Éste ya lo había puesto pero merece aparecer de nuevo.
;)
DESTRUYENDO LA "LEYENDA NEGRA" ANTIESPAÑOLA.
Para todos aquellos que hablan de "esos españoles que esclavizaron a los indios", les presento a DON NICOLÁS MONTAÑEZ, INDIO PRINCIPAL Y CACIQUE DE TULA, CABALLERO DE LA ORDEN DE SANTIAGO, que junto con 33 caciques más de Tula y Jilotepec, con 25000 indios de guerra y 300 caballos luchó en contra de una multitud de indios bárbaros de la nación chichimeca. En 1531 triunfó el Ejército Cristiano en la batalla llamada de San Gremal (Sangremal), donde ocurrió el prodigio de la Cruz en el cielo y la aparición del Apostól Santiago en plena batalla.
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Fuente:
https://www.facebook.com/eduardo.vit...16042571748995
Y agrego este documento por demás interesante para conocer más sobre este personaje:
Relacion del cacique Don Nicolas De San Luis Montañès
Re: Indios y mestizos ilustres durante la época virreinal
Doña Francisca Pizarro Yupanqui: Aristocracia indiana y herencia mestiza.
Luis Vicente Pelegri Pedrosa.
Un día otoñal de 1551. Una adolescente de apenas 17 años se apresta entre la garúa del puerto del Callao a embarcar con dos hermanastros y varios allegados, casi más que familiares, hacia la primavera española. Su historia podría ser la de cualquier criolla, fruto del mestizaje de dos culturas: la hispánica y la incaica, sin embargo es nada menos que doña Francisca Pizarro Yupangui, la primera mestiza del Perú, hija y única heredera del conquistador, capitán general y gobernador del territorio, Francisco Pizarro, y de una joven princesa inca, doña Inés Huaylas Yupanqui, llamada la “pizpita”, o pajarillo, por el propio Francisco. Inés fue la princesa y gran señora de Hatum Huaylas, hija del inca Huayna Cápac y de la coya, o esposa principal, Cóndor Huacho. Doña Inés y su madre tuvieron un destacado protagonismo en la resistencia de Lima contra el ataque incaico. La azarosa y prolongada vida de doña Francisca para su época (1534-1598), puede resumirse en cuatro etapas: peruana, vallisoletana, trujillana y madrileña.
Francisca nació en Jauja, primera capital del Perú, hasta que su ilustre padre trasladó la cabecera del territorio a la costera Ciudad de los Reyes, donde fue bautizada. Curtida y madurada en comprometidas situaciones. Vivió los duros años que sucedieron a la ejecución del último emperador inca Atahualpa, la conquista del Tahuantinsuyo, la rebelión inca y las guerras civiles entre españoles. Separada de su madre a los tres años; huérfana de padre a los siete, cuando aquel fue asesinado por las huestes de Diego de Almagro “El Mozo”, el domingo 26 de junio de 1541; expulsada de su propia tierra con 17.
Pizarro dejó a su madre doña Inés por doña Angelina, una hija principal de Huayna Cápac que estuvo destinada a ser la coya de Atahualpa, cuyo nombre de ñusta, o princesa, fue Cuxirimay Ocllo. Aun así el gobernador dejó a doña Inés bien dotada y casada con otro español, Francisco de Ampuero, servidor suyo que llegó a Perú con Hernando Pizarro. Tal vez este cambio de compañera se debiera a un intento Francisco de prestigiar aún más su posición ante los señores incas y garantizar la obediencia de éstos, o al prosaico motivo del carácter de doña Inés, por la crueldad que demostró con su medio hermana la coya Azarpay, a la que mandó ejecutar.
Diez años después del asesinato de su padre, y ante el malestar que provocaba la presencia de los herederos del conquistador, y más tras la derrota y ejecución de su tío Gonzalo Pizarro, la Corona obligó a su expatriación. Doña Francisca viajó a España acompañada de un numeroso séquito de parientes y sirvientes. La Corona española había reconocido su noble condición: nieta de inca, hija de inca, sobrina de inca e hija de doña Inés Huaylas Yupanqui, princesa y señora del Hatum Huaylas. Era, además, la heredera directa de la enorme fortuna y propiedades de su padre, Francisco Pizarro, y como tal vivió rodeada de lujos y de una refinada educación, y más para una mujer de su tiempo, pues aprendió a leer y escribir, supo ejecutar los bailes de salón de su época y tocaba el clavecín. Además, tuvo a su servicio cuatro esclavas blancas y numerosa servidumbre indígena
Doña Francisca fue criada en el hogar de su tío Martín de Alcántara, hermano por parte de madre de Francisco Pizarro, y su esposa Inés Muñoz, una española de origen campesino que vio morir a sus dos hijos españoles en el duro viaje hacia Perú, y que adoptó a doña Francisca y su hermano Gonzalo. Con ellos viajó a España. Allí la esperaba con grandes planes el verdadero cerebro económico de la empresa conquistadora de los Pizarro, Hernando, el único hijo legítimo e hijodalgo de los cuatro hermanos del clan. Existen pruebas de que, ante la persecución emprendida por los funcionarios reales para acabar con el poder de los Pizarro en Perú, Hernando y Gonzalo habían tratado de la salida hacia España de Francisca y de los hijos supervivientes de los hermanos conquistadores.
Hernando se encontraba preso en el castillo de la Mota de Medina del Campo. El joven príncipe de Asturias, futuro Felipe II, mantenía en jaula de oro al viejo conquistador, cuyas relaciones y poder en ultramar no convenía dejar operar en libertad, pero tal vez el reconocimiento del príncipe y una posible simpatía por el viejo conquistador nos ayuden a entender su destino. Hernando desde su prisión siguió manejando hilos a través de testaferros, y a costa de litigar con la Corona y con particulares salvó parte del imperio peruano del que repatrió una importante fortuna invertida sobre todo en su solar trujillano. Hernando Pizarro culminaba así su carrera militar, cumpliendo el anhelo de regresar como rico señor a su tierra, a la que siempre pensó en volver como demuestran sus tempranas inversiones desde América. Todo ello permitió al futuro rey Prudente extirpar del Perú el peligro de posibles revueltas en torno al clan conquistador, proscrito así para siempre de la Nueva Castilla.
Como colofón al salvamento de bienes y propiedades Hernando contrajo matrimonio con su sobrina doña Francisca, hacia 1552, se unían la sangre y la fortuna del clan Pizarro. Durante una década, convivieron los cónyuges en Medina del Campo, hasta que el ya rey Felipe II dio la libertad definitiva al viejo militar. El maduro conquistador y la joven princesa mestiza forjaron un linaje al que trasmitieron su estirpe gracias a un mayorazgo fundado en 1578, año de la muerte de Hernando.
Pero las disposiciones del hermano superviviente de la Conquista fracasaron en parte con las aspiraciones de su joven viuda. En 1581, doña Francica contrajo segundas nupcias con don Pedro Portocarrero, hijo de los condes de Puñonrrostro, de más abolengo que fortuna, que saneaban gracias a su enlace con la rica criolla. Don Francico Pizarro y Pizarro, uno de los tres hijos que tuvo con su tío, casaría a su vez con una hermana de don Pedro. Por tanto, madre e hijo pasaban a la vez a ser concuñados. La nueva estirpe indiana añejaba así también su nueva nobleza emparentando con un linaje castellano. Como no podía ser menos para una noble con aspiraciones, la pareja residió en Madrid, con casas en la Calle Relatores y la calle del Príncipe. Los dispendios obligados por el tren de vida cortesano comenzaron a menguar la fortuna de la refina mestiza. Así, en compañía de un hombre más joven que ella y en medio de boato para el cual fue educada, vivió doña Francisca los últimos veinte años de su etapa madrileña.
