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Tema: La independencia de los Estados Unidos y la contribución española

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    Re: La independencia de los Estados Unidos y la contribución española

    LOS ESTADOS UNIDOS SE FUNDARON CON PLATA Y PERSONA HISPANOAMERICANA. SIN EL DINERO HISPANOAMERICANO LOS ESTADOS UNIDOS NO EXISTIRÍAN. FUE EL DINERO SALIDO DE CUBA, NUEVA ESPAÑA Y SANTO DOMINGO EL QUE FINANCIÓ EL TRIUNFO FINAL DE WASHINGTON Y FUERON LAS TROPAS DE CUBA, MÉXICO, PUERTO RICO, SANTO DOMINGO, VENEZUELA Y LA LUISIANA ESPAÑOLA, ENTRE OTRAS, LAS QUE SELLARON LA FUNDACIÓN DEL GIGANTE DEL NORTE


    Bueno, bueno, con tanta bronca con lo de Trump y como hispanoamericano que soy, ahí les va esto, aunque no se lo merecen.

    La ayuda financiera y militar de las provincias españolas americanas a la Revolución Americana, la revolución independentista de las Trece Colonias británicas en América del Norte, fue fundamental para que consiguieran su independencia.

    La Monarquía Hispánica aportó con cantidades ingentes de recursos para la independencia de los Estados Unidos. Al gobierno revolucionario la Monarquía, nuestra Monarquía, le regaló 216 cañones de bronce, 209 cureñas de cañón, 27 morteros, 29 locomotoras acopladas, 12.826 bombas, 51.134 balas, 300.000 cajas de pólvora, 30.000 escopetas y bayonetas, 4.000 tiendas de campaña y 30.000 trajes militares. Un millón de libras tornesas para comenzar y durante el trascurso de la revolución estadounidense, una verdadera fortuna.

    La contribución financiera total de la Monarquía Hispánica, incluyendo sus provincias americanas es difícil de determinar, puesto que, al principio, la ayuda era secreta y no se registraban las cuantías; el aporte económico llegaba de diferentes partes de Hispanoamérica como Luisiana, California, México, Cuba y Santo Domingo. Sólo desde la Península fueron enviados 7.944.806 reales y 17 millones de maravedíes durante 1776, 1777 y 1778.

    Los gobernadores de Luisiana, Luis de Unzaga y Bernardo de Gálvez, le dieron frazadas, pólvora, armas, alimentos, medicinas, incluyendo la quinina, y otras provisiones vitales al general Charles Lee, segundo al mando del general Washington, y al general George Rogers Clark. La ayuda de la Luisiana resultó de mucha importancia para el Ejército Continental en Virginia y para la campaña del general Clark en el valle de Ohio.

    Las provincias españolas americanas también aportaron considerable ayuda financiera a las Trece Colonias.

    En California, el presidente y fundador de las primeras misiones franciscanas, Fray Junípero Serra, pidió que cada español contribuyera con dos pesos y cada indio con uno. La cantidad recaudada fue enviada al general francés, el Conde de Rochambeau, quien con sus 6,000 soldados luchaba con las tropas del general Washington en la última campaña de la guerra en el área de la bahía de Chesapeake en Virginia.

    En la primavera de 1781 tanto el general Washington como el general Rochambeau estaban desesperados. Ambos comandantes necesitaban dinero para comprar alimentos, armas, ropas y provisiones, así como para pagar los sueldos de sus soldados que estaban muy atrasados. El general francés Rochambeau escribió una serie de cartas al almirante de Grasse, cuya flota acababa de llegar a Santo Domingo. El general Rochambeau le informó al almirante francés que a su ejército y al del general Washington se les estaban agotando los recursos y necesitaban urgentemente un millón de libras tornesas para expulsar a los británicos de Norteamérica.

    La situación penosa y deplorable de las tropas norteamericanas fue descrita en una carta del general Nathanael Greene del 7 de diciembre de 1780 donde expresó lo siguiente: “Nada puede ser más miserable y penoso que las condiciones de los soldados, famélicos con frío y hambre, sin tiendas ni equipo de campamento. Los contingentes de Virginia están, literalmente, desnudos; y en gran parte completamente incapaces de cualquier clase de servicio.” El Congreso Continental en Filadelfia estaba literalmente en bancarrota.

    Carmen de Reparaz, en su libro "Yo solo: Bernardo de Gálvez y la toma de Panzacola en 1781" (1986), explicó que el enviado especial del rey Carlos III, Francisco de Saavedra, escribió en su Diario (inédito) como se obtuvieron los socorros para el sitio de Yorktown. Reparaz explicó que el almirante de Grasse no pudo recaudar esa considerable suma en la colonia francesa de Santo Domingo, por eso envió a La Habana a tres de sus mejores fragatas, entre ellas la Aigrette, bajo el mando de Saint-Simon.

    Saavedra escribió lo siguiente en su Diario: “Llegamos a La Habana el 15 de julio de 1781; fui a ver a los generales y después al intendente y tesorero… Manifestaron que en la Tesorería no había dinero… Así que hacendados como comerciantes habían prestado muchos caudales al rey… Echose la voz entre los vecinos y se dijo por medio de esquelas a los pudientes que el que gustase contribuir con su dinero para socorrer la escuadra francesa que se iba hacer una expedición de que acaso dependía la prontitud de una paz ventajosa, lo hiciese inmediatamente enviándole a la Tesorería… En seis horas se juntó el dinero necesario, se embarcó y a las ocho de la noche se hizo la fragata la vela.” El dinero fue dado por comerciantes, tabacaleros y por una mujer, la Marquesa de Cárdenas.

    Con este dinero se financió la última campaña de la guerra, la cual terminó con la rendición de las tropas británicas el 31 de octubre de 1781 en Yorktown. Esta importante ayuda traída desde La Habana fue crucial. El historiador estadounidense Stephen Bonsal afirmó que “el millón que fue dado a Saint-Simon por las damas de la Habana para pagar a las tropas, en verdad se puede considerar como la base en dólares sobre la cual fue erigido el edificio de la independencia norteamericana.”

    Además de la ayuda financiera, militar y naval, Cuba, La Habana, específicamente, ayudó a los independentistas de las Trece Colonias en otra forma significativa. Durante el conflicto, los barcos norteamericanos hallaron una bahía segura y fueron reparados y provistos de todo lo necesario en los astilleros de La Habana. En 1779 el gobernador de Cuba y capitán general, Diego José Navarro, expidió patentes de corso a los mercantes que lo solicitaron con barcos armados y dispuestos a pelear contra barcos ingleses. Muchos barcos de Cuba atacaron y capturaron barcos mercantes británicos causando pérdidas a Gran Bretaña.

    Sin la ayuda financiera, militar y naval tan significativa de las provincias americanas de la Monarquía Hispánica al ejército de los Estados Unidos, hubiera sido imposible que George Washington derrotara al ejército británico. La ayuda financiera, por supuesto, nunca fue pagada a ninguna de las provincias españolas americanas que contribuyeron con tal. Y la militar y naval fue retribuida de otras formas, entiéndase la ironía.

    La participación militar española americana también fue importante para sellar la independencia. Juan de Miralles, Jorge Ferragut, y sobre todo Bernando de Gálvez con su campaña en el valle del río Mississippi, en el territorio de la Luisiana y la captura de Mobile y Panzacola (Pensacola) en la Florida, acabaron de cercar y preparar la expulsión final de los británicos de América del Norte. La expedición final para la toma de Penzacola zarpó de La Habana el 28 de febrero de 1781. El ejército de Gálvez, con refuerzos adicionales, llegó a tener 7.677 soldados y marinos nacidos en la Península y en las provincias españolas americanas como Luisiana, México, Cuba, Santo Domingo, Puerto Rico, entre otras.

    El historiador Orwin Rush se ha referido a la batalla de Panzacola como “un factor decisivo en el resultado de la revolución y una de las batallas de la guerra ejecutadas más brillantemente”. Las tropas de Gálvez tuvieron 74 muertos y 198 heridos. La Armada perdió 21 marineros y sostuvo cuatro heridos. Gálvez marchó junto a Washington en la marcha triunfal de celebración tras la derrota británica.

    Esta fue también la única batalla de la Revolución Americana sobre la cual un relato contemporáneo fue escrito por el oficial al mando. El Diario de Campaña de las operaciones de la expedición contra la plaza de Panzacola del general Gálvez es una narración notable, día a día, de esta batalla. El Diario fue publicado en la Gaceta de Madrid el 10 de agosto de 1781. Gálvez fue el único general que peleó en la guerra de independencia de los Estados Unidos y que escribió un diario tan detallado de una campaña que duró dos meses.

    El 31 de octubre de 1781 los ejércitos del general Washington y del general Rochambeau derrotaron al ejército inglés de Lord Cornwallis en la batalla de Yorktown poniendo así fin a la guerra de independencia. Dos años después se firmó el Tratado de Versalles y las Trece Colonias obtuvieron su independencia y España recuperó La Florida.

    El general Bernardo de Gálvez ha sido honrado en los Estados Unidos con un sello de 15 centavos que fue emitido el 23 de julio de 1980. El sello conmemora la batalla de Mobile de 1780. También existen dos estatuas ecuestres de Bernardo de Gálvez hechas por el escultor Juan de Ávalos. Una de ellas fue presentada por el gobierno de España al pueblo estadounidense durante la celebración del bicentenario en 1976. Esta estatua está situada muy cerca del Departamento de Estado en Washington, D.C. La otra se encuentra en Nueva Orleans frente al río Mississippi. La misma no representa solamente al mismo Gálvez, sino a todos los hispanoeuropeos e hispanoamericanos que sirvieron y aportaron con "plata y persona" para la independencia de los Estados Unidos.

    Los soldados y marineros hispanoeuropeos e hispanoamericanos desempeñaron un papel significativo y decisivo en la guerra de independencia norteamericana. Es una historia que necesita ser conocida.

    Todos debemos conocer que españoles e hispanoamericanos, no sólo exploraron y colonizaron grandes partes de los actuales Estados Unidos, sino que también lucharon por y consiguieron su independencia.



    (La imagen es una caricatura británica de 1778 que satiriza el pedido de ayuda de los independentistas anglosajones a la América Hispana.)






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    Fuente:

    https://www.facebook.com/francisco.n...16411651942286
    Última edición por Mexispano; 10/02/2017 a las 06:12
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    Re: La independencia de los Estados Unidos y la contribución española

    LA HUELLA DE ESPAÑA EN EE.UU.

    La ayuda española e hispana al nacimiento de Estados Unidos

    A pesar de la difícil situación económica de España, Carlos III decidió prestar un apoyo a las fuerzas rebeldes que resultó decisivo para su victoria





    Estatua de Carlos III en el Presidio de Santa Bárbara, California - ABC


    BORJA CARDELÚS - @abc_cultura

    06/02/2017 01:04h - Actualizado: 07/02/2017 10:06h.

    Guardado en: Cultura


    George Washington, comandante en jefe de las fuerzas de las Trece Colonias de América del Norte, que luchan por emanciparse de Inglaterra, recibe un despacho urgente: la España de Su Majestad Carlos IIIha declarado la guerra a Inglaterra, en apoyo de la causa emancipadora. Y a Washington le invade la emoción, porque sabe lo que eso significa: que ahora va a ganar la guerra y la Independencia.

    Las Colonias habían decidido emanciparse del yugo británico, que no veía en ellas otra cosa que una ubre de donde obtener utilidades. Pero su improvisada tropa de granjeros, que dejaban por unas horas la recogida de heno para incorporarse a la milicia, era incapaz de vencer a la poderosa maquinaria bélica británica. Y por ello enviaron a Europa una comisión, encabezada por Benjamin Franklin, para procurar la ayuda de las dos potencias europeas enemigas de Inglaterra: Francia y España. Y ambas dinastías borbónicas aceptan apoyar la causa rebelde, coordinando sus ayudas y comprometiéndose a no actuar por separado.

    Pero la ayuda española ha de hacerse secretamente, porque Carlos III necesita tiempo para reorganizar las depauperadas administración y economía españolas, y enfrentarse ahora abiertamente a Inglaterra sería un suicidio militar y político. Por de pronto, los barcos corsarios de los rebeldes norteamericanos que hostigan a las embarcaciones inglesas son autorizados a recalar y aprovisionarse en los puertos del Misisipi, hecho que protesta Inglaterra y que España esquiva con sutiles evasivas.


    Grandes remesas

    Tras las entrevistas de Franklin con el embajador en París, conde de Aranda, y de Arthur Lee en Burgos y Vitoria con el ministro Grimaldi, España eleva el nivel de sus contribuciones. A través de La Habana y sus puertos en el Misisipi, comienza a remitir grandes remesas de lo que se halla tan escaso el ejército de Washington: armas, munición, pólvora. Envía también abundancia de tiendas de campaña, mantas, ropa militar, alimentos, medicinas… avituallando con suficiencia a las tropas rebeldes.

    Y España envía, además, dinero, grandes sumas de dinero en forma de empréstitos a favor del gobierno provisional de las Trece Colonias. La primera entrega, un millón de libras tornesas, a las que seguirán otros muchos envíos que financian la campaña de Washington, fondos que son canalizados a través del banquero bilbaíno Diego Gardoqui.

