Los Imperios no se construyen sólo con buenas palabras y caballerosos modales. Hay momentos en que perdidos a miles de km de la metrópoli, sin provisiones para volver, en unos barcos que hoy en día nos parecerían unos cascarones infectos, hay que tomar medidas enérgicas, hoy en día a nuestros cómodos ojos y estómagos, quizás acciones reprobables, en aquellos tiempos, simplemente una acción de guerra.
Creo que la historia expuesta no desmerece en absoluto la pericia como navegante y la grandeza de los portugueses generando nuevas rutas en el tráfico con oriente, que es de lo que se trata.
Marcadores