La vida de doña Francisca, en suma, fue la de una mujer refinada y educada, pero templada en mil adversidades, que recoge la herencia de dos mundos y funda una estirpe que, junto a otras, son el origen de un grupo social que podríamos llamar la “aristocracia indiana en España”, formada por indianos retornados y por criollos, que, provenientes de esta nueva élite mestiza, dejaron huella de su fortuna, como fue el caso de los Moctezuma, herederos de la princesa azteca Isabel de Moctezuma, e incluso en la cultura, con el gran Garcilaso de la Vega. Un capítulo esencial para entender la obra de España en América y el origen de una cultura común.
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Fuente:
Doña Francisca Pizarro Yupanqui: Aristocracia indiana y herencia mestiza. – CHDE Trujillo
http://i87.photobucket.com/albums/k1...ps7d2amu4v.jpg
Muestra "Doña Francisca Pizarro Yupanqui: La nobleza del Mestizaje"
https://www.youtube.com/watch?v=654L...ature=youtu.be
https://www.youtube.com/watch?v=654L...ature=youtu.be
Re: Indios y mestizos ilustres durante la época virreinal
Mujeres indígenas oprimidas, sí como no.
:jeje:
Una joya colonial mixteca: la Casa de la Cacica de Tepescolula (Oaxaca)
La llamada Casa de la Cacica de Teposcolula forma parte de un collar mixteco-europeo de joyas arquitectónicas del siglo XVI.
Teposcolula, Oaxaca, fue cabecera de la provincia de la Mixteca durante la época colonial. Allí existen monumentos de gran valor histórico y arquitectónico.
Construida alrededor de 1560, la Casa de la Cacica fue le componente principal de la residencia de los señores naturales de Teposcolula y, sin duda, es un ejemplo único , no solamente en la Mixteca y Oaxaca, sino en toda América. Existen de milagro, aunque día a día se deteriora más y está en grave peligro de destrucción.
El yuhuitayu, o señorío mixteco, fue una institución política de gran importancia durante la época Posclásica. En el momento de la conquista española de esa región, por 1520, había no menos de 30 “estados pequeños” en la región nduzahui, que abarca a Acatlán (Puebla), la Costa Chica de Oaxaca, la cañada de Cuicatlán, el valle de Oaxaca, la región chatino-zapoteca en el este y la frontera con el estado de Guerrero en el oeste.
Los reyes y reinas mixtecos son bien conocidos gracias a los documentos pictográficos o códices. Entre los más célebres se pueden citar: Nuttall, Bodley, Caso (o Colombino), Vindobonensis, Selden, Becker y Egerton y los manuscritos del Grupo Borgia. Además existen otros códices coloniales que son genealogías, mapas, planos o lienzos de los siglos XVI y XVII. En estos documentos se encuentra representada gran parte de la historia de Oaxaca.
Formidables en la época prehispánica, los señoríos o cacicazgos más importantes de la Mixteca –Tilantongo, Tututepec, Achiutla, Yanhuitlán, Jaltepec, Coixtlahuaca, Tamazulapan, Tejupan, Tlaxiaco y Teposcolula-, así como sus caciques, persistieron durante la colonia y varios de ellos conservaron sus privilegios, propiedades personales y sus extensos terrenos hasta los últimos años de la pasada centuria.
El cacicazgo de Teposcolula fue enorme. Durante la época colonial la cabecera estuvo ubicada en San Pedro y San Pablo, y numerosos pueblos vecinos reconocieron a los caciques de esta región y les pagaron tributo y servicios personales. (Archivo General de la Nación, ramo Tierras 24, expediente 6). Los señores mixtecos tenías miles de hectáreas de terrenos, milpas, manantiales, huertas y casas alrededor de la cabecera, y una salina muy productiva en San Felipe Ixtapa. El testamento e inventario realizado en 1563 de los bienes del cacique don Felipe Osorio –según consta en el Archivo del Poder Judicial del Estado de Oaxaca- demuestra que tenía riquezas personales de inmenso valor, pues se incluyen objetos como ropa fina europea e indígena (cargas de huipiles y mantas decoradas), joyas, chalchihuites, plata, oro, esmeraldas y otras piedras preciosas, perlas, plumería y ganado.
Entre las propiedades que pertenecieron al cacicazgo de Teposcolula se encuentran varias casas, solares y otras construcciones situadas en la cabecera y más allá de ésta. En 1569 la cacica Catalina de Peralta heredó de sus antecesores “las casas principales del dicho don Felipe de Austria, que dicen ser del dicho cacicazgo...” En una sección del acta de posesión, fechada en 1569, se menciona que en este pueblo de Teposcolula, fronterizo con el monasterio homónimo, las casas habías sido hechas de cal y canto para don Felipe Osorio, y que el siguiente cacique, Felipe de Austria, las habitaba en ese entonces como anexo al cacicazgo. El documento agrega que junto a estas casas había otras de adobe y piedra separadas por calles.
Todas las construcciones mencionadas constituyeron el tecpan, o residencia real de los señores de Teposcolula. Resulta evidente, según los documentos existentes, que el tecpan incluyó estructuras, probablemente muchas, que ya no existen en el pueblo. A causa de la destrucción sistemática e insensible de la arquitectura colonial en Teposcolula durante las pasadas décadas, se han perdido para siempre esos monumentos históricos. La llamada Casa de la Cacica, que sobrevive hoy en día, es singular remanente de un collar mixteco-europeo de joyas arquitectónicas del siglo XVI. Pero aún es posible evitar la completa destrucción y pérdida del patrimonio cultural y nacional si se conserva el que todavía existe.
Afortunadamente en esta década James B. Kiracofe, ha estudiado este importante monumento alertando en su obra sobre la urgencia de proteger y conservar esta pieza histórico-arquitectónica. El estudioso afirma que la Casa de la Cacica de Teposcolula es en realidad un recinto que incluye una estructura principal con un friso de discos ornamentales característico de una residencia real, y varios edificios más pequeños localizados dentro de un gran cercado amurallado. Los vestigios de una fuente señalan que se acanalaba el agua fresca hacia el recinto y que se ajardinó el cercado de una manera lujosa. Los muros de delimitación miden 18.30 m por el oeste, 22 m por el lado este, y 20.30 m por el sur y el norte; son aproximadamente 410 metros cuadrados. La edificación principal mide 9.50 m en sus lados oeste y este y 5 m en los muros sur y norte, para un total de 47.5 metros cuadrados.
Las paredes básicas miden entre 4.80 y 5.30 metros y no reflejan un gran deterioro, pero los perfilares y cuartos adyacentes han sido maltratados o, en el mejor de los casos, descuidados, Seguramente la casa principal se construyó antes que los cuartos y los muros adyacentes, pero no es posible hacer conclusiones hasta contar con estudios más detallados, próximas excavaciones y una consolidación de la estructura.
El doctor Kiracofe llama la atención sobre la semejanza de la Casa de la Cacica y su friso de discos como símbolo de máxima autoridad con otras casas reales construidas antes de 1565 en Texcoco y Tenochtitlan, representadas en el Códice Osuna y en el Códice Mendoza.
También argumenta que el arte y la arquitectura colonial de Teposcolula representan una fusión de conceptos y técnicas indígenas y europeas, lo cual permite pensar que la Mixteca no se occidentalizó por completo; pese a las presiones de la cultura europea, los mixtecos mantuvieron su identidad, su cultura y sus símbolos. Si no completamente autóctonos, supieron combinarlos con los de los conquistadores, y la Casa de la Cacica, en la Mixteca, es una manifestación convincente de este proceso.
RESIDENTES DE LA CASA DE LA CACICA, 1560 A 1760
DON FELIPE DE OSORIO, cacique-príncipe (m. en 1563).
DOÑA INÉS DE OSORIO (m. en 156?), cacica, y su esposo don Felipe de Austria, cacique de Tilantongo y Teposcolula (hasta 1569).
JUANA, HIJA DE DON FELIPE DE AUSTRIA.
DOÑA CATALINA DE PERALTA, cacica, y su esposo, Diego de Mendoza, cacique de Tamazulapan (hasta 1600?).
