El «show» de Chávez y el crudo no tapan los agujeros de Venezuela
Crónica
El líder venezolano obvia en sus arengas la inseguridad ciudadana y las graves desigualdades de la sociedad
(Firma: Xurxo Fernández | Lugar: enviado especial | caracas)
A Feris Domínguez lo cazó la policía en su finca de La Lagunita. En el momento de su detención, ofreció dos millones de dólares a los agentes para que lo dejaran escapar. Más allá de la importancia de la captura (se trata de uno de los cinco narcotraficantes colombianos más buscados), la operación es el perfecto hilo conductor para un análisis del panorama político, social y económico de Venezuela.
Populismo chavista
Mientras un equipo de narcóticos irrumpen en la casa de Feris Domínguez, Hugo Chávez sube a un escenario en medio de la selva, en la pequeña localidad de Güiria. Cuando el presidente venezolano saca su teléfono móvil del bolsillo lleva casi una hora hablando y, a 700 kilómetros de distancia el narco que coprotagoniza esta historia ya está en comisaría. Ésta es la conversación que pudieron escuchar los reunidos en la selva de Güiria:
-Cuando venía para aquí estábamos ultimando una importante operación. Voy a llamar a Jesse Chacón (ministro de Interior) para que me informe.
-¿Jesse? Estoy aquí, en Güiria, infórmame, ¿cómo ha ido la operación?
-[...]
-¿Qué, ya ha acabado? ¿Habéis detenido a alguien?
-[...]
-Ajá, ¿y era un pez grande o un pez chico?
-[...]
-¡Un pez grande! ¡De Colombia! Bueno, ¿y dónde estaba escondido?
-[...]
-¡En La Lagunita (zona cara de la capital)! ¡Tremenda quinta en La Lagunita!. Supongo que Colombia habrá pedido la extradición, pues vete arreglándolo todo para mandarlo para allá.
Es el show de Chávez y su política de golpes de efecto. Ha convertido sus discursos (íntegramente emitidos por la cadena pública, donde además realiza su programa Aló Presidente cada domingo) en los del jefe de pista de un circo y la estrategia funciona. Más efectista que efectivo, ha calado entre las clases baja y media-baja -casi tres de cada cuatro votantes-.
Su declarado odio a la política de George Bush y su sostenida arenga a favor de la población indígena, completan las claves del éxito verbal del presidente.
Inseguridad
Cuando Feris Domínguez trató de comprar a los agentes que lo arrestaron, lo hizo con la fundada sospecha de que su oferta podía tener éxito.
El ministro Chacón no se molesta en ocultar que la corrupción policial es la base de la inseguridad desatada que está arruinando Venezuela. El periódico caraqueño El Mundo ofrecía esta semana una cifra reveladora: uno de cada cinco asesinatos que se cometen en el país llevan la firma de un miembro de las fuerzas del orden. Hace sólo un par de semanas, seis mineros ilegales morían a manos de militares en La Paragua (frontera con Brasil), lo que suscitó un duro debate en los medios de comunicación.
Apenas hay ciudades seguras y en grandes urbes como Caracas o Maracaibo la policía no garantiza la integridad de quien sale a la calle pasadas las diez de la noche.
Sólo en el populoso municipio caraqueño de Petare hay una media de seis muertos semanales; lo que no asusta al ministro de Interior, que defiende que antes de su llegada eran «entre doce y catorce» los muertos semanales.
Recursos y desigualdades
«La venezolana es una economía petrolífera, con las particularidades que esto supone». Las particularidades de las que habla el presidente del Banco Central venezolano, Gastón Luis Parra, parecen una bicoca -Venezuela está entre los cinco primeros productores de crudo del mundo y llenar el depósito de gasolina cuesta menos de dos euros-, pero el sistema ha generado graves desigualdades.
La densidad de población del país (con el doble de extensión que la española) es de 25,6 habitantes por kilómetro cuadrado (87,2 en España). Sin embargo, en la capital, alcanza los 4.500. La población huye a las zonas industriales y se establece en arrabales porque nadie invierte en el campo.
Venezuela, con unas condiciones climáticas y una orografía idónea para el cultivo, no tiene potencial agrícola e importa la mayoría de sus bienes de consumo.
Además, hasta hace bien poco, el gas derivado del petróleo se desperdiciaba y en los yacimientos mineros (oro, hierro y diamantes) proliferan las explotaciones ilegales.
Varias de las iniciativas emprendidas por los 25 ministros chavistas (muchos, antiguos militares) carecen de éxito por falta de planificación e infraestructuras. Chávez ha sufrido el desgaste de inundaciones, un intento de golpe de Estado, un grave paro petrolífero y la destrucción de vías clave de comunicación.
En otro país, la oposición vería un terreno abonado, pero no en Venezuela. El principal rival del presidente Chávez, Manuel Rosales, carece de carisma fuera de Suria (estado donde gobierna con el apoyo de una influyente clase alta) y sus calamitosas apariciones públicas contribuyen a la reelección. Como él dijo, recordando al mejor Caneda del Compos, «no se pueden pedir peras al horno».
http://www.lavozdegalicia.es/se_mund...&TEXTO=5175223
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