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Tema: Un documental descubre en Nueva Zelanda a los 16.000 descendientes de un español

  1. #1
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    Un documental descubre en Nueva Zelanda a los 16.000 descendientes de un español

    Un documental descubre en Nueva Zelanda a los 16.000 descendientes de un español


    La obra recibe el premio Barbara Anson

    Nadie sospechaba que en las antípodas, entre los maoríes de Nueva Zelanda, podría encontrarse una familia de origen español. Nada menos que 16.000 descendientes de un comerciante español llamado Manuel José, que llegó a aquellas tierras hace 200 años. Hoy los Paniora, que significa “españoles” en la lengua aborigen, reivindican su origen.
    El documental “Debajo de tus pies” que narra la historia de los Pandora ha recibido el Premio Bárbara Ansón de Documentales. En su página, dentro de la sección “Documental” puede verse un fragmento del mismo.

    http://www.hispanidad.com/completo.aspx

  2. #2
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    Re: Un documental descubre en Nueva Zelanda a los 16.000 descendientes de un español

    Esta nota ya tiene algún tiempo, pero da más detalles:




    DEBAJO DE TUS PIES

    Presentación

    Lugar: Club INFORMACION. Avda. Doctor Rico, 17- Alicante

    Presentación del documental





    ¿Nunca has pensado en atravesar la Tierra y ver lo que hay al otro lado? Lo que encontrarás puede que te sorprenda. Una comunidad maorí en una de las zonas más remotas de Nueva Zelanda late con sangre española sin que nadie lo sospeche

    INKO PRODUCCIONES S. L





    GUIÓN Y DIRECCIÓN

    ÁLVARO TOEPKE





    PRODUCTOR EJECUTIVO

    ÁNGEL SERRANO





    PROYECCIÓN DEL DOCUMENTAL «DEBAJO DE TUS PIES» DE ÁLVARO TOEPKE CÁCERES

    El director y guionista Alvaro Toepke Cáceres, y el productor Ángel Serrano Castellanos, intervienen este lunes en la proyección del documental «Debajo de tus pies»,. a las 20 horas, en el salón de actos del Club INFORMACION en Alicante (Avenida Doctor Rico,17). El acceso es libre.

    El film, de 54 minutos de duración parte del interés por descubrir qué hay en las antípodas del planeta Tierra. En un recorrido por Nueva Zelanda se adentran en la cultura de una comunidad maorí integrada actualmente por dieciseis mil personas que se denominan a sí mima los «paniora», que significa los españoles -una parte son descendientes de un marino español que hacia 1835 tuvo cinco esposas maoríes- que proclaman orgullosos unas raíces hispanas que mantienen vivas en sus fiestas, indumentarias, etcétera. Recientes pruebas de ADN y otros indicios históricos alimentan la hipótesis de que fueran españoles, no británicos ni holandeses, los primeros europeos que se asentaron en Nueva Zelanda y se mezclaron con la población aborigen.

    Junto a las instalaciones del Club, situado en la sede del diario INFORMACION en el polígono de San Blas en la ciudad de Alicante, existe un amplio aparcamiento para vehículos, gratuíto y público, al que se accede por la misma Avenida de Doctor Rico.







    UN DOCUMENTAL ALICANTINO SOSTIENE QUE NUEVA ZELANDA LA DESCUBRIERON ESPAÑOLES

    J.A.GIMÉNEZ

    Alguna vez se ha preguntado qué hay en el punto diametralmente opuesto del planeta respecto a, por ejemplo, su casa? Al director y guionista alicantino Álvaro Toepke Cáceres esta curiosidad le llevó a rodar el documental «Debajo de tus pies». Esta cinta fusiona tres historias que «inicialmente eran independientes», según explicó a este diario el realizador. La primera de ellas presenta a una comunidad maorí de Nueva Zelanda que se autodenomina los «paniora», que significa los españoles. Fue la periodista neozelandesa Diana Burns quien le comentó a Álvaro Toepke la existencia de este pueblo de 16.000 habitantes, todos ellos descendientes de «Manuel José», un marino segoviano y que conservan con orgullo sus raíces hispanas. Una realidad de la que «en España no se tenía ni idea», asegura. En un primer viaje, el alicantino contactó con esta comunidad y después regresó a España en busca de financiación para realizar un documental en el que, además, ha incluido «una curiosa polémica sobre el descubrimiento de Nueva Zelanda».

    Y es que la cinta aporta numerosos indicios, entre ellos el hallazgo en la zona de restos de barcos con maderas europeas, que defienden la tesis de que fueron españoles los primeros europeos en llegar a este país de Oceanía, algo rechazado por los historiadores anglófonos.