    Para una España en profunda crisis económica, esta ayuda supone un gigantesco esfuerzo, y recurre a sus posesiones americanas. Toda la América hispana se moviliza entonces, en una suerte de llamada a rebato: en México se aprueban impuestos especiales; en California Junípero Serra recauda dos pesos de cada español y un peso de cada indio; los gobernadores de Nuevo México y Luisiana demandan esfuerzos adicionales a sus súbditos; las damas de Cuba entregan sus joyas para ayudar a la causa rebelde contra Inglaterra. España, sus provincias y sus súbditos, con la proverbial y apasionada generosidad hispana, se vuelcan a favor de las Trece Colonias. Y ahora que Norteamérica parece estar dando la espalda a México y los hispanos, conviene no olvidar que el mundo hispano contribuyó, de una manera decisiva, a la causa de la Independencia y al nacimiento de los Estados Unidos.

    Resulta increíble que la inmensa contribución española a la Independencia haya quedado silenciada en la historia. Se halla establecido que fue Francia, con su general Lafayette al frente, quien ayudó a los Estados Unidos en su emancipación, ignorando la decisiva aportación de España. Secuelas del magnífico marketing francés y del nulo español de todos los tiempos.


    Pieza fundamental

    La victoria de Washington en Saratoga anima a Francia a declarar unilateralmente la guerra a Inglaterra, rompiendo el acuerdo de actuación coordinada con España. Pero Carlos III continúa con lo pactado y prosigue su ayuda en la sombra. Mas el resultado de la guerra sigue siendo incierto. Washington comprende, y así lo declara, que sin la intervención directa de España será imposible obtener la victoria sobre los ingleses. Y es que España era una pieza fundamental en el escenario del conflicto. Controlaba la ribera occidental del Misisipi, el puerto de Nueva Orleans, la Luisiana, el virreinato mexicano de Nueva España, Cuba y el Golfo de México.

    Pese al secretismo, Inglaterra no es ajena a las ayudas españolas y las relaciones con España se enrarecen progresivamente. Pero, al mismo tiempo, el gobierno de Carlos III logra que España enderece su economía y recupere su peso político. Solo es cuestión de tiempo que España declare oficialmente la guerra a Inglaterra. Y cuando Washington recibe el despacho que anunciaba el hecho, supo que la victoria final era cierta.

    Había llegado la hora del apoyo militar español a la causa rebelde y de la irrupción en escena de alguien que llevaba tiempo preparándose para la lucha armada. Se trata del joven gobernador de Luisiana Bernardo de Gálvez, a quien tocará escribir la más brillante página de la ayuda de España a la Independencia de los Estados Unidos.




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    La ayuda española e hispana al nacimiento de Estados Unidos
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  3. #3
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    Re: La independencia de los Estados Unidos y la contribución española

    Fernando de Leyba y Córdoba.

    December 26, 2016 Confederación Hispanica

    Por Máximo González-Palacios Franco



    Los españoles somos los peores divulgadores y propagandistas de nuestros propios logros históricos” en comparación con otros países.


    Existe un buen número de personas que llevaron a cabo actos que merecen un enorme reconocimiento, pero a los que hemos ignorado sistemáticamente

    Cuando Henry Kamen presentó su obra Poder y Gloria. Los héroes de la España Imperial (Ed. Espasa) se quejó de que en este país, por culpa de la falta de consenso a la hora de interpretar la Historia, se le ha negado a los héroes “un papel reconocible”

    Otro más de los innumerables héroes olvidados por la Historia de España.

    Don Fernando de Leyba y Córdoba.Teniente Coronel del Regimiento Fijo de la Luisiana Española.Gobernador de la Luisiana.







    Nacio en la ciudad de Ceuta, España en 1734 y fallecio en San Luis de los Illunueses, provincia de la Luisiana española en 1780, actuales EEUU.

    Era el quinto de siete hijos nacidos de capitán Gerónimo de Leyba y Córdova y Josefa Vizcaigaña. En su infancia vivio en diferentes lugares de España, Fernando firmó como cadete a la edad de 16 con el regimiento de Infantería España.

    Fernando de Leyba perteneció a la familia Leyba y Córdova de la localidad malagueña de Antequera, cuyas raíces se remontan a la reconquista hispana de la Península Ibérica.

    En el siglo XV, sus antepasados ​​se asentaron en Andalucía sobre la tierra concedida por el Rey de Castilla en recompensa por sus servicios en la conquista a los moros del Reino de Granada.Con el tiempo, los caballeros y nobles del línaje de Leyba y Córdova se convirtieron en ciudadanos prominentes en Antequera, una pequeña ciudad en la provincia de Málaga donde poseía varias casas y granjas.

    Casado con Maria Concepción de Cesar en la ciudad de Cartagena,tuvo dos hijas, Maria Josefa y Rita.

    Desarrolló su carrera militar en Andalucia, norte de Africa, Cuba (donde cayó prisionero por los britanicos en la defensa de la Fortaleza del Morro ) y EEUU.

    El 14 de Julio de 1778, cuando es nombrado tercer gobernador adjunto de la Luisiana, por entonces española, para ayudar al gobernador don Bernardo de Gálvez. Este lo destinó a San Luis (Missouri), una villa fundada por los franceses en 1764 que controlaba el río Missisipi desde su margen occidental antes de la unión con el río Ohio y después de la del Missouri. Se trataba de un pueblo que no llegaba al millar de habitantes que carecía por supuesto de fortificación. Asimismo tenía también a su cargo un pequeño poblado 30 millas al sur llamado Santa Genoveva. La rebelión de las colonias inglesas en norteamérica harán que San Luis cobre relevancia geoestratégica.







    Aunque España no estaba oficialmente en guerra con Inglaterra, desde Nueva Orleans llevaba tiempo Bernardo de Galvez enviando ayuda a los rebeldes subiendo el río Missisipi, por ello Leyba es destinado para proteger a San Luis tanto el libre acceso a las colonias, como de mercancías.

    Era de los jalones más importantes del dominio español en el alto Valle del Misissipi, fue la consolidación del asentamiento de Paincourt, más conocido como San Luis de Ilinueses. En 1767 una expedición española al mando del Capitán Francisco Rui, establece dos fuertes en la confluencia del Misissipi y el Missouri, 30 km al norte de San Luis.

    La política indiana de los españoles, a diferencia de los ingleses, no permitía esclavos indios en su territorio, ni siquiera a las tribus hostiles. O’Reilly, en nombre del Rey de España, dio instrucciones para que a los indios se les proporcionara pan y arroz, cuando visitaran San Luis y Sta. Genoveva y que se mantuviera con ellos un trato exquisito.





    Figura 1 – Localización de San Luis en los actuales EEUU.



    Con una población propia de frontera que en su mayoría no era española sino francesa, y que apenas tenía costumbres agrícolas, Leyba debía crear una milicia y entrenarla para el conflicto armado que estaba por venir. Aunque su autoridad real no era tal en un lugar tan alejado de los centros de gobierno y a pesar de que Gálvez no pudo satisfacer su petición de 200 soldados, las gentes de San Luis reaccionaron favorablemente ante la peligrosa situación prebélica originada por los ingleses.

    Así que manteniendo una apariencia de neutralidad comenzó la construcción de un fuerte y a finales de julio de 1778 se encontró con George Rogers Clark oficial norteamericano que hostigaba a los ingleses en la frontera oeste. Intercambiaron información y se le facilitaron suministros llegados de Nueva Orleans, pero además tras los ataques rebeldes por el Missisipi, don Fernando de Leyba facilitó de su propio bolsillo nuevos suministros para Clark. El oficial español había empeñado su fortuna con los habitantes de San Luis: “la llegada de los norteamericanos a este distrito me ha arruinado por completo“. Como las desgracias nunca vienen solas su mujer “vio frustradas todas sus esperanzas en el laberinto de deudas en el que me vio metido y le invadió una melancolía tal que, después de sólo dos días de estar enferma en cama murió“.





    Figura 2 – Mapa de San Luis y sus planes de fortificación




    Todo esto para enfrentarse las fuerzas del coronel británico Henry Hamilton, un rival que no tomaba ninguna precaución para decir que “los españoles son débiles y los franceses los odian, los franceses son veleidosos y no tienen un hombre con capacidad para aconsejarles o liderarles“. Afortunadamente el tiempo pone a cada uno en su sitio y el 24 de febrero de 1779 la milicia franco-canadiense de Hamilton, lo abandonó rindiéndose sin pegar un sólo tiro ante las fuerzas de Clark que eran la mitad, quedando el oficial británico prisionero. El sacrificio daba sus frutos, la zona quedaba por el momento asegurada.





    Recreación Histórica Regimiento Fijo de la Luisiana Española.



    Pero poco a poco la atención norteamericana fue desplazándose a otros frentes dejando la zona desprotegida cuando el 21 de Junio de 1779 España declaraba formalmente la guerra a Gran Bretaña. Para comienzos 1780 se empezaron a recibir informes de planes de ataque británico sobre San Luis, interrumpiendo de esa manera el transporte de ayuda y dejando el flanco oeste de los rebeldes y el norte de los españoles muy vulnerables. Los británicos una vez consiguieran su objetivo seguirían hacia el Sur para recuperar las posiciones perdidas ante el genio militar de Bernardo de Gálvez. Para ello desde febrero del mismo año se había ido reclutando en Canada una fuerza compuesta en su mayoría por “indios menominees, siux, sacs y fox que se uniría al regimiento británico en la desembocadura del río Wisconsin” además de a una pequeña milicia de comerciantes y criados. En total sumaban unos 750 hombres bajo el mando de Emanuel Hesse, que avanzaban hacia el Sur sumando cada vez más combatientes pero perdiendo el factor sorpresa, algo que parece que nunca existió pues ya antes de la ruptura de hostilidades Leyba sabía que más que a soldados ingleses se iba a enfrentar sus aliados indios. Y es que los exploradores y espías españoles eran fundamentales para Gálvez y Leyba.






    Figura 3 – San Luis y sus defensas.



    Aunque el militar español se había prevenido levantando, con su propio dinero y el de una colecta, una pequeña fortificación bautizada como Fuerte de San Carlos, esta distaba mucho de estar acabada no contando con sus cuatro torres completamente acabadas y mucho menos la muralla. Para colmo de males la salud de don Fernando empezó a degradarse alarmantemente pero ante lo apremiante de la situación hizo de tripas corazón y ordenó excavar dos trincheras que unieran las cuatro torres. Sin ayuda de Nueva Orleans los americanos le propusieron un contraataque para ayudarle, pero ya era tarde, el enemigo se aproximaba con 1200 hombres.
    300 soldados ingleses

    200 siux

    250 sacs

    450 indios de otras tribus


    Para enfrentarlos Leyba contaba con un total de 210 personas:

    2 barcos

    5 cañones (3 de 4 libras y 2 de 6 libras)

    21 soldados regulares

    39 milicianos

    150 milicianos de Santa Genoveva

    Estas últimas tropas llamadas de la vecina Santa Genoveva con alrededor de 150 hombres, todos ellos buenos tiradores serían muy importantes para los acontecimientos posteriores. Con el enemigo ya próximo don Fernando dispuso 20 combatientes al mando de Silvio Francisco Cartabona para proteger a mujeres y niños, distribuyó a sus hombres por las trincheras, ordenó colocar un cañón en una de las torres y en otra se dispuso a dirigir muy enfermo la defensa del pueblo. Tan calamitoso era su estado de salud que “no podía ni escribir una carta” pero encontró fuerzas para defender el pueblo tomando el mando de sus tropas.





    Figura 4 – Primer ataque sorpresa a San Luis.




    Finalmente el ataque tuvo lugar el 26 de mayo de 1780 en el que inicialmente el enemigo tomo por sorpresa a algunos colonos y esclavos en los campos de cultivo adyacentes, que intentaron ponerse a salvo, mientras la maestra de escuela Maria Josefa Rigauche armada con una pistola y un cuchillo hacia salidas para rescatarlos. Muy confiados por el éxito inicial, los indios e ingleses se lanzaron hacia el pueblo pero allí encontraron a 210 hombres en dos trincheras haciendo fuego muy vivo junto con los cañones. Con esa desagradable sorpresa los indios, ya muy asustados por la artillería, y los milicianos ingleses no estando acostumbrados al asalto de fortificaciones y terminaron cediendo en pocas horas ante la decisión y firmeza de los defensores gracias al buen mando de don Fernando de Leyba que dejaba ante todos sus últimas fuerzas dirigiendo a sus hombres.






    Figura 5 – Una de las torres y las trincheras.




