Comparto totalmente esta opinión Ordóñez.
También quisiera añadir, que al margen del respeto por una persona, que deja este mundo para enfrentarse al Juicio Supremo; parece claro que hubo bajo su mandato y consentimiento, actuaciones más que crueles y deplorables. Como cristiano, me niego a admitir que fueran en ningún caso justificables.
Marcadores