    El tercer vértice del documental gira en torno al concepto de las antípodas que, envuelto en un halo de misterio que siempre ha atraído la atención del ser humano, ha derivado hoy en el llamado «turismo de GPS», fenómeno que lleva a muchos viajeros a calcular y visitar el lugar exacto de la antípoda de su domicilio, «saber qué hay debajo de donde uno duerme al otro lado del planeta», indica Toepke.

    Una vez conseguida la financiación por parte de Canal Sur, el director volvió a Nueva Zelanda para rodar durante un mes a los descendientes del ballenero español que llegó a la isla a finales de 1.800 y que tuvo cinco esposas y ocho hijos. Una vez cada diez años, esta comunidad ?«que nadie se imagine a indígenas con taparrabos, son una sociedad muy bien avenida, hablan inglés y tienen coches 4x4», apunta Toepke? celebra una fiesta donde «recrean su herencia española con imaginación y un punto de surrealismo», explica el documentalista alicantino, pues en ella incorporan desde ponchos peruanos a sombreros mexicanos, entre otros falsos tópicos de «lo español». La llegada de los miembros del equipo de rodaje ?la antropóloga Francesca Cerbini, el cámara Aníbal Landázuri, el productor Ángel Serrano y el director Álvaro Toepke? fue todo un acontecimiento para esta población, que valora sobremanera sus orígenes y los transmite de generación en generación a través de la tradición oral. «El proceso de bienvenida formal requiere que el invitado se presente, explicando de dónde viene, cuáles son sus ríos y montañas, quiénes son sus ancestros... y luego hay que cantar algo propio de tu lugar. Nosotros preparamos la de ?Mediterráneo?, de Serrat», comenta el director de «Debajo de tus pies». La película de Toepke se ha presentado a varios festivales, ha despertado el interés del Canal Internacional de TVE y ahora se prepara una versión en inglés con más imágenes de España para distribuirla en Nueva Zelanda.
    http://www.clubinformacion.com/acto.jsp?pIdActo=1166

  3. #3
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    Re: Un documental descubre en Nueva Zelanda a los 16.000 descendientes de un español

    La tribu maorí de los Paniora se reúne con sus orígenes doscientos años después





    CRISTINA SANCHO/SEGOVIA

    Érase una vez 31 de enero de 1811 cuando en una mañana de Navidad nacía en Valverde del Majano Manuel José de Frutos Huertas en el seno de una familia trabajadora y humilde del municipio segoviano.

    Este podría ser el inicio de un cuento, pero esta historia forma parte de la vida real. Hace 200 años un valverdano viajó a Nueva Zelanda en busca de una nueva vida, donde trabajó como cazador de ballenas y comerciante «200 años después lo hemos devuelto en espíritu para descansar en su propio terreno, en lo que fue su hogar y su país» mencionaba George Clarke, representante de la saga.
    Érase una vez 31 de enero de 1811 cuando en una mañana de Navidad nacía en Valverde del Majano Manuel José de Frutos Huertas en el seno de una familia trabajadora y humilde del municipio segoviano.

    Una veintena de familiares de Manuel José, pertenecientes a la tribu maorí de los Paniora, llegaron en la mañana de ayer a Segovia ofreciendo cánticos y oraciones de agradecimiento.

    La familia Paniori está formada por más de 16.000 miembros y viven en la costa este del norte de Nueva Zelanda. Y es que Manuel José se casó con cinco mujeres con las que tuvo 9 hijos y más de 40 nietos. «Nosotros siempre hemos sabido que teníamos algo diferente y allí somos una tribu especial, Valverde estaba presente en nuestra villa en Nueva Zelanda, Valverde se llama muestra finca, un nombre que se ha ido trasladando de generación en generación y ahora hemos descubierto qué era», relataba Doug Katae, presidente del comité Paniora.

    Una visita cordial y emocionada que durará hasta el próximo 16 de agosto, coincidiendo con el desarrollo de las fiestas patronales del municipio. Pero para «el próximo 5 de enero la familia Paniora está preparando una gran fiesta neozelandesa-española donde por su puesto los valverdanos están invitados» explicó Doug Katae.

    Primeros contactos

    Para el embajador de Nueva Zelanda en España, Geoff Ward, «este es un momento histórico, momento en el que se inicia un gran vínculo entre Nueva Zelanda y España».

    Esta visita a España servirá además para «mantener un almuerzo de trabajo institucional con el fin de abrir al exterior el futuro de nuevo área empresarial Europa de Valverde del Majano», según comentó el alcalde del municipio, Rafael Casado.