    La derrota frustró de tal manera a los indios aliados ingleses que comenzaron a realizar sanguinarios ataques sorpresa aislados sin ningún tipo de beneficio militar, simplemente pura venganza destripando y desmembrando a los infelices que estaban a su alcance. Tal barbarie lleva a Leyba a “armar a toda la población, incluidas las mujeres“. Aunque se temía un segundo ataque los británicos optaron por retirarse ya que no podían contar con unos aliados que se hallaban fuera de control. El balance final para los atacantes se desconoce no así para los defensores cuyas bajas fueron casi todas civiles:

    22 muertos (7 esclavos)

    7 heridos (1 esclavo)

    70 prisioneros (13 esclavos)

    Dos semanas más tarde Leyba organizó una expedición de 100 hombres junto a 200 norteamericanos para perseguir a los atacantes, pero no encontraron rastro de un enemigo que había puesto pies en polvorosa. Ya moribundo don Fernando pudo enviarle el 20 de junio de 1780 su última carta a Gálvez en la que informaba de persecución conjunta y de la enfermedad que acababa con él. Dejaba a Cartabona a cargo de San Luis mientras su vida se extinguía sin remedio. Unos días más tarde, el 28 de junio de 1780, don Fernando de Leyba fallecía, siendo enterrado “el mismo día, frente al altar de la iglesia parroquial de la ciudad que había defendido de manera tan brillante“. Y gracias a ello el río Missisipi vía de aprovisionamiento de las colonias se mantendría seguro, al igual que los flancos españoles y norteamericanos, lo que sería en conjunto fundamental para el devenir de la independencia de los Estados Unidos de América. Al conocer la noticia de su muerte Gálvez le concedió a título póstumo el grado de teniente coronel, pues quedó profundamente impresionado por la fortaleza demostrada por Leyba hasta sus últimos momentos, en los que cumplió más allá de lo exigible lo encomendado por él. Perdió todo lo que tenía, perdió a su mujer y finalmente su propia vida.

    En el año 1780, el 28 de junio, yo F. Bernad monje capuchino y misionero apostólico, cura de San Luis, condado de Ilinueses, provincia de Luisiana, obispado de Cuba, he enterrado en esta iglesia, inmediatamente opuesto a la balaustrada de la derecha, el cuerpo de don Fernando de Leiba, capitán de infantería del batallón de la Luisiana, y comandante de este puesto, habiendo recibido todos los sacramentos de nuestra Madre, la Santa Iglesia.







    Dedicado a mi queridísima Fina Berenguel González.





    Fuentes:


    Kristine L. Sjostrom investigadora independiente del NSDAR-España.Autora de una biografía de Fernando de Leyba y Córdoba.

    Archivo General de Indias, Archivo General de Simancas, Archivo Histórico Municipal de Antequera, Archivo Histórico Diocesano de Málaga, Iglesia de Nuestra Señora de los Remedios (Ceuta), Iglesia de Santa Maria de Gracia (Cartagena), Gazeta de Madrid.

    Indiana Historical Society, Missouri Historical Society, y New Orleans Archivo Notarial .

    Fernando de Leyba y Luis de Unzaga y Amezaga, 6 de junio de 1771, legajo 107 F. 247, Papeles de Cuba, Archivo General de Indias,Sevilla, España.




    ______________________

    Fuente:

    https://confederacinhispanica.wordpr...yba-y-cordoba/
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    Re: La independencia de los Estados Unidos y la contribución española

    #TeMostramos El retrato de Juan Manuel González de Cossío, conde de la Torre de Cossío, uno de los personajes más importantes de la Nueva España; fue el encargado de realizar el cobro de la ayuda prestada por la Corona española a las recién independizadas “trece colonias”, que dieron origen a los Estados Unidos de América, quienes admitieron su deuda, alegando que el pago se haría en especie, lo cual no fue aceptado por España que requería el pago en oro.

    Ante este hecho, la Corona decidió que los novohispanos solventaran este gasto a través del cobro de un impuesto extraordinario. Fue así como González de Cossío consiguió el dinero requerido; consciente por la injusticia cometida al virreinato, más tarde fue promotor de la Guerra de Independencia.

    Descubre más secretos de la #colecciónMNH en tu siguiente visita.

    Foto: Omar Dumaine







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    Re: La independencia de los Estados Unidos y la contribución española

    JUAN DE MIRALLES: BIOGRAFÍA DE UN PADRE FUNDADOR DE LOS ESTADOS UNIDOS

    Como anticipo de lo que será su próximo libro, tenemos el privilegio de publicar hoy un artículo de nuestro admirado amigo, el Dr. Salvador Larrúa-Guedes, que gentilmente nos ha remitido, y en el que glosa la figura histórica de Juan de Miralles, uno de los padres fundadores de los Estados Unidos de América; y la vital contribución española a la causa de esa independencia..





    "Nadie desconoce que la independencia de los Estados Unidos se logró con ayuda extranjera. Realmente parecía imposible que los rebeldes de las Trece Colonias pudieran vencer a la poderosa máquina de guerra de Gran Bretaña. En un enfrentamiento los ingleses tenían una ventaja enorme, porque Inglaterra era una de las potencias mundiales más fuertes, y la población del reino alcanzaba los once millones, frente a los dos millones y medio de colonos de Estados Unidos, un quinto de los cuales eran esclavos negros. La armada británica o Royal Navy era la mayor del mundo y casi la mitad de sus buques participaron inicialmente en el conflicto con los nacientes Estados Unidos. El ejército era una fuerza profesional bien equipada y entrenada; hacia el año 1778, llegó a tener cerca de cincuenta mil soldados estacionados sólo en Norteamérica, a los cuales se añadieron 30.000 mercenarios alemanes en el transcurso de la guerra.

    En cambio, los rebeldes tenían que empezar de cero. El Ejército Continental contaba con menos de cinco mil efectivos permanentes, apoyados por unidades de las milicias estatales de diferentes tamaños. En la mayoría de los casos estaban mandados por oficiales inexpertos y no profesionales. George Washington, el comandante en jefe, sólo había sido coronel de un regimiento en la frontera de Virginia y carecía de experiencia en combate. No sabía nada de mover grandes masas de soldados y nunca había dirigido un asedio a una posición fortificada. Muchos de sus oficiales habían salido de las capas medias de la sociedad: había posaderos convertidos en capitanes y zapateros en coroneles, como exclamó, asombrado, un oficial francés. Es más, “sucede con frecuencia que los colonos preguntan a los oficiales franceses qué oficio tienen en Francia”. No es de extrañar, pues, que los británicos pensaran que el ejército insurgente no era “más que una banda despreciable de vagabundos, desertores y ladrones” incapaces de rivalizar con los casacas rojas de Su Majestad. Tan grande parecía la diferencia entre ambos ejércitos, que un general británico llegó a decir que con mil granaderos podía “ir de un extremo a otro de Norteamérica y castrar a todos los hombres, en parte por la fuerza y en parte con un poco de persuasión”.

    Esto significa que los rebeldes norteamericanos dependían del apoyo que pudieran recibir del exterior para conquistar la independencia de las Trece Colonias, y con esta victoria echar a andar la hermosa Constitución que ha servido de garantía para que nunca desaparezca de la faz de la tierra y se mantenga, en este país, el gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo.

    El apoyo vino de Francia y de España. Francia aportó todo un ejército que llegó a sumar 10.000 hombres, el apoyo de su Armada y grandes financiamientos. España hizo lo mismo, y en realidad mucho más, pero no se habla de la ayuda española. Parece como si Washington y sus tropas mal armadas y desentrenadas sólo hubieran contado con el apoyo de los franceses.





    El apoyo de España fue enorme. Los dominios españoles de América compartían una larga frontera con los Estados Unidos. A través de Nueva España y Luisiana, se podía enviar socorros directos a Washington. La isla de Cuba, situada apenas a 90 millas de la Florida, era una inmensa base de operaciones desde donde se podían lanzar grandes ataques a los territorios británicos de Norteamérica, y La Habana contaba con un astillero donde se reparaban y artillaban los barcos de la recién nacida escuadra norteamericana. De Cuba iban a salir, además, docenas de corsarios que

    iban a dañar definitivamente el comercio inglés con norte y sur América. Por otra parte, las colonias españolas tenían grandes agrupaciones de tropas, sobre todo en Nueva España, en Cuba y en Luisiana, que podían intervenir y efectivamente intervinieron en la guerra.

    Sin embargo, no se habla de la colaboración española. En los textos escolares no se menciona. Los textos oficiales de historia la minimizan, si es que la mencionan…

    Imaginemos que España no hubiera dado su aporte a la independencia de los Estados Unidos. Supongamos una España neutral porque Carlos III decidiera no intervenir y no declarara la guerra a Gran Bretaña en 1779. ¿Qué hubiera sucedido entonces? ¿Qué habría pasado sin las iniciativas de Bernardo de Gálvez? ¿Sin la ayuda que dio el Conde de Aranda en forma de suministros y armamentos? ¿Sin participación de Francisco de Saavedra, que ayudó a obtener en La Habana los financiamientos que hicieron posible la victoria de Yorktown? ¿Si el rey Carlos III no hubiera nombrado a Juan de Miralles como su delegado y agente diplomático extraordinario y plenipotenciario ante el Congreso Continental?

    ¿Si el Almirante español Luis de Córdova no hubiera apresado dos grandes escuadras inglesas en aguas europeas, una de 75 y otra de 26 embarcaciones, que suman 101 en total? ¿Si los españoles no hubieran retenido miles de soldados ingleses en Gibraltar y Centroamérica, que no podían lanzarse contra Washington?

    ¿Si una corriente ininterrumpida de armamentos, artillería, bayonetas, pólvora, municiones, tiendas de campaña, uniformes, medicinas y provisiones de boca y de guerra no hubieran nutrido y pertrechado a los voluntarios de Washington a través de La Habana y Nueva Orleans? ¿Si los agentes españoles no hubieran alzado a los indios aliados lanzándolos contra la retaguardia de los destacamentos ingleses o emboscando los convoyes de armas y municiones? ¿Si toda la extensión del imperio español en América no hubiera asegurado por tierra las fronteras de Norteamérica impidiendo cualquier maniobra de los ingleses?

    ¿Si la retaguardia de los rebeldes no hubiera quedado protegida por la costa del golfo al sur y por el Mississippi al oeste, que fueron tomadas por Bernardo de Gálvez, que conquistó los fuertes ingleses de Manchac, Panmure, Natchez, Fort Bute, Mobila y Pensacola movilizando 7,000 soldados de los regimientos de España y de Cuba? ¿Si el Mar de las Antillas hubiera sido controlado por los ingleses, y las grandes islas españolas de Cuba y Puerto Rico, alejadas de la contienda, no hubieran colaborado con los rebeldes norteamericanos? ¿Si España no hubiera tomado Manchac, Natchez, Panmure, Fort Bute, New Richmond, Baton Rouge, Mobila y Pensacola? ¿Si el Mariscal de Campo Cajigal no hubiera tomado las Bahamas y ocupado New Providence? ¿Si los corsarios españoles y cubanos no hubieran destruido el comercio y los suministros apoderándose de miles de barcos mercantes británicos, más de 3500 mercantes ingleses apresados durante la contienda? ¿Si el reino de España y sus colonias de la isla de Cuba, la Luisiana y Puerto Rico no hubieran puesto en acción miles y miles de combatientes, y sus escuadras para luchar contra Inglaterra por tierra y por mar?





    Las respuestas son tajantes y no admiten réplica. Definitivamente, Francia y Estados Unidos no hubieran ganado la guerra. George Washington, sus congresistas y sus generales, sólo con el apoyo de los franceses Lafayette, Rochambeau, el caballero de Luzerne y y el Conde De Grasse, el
    alemán Von Steuben y el polaco Tadeusz Kosciuszko; no hubieran obtenido la victoria final. Hacía falta el coraje de los Mariscales de Campo Bernardo de Gálvez y de Juan Manuel Cajigal, los barcos de la Armada Real al mando de los Almirantes Luis de Córdova y José Solano, los trabajos de retaguardia realizados por Francisco Rendón y Francisco Bouligny, y no podía faltar la red de agentes de Juan de Miralles y sus gestiones personales, o la astucia de Fray Antonio de Sedella y el apoyo de Diego Gardoqui, ni la solidaridad de los comerciantes de La Habana que en seis horas completaron más de un millón de libras tornesas para que se pudieran pagar tropas y suministros y vencer en la batalla de Yorktown, con una suma de dinero que bastaba para sostener durante cuatro meses un ejército de 5.000 hombres, ni el flujo constante de material de guerra y de dinero que España hizo llegar a los voluntarios y las milicias de Washington.

    En este libro se ha utilizado una copiosa bibliografía pero su mayor valor histórico reside en la base documental, además de documentos procedentes de Archivos españoles y cubanos, además de documentos inéditos, desconocidos hasta el presente, que aclaran muchos aspectos y desecan lagunas que han quedado como interrogantes o como afirmaciones escasamente fundadas en historias anteriores, además de ofrecer nuevas informaciones.





    El resultado es el relato de la vida de un hombre que puso todo el poder de su inteligencia, toda la energía de su espíritu, la fuerza de su cuerpo e incluso su vida y su fortuna personal, para que los rebeldes norteamericanos pudieran alcanzar la victoria, y las grandes razones que tuvo para ello: la lealtad a su Patria, España, el afecto a sus grandes amigos norteamericanos, a los que entregó incluso su fortuna, y el deseo de derrotar al sempiterno enemigo inglés, al que combatió siguiendo el ejemplo de sus padres y abuelos.