DON BALTASAR VELASCO Y GUZMAN, cacique de Teposcolula y muchos otros pueblos, con su esposa y varios hijos (desde 1600? Hasta 1640?).
DON FRANCISCO PIMENTEL Y GUZMAN, cacique de Teposcolula, Yanhuitlán, Tututepec y muchos otros pueblos (de 1640 hasta su muerte en 1685), con su esposa, doña Lucía de Orozco y Cortés, y cinco hijos.
DON AGUSTIN CARLOS PIMENTEL Y GUZMAN Y ALVARADO, cacique de Teposcolula, Tututepec, Tilantongo y muchos otros pueblos desde 1704 hasta su fallecimiento en 1736, con su esposa, Lucía Ramírez de León, cacica de la villa de Etla y varios hijos.
DOÑA FAUSTINA PIMENTEL ALVARADO RAMIREZ DE LEON, cacica de Teposcolula, Tilantongo, Tututepec, Jamiltepec, Tezoatlan, Etla y otros pueblos, con su esposo, don Martín Carlos de Villagómez y Guzmán, cacique de Silacayoapan, Acatlán, Petlalcingo, Yanhuitlán y otros pueblos, y sus hijos, desde 1736 hasta cerca de 1760. Después de 1760 es difícil decir cuáles de los caciques Pimentel Alvarado Villagómez Guzmán vivían en la casa o por cuánto tiempo. Tenían muchos cacicazgos en Oaxaca y Puebla; frecuentemente cambiaron de residencia entre la Mixteca y las ciudades de Puebla, Tehuacán y Oaxaca.
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Fuente:
https://webcache.googleusercontent.c...&ct=clnk&gl=mx
Rescatan patio oriente de la Casa de la Cacica
Publicado el 15 feb. 2016
El Taller de Restauración de la FAHHO realiza trabajos de restauración del patio oriente y los testigos de dos crujías de este inmueble del siglo XVI
San Pedro y San Pablo Teposcolula, Oax.- Para dar continuidad a los trabajos de recuperación del conjunto arquitectónico de la Casa de la Cacica, ubicado en San Pedro y San Pablo Teposcolula, realizados en 2009, el Taller de Restauración de la Fundación Alfredo Harp Helú Oaxaca (FAHHO) lleva a cabo el rescate del patio oriente de este edificio que data del siglo XVI.
El espacio donde se realiza el proyecto, el patio y los testigos de dos crujías de los lados oriente, nororiente y suroriente, será utilizado para las actividades de la BS Biblioteca Infantil y Juvenil de Casa de la Cacica, respondiendo así al crecimiento que la biblioteca ha tenido a tres años de su inauguración.
En la primera etapa, bajo la supervisión de la Coordinación Arqueológica de la Biblioteca de Investigación Juan de Córdova (BIJC) de la FAHHO, se lleva a cabo la liberación de rellenos de excavaciones hechas en el año 2009, las cuales fueron cerradas para una mejor conservación de los conjuntos arquitectónicos que en esa etapa se encontraron.
Gabriela Serrano Rojas, encargada de la supervisión arqueológica, señaló que además realizan dos pozos de sondeo y una cala arquitectónica con el objetivo de descartar evidencia arqueológica en toda el área. Las primeras excavaciones fueron en 2001, 2004 y 2009, en las cuales se hallaron vestigios de arquitectura del siglo XVI.
Como parte del trabajo multidisciplinario que se ejecuta, con base en los vestigios encontrados, llevan a cabo los levantamientos arquitectónicos para hacer un estudio y registro en el cual valoran el estado de los muros y piezas que se encuentran disgregadas.
José Luis Cruz Robledo, encargado de elaboración de los proyectos de restauración, visitas de seguimiento y supervisión de obra del Taller de Restauración, comentó que, una vez liberado el relleno de las dos crujías del siglo XVI y el patio, se van a consolidar los muros e integrarán las piezas faltantes con material de características similares al original, ya sea bijarro o cantera. Además, en los interiores se consolidarán algunos pisos de acuerdo a los vestigios y se integrarán pisos de cal, como fueron originalmente en el siglo XVI.
“Para Teposcolula estos trabajos de rescate permiten conocer la identidad y patrimonio cultural de la comunidad, que ha aprendido a valorar y conservar”, menciona Felipe de Jesús Morales Lara, presidente municipal.
Una joya de la cultura mixteca
Construida en la década de 1560 por órdenes de don Pedro de Osorio, la Casa de la Cacica es un edificio en el que su arquitectura y decoración hablan del poderío político y económico del señorío mixteco que la mandó a edificar, convirtiéndola en un palacio mixteco donde habitaron los caciques que gobernaron Teposcolula de 1560 a 1719, aproximadamente.
Tal como se representa en el Códice Yanhuitlán, el edificio es de forma rectangular y en su parte superior tiene un friso con discos que en la época prehispánica era un elemento distintivo de alto rango. Forma parte de una serie de construcciones que guardan un particular estilo arquitectónico y estética, típicos de varios inmuebles que se edificaron en la Mixteca Alta durante el siglo XVI, que incorpora referencias tanto de la arquitectura prehispánica (mixteco posclásico) como a la española renacentista. Es un testimonio de lo que fue la cultura mixteca y de la manera en que esta se enfrentó a la colonización de Mesoamérica.
Esta construcción es la única en su tipo que se conserva en buen estado en México, gracias a las intervenciones que se han realizado desde 2002, en las cuales han participado historiadores, investigadores, arqueólogos y arquitectos, quienes, con apoyo de la FAHHO y la comunidad, han logrado el rescate de esta joya de la cultura mixteca, la cual estaba escondida bajo un establo y arroyo.
Los trabajos que se llevan a cabo en el patio oriente son gracias a la sinergia entre el Programa de Apoyo a la Infraestructura Cultural de los Estados (PAICE) de la Secretaría de Cultura, el municipio de San Pedro y San Pablo Teposcolula y la FAHHO, los cuales se planean culminar en abril próximo.
https://www.youtube.com/watch?v=vmRR81txeUA
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Re: Indios y mestizos ilustres durante la época virreinal
Re: Indios y mestizos ilustres durante la época virreinal
LOS CAÑARIS DEL CUZCO O DE CÓMO LOS INDIOS CAÑARIS FUERON CUSTODIOS Y GUARDIANES DE LA MONARQUÍA HISPÁNICA:
Resulta casi desconocido que los Cañaris, una etnia originaria del actual sur del Ecuador (provincias de Cañar y Azuay), fueron uno de los mayores adversarios del Tahuantinsuyo, tal es así, que los Incas decidieron su traslado al Cuzco para poder tenerlos bien controlados, al menos a su élite. A la llegada de los castellanos se aliaron a ellos en su lucha contra los Incas, y desde entonces demostraron un realismo inigualable, demostrado hasta la mal llamada independencia cuando sostuvieron la Causa del Rey hasta el fin en Quito y el Perú.
Y así también lo atestigua un suceso ocurrido en Cuzco en 1610, durante las fiestas de celebración de la beatificación de San Ignacio de Loyola, como lo señala una Crónica anónima de la época:
«Las fiestas que el Domingo siguiente despues de la Ascension se hizieron se auentajaron a estas, salieron en primer lugar quatrocientos indios Cañares (que como se dixo arriba eran la guarda del Inga) en muy bien aderezados forma de esquadrón con sus capitanes, muy vizarros, con turbantes, chipanas, ajorcas de plata, canipos también de plata, que son a figura de luna con las armas que ellos vsauan y las que nosotros vsamos, espadas; picas, arcabuzes, &, hicieron su entrada con grande aparato de guerra, como los passados que diximos, entraron tras ellos otros dozientos indios también Cañares.»