    Durante su estancia en Valverde, la familia Paniora realizará varias rutas por la capital y la provincia, Riaza, Sepúlveda y Pedraza, y por las tardes, podrán disfrutar de las fiestas del municipio y de una gran fiesta nacional con toros, recortes y exhibiciones de caballos de las que ellos entienden bastante, y también ellos nos deleitarán con aspectos de su cultura», bromeaba el alcalde. Además comerán con sus familiares de Valverde y acudirán a una misa en la ermita de La Aparecida.

    http://www.nortecastilla.es/prensa/2..._20070808.html

  4. #4
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    Re: Un documental descubre en Nueva Zelanda a los 16.000 descendientes de un español

    El pueblo despide a la familia que llegó de Nueva Zelanda buscando sus orígenes

    La presencia durante una semana de los Paniora, pertenecientes a una tribu autóctona maorí, estrecha los vínculos de la localidad con el país de Oceanía



    EL NORTE/SEGOVIA



    Los Paniora durante su estancia en el pueblo. / ROSA BLANCO





    El municipio de Valverde del Majano ha despedido a los miembros de la familia Paniora, procedente de Nueva Zelanda, y que mantiene lazos consanguíneos con los habitantes de la localidad segoviana, como se ha descubierto gracias a un trabajo de investigación realizado en los dos extremos del planeta.

    Los representantes de la familia Paniora, perteneciente a una tribu autóctona maorí, han partido hacia su país después de una semana de convivencia, que ha coincidido con las fiestas patronales en honor a la Virgen de la Asunción, y con la Semana Cultural, donde el Ayuntamiento les ha mostrado las tradiciones segovianas. También han conocido algunos de los puntos más emblemáticos de la provincia.

    Con esta semana de convivencia, los vínculos entre el municipio y Nueva Zelanda han quedado reforzados, después de que conociera la relación entre los dos países, situado uno en las antípodas del otro. La vinculación no se ha quedado sólo en un enlace familiar y sentimental, sino que se espera que abarque también el espectro comercial, y que contará con el respaldo del Ayuntamiento, según ha anunciado el alcalde, Rafael Casado.

    Casado señala que en las relaciones personales ha desempeñado un importante papel el carácter hospitalario y agradecido de los habitantes de Valverde, así como la cálida forma de ser de los habitantes de Nueva Zelanda, lo que quedó demostrado «con las lágrimas que afloraron en el momento de la despedida».

    Eco en la prensa

    La presencia de los representantes maoríes en España ha despertado la atención de numerosos medios de comunicación, que todos estos días se han hecho eco de la relación entre las antípodas. Además de cadenas de televisión y periódicos nacionales, se han desplazado hasta la localidad más de treinta medios de ámbito regional, local e incluso internacional. Plataformas de televisión digital o Radio Exterior de España han sido algunos de los últimos en difundir el nombre de Valverde del Majano por todo el mundo.

    En total han sido 18 los miembros pertenecientes a la etnia maorí del norte de Nueva Zelanda, los que llegaron el pasado día 10 desde Oceanía, Alemania, Inglaterra y Canadá.

    Ballenero segoviano

    Estos miembros de la dinastía que un día creara un emigrante segoviano nacido en Valverde del Majano hace 170 años, no pudieron contener su emoción al llegar a la tierra que mantiene unidos familiarmente a unos 16.000 descendientes de Manuel Frutos Huerta, comerciante que emigró de joven para trabajar como ballenero en Sudamérica y recalar finalmente en Nueva Zelanda, donde creó la actual familia, que está repartida por todo el mundo y que ya conoce el origen de su antepasado.

    La visita ha contado incluso con la presencia del embajador de Nueva Zelanda en España, Geoff Ward, y con algunos de los representantes de la amplia familia neozelandesa, donde se ha levantado una gran expectación al conocerse el punto de donde proceden sus orígenes, y que han venido tributando honores celebrando fiestas y reuniones al estilo español.

    http://www.nortecastilla.es/prensa/2..._20070818.html

  5. #5
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    Re: Un documental descubre en Nueva Zelanda a los 16.000 descendientes de un español

    20.000 maoríes celebran el Día de la Hispanidad

    Un joven segoviano llegó a las costas de Nueva Zelanda en 1835. Más de 185 años después, sus descendientes siguen celebrando su herencia hispana




    Los Paniura, la familia maorí más grande de Nueva Zelanda, conserva y celebra su herencia hispánicaLa Razón (Custom Credit)


    Álvaro Gómez-Chaparro

    Creada.12-10-2021 | 16:49 H



    En una de las zonas más remotas de la Isla Norte de Nueva Zelanda (en maorú Te Ika ā Maui, ‘El Pez de Maui’) existe una familia maorí de unos 20.000 integrantes que desciende directamente de Manuel José de Frutos, un comerciante segoviano que llegó a la isla en torno a 1835.