    Esta obra presenta, sobre todo, una verdad incontrovertible: la ayuda de España y sus colonias fue imprescindible para que las Trece Colonias conquistaran su independencia. Y en gran parte, esa ayuda dependió de un solo hombre: Juan de Miralles Traillon, el valioso agente del rey Carlos III ante el Congreso Continental y el propio George Washington, quien fue un personaje fascinante, un hombre clave que supo crear condiciones, coordinar acciones, y que por sus esfuerzos, sacrificios, disponibilidad y servicios más que extraordinarios, debe tener un sitio propio entre los Padres Fundadores de esta gran nación.

    Sin embargo, en los Estados Unidos sólo existió un hombre capaz de valorar la dimensión completa de Juan de Miralles, y este hombre fue un ser humano de talla excepcional llamado George Washington, su gran amigo, quien en todo momento dio pruebas indiscutibles de su agradecimiento y de su inmensa amistad.

    Sea este libro un acto de justicia, para Juan de Miralles y su amadas Patrias, España y Cuba, que sus páginas den cuenta de la verdad histórica y ayuden a conservar el recuerdo de sus hechos heroicos en este país que en gran medida fue libre por su esfuerzo, para futura memoria."



    Dr. Salvador Larrúa-Guedes

    En Miami, Florida, 9 de junio de 20





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    Fuente:

    http://salondeltrono.blogspot.mx/201...n-padre.html16
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  6. #6
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    Re: La independencia de los Estados Unidos y la contribución española

    Gibraltar, la deuda pendiente de la independencia de Estados Unidos

    La devolución de la colonia era condición para que España entrara en la guerra. La batalla que se perdió para nuestro país sirvió para ganar la contienda para EE.UU.




    Benjamin Franklin - ABC



    JOSÉ MARÍA LANCHO Madrid

    27/03/2017 01:03h - Actualizado: 27/03/2017 01:03h. Guardado en: Cultura


    La idea de que la independencia de Estados Unidos dependió en una medida importante de hispanos y de la ayuda económica y militar de España ha sido, y resulta aún, una conclusión difícil de aceptar para buena parte de la ideología oficial de Estados Unidos. Lo mismo que Gibraltar era parte del precio. Es significativo que en 200 años los Estados Unidos no hayan sido capaces de desarrollar, con todos los recursos de la ciencia historiográfica, un detalle correcto de la participación hispánica en su proceso de nacimiento.

    Sin embargo, sin ayuda exterior masiva los colonos norteamericanos no habrían obtenido la independencia de los Estados Unidos. Al menos no se habría conseguido en el momento en que se produjo y con el protagonismo de Washington, Franklin, Jefferson, Adams o Paine los caracteres que la concibieron en origen, dando lugar a la república que ahora conocemos.


    El dominio del mar

    ¿Habría bastado sólo la ayuda francesa para lograr la independencia? Los datos del conflicto son la más eficaz refutación de esta idea: la alianza entre la rebelión americana y el Reino de Francia carecía de dos ingredientes fundamentales para producir la independencia de las colonias: cantidad suficiente de plata y el dominio del mar. Gran Bretaña era una manzana demasiado grande para la Francia de entonces. Hasta la entrada de España los datos son concluyentes y el Reino de Francia (y la rebelión americana) pasan por una situación crítica, como corrobora el número de buques destruidos y capturados franceses, la escasa dimensión de los posibles combates y sus resultados, la incapacidad de dotar de una asistencia adecuada a sus aliados, la ruina muy importante y poco analizada hasta ahora del comercio marítimo francés asolado por el corso…

    En ese momento y en esas circunstancias ayudar a los rebeldes americanos no parecía ningún buen negocio. Además, España limitaba con Inglaterra en 5 continentes, a través del mar… Un conflicto con ese país sería necesariamente mundial y aquella situación amenazaba con repetir los desastres de la Guerra de los 7 años en que La Habana, Manila y Florida fueron saqueadas por fuerzas británicas.


    Armas españolas

    Sin embargo, Carlos III de España no se mantuvo neutral nunca en este conflicto. Financió desde el primer momento a los rebeldes, los protegió en su territorio, les abrió sus puertos y les dio acceso a sus arsenales. Como investigador, tengo la certeza de que parte de las armas que se dispararon en Lexington por los rebeldes, donde nació la guerra de independencia americana, fueron españolas, proporcionadas a Jeremiah Lee. Otro de los aportes españoles fundamentales fue el desmantelamiento de todas las posibles alianzas británicas en Europa comenzando con Portugal, el tradicional aliado inglés, a Prusia y Rusia.

    Oficialmente, España, antes de la guerra, ofertó su mediación imponiendo un reconocimiento de facto de la independencia de Estados Unidos bajo la protección española y francesa con una tregua, muy similar en su concepto a la de los 12 años entre España y las provincias rebeldes holandesas (1609). El Tratado de Aranjuez (15 de abril de 1779) con Francia vinculó finalmente a España con una guerra que no podrá cerrar ningún acuerdo sin que se concierte la independencia de Estados Unidos (artículo 4) y ambas partes se comprometieron a no deponer las armas, ni hacer tratado alguno de paz, o suspensión de hostilidades, sin que hubieran obtenido respectivamente la restitución de Gibraltar para España y la libertad de fortificación de Dunquerque para Francia. Esta propuesta era congruente con el pacto secreto acordado entre los norteamericanos y Francia para que esta última pudiese acomodarse con España. El último esfuerzo británico de apartar a España de la guerra fue la oferta de Gibraltar por el Comodoro Johnson, jefe de la escuadra británica en Lisboa en 1779.

    Las colonias americanas sin recursos, sin industria, sin fuerza naval considerable, poco y mal armadas se dieron cuenta que una mera dimensión local del conflicto les era insostenible frente a Inglaterra. El imprescindible teatro europeo fue posible gracias a algunas de las mentes más valiosas de Norteamérica que lo entendieron así y se desplazaron al viejo continente para que el conflicto fuera global.


    Batallas decisivas

    Por eso en Europa se libraron algunas de las más decisivas batallas de aquella guerra: la guerra económica que tanto debe a España, Francia y Holanda y que desbordó la capacidad financiera del Reino Unido, la de los mares europeos y las plazas de Gibraltar y Mahón. Aquellas fueron algunas de las batallas más sangrientas, duras y costosas de toda la guerra de independencia de Estados Unidos. Batallas invisibles ahora en los libros de historia pero no lo vivieron así los norteamericanos de aquella época.

    De hecho, una de las apuestas estratégicas de Benjamin Franklin fue crear una armada de corsarios desde Europa para enfrentar al comercio y los suministros británicos. Varios de aquellos buques corsarios norteamericanos, y con el protagonismo del gran John Paul Jones, padre de la marina de ese país, concebían la lucha por Gibraltar como parte fundamental de la guerra común. No sólo actuaron cerca del Estrecho sino que Jones, además de dificultar el abastecimiento de la plaza, concibió e intentó interrumpir los movimientos de la flota inglesa del báltico por su directa conexión con los abastos a Gibraltar, afirmando que, de haber sido respaldado por el intermediario francés Chaumont, «la bandera española ondearía rampante en Gibraltar». Todo ello, por supuesto, bajo la supervisión y dirección de Benjamin Franklin. El asalto de Gibraltar y Mahón obligó a Gran Bretaña a destinar una inmensa cantidad de recursos económicos y militares para mantener ambas plazas. Cualquiera de las tres expediciones para abastecer Gibraltar por Inglaterra podría haber desequilibrado el balance de fuerzas en América septentrional, impedido la derrota de Yorktown o asegurado el control para Inglaterra del territorio de Nueva York hasta Canadá.


    Incapacidad de Inglaterra

    El historiador británico Piers Mackesy no dudó de que fue la incapacidad de Inglaterra de dominar el mar lo que posibilitó la independencia. En ese sentido, Gibraltar desvió la atención de recursos que podrían haber permitido el dominio del mar por Inglaterra y que habrían permitido que incluso el general Clinton se enfrentase con éxito a Washington impidiendo que la batalla de Yorktown se hubiera sucedido.

    En Gibraltar combatieron más ingleses que en la batalla de Saratoga y casi los mismos que en la de Yorktown. Los costes de mantener la defensa de la plaza fueron ingentes, y hay que tenerlo en cuenta cuando la batalla de Yorktown nunca habría sucedido sin que España no hubiera financiado en esa ocasión a las tropas francesas y a las propias americanas y, desde luego, a la propia flota francesa.

    En la pugna por Gibraltar son muchas las expresiones de respaldo de George Washington, Thomas Payne, el mismísimo Benjamin Franklin, el admirable John Adams, incluso su esposa Abigail... Confiaban en que la toma de Gibraltar acabaría definitivamente con la guerra.

    Sin embargo, España no consiguió la toma de Gibraltar y la dura negociación por la paz exigió, por su parte, el sacrificio de la exigencia de Gibraltar. La batalla que se perdió para España sirvió para ganar la guerra para los Estados Unidos.





    Franklin ayudó a diseñar la toma de la colonia

    Benjamin Franklin recibió el empleo de coronel y adquirió experiencia militar antes de la guerra de indepedencia americana. Además de impulsar y coordinar el corso norteamericano, recuperó su papel de científico para lograr una idea que permitiera tomar la fortaleza de Gibraltar, y se sabe que se le dotó de mapas al efecto. Franklin prestó su inteligencia para elaborar planes de toma y conquista de Gibraltar incluso antes de la entrada en guerra de España contra Inglaterra. Este hallazgo es transcendental para demostrar que la conquista de Gibraltar fue una propuesta de los aliados (Francia y los rebeldes norteamericanos) para que España se decidiera a entrar en la guerra.

    La toma de Gibraltar fue el mayor debate militar de los filósofos del XVIII. Se conserva correspondencia de Franklin con importantes ingenieros que le sometían sus inventos y esperaban su intermediación para la toma de la fortaleza de Gibraltar. De hecho, pocos saben que los hermanos Montgolfier idearon el globo con vistas a la toma de Gibraltar, siendo su primera prueba poco después de la firma de la paz, con la asistencia de Franklin.

    Por eso no tardó en presentarse el globo en Madrid. Franklin mantuvo siempre su proximidad con esta cuestión y llegó a intimar con el duque de Crillon, que comandó las fuerzas españolas y francesas en la toma de Mahon y en el intento de toma de Gibraltar.



    ______________________

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    Gibraltar, la deuda pendiente de la independencia de Estados Unidos
    ReynoDeGranada y Vainilla dieron el Víctor.

  7. #7
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    Re: La independencia de los Estados Unidos y la contribución española

    La ayuda española a la independencia de los Estados Unidos sale del olvido

    Inaugurada en Bilbao la exposición "La memoria recobrada", organizada por Iberdrola, que rescata el desconocido pero importante papel de la monarquía hispánica en la Revolución americana





    Manuel Trillo - @manueltrillo Bilbao

    28/03/2017 01:30h - Actualizado: 28/03/2017 18:49h. Guardado en: Cultura


    Pese a que Francia ha pasado a la Historia como la gran aliada de los rebeldes norteamericanos, España contribuyó de manera tan decisiva o más a que lograran su independencia de Gran Bretaña. Desde el principio, envió armas, munición, medicinas y paños, así como ayuda financiera, y proporcionó refugio a sus barcos. Es más, mientras que los franceses participaron con 5.000 hombres, España envió a América más del doble, 11.000, aunque la gloria se la llevaron los galos al estar junto a George Washington en la célebre batalla de Yorktown de 1781, en la que los británicos fueron derrotados.

    La exposición «La memoria recobrada. Huellas en la historia de los Estados Unidos», que se inauguró este lunes en la planta 25 de la Torre Iberdrola de Bilbao, pretende saldar esa deuda con la historia y rescatar del olvido «el poco conocido papel que jugó la Monarquía española en la independencia» de «la primera potencia mundial», explica el comisario de la muestra, el experto en Historia Militar José Manuel Guerrero Acosta.





    La componen más de 200 piezas, entre obras de arte, documentos, mapas, trajes, miniaturas y escenificaciones, procedentes del Museo del Prado, el Museo Naval, el Wandsworth Atheneum Museum of Art de Connecticut, el Lázaro Galdiano de Madrid y el de Bellas Artes de Bilbao, entre otras colecciones públicas y privadas.

    Los accionistas de Iberdrola podrán visitar la exposición desde este martes, 28 de marzo, y estará abierta para el público general entre el 10 de abril y el 2 de julio.


    Ayuda encubierta

    Pero, ¿por qué ese desconocimiento de la contribución española? Guerrero apunta, en primer lugar, la fuerte influencia de la «herencia anglosajona» en el relato oficial de la historia de EE.UU., así como el hecho de que los españoles no hayan sido «buenos publicistas» de su propio pasado y no hayan contado bien lo que hicieron en Norteamérica.



    «Francia no tenía nada que perder, pero España sí y se lo pensó más. Antes quería estar segura de que podíamos ganar la guerra»

    José Manuel Guerrero Acosta, comisario de la exposición


    Guerrero Acosta recuerda que se trataba de «una ayuda encubierta», ya que «la Corona no quería que se supiera que ayudábamos a los revolucionarios norteamericanos por miedo a que se extendieran esas ideas a sus provincias americanas». Tampoco deseaba que los británicos se enterasen de que los españoles prestaban ayuda a los revolucionarios antes de la declaración de guerra, que no llegó hasta 1779. «Francia no tenía nada que perder, pero España sí y se lo pensó más, porque antes quería estar segura de que podíamos ganar la guerra», señala el comisario.Este secretismo, apunta, «ha hecho muy difícil que se pudiera investigar y demostrar las cantidades de los suministros que se enviaron».