Transcribo el relato del Inca Garcilazo y pongo de relieve el dramatismo del episodio:
«Yendo pasando las cuadrillas como hemos dicho para ir en procesión, llegó la de los cañaris, que aunque la provincia de ellos está fuera del distrito de aquella ciudad, van con sus andas en cuadrilla de por sí, porque hay muchos indios de aquella nación que viven en ella y el caudillo de ellos era entonces don Francisco Chillchi, cañari, de quien hicimos mención en el cerco y mucho aprieto en el que el príncipe Manco Inca tuvo a Hernando Pizarro y a los suyos cuando este cañari mató en la plaza de aquella ciudad al indio capitán del Inca que desafió a los españoles a batalla singular. Este don Francisco subió las gradas del cementerio muy disimulado, cubierto con su manta y las manos debajo de ella, con sus andas sin ornamento de seda ni oro, más de que iban pintadas de diversos colores y en los cuatro lienzos del chapitel llevaba pintadas cuatro balallas de indios y españoles.
Llegando a lo alto del cementerio en derecho del cabildo de la ciudad, donde estaba Garcilaso de la Vega, mi señor, que era corregidor entonces y su teniente el licenciado Monjaraz, que fue un letrado de mucha prudencia y consejo, desechó al indio cañari la manta que llevaba en lugar de capa y uno de los suyos la tomó de los hombros y el se quedó en cuerpo con otra manta ceñida...., llevaba en la mano derecha una cabeza de indio contrahecha asida por los cabellos.
Apenas la hubieron visto los Incas, cuando cuatro cinco de ellos arremetieron con el cañari y lo levantaron alto del suelo para dar con él de cabeza en tierra. También se alborotaron los demás indios que había de la una parte y de la otra del tablado donde estaba el Santísimo Sacramento, de manera que obligaron al licenciado Monjaraz a ir a ellos para ponerlos en paz. Preguntó a los Incas que por qué se habían escandalizado. El más anciano respondió diciendo: »Este perro auca, en lugar de solemnizar la fiesta viene con esta cabeza a recordar cosas pasadas que estaban muy olvidadas.
Entonces el teniente preguntó al cañari qué era aquello. Respondió diciendo: »Señor, yo corté esta cabeza a un indio que desafió a los españoles que estaban cercados en esta plaza con Hernando Pizarro y Gonzalo Pizarro y Juan Pizarro, mis señores y mis amos, y otros doscientos españoles, y ninguno de ellos quiso salir al desafío del indio por parecerles antes infamia que honra pelear con un indio uno a uno. Entonces yo le pedí licencia para salir al duelo y me la dieron los cristianos y así salí y combatí con el desafiador y le vencí y corté la cabeza en esta plaza.»
En la imagen: Caciques cañaris según óleo del siglo XVII en el museo arzobispal del Cuzco, durante la fiesta del Corpus Christi, partícipes del hecho que se narra. Nótese la cabeza decapitada con sus adornos.
http://i87.photobucket.com/albums/k1...&1481512934269
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http://i87.photobucket.com/albums/k1...&1481512934264
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Fuente:
https://es-la.facebook.com/francisco...45409182375867
Re: Indios y mestizos ilustres durante la época virreinal
domingo, 11 de septiembre de 2011
Cronistas Indios: Fernando de Alva Ixtlilxóchitl
http://www.arqueomex.com/images/FOTO...hist_cod99.jpg
Fernando de Alva Ixtlilxóchitl
Hijo de Juan de Navas Pérez de Peraleda y Ana Cortés Ixtlilxóchitl, es descendiente directo del señor acolhúa de Texcoco Nezahualcóyotl. Tampoco le falta sangre tenochca heredada de doña Beatriz Papantla, hija de Cuitlahuac, efímero penúltimo tlatoani ("soberano") de Tenochtitlan, vencedor de la Noche Triste. Nacido hacia 1568 probablemente en San Juan de Teotihuacan o Texcoco, como hijo de español y mestiza su educación es una mezcla de ambas tradiciones culturales, dominando tanto el nahuatl como el castellano. La síntesis de ambas herencias culturales se reforzará en el Colegio de Santa Cruz de Tlatelolco, donde estudiará.
Posteriormente fue juez gobernado de Texcoco (1612), intérprete del Juzgado de Indios y gobernador de Tlamanalco (1621). Interesado en la escritura sobre la historia de su pueblo, recopila cantares antiguos e interpreta y vierte al nahuatl viejas pinturas que representan hechos y personajes históricos. De esta labor surgen varias obras, como las cinco relaciones de los toltecas, doce de la historia de los pueblos chichimecas, las "Ordenanzas de Nezahualcoyotl" o la "Historia larga" o trece relaciones de la noticia de los pobladores.
Su deseo de recuperar el pequeño señorío familiar le hace escribir dos memoriales, "Sucinta" y "Sumaria", dirigidos a los virreyes Luis de Velasco y fray García Guerra. Su obra más importante es la "Historia Chichimeca", escrita en castellano, donde recoge las pinturas, las relaciones de los indios viejos y los cantares de transmisión oral. Su visión texcocana de los hechos -Texcoco, aunque aliado de Tenochtitlan, conserva cierta rivalidad- debe ser contrastada con la visión más cercana a los tenochca de Tezozomoc. Falleció Alva Ixtlilxóchitl hacia 1648.
Fragmento de Historia de la nación chichimeca
Habiendo descansado Cortés y los suyos en Hueyotlipan, Maxixcatzin con otros muchos señores y más de cincuenta mil hombres de los amigos, le apresuraron la ida a Tlaxcalan, en donde los cuatro señores principales con toda la Señoría le salieron a recibir y llevaron a su ciudad con muy gran regocijo, en donde le curaron y regalaron muy bien, según la relación que tengo citada de Tlaxcayan que es la que yo sigo y todo lo más que he escrito y adelante escribiré, es según las relaciones y pinturas que escribieron los señores naturales recién ganada la tierra, que se hallaron en los lances acontecidos en aquellos tiempos; porque en cuanto a las cosas de nuestros españoles y más notables en aquestos tiempos, Francisco de Gómara en su Historia de las Indias, Antonio de Herrera en su Crónica, el reverendo padre fray Juan Torquemada en su Monarquía indiana y como testigo de vista el invictísimo don Fernando Cortés, marqués del Valle, en las cartas y relaciones que envió a su majestad, todos tratan muy especificadamente, en donde los curiosos lectores hallarán a medida de sus deseos lo que quisieren.
Lista de referencias
Referencia bibliográfica
De Alva Ixtlilxóchitl, Fernando (2000). Historia de la nación chichimeca. Madrid: Dastin.
Disponible en versión electrónica en:
- Biblioteca Antologica
Referencia electrónica
Junta de Castilla y León (s.f.). "Fernando de Alva Ixtlilxóchitl" en Personajes. Obtenido de la red el día 11 de septiembre de 2011. Disponible en:
http://www.artehistoria.jcyl.es/hist...najes/5899.htm
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Fuente:
Literatura Novohispana: Cronistas Indios: Fernando de Alva Ixtlilxóchitl
Re: Indios y mestizos ilustres durante la época virreinal
Suceso ocurrido en Cuzco en 1610, durante las fiestas de celebración de la beatificación de San Ignacio de Loyola, como lo señala una Crónica anónima de la época O de cómo los indios cañarís fueron custodios y guardianes de la monarquía hispánica, frente a la hostilidad inca
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En la imagen: Casiques cañaris según óleo del siglo XVII en el museo arzobispal del cuzco, durante la fiesta del Corpus Cristi, partícipes del hecho que se narra a continuación:
Crónica anónima:
Las fiestas que el Domingo siguiente despues de la Ascension se hizieron se auentajaron a estas, salieron en primer lugar quatrocientos indios Cañares (que como se dixo arriba eran la guarda del Inga) en muy bien aderezados forma de esquadrón con sus capitanes, muy vizarros, con turbantes, chipanas, ajorcas de plata, canipos también de plata, que son a figura de luna con las armas que ellos vsauan y las que nosotros vsamos, espadas; picas, arcabuzes, &, hicieron su entrada con grande aparato de guerra, como los passados que diximos, entraron tras ellos otros dozientos indios también Cañares
Transcribo el relato de Garcilaso y pongo de relieve el dramatismo del episodio:
Yendo pasando las cuadrillas como hemos dicho para ir en procesión, llegó la de los cañaris, que aunque la provincia de ellos está fuera del distrito de aquella ciudad, van con sus andas en cuadrilla de por sí, porque hay muchos indios de aquella nación que viven en ella y el caudillo de ellos era entonces don Francisco Chillchi, cañari, de quien hicimos mención en el cerco y mucho aprieto en el que el príncipe Manco Inca tuvo a Hernando Pizarro y a los suyos cuando este cañari mató en la plaza de aquella ciudad al indio capitán del Inca que desafió a los españoles a batalla singular. Este don Francisco subió las gradas del cementerio muy disimulado, cubierto con su manta y las manos debajo de ella, con sus andas sin ornamento de seda ni oro, más de que iban pintadas de diversos colores y en los cuatro lienzos del chapitel llevaba pintadas cuatro balallas de indios y españoles.