    Escrito de 1776 del conde de Aranda en el que detalla la ayuda a los colonos- M. T.


    No obstante, la verdad se va abriendo paso. En la exposición figura la copia de un escrito de 1776 del conde de Aranda, embajador español en París en la época, que demuestra la ayuda a los colonos prácticamente desde el estallido del conflicto. En él se detallan a qué se dedicaban «los dos millones de libras tornesas destinados por ambas Cortes para auxiliar a las colonias inglesas de América». Por ejemplo, especifica, a enviar 216 cañones de bronce, 12.826 bombas y 30.000 fusiles con sus bayonetas.

    El comandante en jefe del Ejército Continental y después primer presidente de EE.UU., George Washington, pidió la ayuda española, porque «solo con el apoyo de Francia no podía haber ganado la guerra», asegura a ABC Elizabeth Wise, regent del Capítulo Español de las Hijas de la Revolución Americana, organización que colabora en la muestra. Pieza clave fue el comerciante bilbaíno Diego María de Gardoqui, a quien Carlos III encargó secretamente el envío de suministros y dinero de 1777 a 1783 a través de su compañía marítima. Gardoqui sería el primer embajador en EE.UU.


    Recorrido por la exposición

    “La memoria recobrada” está dividida en cinco espacios. El primero de ellos está dedicado al Siglo de las Luces, en el que tiene un marcado protagonismo Carlos III, el monarca ilustrado en cuyo reinado se enmarca la ayuda de España a los sublevados en Norteamérica, así como las reformas que impulsó. En este capítulo también se pueden observar aspectos de la sociedad de la época, como sus modas, las tertulias o los salones de baile. Se incluye un traje original de embajador utilizado por Diego María de Gardoqui, un bilbaíno clave para hacer llegar la ayuda española a la independencia americana.



    «Washington pidió ayuda a España porque solo con el apoyo de Francia no podía haber ganado la guerra»

    Elizabeth Wise, regent del Capítulo Español de las Hijas de la Revolución Americana


    La segunda sección se titula “Tiempo de tempestades” y aborda cómo la Revolución se encuadraba dentro de un conflicto internacional más amplio. En este sentido, Francia declaró la guerra a Inglaterra en 1778, al año siguiente se sumó España y en 1780, Holanda. En ese contexto, la exposición recuerda que la Corona española intentó recuperar Gibraltar y Menorca. En este espacio se muestra una animación digitalizada del enorme cuadro “La muerte del general Mercer en la batalla de Princeton”, de John Trumbull, perteneciente al Wandsworth Atheneum Museum.Se incluye también la “Descripción de las provincias de América” del conde de Aranda, embajador en París y gran impulsor de la ayuda española a la independencia de los Estados Unidos. Así mismo, hay un retrato del almirante José Solano, a cuyas órdenes se encontraba el convoy que trasladó a 11.000 soldados a América, una obra que procede del Museo Naval de Madrid. Además, se expone otra obra de Ferrer-Dalmau, “Por España y por el Rey, Gálvez en América”, que representa al que fue gobernador de Luisiana, el malagueño Bernardo de Gálvez, dirigiendo a sus tropas en el asedio a Pensacola en 1781. Junto al lienzo, se exponen mapas originales de aquella operación.





    La tercera parte, “Paz y guerra en la mar”, reconoce la importancia de la navegación comercial y de la guerra naval en el siglo XVIII. Se muestran en ella documentos del Archivo General de Simancas y del Archivo de Indias, así como objetos cotidianos de los marinos conservados en el Aquarium de San Sebastián.

    En esta sección se exhibe por primera vez también un nuevo cuadro del pintor de batallas Augusto Ferrer-Dalmau, “Pabellones hermanos”, que se ha encargado expresamente para este evento y que refleja la olvidada conquista de Bahamas a los británicos por una fuerza combinada de españoles y norteamericanos.

    Así mismo, un óleo de Rafael Monleón y Torres procedente del Museo Naval recoge una batalla entre barcos españoles y británicos, mientras que la dura vida en el mar queda reflejada en un cuadro de Antonio de Brugada procedente del Prado, “Naufragio de un galeón”, y la llegada de navegantes, comerciantes y suministros para la Revolución a la otra orilla del Atlántico es el motivo de “La costa de Beverly”, un paisaje de John Frederick Kensett del Wandsworth Atheneum Museum.




    La exposición muestra trajes y costumbres de la época de la Revolución americana- ABC


    La cuarta sección sigue la pista de las huellas vascas en América, desde aquellos que llegaron en busca de bancos de pesca y ballenas a las costas de Terranova, en la actual Canadá, a los jugadores de cesta punta que popularizaron el jai alai en Florida, pasando por los vaqueros y leñadores que se instalaron en los estados montañosos del oeste. En este espacio se muestra el testamento del ballenero Echaniz, fallecido en la península del Labrador en diciembre de 1584 y conservado en el Archivo Histórico de Protocolos de Guipúzcoa, que, según los organizadores de la muestra, es probablemente el documento escrito más antiguo de Canadá.

    Completa la exposición una quinta sección, “La luz de un siglo”, que recoge aspectos de la historia de Iberdrola y de Avangrid, su filial en Estados Unidos. Se presenta como un enlace entre el Siglo de las Luces, el XVIII, y “La luz de un siglo”, el XX.




    ABC


    Abierta al público general desde el 10 de abril

    El presidente de Iberdrola, Ignacio Galán, ha inaugurado este lunes la exposición "La memoria recobrada. Huellas en la historia de los Estados Unidos", dentro de la Semana del Accionista, que concluirá este viernes con la celebración de la Junta General de la compañía en la capital vizcaína.

    Galán señaló que, con la organización de esta muestra, Iberdrola quiere “contribuir a recuperar la profunda huella que los españoles –y los vascos en particular– han dejado en los Estados Unidos a lo largo de su historia, especialmente durante su nacimiento”.

    Los accionistas de la compañía podrán visitar la muestra desde este martes, 28 de marzo, y estará abierta para el público general entre el 10 de abril y el 2 de julio.

    En esa línea, Iberdrola ofrece también en el atrio del centro Azcuna de Bilbao la composición audiovisual “Elevated Projection”, del artista holandés Edwin van der Heide. Se trata de una instalación de luz y sonido que juega con la arquitectura del espacio, a la vez que crea nuevas estructuras y experiencias en su interior. Forma parte de la serie LSP (Laser Sound Performance), donde Van der Heide explora la relación entre el sonido y la imagen tridimensional, jugando con proyecciones láser sobre humo.




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  8. #8
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    Re: La independencia de los Estados Unidos y la contribución española

    "PABELLONES HERMANOS" (FERRER-DALMAU):

    Acaba de presentarse el último cuadro de Ferrer-Dalmau, "Pabellones hermanos", en el que muestra dos fragatas de la flota hispano-estadounidense que llevó a cabo la conquista de Jamaica y las Bahamas en 1782, en el contexto de la Guerra de la Independencia de EEUU contra los británicos. Una de las pocas veces en la que estos dos aliados lucharon juntos.






    https://www.facebook.com/15980661837...type=3&theater
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  9. #9
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    Re: La independencia de los Estados Unidos y la contribución española

    Regimiento Español fijo de Luisiana 1781, Batalla de Pensacola

    Oleo sobre lienzo -Medida 61x50 cm

    Bernardo de Gálvez tenía bajo su mando a 7.800 hombres de los soldados más veteranos de España como el batallón fijo de Luisiana, los regimientos del Rey, la Corona y el Príncipe, el Real Cuerpo de Artillería, los regimientos España, Soria, Navarro, Guadalajara, Mallorca, Navarra, Aragón, voluntarios de Cataluña y Toledo, el batallón fijo de La Habana, y los tres regimientos de casacas rojas de la famosa brigada irlandesa de España, los regimientos Hibernia, Irlanda y Ultonia más un pequeño grupo de patriotas norteamericanos.







    https://www.facebook.com/j.ferre.cla...type=3&theater









    RECONQUISTA ESPAÑOLA

    Nueva obra - Oleo sobre lienzo 60x46 cm.

    Momentos del asalto de los Granaderos Españoles con el apoyo de los Milicianos de la Habana, consiguiendo la decisiva victoria del ejército Español sobre los casacas rojas de la Gran Bretaña en el fuerte George.

    Guerra de la Independencia de los Estados Unidos cuando Los españoles bajo el mando de Bernardo de Gálvez, recuperaron la Florida Occidental en 1779 tras las batallas de Baton Rouge, Fuerte Charlotte, San Fernando de Omoa y Mobila y la Florida Oriental tras la célebre victoria en la batalla de Pensacola (marzo-mayo de 1781).






    https://www.facebook.com/j.ferre.cla...type=3&theater
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  10. #10
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    Re: La independencia de los Estados Unidos y la contribución española

    La olvidada conquista de Bahamas en la que España y EE.UU. combatieron juntos a los británicos

    Augusto Ferrer-Dalmau rescata en su nuevo cuadro, «Pabellones hermanos», la única ocasión de la Guerra de la Independencia en la que españoles y norteamericanos lucharon mano a mano y que reafirmó el apoyo hispano a los rebeldes




    «Pabellones hermanos», de Augusto Ferrer-Dalmau


    Manuel Trillo - @manueltrillo Madrid

    27/03/2017 01:03h - Actualizado: 27/03/2017 10:34h. Guardado en: Cultura


    Augusto Ferrer-Dalmau se ha hecho de nuevo a la mar. El pintor de batallas por excelencia ha recreado sobre el lienzo la conquista de las Bahamas en 1782, una acción naval en la que españoles y estadounidenses combatieron mano a mano para arrebatar el archipiélago a los británicos. Se trata de un episodio poco conocido tanto a uno como a otro lado del Atlántico y, salvo una pequeña escaramuza cerca de San Luis de Illinois, del único de la Guerra de la Independencia en el que barcos de España y los rebeldes norteamericanos lucharon juntos.

    La nueva obra de Ferrer-Dalmau, titulada «Pabellones hermanos» y realizada una vez más con el asesoramiento en los aspectos náuticos por el escritor Arturo Pérez-Reverte, es un encargo para la exposición «La memoria recobrada. Huellas en la historia de los Estados Unidos», que acogerá próximamente la Torre Iberdrola de Bilbao.



    «Es importante que los americanos sepan que los españoles apoyamos su independencia»Augusto Ferrer-Dalmau


    A juicio del pintor catalán, es importante mostrar la aportación de España la Revolución americana y que «los españoles y los propios americanos sean conscientes de que apoyamos su independencia», asegura a ABC.
    Nunca hasta ahora se había reflejado en un cuadro la conquista de Bahamas y Augusto Ferrer-Dalmau considera que era algo de lo que merecía la pena dejar constancia.





    Españoles y americanos, contra Gran Bretaña


    Habían pasado ya siete años desde que los colonos americanos encendieron en 1775 la chispa de la revolución con los primeros disparos contra los casacas rojas en torno a un puente de Concord, cerca de Boston. Al año siguiente, en Filadelfia, el Segundo Congreso Continental habían declarado la independencia de trece colonias británicas en Norteamérica.

    Aunque en un principio no de manera abierta, España se había ido decantando del lado de los sublevados, proporcionándoles ayuda en forma de dinero, mantas y municiones, pero también brindándoles el paso franco por el río Misisipi –que España controlaba al poseer la Luisiana- y con acciones militares que tuvieron una importancia decisiva.

    A lo largo de la guerra de la Independencia, los españoles habían dado una serie de golpes que minaron las posibilidades de las tropas del Reino Unido de doblegar a los rebeldes. El gobernador de Luisiana, el militar malagueño Bernardo de Gálvez, se había hecho con el control de los fuertes británicos en la zona baja del Misisipi y había arrebatado Mobila (hoy Mobile, en Alabama) y Pensacola (en la costa del golfo de México del actual estado de Florida).


    [Consulta La olvidada historia de los españoles en Estados Unidos, en diez hitos]


    Después de tres años de guerra contra Gran Bretaña, tanto en América como en Europa, España se dispuso en abril de 1782 a hacerse con el archipiélago de las Bahamas, en manos de la pérfida Albión. En aquel momento, Gálvez se encontraba en Santo Domingo preparando el asalto a otra posesión británica en el Caribe, la isla de Jamaica, por lo que el capitán general de Cuba, Juan Manuel de Cajigal, pidió a varios buques norteamericanos que se encontraban anclados en La Habana que ayudaran a escoltar el convoy que iba a trasladar a la infantería española.

    Para la expedición, la Armada española solo pudo utilizar lanchas cañoneras, pequeñas embarcaciones de transporte y la fragata San Antonio, ya que la mayor parte de los buques se encontraban ocupados en otras operaciones. En cuanto a los estadounidenses, contaban con la fragata South Carolina, pagada por Francia y al mando del marino Alexander Gillon, de Carolina del Sur. En total, se juntaron medio centenar de embarcaciones, que transportarían a unos 3.000 soldados de infantería y diversas piezas de artillería. Los norteamericanos servirían de guías a través de los temidos canales de Bahamas, llenos de peligrosos arrecifes y que ellos conocían como la palma de su mano.