Llegando a lo alto del cementerio en derecho del cabildo de la ciudad, donde estaba Garcilaso de la Vega, mi señor, que era corregidor entonces y su teniente el licenciado Monjaraz, que fue un letrado de mucha prudencia y consejo, desechó al indio cañari la manta que llevaba en lugar de capa y uno de los suyos la tomó de los hombros y el se quedó en cuerpo con otra manta ceñida...., llevaba en la mano derecha una cabeza de indio contrahecha asida por los cabellos.
Apenas la hubieron visto los Incas, cuando cuatro cinco de ellos arremetieron con el cañari y lo levantaron alto del suelo para dar con él de cabeza en tierra. También se alborotaron los demás indios que había de la una parte y de la otra del tablado donde estaba el Santísimo Sacramento, de manera que obligaron al licenciado Monjaraz a ir a ellos para ponerlos en paz. Preguntó a los Incas que por qué se habían escandalizado. El más anciano respondió diciendo: «Este perro auca, en lugar de solemnizar la fiesta viene con esta cabeza a recordar cosas pasadas que estaban muy olvidadas.
Entonces el teniente preguntó al cañari qué era aquello. Respondió diciendo: «Señor, yo corté esta cabeza a un indio que desafió a los españoles que estaban cercados en esta plaza con Hernando Pizarro y Gonzalo Pizarro y Juan Pizarro, mis señores y mis amos, y otros doscientos españoles, y ninguno de ellos quiso salir al desafío del indio por parecerles antes infamia que honra pelear con un indio uno a uno. Entonces yo le pedí licencia para salir al duelo y me la dieron los cristianos y así salí y combatí con el desafiador y le vencí y corté la cabeza en esta plaza».
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Fuente:
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Re: Indios y mestizos ilustres durante la época virreinal
VALADÉS, Fray Diego de
De Diccionario de Historia Cultural de América Latina
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(Tlaxcala 1533- Roma 1582) franciscano, escritor, políglota
Su padre, del mismo nombre, fue un conquistador nacido en Extremadura, España y que llegó a México en 1520 como integrante de la expedición de Pánfilo de Narváez que venía a aprender a Hernán Cortés. Tras la derrota de Narváez, Hernán Cortes invitó a los hombres que venían a capturarlo a unirse a él. Diego Valadés fue uno de los que aceptaron, participando en los sucesos de la Noche Triste y luego en la conquista de Tenochtitlán en agosto de 1521. Consumada la conquista militar, Diego Valadés se unió en Tlaxcala a una mujer indígena con la cual procreó un hijo, uno de los primeros mestizos mexicanos, el cual nació en la ciudad de Tlaxcala en 1533, y a quien bautizó con su mismo nombre.
Diego Valadés padre, vio que su hijo recibiera una adecuada educación en la ciudad de México, donde fue discípulo de fray Pedro de Gante quien le enseño el arte del dibujo y el grabado. Viendo fray Pedro la gran capacidad intelectual y virtudes de su discípulo, lo tomó como secretario particular, ayudándole en la conducción de la escuela de San José de los Naturales y como maestro de dibujo; enseñó también en el Colegio de la Santa Cruz de Tlatelolco y varios de sus alumnos indígenas destacaron como pintores, como lo fueron Martín Mixcohuatl, Francisco Xinmáma y Juan Mateo Toribio.
Diego de Valadés profesó como religioso franciscano en 1550, y recibió la ordenación sacerdotal en 1555, a pesar de que las disposiciones de la época no permitían la ordenación de indígenas y mestizos. Durante varios años misionó entre los indígenas chichimecas. Además del Castellano y el Latín, fray Diego dominaba las tres lenguas indígenas más importantes de la Nueva España: náhuatl, tarasco y otomí.
En 1570 fue nombrado Guardián del Convento franciscano de Tlaxcala, y un año después fue enviado al Congreso general de la Orden franciscana que se reunió en Francia. Estuvo algún tiempo en el convento franciscano de Sevilla, y en 1575 fue nombrado Procurador de la Orden ante la Santa Sede. En Roma preparó su gran obra: «Rhetorica Christiana», en la cual describe minuciosamente la naturaleza indígena y su gran capacidad de aprender, siendo además un compendio de la cultura mestiza que se gestaba en México y de los métodos evangelizadores de las órdenes religiosas. Rhetorica Christiana fue editada en Perugia, Italia, en 1579 y constituye una de las obras de Literatura Hispánica más importantes del siglo XVI; el mismo fray Diego dibujó las letras capitulares de la edición y varios grabados que la ilustran. La obra la dedicó al papa Gregorio XIII. Fray Diego Valadés falleció en Roma en 1582.
BIBLIOGRAFÍA:
Palomera. Esteban J. Fray Diego Valadés, ofm. Evangelizador humanista de la Nueva España. UIA, México, 1988
Enciclopedia de México. Vol. XIV, p. 7939
JUAN LOUVIER CALDERÓN
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Fuente:
VALADÉS, Fray Diego de - Diccionario de Historia Cultural de América Latina
Valadés, fray Diego (Escritor y Grabador)
Posted by artecolonial under Artes Menores, Literatura, México, V, XVI | Etiquetas: gregorio XIII, Rethorica Christiana, roma |
1 comentario
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Humanista y filosofo, historiador, lingüista, dibujante, grabador, misionero y evangelizador, el franciscano fray Diego Valadés fue el primer mexicano que imprimió un libro en Europa, dedicado al Sumo Pontífice Gregorio XIII, el celebré Papa de la reforma del calendario. Autor asimismo de Rethorica Christiana, que es un gran compendio de la cultura de la época.
Nace en 1533 en Tlaxcala, su padre fue el soldado Diego Valadés, originario de Villanueva de Balcarrota, cerca de Badajoz. Este soldado llegó en 1520 con la expedición de Pánfilo de Narváez, con lo cual fue uno de los primeros conquistadores de la Nueva España. En 1566 participa como testigo en el proceso del hijo de Hernán Cortés por sus pretendidas aspiraciones a convertirse en rey de México y hacerse independiente de España, el que fuera predicador y notario en dicho juicio nos demuestra la gran capacidad intelectual de fray Diego Valadés, ya que tenía una corta edad para esos puestos. Seguramente fue ordenando desde muy joven y sabemos que estuvo en el convento junto a fray Pedro de Gante, de quien aprendo gran parte de sus oficios. En 1569 aparece como guardián del convento de Tepejí de Río. Viaja a Europa en 1571, al Congreso General Franciscano que se reunió en Francia. En 1575 fue procurador de la Orden Franciscana ante la Corte Pontificia. Durante su estancia en Roma prepara su Rethorica Christiana, la cual es finalmente publicada en 1579 en Perusa. En 1582, nuevamente en Roma envía valiosas reliquias a diversos conventos franciscanos de México, esta es la última noticia que tenemos de él.
https://artecolonial.files.wordpress...ng?w=236&h=300
Fray Diego Valadés, o.f.m: evangelizador humanista de la Nueva España : el hombre, su época y su obra , Esteban J. Palomera, Universidad Iberoamericana, 1988, 467 p.