    Mapa de Bahamas- Cortesía del Centro de Mapas Norman B. Leventhal de la Boston Public Library


    La escuadra combinada se presentó el 23 de abril de 1782 ante Nassau, en la isla de Providence. Las fuerzas españolas, gracias a la infantería y la artillería, tomaron el islote de Hogh, desde el que tenían a tiro la ciudad, y Cajigal exigió al gobernador, John Maxwell, que rindiera la plaza. Tras un tira y afloja de varios días, en los que hubo intercambio de disparos y de negociaciones, los británicos capitularon el 8 de mayo, izando la bandera blanca sobre el fuerte Montagu.



    «La conquista de las Bahamas ayudó a conseguir la derrota británica en América»José Manuel Guerrero Acosta


    La victoria de españoles y norteamericanos en las Bahamas contribuyó a apuntalar la victoria de los rebeldes, que después de los descalabros de los redcoats en Pensacola y en Yorktown en 1781, ya tenían el viento a favor. «Fue una acción que ayudó a conseguir la derrota británica en América, en la zona del golfo de México y el Caribe», señala el comisario de la exposición «La memoria recobrada», el experto en Historia Militar José Manuel Guerrero Acosta. En 1783 el Tratado de París pondría fin a la guerra y reconocería definitivamente la independencia de las trece colonias de Gran Bretaña.El óleo «Pabellones hermanos» muestra el momento en el que las fragatas española y norteamericana navegan en paralelo a su llegada frente a Nassau, mientras son cañoneados desde la costa por los británicos, cuyas balas levantan penachos de espuma al impactar sobre las aguas. En este caso, las aguas tienen «un color esmeralda, más caribeño» que en otros cuadros de escenas navales y «la luz es diferente», explica el pintor.





    Exposición «La memoria recobrada» en la Torre Iberdrola de Bilbao



    La exposición «La memoria recobrada. Huellas en la historia de los Estados Unidos», organizada en el marco de la Semana Iberdrola, que concluirá el próximo viernes con la celebración de la Junta General de la compañía eléctrica en la capital vizcaína, busca acercar al público la poco conocida contribución de la monarquía hispánica a la formación de los Estados Unidos de América, poniendo el foco además en la inmigración de los vascos en Norteamérica.

    Comisariada por José Manuel Guerrero Acosta, está compuesta por más de 200 obras de arte, documentos, mapas, trajes, miniaturas y escenificaciones, procedentes de museos como el Wadsworth Atheneum Museum of Art, el Prado, el Lázaro Galdiano de Madrid o el de Bellas Artes de Bilbao y de colecciones privadas.






    ______________________

    Fuente:

    La olvidada conquista de Bahamas en la que España y EE.UU. combatieron juntos a los británicos

  11. #11
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    Re: La independencia de los Estados Unidos y la contribución española

    Placa homenaje en San Luis de Illinois (EEUU) al protagonista de la novela "La llave olvidada", don Fernando de Leyba por su heroica defensa de la ciudad. Aquí en España sigue siendo desconocido.





    https://www.facebook.com/lalibertadd...315515/?type=3
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  12. #12
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    Re: La independencia de los Estados Unidos y la contribución española

    Escritor

    El español que frenó a 1.500 ingleses e indios

    El escritor y policía nacional Cristóbal Tejón lleva a la literatura con La llave olvidada, la vida de Fernando de Leyba, subalterno de Bernardo de Gálvez


    alfonso vázquez 09.03.2017 | 00:04



    Cristóbal Tejón, esta semana con su nueva novela, en el fuerte de San Felipe, en La Línea. La Opinión



    Con sólo 20 soldados, De Leyba defendió la ciudad de San Luis frente al ejército británico y los indios.

    «Cuando investigué la vida de Bernardo de Gálvez me llamó mucho la atención el que los ingleses no atacaran la retaguardia local desde el norte, desde Canadá», confiesa Cristóbal Tejón.

    Este policía nacional, nacido en la Línea en 1979 aunque con las raíces familiares en Fuengirola, reunía documentación para La libertad de los valientes, la novela histórica sobre Bernardo de Gálvez que publicó a finales de 2014, cuando se topó con la respuesta: Fernando de Leyba y Córdoba (1734-1780).

    Los ingleses no pudieron atacar a Gálvez por la retaguardia porque en mayo de 1780 los frenó este militar nacido en Ceuta, aunque descendiente de una conocida familia antequerana. Y lo hizo con sólo 20 soldados y una escueta milicia ciudadana en San Luis –la que hoy es capital del estado norteamericano de Misuri– frente a 1.500 efectivos entre soldados británicos, indios y comerciantes franceses deseosos de hacerse con el comercio de pieles de la zona.

    La hazaña, desconocida para muchos los españoles, la cuenta en La llave olvidada, su nueva novela histórica, que acaba de publicarle la editorial Alhulía.

    «Me gusta escoger historias interesantes e inéditas», cuenta el autor, que comenzó escribiendo novela negra porque, como reconoce, «al ser policía nacional y además judicial, tengo un material literario tremendo; de hecho he estado en sitios que la gente suele ver en las películas». Por eso, su primera novela tuvo como protagonista el narcotráfico en el Estrecho y la segunda, la Operación Algeciras, en plena Guerra de las Malvinas, el frustrado plan de un comando argentino de sabotear en el Estrecho los barcos de guerra británicos.

    Y estando en una firma de libros, cuenta que alguien le habló de Bernardo de Gálvez, «al que no conocía, como la gran mayoría de los españoles, y de ahí su contacto con la asociación malagueña Bernardo de Gálvez para conseguir documentación.

    Para escribir La llave olvidada, ha contado con la asesoría en cuestiones militares del general Alberto Ruiz de Oña y en el aspecto histórico, con la ayuda de Martha Steinkamp, Carolina Crim y sobre todo, con la de la investigadora norteamericana afincada en Sevilla Kristine Sjostrom, que lleva 12 años rescatando la figura de este militar. Cristóbal Tejón quiere reconocer la generosidad de esta investigadora, «porque aceptó muy bien el proyecto y además, ilusionada porque ha visto el producto final».

    Fernando de Leyba fue nombrado en 1778 por el propio gobernador de Luisiana Bernardo de Gálvez, gobernador del alto Misisipi, con capital en San Luis. Y en la primavera de 1780, «con 20 soldados regulares y una milicia, prácticamente de población francesa, poco preparada», frenó a los ingleses, que no pudieron tomar la ciudad, explica Cristóbal Tejón.

    Leyba estuvo al frente de los 20 soldados, en una torre defendida con cañones, mientras que hizo construir una empalizada de madera alrededor de la ciudad, resguardada por la milicia. Los británicos se retiraron. Leyba, que luchó enfermo, «murió días después de agotamiento».

    Cristóbal Tejón confía en haber puesto, con La llave olvidada, un nuevo grano de arena en la difusión del papel de España en la independencia de los Estados Unidos. Primero con Bernardo de Gálvez, ahora con Fernando de Leyba.




    ______________________

    Fuente:

    El español que frenó a 1.500 ingleses e indios - La Opinión de Málaga
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  13. #13
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    Re: La independencia de los Estados Unidos y la contribución española

    Estados Unidos logró su independencia gracias a donativos de españoles en América

    Las Hijas de la Revolución Americana rescatan los listados de miles de ciudadanos de Nueva España que contribuyeron con dinero de su bolsillo a financiar la guerra de Carlos III contra Gran Bretaña, que fue clave para la victoria de las 13 colonias




    Escena de la toma de Pensacola, en «Por España y por el Rey, Gálvez en América», de Augusto Ferrer Dalmau


    Manuel Trillo - @manueltrillo

    Madrid 23/04/2017 02:41h - Actualizado: 23/04/2017 16:21h. Guardado en: Cultura


    Sin la ayuda de España, la independencia de los Estados Unidos de América tal vez no habría sido posible. Su papel clave en la victoria de los sublevados ha quedado históricamente orillado en favor del protagonismo de Francia, pero documentos olvidados durante siglos en los archivos demuestran que los ciudadanos de a pie de lo que fue Nueva España aportaron dinero de su propio bolsillo a través de «donaciones» para costear la guerra que Carlos III declaró a los británicos en 1779 y que sería fundamental para el triunfo de los revolucionarios.

    La organización de las Hijas de la Revolución Americana está recopilando y sacando a la luz los listados de los miles de contribuyentes, detallados con nombres y apellidos y la cantidad exacta donada por cada uno, que arrimaron el hombro en el enfrentamiento con los británicos en América.





    Registro de donativos


    En esos registros quedó plasmado, negro sobre blanco, el esfuerzo contante y sonante realizado no solo por la Corona, sino también por los particulares que sufragaron los cuantiosos gastos de un conflicto del que se beneficiarían los rebeldes de las 13 colonias británicas.

    «Ya está documentada la ayuda de España en armas, munición, mantas o dinero, pero estos donativos voluntarios por parte de los habitantes de Nueva España estaban totalmente olvidados», asegura a ABC Molly Long, regent honoraria del Capítulo Español de las Hijas de la Revolución Americana, que lidera desde 1998 la titánica labor de rescatar en archivos de distintos países estas aportaciones ciudadanas, desconocidas más allá del círculo de los historiadores.

    Su origen está en una real cédula, con fecha del 17 de agosto de 1780, en la que Carlos III requería «que todos sus vasallos libres de América contribuyan por una vez y en calidad de donativo» a sostener «los gastos de la presente guerra» contra Gran Bretaña. Se trataba, según Su Majestad, de «poder sostener con vigor y decoro los exorbitantes gastos» que acarreaba un conflicto desatado por «los continuados insultos de la nación inglesa». En concreto, pedía un peso a los nativos y mestizos y dos a los españoles.

    En realidad, aunque el donativo tenía el adjetivo de «voluntario» o «gracioso», estaba «intrínsecamente vinculado al concepto de lealtad a la Corona», lo que significaba que «para un vasallo resultaba una especie de obligación el contribuir al bien común de la monarquía, en este caso específico a las necesidades impuestas por la guerra anglo-española», matiza a ABC la historiadora y paleógrafa colombiana Natalia Silva Prada, investigadora independiente en la Biblioteca del Congreso de EE.UU.




    Las Hijas de la Revolución Americana, en su afán por difundir la historia común de EE.UU. y España y de sumar a su organización a descendientes de españoles que contribuyeron de una u otra forma a la causa de la independencia, se propusieron hace ya casi 20 años, de la mano de Molly Long, rastrear a aquellos ciudadanos de Nueva España que ayudaron en la lucha contra los británicos en Norteamérica.

    La investigación empezó pronto a dar frutos. Una de las integrantes de las DAR, Harriet Hardin McCallum, reunió en 2001 la información contenida en cartas y documentos originales de entre 1779 y 1785 que recogían las contribuciones a la causa de la Revolución en Nuevo México, entonces parte de Nueva España. En su compilación, revisada en 2005, incluía las listas del presidio de Santa Fe, en el actual estado de Nuevo México, y de San Carlos de Cerrogordo, en Parral, México.


    Un gran hallazgo en México

    Las DAR siguieron buscando en registros de otros estados de EE.UU., como Arizona y Texas, pero dieron solo con otras tres o cuatro listas. El siguiente gran hallazgo llegó hace menos de dos años en México DF, en el Archivo General de la Nación. Molly Long y su hermana Anthony –miembro del Capítulo de Houston de las DAR–, se dirigieron en junio de 2014 a este depósito documental situado en el Palacio Negro de Lecumberri, antiguamente una siniestra prisión. Allí estuvieron durante cuatro días consultando legajos y fotografiando documentos. «Había páginas y páginas, estábamos como locas», recuerda Long.




    Elizabeth Wise, regent del Capítulo Español de las Hijas de la Revolución Americana (izquierda), y Molly Long, regent honoraria e impulsora de las búsqueda de documentos de los españoles que donaron dinero a la guerra en Norteamérica- Inma Flores


    Las Hijas de la Revolución Americana

    Las Daughters of the American Revolution, con 185.000 miembros, es una organización fundada en 1890 por descendientes de los que lucharon por la independencia de EE.UU. para promover el patriotismo, la educación y el conocimiento histórico.

    Para convertirse en una daughter, se exige una rigurosa acreditación documental de la participación de sus ancestros en la causa de los antiguos colonos frente a Gran Bretaña.

    En España, las DAR buscan difundir la historia común de los dos países, pero también están tratando de sumar nuevos miembros que desciendan de españoles que, de una u otra forma, contribuyeran a la independencia del país. Con ese objetivo, los listados de los donantes para la guerra de 1779 que están recuperando en los archivos están siendo digitalizados para que el público pueda consultar sus antepasados y comprobar si participaron en la causa de la Revolución.

    En los listados quedaron reflejadas una por una las aportaciones, con la identificación del donante y del pueblo, la hacienda o el presidio de donde procedían. La mayoría son de uno y dos pesos, lo que el rey pedía a sus vasallos, pero también aparecen cantidades mayores. En la lista del pueblo de Tuxcacuesco (Jalisco), firmada por el teniente general José de Cárdenas, se recoge que un ciudadano llamado José Matías Michel, su hacienda y sus vecinos donan 42 pesos.




    Real cédula de 1780


    Pero la cifra más alta en este documento es la correspondiente a la jurisdicción de Quaxtitlán, donde «se juntaron doscientos pesos cuya memoria el apoderado que acompañó la cuenta de la matrícula se la llevó para, por ella, seguir otra matrícula y no la volvió», precisa. En cambio, José de Cárdenas señala que de la Hacienda San Antonio, de don Agustín Michel, no recibió «nada por estanquillero de cigarros», aunque aclara: «Dice lo entregó en Autlán al estanquero».

    En total, el entonces virrey de Nueva España, Martín de Mayorga, logró reunir 843.474 pesos en estas donaciones populares entre 1781 y 1784, según recoge un estudio sobre la financiación de la guerra contra Gran Bretaña publicado en 2007 por el profesor Carlos Marichal, del Colegio de México. No obstante, a estas contribuciones habría que añadir otros recursos, como 1.655.415 pesos aportados por comerciantes acaudalados en 1781, dos millones más por el Tribunal de Minas y el gremio de comerciantes y 523.376 adicionales entregados por el monopolio del tabaco.

    Buena parte de estas cantidades, según Marichal, se destinaron a «las exitosas campañas de Bernardo de Gálvez para recuperar Florida y consolidar el control español sobre Luisiana, en particular en Nueva Orleáns y su entorno».

    Pero sirvieron también para pagar a las tropas francesas que lucharon junto a George Washington contra los británicos en la decisiva batalla de Yorktown y a la flota del almirante De Grasse, que tuvo una participación fundamental en ese triunfo al bloquear la salida al mar de los hombres del marqués de Cornwallis. «Los fondos mexicanos enviados a Cuba contribuyeron indirectamente a la victoria militar más importante de las trece colonias contra los británicos en 1781», afirma este especialista.


    Memoria hispana recobrada

    Molly Long visitó el pasado mes de octubre el Archivo General de la Nación de Colombia, aunque allí le indicaron que la parte de los fondos que podría contener documentos sobre la historia de la contribución española a la independencia de EE.UU. se trasladó a la Real Academia de la Historia, en Madrid, que será su próximo objetivo.


    «En archivos de partes de Nueva España que ahora son EE.UU., hay muchos documentos por descubrir»Molly Long, regent honoraria de las Hijas de la Revolución Americana


    No obstante, hay tarea pendiente en otros lugares. «Creemos que en muchos archivos que no han sido investigados todavía en partes de Nueva España que ahora son EE.UU., como Arizona o Colorado, hay muchísimos documentos todavía por descubrir», asegura Long.La regent honoraria de las Hijas de la Revolución Americana subraya que «hispanos que viven en la parte de Nueva España que ahora es EE.UU., como Texas, Arizona, Colorado o Nuevo México, son descendientes de los que lucharon o eran soldados en esa zona y que no volvieron a España, sino que se quedaron allí y formaron familias, y no saben la historia que tienen».





    ______________________

    Fuente:

    Estados Unidos logró su independencia gracias a donativos de españoles en América
    Última edición por Mexispano; 24/04/2017 a las 04:00
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  14. #14
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    Re: La independencia de los Estados Unidos y la contribución española

    «Es completamente falso que España llevara a cabo un genocidio de indígenas en América»

    «España contraataca: De la deuda española de Estados Unidos con Bernardo Gálvez» (Edaf) explica la gesta desinterasada del gobernador de Luisiana y la Corona en la independencia de las Trece Colonias y la victoria frente a los británicos



    RODRIGO ALONSO - @abc_historia Madrid

    07/08/2017 10:14h - Actualizado: 08/08/2017 02:06h. Guardado en: Historia


    El apoyo prestado por España a la causa de la independencia de los Estados Unidos es un claro ejemplo de aquellos hechos históricos que han pasado de puntillas al memorando colectivo, siendo despreciado -así como olvidado- inexplicablemente por aquellos que se beneficiaron de la sangre y el oro que la corona puso al servicio de la causa colonial.

    La gloriosa labor de las tropas españolas -dirigidas por el gobernador de Luisiana, Bernardo de Gálvez- ha sido apartada a un lado en beneficio de la ayuda francesa. Un apoyo esquivo hasta el desastre del ejército de Burgoyne (gran derrota de unas tropas experimentadas como las británicas ante un contingente neonato), momento en que vieron que las posibilidades de victoria de las Trece Colonias aumentaban. A esto debemos sumarle un «Continental Army» que carecía de los arrestos y la experiencia para derrotar a Gran Bretaña.




    El autor hispanoamericano Pablo Victoria- Twitter


    La acción del gobernador malagueño y sus fieros soldados llevó a la destrucción de no pocas fortalezas británicas situadas en torno al río Missisipi. Al mismo tiempo, se hizo con el control de la importante plaza de Mobile -a pesar de haber perdido varios hombres y navíos en el camino debido a una tempestad- y logró la victoria de las tropas españolas en la memorable toma de Pensacola. Batalla en la que hizo gala de un coraje y una determinación propios de los más insignes héroes de la historia patria.

    El antiguo senador colombiano y economista Pablo Victoria se ha propuesto con su nueva obra «España contraataca: De la deuda española de Estados Unidos con Bernardo Gálvez» (editado por «Edaf» este 2017), mostrar al lector las brillantes y desprendidas acciones llevadas a cabo por la Madre Patria en defensa de los intereses de aquellos que, a posteriori, las arrojaron al olvido.


    1. ¿Hasta qué punto influyó la toma de Pensacola en la independencia de las Trece Colonias?


    Esa batalla la llevó a cabo Bernardo de Gálvez con la intención de ayudar a los independentistas coloniales. Fue mucho más importante para la independencia que la labor de Lafayette, que era muy joven, se daba infulas que no cumplían con la realidad y no fue un buen militar.

    Washington y Lafayette, además, llevaban una mala racha de derrotas e incluso estuvieron a punto de destituir al primero por mal general.

    La batalla de Pensacola fue definitiva porque finalmente los ingleses comprendieron que, teniendo a Bernardo de Gálvez en frente, no iban a lograr mantener sus colonias. El español les había abierto un segundo frente del que Washington se benefició muchísimo.

    Ya la victoria en Georgetown -gracias al bloqueo de la bahía por navíos franceses- hubiese sido sumamente complicada sin los fondos que les envió la Corona española desde Cuba, Puerto Rico y Veracruz.
    Sin dinero y sangre española dificilmente se hubiese alcanzado la independencia de aquellos territorios que más tarde formaron Estados Unidos.




    «España contraataca: De la deuda española de Estados Unidos con Bernardo Gálvez»- Edaf



    2. ¿Cuáles eran las razones de las reticencias de Francia a entrar en guerra abierta contra Gran Bretaña?

    En principio había un pacto de familia entre los borbones. De ese modo se acordó que España y Francia declararían en el mismo momento la guerra a Gran Bretaña.

    Francia, al sentirse un poco fuerte, la declaró primero traicionando el pacto que había entre las dos naciones. Esto obligó a España a hacer lo mismo. Aun así Inglaterra llegó a ofrecer a Carlos III la restitución de Gibraltar (ocupada en 1704 durante la Guerra de Sucesión) a cambio de que no entrase en guerra contra ellos en las colonias.


    3. ¿Estaba creando España un peligroso precedente al ayudar a liberar las Trece Colonias debido a que contaba con las posesiones de ultramar?


    Una de las dudas que tenía España era que ponía en peligro sus provincias de ultramar (que no colonias) en el Caribe y Sudamérica. Esa fue una de las razones por las que España se lo pensó mucho, pero Bernardo de Gálvez siguió luchando contra los ingleses y hostigándoles en el Missisipi. Fueron sus acciones las que precipitaron la entrada en guerra contra los británicos.


    4. ¿Por qué cree que desde Estados Unidos o Francia no se menciona nunca el papel que jugó España en la liberación de estas colonias británicas?


    España perdió la batalla de la propaganda. Los españoles nunca le han hecho propaganda a sus acciones, a sus méritos o a sus conquistas. Esto es debido a un complejo que ha desarrollado a lo largo de los años, especialmente a partir del Desastre del 98, con la pérdida de Cuba, Puerto Rico y las Filipinas.

    Francia en la famosa exposición de París sacó unos cinco volúmenes alabando la acción del Marqués de Lafayette, cuando prácticamente no tuvo acción alguna en la contienda.


    5. ¿Cuáles son las razones de fondo para que en España e Hispanoamerica no se conozcan bien las gestas que llevaron a cabo estos destacados personajes?

    La razón fundamental es el anteriormente mencionado tema de la propaganda. Además de la existencia de ese espíritu izquierdizante y denigrante de parte de la política hispanoamericana, que se han dedicado a hablar mal sobre la conquista y la obra civilizadora de España en ultramar.

    Lo que hicieron es enseñar a los niños en los colegios que desde España se había llevado a cabo un genocidio monstruoso en América y que se había matado a muchísimos indios. Dicha afirmación es completamente falsa, no hay ni rastro de verdad en esa teoría.


    6. ¿Cómo valoraría el conocimiento que tiene la sociedad de su tradición histórica y sus raíces culturales?

    La historia civilizadora de España es casi totalmente desconocida para los propios españoles. Se debe realizar una labor investigadora para reorientar a la juventud y que la población se sienta otra vez orgullosa. No solo de ser española, sino de ese magnífico imperio que se extendía por el mundo entero, que ofreció educación a muchísima gente, que fundó hospitales, colegios... Cosa que ni los ingleses, ni los portugueses, ni los holandeses hicieron jamás en sus posesiones coloniales.


    Simón Bolívar comenzó expropiando a todos los españoles y criollos que no estaban de acuerdo con la independencia Pablo Victoria



    Se hace imprescindible conocer este pasado y es una lástima que no haya la voluntad política para hacer una gran comunidad de naciones hispanas unidas. El peso institucional que tendríamos en el mundo -en producto interior bruto- sería mucho más importante que el de Estados Unidos. A diferencia de Inglaterra lo que se cultivó en América fue el odio hacia España. Fue auspiciado por los grandes revolucionarios como Bolívar o San Martín, los cuales estuvieron apoyados por Inglaterra (que cobró venganza).


    7. Uno de los hechos históricos más desconocidos en relación a las independencias en Hispanoamérica fue el incremento de los malos tratos a los que se sometió al indígena.


    Sí, y a relación de esto, una de las primeras acciones que se llevaron a cabo en Nueva Granada fue la expropiación de las tierras de los indios que estaban protegidas por las leyes españolas. Al tratarse de una república igualitaria los indios no podían tener privilegios.


    «Es una lástima que no haya la voluntad política para hacer una gran comunidad de naciones hispanas unidas»Pablo Victoria



    Fueron los grandes oligarcas criollos los que se quedaron con estas tierras expropiadas, y es allí donde se origina la pobreza de los indígenas. Al carecer de tierras, estos se vieron en la necesidad de servir como mano de obra barata en condiciones muy cercanas a la esclavitud.Lo que ocurrió en Venezuela fue absolutamente devastador. Este chavismo que sufren los venezolanos proviene de Simón Bolívar, que comenzó expropiando a todos los españoles y criollos que no estaban de acuerdo con la independencia. Estos polvos vienen de aquellos barros.


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    Fuente:

    «Es completamente falso que España llevara a cabo un genocidio de indígenas en América»

  15. #15
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    Re: La independencia de los Estados Unidos y la contribución española

    “Espero que Ceuta sepa recoger el guante y valore la importancia que tiene”

    A. Ramos Caravaca | 25/02/2018 | Cultura y Tradiciones, Noticias
    )






    Su último libro, ‘La llave olvidada’, se presentará el próximo martes, 27 de febrero, en el Casino Militar de Ceuta l El protagonista del libro es el héroe ceutí Fernando de Leyba

    Policía de profesión, Cristobal Tejón descubrió en la escritura una “válvula de escape” para todas esas situaciones extremas que vivía en su trabajo. Desde 2009 ya ha publicado cinco títulos, pasando de la novela negra a la histórica.

    Ahora se encuentra inmerso en la investigación y documentación para dar repercusión a todos esos héroes españoles que participaron en la Guerra de Independencia de los Estados Unidos y cuyo reconocimiento no se ha producido.

    Es el caso de Fernando de Leyba, ceutí de nacimiento y protagonista de su último libro, ‘La llave olvidada’, donde relata la heroica batalla que gestó y que sí le concedió el prestigio al otro lado del charco.


    –¿Cómo llega usted hasta la historia de Fernando de Leyba?

    –En una firma de libros un señor me comentó que había un malagueño, Bernardo de Gálvez, que tenía una ciudad en es Estados Unidos que tenía su nombre. Investigo el tema y con asombro veo que Estados Unidos consigue su independencia de Inglaterra gracias, en muy gran medida, a la ayuda española. A mí nadie me lo había contado. En ese momento me sorprendió, me lo tomo como algo personal el escribir esta historia y me meto en el nacimiento de los Estados Unidos. Escribo una novela sobre Bernardo de Gálvez y durante la documentación leo en un pequeño párrafo ‘Fernando de Leyba y la defensa de San Luis de Illinois’. Este hombre lo que hizo fue que con 29 soldados defendió la ciudad de San Luis de Illinois de un cuerpo del ejército inglés formado por casi 1.500 soldados. Fue una heroicidad de tal tamaño que, por supuesto, tenía que tener una novela. Lo que más rabia me daba es que nadie nos lo había contado, que han pasado 200 años y estos personajes estaban olvidados.