Anales del Instituto de Investigaciones Estéticas, FRAY DIEGO DE VALADES, ESCRITOR Y GRABADOR FRANCISCANO DEL SIGLO XVI, 1945, vol. IV, núm. 13, pp. 15-44
https://artecolonial.files.wordpress...ng?w=300&h=277
https://artecolonial.files.wordpress...ng?w=300&h=198
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Fuente:
https://artecolonial.wordpress.com/2...or-y-grabador/
Re: Indios y mestizos ilustres durante la época virreinal
Guacanagarix, el aliado de Colón
http://www.historiadelnuevomundo.com...acanagarix.jpg
Nacimiento: Marién (zona norte del actual Haití* y República Dominicana) siglo XV.
Fallecimiento: 1494 en Marién.
Cargos:
– Cacique taíno de la región de Marién.
Hechos más relevantes:
– Primer y principal aliado de Cristóbal Colón en La Española. Le recibió con regalos y con gran amabilidad. Le creí*a un enviado del cielo.
– Colaboró activamente con los españoles en el cuidado del Fuerte Navidad, aunque su destrucción despertó sospechas entre algunos colonos acerca de su lealtad. Las heridas sufridas y la destrucción de su tribu fue suficiente para convencer a Colón.
– Acompañó a Colón en su expedición en búsqueda del Cibao.
– A pesar de la formación de la alianza de caciques para expulsar a los españoles de La Isabela y del centro de la isla prefirió mantenerse leal a los españoles y participó en la lucha contra el resto de caciques en la batalla de la Vega Real
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Fuente:
Guacanagarix, el aliado de Colón - Historia del Nuevo Mundo
Re: Indios y mestizos ilustres durante la época virreinal
Pueblos y etnias que se rebelaron contra Rumiñahui, y ayudaron a los conquistadores españoles en el Reino de Quito.
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- Pastos (la mayor parte neutr...ales, sin embargo también rebeldes al inca por la condición de mitimáes)
- Caranquis (nunca olvidaron Yahuarcocha, se amotinan y asesinan al general Quisquis)
- Otavalos (antes mitimaes bolivianos, asaltaron el aposento inca en Caranqui)
- Cayambes (Don jerónimo Puento; casique. luchó al lado de Benalcázar)
- Cochasquíes (Aliados históricos de los Cayambis)
- Quitos
- Zámbizas
- Collahuasos
- Pillajos (los 4 últimos se alían a Benalcázar muy temprano, son pasados a cuchillo por Rumiñahui 4000 de ellos en la matanza de Pomasqui)
- Panzaleo (Casique Don Sancho Hacho, hizo apresar a los incas de Latacunga , manteniéndolos prisioneros hasta que reconocieran al rey de España como su único señor)
- Tihuahaló (apoyo incondicional a los españoles de los casiques Don Alfonso Ati y su hijo Francisco Ati, recibiendo la condecoración correspondiente por parte de los españoles)
- Puruhaes (Dejaron permanecer en sus territorios a Benalcázar mientras ssus tropas se recuperaban)
- Duchicelas (Quizás la más sorprendente muestra de fidelidad a los conquistadores españoles, se da por parte de la legítima realeza quiteña; ya que el mismo Atahualpa por vía materna descendía de estos antiguos reyes. Sin embargo el primer Juan Duchicela colaboró activamente con Benalcázar, por lo que luego de pacificado el Reino de Quito, se le otorga vitalicia y sucesoriamente el señorío de Yaruquí)
- Chimbos (varios conglomerados mitimaes que se rebelan contra Rumiñahui)
- Cañaris (No hace falta decir mucho. Son los más reconocidos históricamente por apoyar incondicionalmente a los españoles en contra de la tiranía inca)
- Paltas (De causa Huascarista, no dudaron en apoyar a los españoles)
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Y esto de una lectura rápida ( a vuelo de paloma) Sin duda una investigación más profunda revelaría muchos otros pueblos que ante la providencial incursión de los valientes castellanos en el Reino de Quito, por fin pudieron alzarse en armas contra el tirano Rumiñahui, último remanente de ese cruel imperio inca que los tenía subyugados.
http://i87.photobucket.com/albums/k1...psg73pvzhm.jpg
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Fuente:
https://www.facebook.com/andy.guarni...08160940724461
Re: Indios y mestizos ilustres durante la época virreinal
COSME LÓPEZ Y OTROS - LOS PRIMEROS QUITEÑOS EN EUROPA
Parte de la visión sesgada y unilateral del proceso histórico que significó la Conquista y el Poblamiento de las Indias Occidentales o América por parte de la Corona de Castilla, es creer que no existió intercambio humano de un continente a otro, sino solamente “ocupación” del uno (Europa) por sobre el otro (lo que sería América). En términos actuales, la movilidad humana desde América hacia Europa desde el primer momento del proceso histórico mencionado fue muy amplia y hasta ahora muy poco estudiada y comprendida. Se ven criollos y mestizos de todos los rincones conquistados ir y venir por el Atlántico y de un lado a otro de América (numerosos son, por ejemplo, los conquistadores mestizos de América del Sur, demostrativamente véase el caso de Buenos Aires, donde casi la totalidad de sus fundadores y primeros pobladores eran mestizos biológicos aunque europeos culturalmente hablando, venidos desde el Paraguay - Valga recordar que las primeras generaciones de mestizos americanos, lo vemos en México como en el Paraguay, siempre fueron considerados castellanos o hispanos como sus padres), dejando en muchos casos descendencia en ambos lados del Océano. Me remitiré en este caso, como es evidente, a mi Reino o Provincia ultramarina de la Monarquía Hispánica: Quito.
La villa de San Francisco de Quito fue asentada el 6 de diciembre de 1534 en el actual emplazamiento de la ciudad, siendo la capital de su provincia hispana homónima por casi tres siglos. Apenas poco más 20 años después, en 1555, es decir en la primera generación de criollos y mestizos quiteños y quitenses (quiteño, gentilicio de los nacidos en San Francisco de Quito; quitense, gentilicio de los naturales de la provincia, después Real Audiencia de Quito), se tiene la constancia documental del primer quiteño en tierras europeas, de la Castilla peninsular: Cosme López, “vecino y natural de Quito, hijo de Diego López y de Leonor de Andía, soltero” y por supuesto, mozo todavía, quien además se disponía a volver a Quito para entonces. Además se distingue a los siguientes en la documentación disponible en el Archivo General de Indias: En 1557 están en la Península los hermanos Ruy Gómez de la Cámara y Martín Rojas, “naturales de Quito, vecinos de Antequera”, mestizo el primero, hijos del conquistador Alonso de Gómez Adalid y de Leonor Palla (india noble) el primero; y criollo el segundo, hijo de Inés de Rojas. También evidenciamos así que si bien el mestizaje se produjo desde el primer momento, el criollaje también, en la primera generación posterior a la conquista nacieron criollos –hijos de padre y madre europeos en América-, desmintiendo así varios puntos de la Leyenda Negra, como la supuesta ausencia total de mujeres en la Conquista, ni hablemos de las familias completas que se trasladaron en la décadas posteriores desde los Reinos Peninsulares a los Ultramarinos.
El 29 de diciembre de 1557 Juan de Rioja, “de color mestizo” pasa a la “Provincia de Quito, por ser natural de ella”, desconociendo desde cuando había estado en la Península. Para 1559 consta la presencia de Francisco Bernardo de Quirós en Sevilla –quien ya estaba en la Península por lo menos desde antes de 1556-, “natural de San Francisco de Quito”, que para la fecha era servido por un criado peninsular, Alonso Pérez.
Así comprobamos la presencia de al menos cinco quiteños y quitenses en los reinos peninsulares en la inmediata y primera generación posterior a la conquista. En casos como el de la Isla Española, los casos se cuentan por centenas, debido a lógicas cuestiones cronológicas para el momento.