    –Ha escrito el libro junto con otra investigadora.

    –Estos temas han estado solapados, toda la información la habrán tenido algunos historiadores cogiendo polvo y sobre todo en el Archivo de Indias. Cuando empecé a documentarme, porque este tipo de novelas necesitan un rigor histórico para no perder la credibilidad, había muy poco escrito sobre este personaje y lo que había, en la mayoría de las ocasiones, era erróneo. Me puse en contacto con Kristine Sjostrom para ver si quería compartir su información. Ella es norteamericana nacida en Sevilla, me comentó que sí, que adelante, que estaba dispuesta a participar de este proyecto con el fin de dar a conocer al personaje. Ella ha estado investigando a esta persona durante años, lo conocía muy bien.


    –¿Quién es Fernando de Leyba y por qué era necesario hacerle este libro?

    –Fernando de Leyva fue preso de las circunstancias. Él era un soldado, un capitán español destinado a Norteamérica. Lo destinan a San Luis de Illinois, en principio, cuando aún España no entraba en la guerra. Llega en 1778 y españa entra en guerra, apoyando a George Washington, en 1779 y la guerra le coge y cumplió con su deber hasta las últimas consecuencias. Perdió a su mujer, luego murió después de la batalla porque enfermó cuando murió su mujer, es una historia triste y él fue preso del destino y de las circunstancias. Cuando empieza la guerra, los ingleses quieren atacar a España. Desde el norte, desde el Canadá inglés, ellos bajan y Fernando de Leyba cumplió con su deber, como buen soldado español, y defendió la ciudad a capa y espada y además de una forma heroica. Los ingleses pensaban que eso iba a ser un paseo militar con 1.500 soldados.


    –¿Cuál fue su papel en la Guerra de Independencia?

    –Fue importantísimo. Fue una acción efímera, la defensa duró un día, el 26 de mayo de 1779, pero es como esa pequeña cuña que sostiene un gran andamio. Con esta victoria, lo que consigue Fernando de Leyba es evitar que los ingleses bajen por el Misisipi y ataquen a Bernardo de Gálvez por la retaguardia, porque hubiera sido un desastre. Y por otro lado, los soldados de George Washington mantiene el río Ohio bajo su dominio y eso sería muy importante para el tema de avituallamiento de las tropas sublevadas. Si el río Misisipi hubiera sido tomado por Inglaterra, las treces colonias hubieran estado envueltas por los ingleses y hubiera sido un desastre mayúsculo.


    –¿Cree que no se le da el reconocimiento adecuado a este personaje?

    –La participación española ha estado solapada durante más de 200 años. En España muy poca gente conocía esta participación y muchísimo menos a Fernando de Leyba y Fernando de Gálvez y otros capítulos que voy a escribir en otros libros. Cuánta gente ha pasado por aquí en esta vida y han desconocido por completo esta participación. Hay que tener en cuenta que el ciudadano hispano en Estados Unidos ha sido siempre un ciudadano de segunda, pero en los últimos tiempos han cogido cargos políticos de relevancia, en la universidades… Han ido prosperando y esto hace que ellos se preocupen por sus raíces. Se ha dado la circunstancia de que hay un movimiento tanto en EEUU como en España que lo que hacemos es dar a conocer esa historia que ha estado olvidada.


    –Es policía de profesión, ¿de dónde le viene esta faceta de escritor?

    –A mí siempre me ha gustado leer, cuando eres policía siempre tienes experiencias extremas. Por un lado la lectura y por otro estas situaciones y experiencias, pues hacen que comience a escribir. Empiezo a escribir novela negra hasta que me entero de esta participación española en la independencia, hasta que me lo tomo como algo personal. Este capítulo de nuestra historia es tan interesante y no concebía que en los libros de historia no se hiciera referencia.


    –Ha publicado ya cinco libros, ¿se ve dejando la placa por la pluma?

    –Actualmente he compartido jornadas históricas con escritores de renombre como Santiago Posteguillo, Javier Sierra, José Luis Corral, José Calvo Poyatos… Son maestros y todos siguen trabajando. Yo pienso que si te gusta lo que haces, no es un trabajo realmente, porque te gusta. Yo tengo dos hobbies, el de la policia y el de la escritura, no me los tomo como un trabajo. La escritura es para mí una válvula de escape.


    –Presenta el libro en Ceuta, ¿qué acogida espera?

    –Lo único que espero es que Ceuta sepa recoger el guante y valore la importancia que tiene Fernando de Leyba, porque hablando con gente de Ceuta, es un completo desconocido allí. Nadie lo conoce. Ni una calle tiene, porque ha sido un completo desconocido. Mi deseo es que Ceuta conozca al persona, lo valore y trabaje para promocionarlo y difundirlo.





    ______________________________________

    Fuente:


    https://elfarodeceuta.es/cristobal-t...a-importancia/

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    Re: La independencia de los Estados Unidos y la contribución española

    La huella de España en la Independencia de Estados Unidos


    16/10/2013. Presentación del libro 'La huella de España en la Independencia de Estados Unidos: la Real Armada', de Martha Gutiérrez-Steinkamp.


    Contenido bajo licencia Creative Commons "Atribución- no Comercial-SinDerivadas 2.0 Genérica"





    https://www.youtube.com/watch?v=wmRa...ature=youtu.be

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    Re: La independencia de los Estados Unidos y la contribución española

    La marcha olvidada con la que el Imperio español arrasó al ejército inglés en el Misisipi

    La exposición «Memorias recobradas» desembarca en abril en Nueva Orleans con el objetivo de mostrar la importancia de la Corona en la emancipación de las Trece Colonias durante el siglo XVIII

    El pintor de batallas, Augusto Ferrer-Dalmau, recrea en un nuevo cuadro el tortuoso viaje que acometió Bernardo de Gálvez con un ejército multicultural para conquistar las posiciones cercanas a Baton Rouge



    Manuel P. Villatoro

    @ABC_Historia

    Actualizado:26/03/2018 15:51h 43


    Como ya hicieron en el siglo XVIII los doce millones de reales de vellón que España envió a las Trece Colonias para combatir por su independencia, la exposición «Memorias Recobradas, España, Nueva Orleans, y el apoyo a la Revolución Americana» ha cruzado el Atlántico con el objetivo de recordar a Estados Unidos que la ayuda cedida por Carlos III a los políticos de las barras y estrellas fue más que determinante para que terminaran constituyendo una nación.




    «La marcha de Gávez»-AUGUSTO FERRER-DALMAU

    [Puedes ver el cuadro en una imagen grande aquí]



    La muestra, que contará con más de 200 obras de arte, mapas, trajes o miniaturas, será inaugurada el 21 de abril en el «Louisiana State Museum» de Nueva Orleans y buscará, además, homenajear a figuras como la del malagueño Bernardo de Gálvez. Un héroe entonces desconocido que (entre otras cosas) marchó a lo largo del Misisipi con un ejército formado en buena parte por hispanos para expulsar a los casacas rojas de la importante posición de Baton Rouge.





    Pieza de la exposición (busto de Washington)-L. M. GUERRERO



    Según desvela a ABC José Manuel Guerrero Acosta, comisario de la exposición, el principal objetivo de «Memorias recobradas» es revivir una epopeya olvidada. La de muchos españoles que se dejaron la vida por combatir en favor de una nación incipiente a la que, actualmente, es pertinente recordar que no siempre estuvo a la cabeza del mundo. En sus palabras, la muestra pretende ayudar al público local a familiarizarse con esta gran contribución olvidada de la Corona.

    A su vez, el responsable afirma que se ha elegido Nueva Orleans como sede porque fue un enclave determinante para nuestro país después de que el renqueante Imperio se posicionara del lado de las Trece Colonias y declarara la guerra a Gran Bretaña en 1779. No en vano, en esta urbe (cedida a España por los galos en 1764) se llegó a sentar el mismo Gálvez como gobernador. «Además, aprovechamos que este año se celebra el centenario de la fundación de la ciudad por parte de los franceses», explica.
    Cuatro espacios

    «Memorias recobradas» (expuesta hasta el pasado julio en la Torre Iberdrola de Bilbao) contará con cuatro espacios que permitirán a los visitantes conocer la colaboración entre norteamericanos y españoles. «El primero de ellos explica qué sucedía por entonces en la España de Carlos III. Eran tiempos de reformas y de ilustración», señala Guerrero. Con todo, y según el experto, esta primera toma de contacto con la muestra indagará también en «la presencia de nuestro país en América, en Florida, en Luisiana y en el sur de los Estados Unidos» antes del inicio de las hostilidades entre ambos imperios.

    Las dos salas siguientes abarcarán los cuatro años en los que se combatió al inglés en el Nuevo Mundo (de 1779 a 1783). «Se explican los antecedentes, los pormenores de la ayuda económica y militar que se envió y, finalmente, la actuación de los españoles más determinantes», completa. El cuarto, para terminar, repasará la importancia de España al otro lado del Atlántico desde el siglo XIX hasta la actualidad.


    Otros héroes


    Entre los personajes que serán rememoradas en las salas centrales, Guerrero destaca a Bernardo de Gálvez. Y es que, fue el primer oficial español que, una vez declarada la guerra contra Inglaterra, armó un ejército con el que marchó contra los británicos. «Luego acometería sus aventuras más conocidas como la toma de Pensacola», añade.

    Sin embargo, Guerrero también señala a otros grandes olvidados como el vasco Diego María de Gardoqui o el sevillano Francisco de Saavedra. La actuación de este último, de hecho, fue clave para que Estados Unidos venciera en la batalla de Yorktown (la misma en la que el líder británico Charles Cornwallis arrió la bandera). «Saavedra fue un enviado especial de Carlos III que se encargó de gestionar toda la ayuda económica. Sin embargo, se hizo famoso porque proporcionó mucho dinero (más de un millón de pesos) al ejército franco-estadounidense para que sus tropas combatieran en Yorktown», añade el comisario.


    Una marcha olvidada

    El 18 de mayo de 1779, un mes antes de que España informara oficialmente a Inglaterra del inicio de la guerra y cuatro años después de la declaración de independencia, el gobernador de Nueva Orleans Bernardo de Gálvez reunió un pequeño ejército con el que atacar los puestos defensivos que los británicos tenían en el Misisipi. Por aquellos días apenas disponía de unos pocos hombres del Batallón de Luisiana y algunos piquetes de otros regimientos.

    Sin embargo, su popularidad hizo que se unieran a este ínfimo contingente afroamericanos libres, indios chactás, canadienses y varios voluntarios norteamericanos. Aquel ejército multicultural se aventuró a través del Misisipi empujando lanchas cargadas con cañones para, semanas después, conquistar los fuertes de Manchac y Baton Rouge.





    Boceto del cuadro «La marcha de Gálvez»-AUGUSTO FERRER-DALMAU



    Aquella fue una marcha que ha sido olvidada pero que, casi tres siglos después, ha vuelto a la vida gracias al nuevo cuadro del pintor de batallas Augusto Ferrer-Dalmau. Un precioso lienzo que se convertirá en una de las piezas centrales de la exposición para, después, viajar a Washington y al Guggenheim Partners de Miami. «Es la primera vez que pinto nativos americanos y afroamericanos. Ha sido difícil porque me he tenido que documentar de forma exhaustiva sobre el equipo, la vestimenta y los peinados de los indios de la zona. Y lo mismo a sucedido con los civiles negros», explica el artista en declaraciones a ABC.

    En sus palabras, el resultado es una escena que muestra tanto las penalidades que sufrieron los hombres de Gálvez para llegar a su destino, como la camaradería que tenían los diferentes integrantes del contingente a pesar de proceder de lugares tan distintos.





    Detalle del cuadro «La marcha de Gálvez»-AUGUSTO FERRER-DALMAU



    Las penurias, en sus palabras, quedan reflejadas en pequeños detalles como un soldado con un tambor que no puede evitar caerse al agua debido a lo abrupto del terreno, o la cara de esfuerzo de dos miembros del contingente mientras tiran de una barca. «Fue horrible para ellos. Durmieron mal, apenas bebieron agua, sufrieron enfermedades de todo tipo...», indica.

    Con todo, el popular pintor (que ha sido asesorado durante el proceso de creación por los expertos Luis Sorando, el mismo Guerrero y los Voluntarios de Madrid) señala que, en este caso, la importancia de la pintura la toma el ambiente. «El centro del cuadro es el escenario, es lo que da dureza a la situación. Ningún personaje prima sobre el resto», completa. No obstante, desvela que hay dos sujetos que tienen un papel especial: Gálvez (que monta a caballo) y un indio (el personaje más emblemático de los Estados Unidos).




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    Fuente:

    La marcha olvidada con la que el Imperio español arrasó al ejército inglés en el Misisipi


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