Se encuentran, así mismo, otros (por lo menos 3) “vecinos de San Francisco de Quito” en éste primer cuarto de siglo posterior a la fundación de la ciudad en Europa, sin embargo al no señalar si son o no naturales de la misma, no se puede consignar su presencia aquí.
Francisco Núñez del Arco Proaño
http://i87.photobucket.com/albums/k1...ps5yxkmley.jpg
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Fuente:
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Catálogo de pasajeros a Indias VOLUMEN V (1567-1577)
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Re: Indios y mestizos ilustres durante la época virreinal
Mañana presentarán libro del investigador, que ofrece un nuevo rostro de esa rebelión
En la Guerra de Castas, fue sangre con linaje la que se sublevó, dice Marco Antonio León
Es una cronología de hechos, que permite acercarse a los líderes mayas no sólo como abanderados de una causa social, sino como actores de carne y hueso, señala el autor
Juan José Olivares
Periódico La Jornada
Martes 1º de mayo de 2012, p. a10
Jacinto Pat, principal líder de la rebelión maya llamada Guerra de Castas, es descendiente directo del halach uinic (especie de gobernante) de Cozumel, Ah Naum Pat. Es como decir que, en su justa dimensión, tiempo y momento histórico, Emiliano Zapata proviene directamente de Moctezuma. Las implicaciones históricas son importantes, aunque sorprende que no se haya destacado, comenta el investigador Marco Antonio León Diez, autor del libro Genealogías de los primeros insurrectos de la guerra social maya de 1847, que registra el aspecto cronológico de los hechos que cambiaron el rostro de la península de Yucatán, al tiempo que permite acercarse a las figuras reales de esos líderes mayas, no sólo como abanderados de una causa social, sino como actores de carne y hueso.
La obra, que pretende despertar el interés por conocer más acerca de este capítulo fundamental en la historia de la península de Yucatán, se presentará este miércoles en la casa de cultura Jesús Reyes Heroles, de Felipe Carrillo Puerto, Quintana Roo. En opinión del autor, el libro tiene el objetivo motivar estudios biográficos de los líderes de esa rebelión. Se trata del punto de partida de nuevas investigaciones, que se emprendan con mayor ahínco.
A partir de la documentación escrita y oral (testimonios de los descendientes de esos personajes), Marco Antonio León Diez creó la biografía de los tres líderes de esa revuelta social: Jacinto Pat, Cecilio Chi y Manuel Antonio Ay y Tec, de quienes sólo existían datos biográficos dispersos en textos de diferentes historiadores.
León Diez aglutinó la información, que resultó en las semblanzas de esas figuras, que cambian el rostro de lo que se conocía, en el imaginario y en la historia oficial, sobre estas tres figuras mayas.
Retratos hablados
En el libro destaca el trabajo del artista plástico Marcelo Jiménez Santos, quien a partir de la descripción oral de los descendiente de esos héroes, se dio a la labor de crear sus retratos, de cómo hubieran sido esos líderes, con base en criterios de edad y carácter. De hecho, los dibujos fueron realizados hace ya casi una década, cuando León Diez editó un catálogo de la exposición que montó con fotos de las familia de los involucrados, al tiempo que hizo los árboles genealógicos.
Desde ese tiempo, los retratos de Pat, Chi y Ay y Tec se reconocieron como rostros históricos y se comenzaron a reproducir en libros. Ya había un reconocimiento oficial y eso fue fundamental, afirma León Diez.
El autor expresa que, entre otras cosas, busca que el libro abra un abanico de hechos con los que se demuestre que el luchador social Pat es de sangre real, de linaje. Es una aportación que será debatida, aunque pasará tiempo para que la historia oficial lo reconozca.
Sin embargo, el hecho de confirmar el linaje de Jacinto Pat es una aportación. Eso modifica la percepción que se tenía de él. Si se levantó en armas no fue por algo espontáneo: tenía consciencia de dónde venía. Su consciencia, digamos, era de otro nivel. Su abuelo, su padre, sus primos... todos tenían dinero y estirpe. Fue sangre real la que se sublevó, asegura Marco Antonio.
Explica el origen del libro: Todo comenzó cuando llegué acá e hice un registro fotográfico de las autoridades tradicionales mayas. Me invitaron a una reunión de historia oral, en la que los viejos cuentan sus vivencias. En uno de esos encuentros conocí a los descendientes de Chi y Pat. Cuando los escuché, se me ocurrió tomarles fotos, porque básicamente mi trabajo era fotográfico. Conocer a Leonardo Pat fue muy importante en la investigación, porque él fue el contacto con los demás que ofreciron su testimonio.
León Diez destaca que lo fundamental de su investigación fue, primero, tener los rostros de los líderes, porque no existían: unicamente había representaciones de ellos en esculturas, pero las hicieron sin ningún fundamento; sólo como se las imaginó el escultor.
Luego vino la indagación geneaológica, la búsqueda de datos biográficos documentados y el resultado de las biografías le dio varias sorpresas, como el linaje de la familia Pat.
Jacinto es la generación número 12 de su familia, que en tiempos prehispánicos tuvo ciertos privilegios y luego buenas relaciones con los españoles. No los perdieron con el tiempo. Era una familia de caciques, cobraba impuestos de los españoles y se quedaba con parte de ellos. Sabía que tenían linaje. Todo comenzó cuando Hernán Cortés llegó a esa región, en la que fue recibido por el Ah Naum Pat, luego de que su nave se había dañado. (Pedro de) Alvarado había llegado antes y saqueó el lugar, lo que posteriormente fue castigado por Cortés, acto que fue bien visto por los gobernantes mayas. La zona era un lugar en el que se podían abastecer para seguir sus expediciones. Desde entonces, la familia Pat tuvo canonjías con los españoles.
La obra da cuenta de 20 generaciones de la familia Pat, aunque sólo 14 están perfectamente documentadas, del resto a cuatro le faltan nombres de pila y en dos no hay nada de datos, que no quiere decir que no haya en el siglo XVIII. Hay huecos; sin embargo, es la primera vez que se publica una biografía completa de Jacinto Pat. Recopilé información de los últimos historiadores y lo que había de tradición oral. Existía información, pero desperdigada y no actualizada.
Hay otras sorpresas, porque en el caso de Chi lo que había era información a nivel de literatura, pero es eso, literatura, no historia. Hay novelas y obras de teatro acerca de Cecilio Chi, pero lo que descubrimos fue lo que dicen los historiadores yucatecos de la época y que se ha repetido, esto es que Chi fue asesinado por Anastasio Flores, su secretario, quien era amante de la mujer de Chi. Esa es la historia oficial, lo que dice (Serapio) Baqueiro, algo indigno para un guerrero venerado. Yo, con base en documentos, demuestro que eso es una falsedad. Sí, lo mató Anastasio, pero fue por un complot de Benancio Pek, quien también mandó asesinar a Jacinto Pat.
Documentos reveladores
El investigador abunda: En cuanto a Manuel Antonio hay una historia diferente. Encontramos que no era como se le describía: un borracho al que se le caían las cartas de la conspiración en la cantina, la cual se abortó por ese hecho. Documentos importantes, como los del proceso que se le siguií a Manuel Antonio, hacen referencia a que tenía otra imagen. Asimismo, el testimonio de Felipe de la Cámara Zavala, encargado de la ejecución, revela otras cosas, como que no era un muchacho, sino un hombre de 45 años, con experiencia militar y con carácter, que hablaba maya y español perfectamente.
Marco Antonio León Diez asegura que cuando fue a ver a las familias de los tres líderes y les decía que les quería tomar fotos, ninguno de los integrantes se mostró sorprendido, porque sabían de dónde venían, sabían que eran descendientes de esas figuras de la historia, pese a que nadie estaba enterado. Cuando se dio a conocer esto, los primeros sorprendidos fueron los habitantes de los pueblos vecinos, pues lo desconocían.
Genealogías de los primeros insurrectos de la Guerra Social Maya de 1847 se puede obtener en dos modalidades: como ibook, con un costo de 30 pesos, y en papel bajo pedido; es decir, se compra el libro (250 pesos), y una empresa lo imprime en papel y lo mandan al comprador. Puede obtenerlo mediante www.selvalibre.com.mx
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Fuente:
La Jornada: En la Guerra de Castas, fue sangre con linaje la que se sublevó, dice Marco Antonio León
Re: Indios y mestizos ilustres durante la época virreinal
Nahum Pat
De Wikipedia, la enciclopedia libre
Nahum Pat (siglo XVI) fue el nombre de un dirigente maya, halach uinic o jefe del territorio insular de Cozumel, isla que actualmente es parte del estado de Quintana Roo, México, y quien, en 1527, recibió de manera amistosa a la expedición española encabezada por Francisco de Montejo (el Adelantado), durante la primera campaña capitaneada por éste con vistas a la conquista de Yucatán.[1]
Datos históricos[editar]
El encuentro de Nahum Pat con las huestes de Francisco de Montejo se dio cuando aquel cruzaba a tierra firme junto con otros 400 indígenas mayas con el propósito de asistir a la boda de su hermana. Nahum Pat estaba familiarizado con la presencia de los europeos, porque estos habían pasado anteriormente por la isla de Cozumel. Ello facilitó de algún modo su sometimiento pacífico cuando le pidieron, en este nuevo episodio, que les ayudara a explorar el territorio continental con la intención de encontrar algún lugar seguro que además no estuviera lejos de Cuba.[1]
Pat negoció que un grupo de indígenas mayas, nativos de una población llamada Mochí, cercana a Xelhá, recibieran en paz a Montejo y al grupo de españoles, ofreciéndoles habitación y comida por un tiempo. Fue en ese tiempo cuando el Adelantado fundó en un lugar cercano, la primera villa llamada Salamanca en la península de Yucatán.[1]
La estancia en paz y en ese lugar habría de durar poco ya que no tardaron en iniciarse las hostilidades con otros grupos mayas que se percataron de la intención de los conquistadores y que adoptaron una actitud combativa. Por otro lado, el clima poco saludable para los recién llegados, orientó también a que buscaran alternativa para el lugar que habían seleccionado en primer término. Todo ello hizo que el grupo de españoles se movieran, primero hacia el norte estableciendo en Xamanhá otra base y después hacia el sur en dirección a la bahía de Chactemal en donde más tarde estableció Montejo otra nueva Salamanca.[1]
En este último peregrinar hacia el sur de la costa oriental de la península de Yucatán, Montejo hubo de separarse de una parte importante de sus hombres que quedaron al mando de Alonso de Ávila quien capitaneaba una de las embarcaciones en que se trasladaban. El mal tiempo hizo que perdieran contacto por varios días. El Adelantado creyó que la fatalidad le había arrebatado a sus soldados, pero días después, Nahum Pat le informó del paradero de De Ávila y el resto de españoles, quienes ya habían vuelto a Xamanhá en donde se reencontraron. Esto sucedió poco antes de que Montejo viajara hacia la Nueva España en busca de refuerzos y recursos para iniciar en forma la campaña de conquista de la región. Se quedó Alonso de Ávila en calidad de lugarteniente al frente de los españoles en la Salamanca-Xamanhá esperando el retorno del Adelantado.[1]
Véase también[editar]
Referencias[editar]
Re: Indios y mestizos ilustres durante la época virreinal
Después de la conquista de México-Tenochtitlán, Tezcoco pidió a Carlos V el envío de sacerdotes evangelizadores, quien les envió a tres franciscanos: fray Juan de Tecto, fray Juan de Ayora y fray Pedro de Gante. Este último se queda en Tezcoco y funda la primera escuela de cultura en mesoamérica. Enseña latín, castellano, sastrería, bordado, carpintería y tejido. Asimismo, aprende el náhuatl y escribe el primer catecismo en esa lengua para la enseñanza de la doctrina cristiana. En honor a este hecho, en la parte norte de la catedral se encuentra "€œLa capilla de la enseñanza o Capilla de Gante".
De acuerdo con la cédula real emitida el 9 de septiembre de 1551 en la ciudad de Valladolid, España, Tezcoco es la segunda ciudad más importante del continente americano.
Escudo de Armas
El cacique don Fernando Pimentel y Alvarado se presentó en el año de 1551 al emperador Carlos V, pidiendo el título de ciudad para su patria Tescuco y que el escudo de armas fuera el mismo que usaban sus antiguos reyes.
El escudo de armas está estructurado por una cabeza de coyote en perfil derecho, que simboliza a Acolmiztli-Nezahualcóyotl, rey de la nación chichimeca y gobernante de Texcoco.
Al frente y circunvalando al escudo hay dos orlas: la diestra representa a la cultura española y la siniestra a la cultura asentada en el lago de Texcoco.
Debajo de la cabeza del coyote, al centro hay una cueva que representa el origen de las siete tribus nahuatlacas que se asentaron en la cuenca de México simbolizadas por siete cabezas de perfil derecho, cuyos reyes o señoríos fueron tributarios de Texcoco.
Arriba, al centro hay un penacho de guerra texcocano; en el campo de la izquierda un vestuario de guerra llamado xiquipile, sostenido por dos águilas que hacen patente la coronación de Acolmiztli-Nezahualcóyotl como rey de Texcoco.La montera, capucha o casco que se halla sobre el escudo con dos borlas en la parte superior era una insignia de las personas reales que la usaban por adorno.
La macana india con filos de navaja de obsidiana; un escudo o rodela (chimalli) que simboliza las guerras sostenidas con los acolhuas y la caxa o tambor (tlanpanhuehuetl) que usaban en sus celebraciones y fiestas.
En el lado derecho hay un cerro que dista poco menos de una legua de la ciudad, conocido hoy por el de Tetzcutzinco y las jarillas que crecen sobre de él; el brazo con la flecha representa a la provincia de Acolhuacan desde su fundación.En la parte de abajo hay dos casas (callis): la siniestra hace referencia al monumento que Acolmiztli-Nezahualcóyotl mandó a construir en honor del creador del cielo; la diestra arroja humo y representa a Chimalpopoca, (habitación que desprende humo) rey mexica, que obtuvo como tributaria a la ciudad de Tezcuco mediante el apoyo de Tezozómoc.
Más abajo, las plumas colocadas sobre un piecezuelo o peana, son los adornos que usaban los indios principales en sus bailes.
Finalmente, los campos del escudo de armas están sostenidos por cuatro garras que representan la unión de la provincia de Acolhuacan.
Época colonial
Después de que Hernán Cortés llega y funda la Villa Rica de la Veracruz, se dirige hacia México-Tenochititlan conquistando a su paso diferentes señoríos. Llega a Tezcoco el 3 de noviembre de 1519 cuando gobernaba Cacamatzin. Sus huestes se aposentan en lo que fue el palacio de Acolmiztli-Nezahualcóyotl.
Ahí construye los bergantines para atacar a la gran Tenochtitlan. Estos fueron botados el 28 de abril de 1521. El 1 de junio de ese mismo año se dirige a la gran Tenochtitlan, siendo reducida el 13 de agosto de 1521. Existe en la calle de Juárez sur, un obelisco conmemorando este hecho.
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Artículo completo:
H. Ayuntamiento de Texcoco
Re: Indios y mestizos ilustres durante la época virreinal
En la Nueva España, el uso de escudo de armas fue un rasgo cultural traído de Europa. Sin embargo, en algunos se aprecia la combinación de elementos gráficos tanto de origen europeo como indígena. ¿Qué elementos de origen indígena observas en este escudo? — con Claudio Lerena.
El Escudo de Armas, fue otorgado el 9 de septiembre de 1551 en Valladolid, España a solicitud del cacique Fernando Pimentel y Alvarado al emperador Carlos V de Alemania y I de España, para que Tescuco ostentara el título de ciudad.
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