    La saga de los maoríes españoles

    El periplo de Manuel José de Frutos comienza en 1811, en una localidad segoviana llamada Valverde del Majano (algo más de 1.000 habitantes). El joven pelirrojo decidió dejarlo todo atrás y aventurarse rumbo a Sudamérica debido a una severa recesión económica en la región. Llegó a Perú en torno a 1833 y desde allí se embarcó en el ballenero inglés “Elisabeth”. Este barco atravesó el Pacífico y arribó en Aotearoa, que así es como llaman los maoríes a Nueva Zelanda y que significa, literalmente, “la tierra de la larga nube blanca”.

    Pisó por primera vez Port Awanui en torno a 1835, y allí empezó a entablar amistad con la tribu Ngati Porou, qué es la segunda mayor tribu del país.

    Según la leyenda, contada por uno de sus descendientes, Morehu Te Maro (conocido por todos como Boyse), Manuel José llegó en un barco ballenero y bajó a tierra mientras la nave se reabastecía. En la playa de Port Awanui vio a varias doncellas maoríes recolectando mariscos desnudas. Se quedó encandilado y no le quedó más remedio que quedarse.




    Ballenero frente a las aguas de la Isla Norte de Nueva Zelanda FOTO: La Razón (Custom Credit)


    Sus compañeros de faena se preocuparon cuando no regresó al barco, así que solicitaron la ayuda de una guarnición británica local para encontrarlo. “Buscaron por todas partes”, dice Boyse. “Pero había un lugar en el que ningún caballero iba a mirar. ¡Manuel José se estaba refugiando bajo la gran falda de una de las mujeres maoríes!”

    “¿Quién no querría quedarse después de aquella experiencia?”, pregunta Boyse.

    El talento para el comercio y el encanto del Manuel José le proporcionó renombre y fortuna. Y como cualquier español digno de tal nombre, hizo lo que habría hecho cualquiera en su situación: engendrar mestizos.

    Contrajo matrimonio con cinco mujeres Ngati Porou: Tapita, Kataraina, Mihita Heke, Urahana y Maraea. Tuvo 9 hijos con ellas. Y estos -a su vez- tuvieron 41. Estos descendientes engendraron otros 299. Eso ocurrió hace casi dos siglos. Hoy el clan de los Paniora (o “españoles” en maorí) tiene unos 20.000 integrantes. Lo que la convierte en la familia más grande de Nueva Zelanda. Todos ellos descendientes de Manuel José de Frutos.


    “Whakapapa”

    Un proverbio maorí reza: Sólo al conocer tu genealogía puedes clavar tu lanza en la tierra y tener un futuro”.
    Los Paniora desconocían el origen exacto de su ancestro. Es importante aclarar que estar en contacto con las tierras de tus ancestros es un elemento fundamental en la tradición maorí. Los maoríes se ven a sí mismos como un pequeño eslabón en una cadena infinita que les conecta con su pasado, con su tribu, con su familia y con su tierra. Esto es lo que conocen como whakapapa”.

    De ahí que averiguar cuál era el origen de su abuelo era una parte esencial para la construcción de su propia identidad. Y desconocer el germen de su larga línea genealógica constituía toda una crisis de identidad, que llevaba -incluso- a la vergüenza. Pero Manuel José únicamente dejó un olivo que plantó hace más de 150 años, anécdotas sobre una tierra lejana llamada Segovia y muchas preguntas sin responder.

    En 1980, el historiador Bob McConnell y su mujer Vivienne (una de las descendientes directas de Manuel José), comenzaron el arduo trabajo de dejar por escrito todo aquello que conocían sobre su saga, para que sus hijos no tuvieran el mismo problema y para que su historia no se perdiera en el tiempo. Todas aquellas historias del pasado acabaron conformando un libro, “Ramas de Olivo”.

    En su prólogo se puede leer:

    “Aunque descendientes de cinco mujeres,
    los lazos de esta familia son fuertes,
    la sangre española que les diste,
    les da un lazo común.
    Pero tú todavía permaneces en las sombras,
    un español sin pasado,
    un vínculo en Awa Nui,
    es donde tu olivo permanece firme”

    A pesar del enorme agujero en su whakapapa, los Paniora siempre han estado orgullosos de su herencia hispánica. En 1981 decidieron organizar un reencuentro familiar para celebrarla.
    Alrededor de 4.000 miembros de la familia de toda Nueva Zelanda acudieron a la cita en el pequeño pueblo costero de Tikitiki, dónde montaron toda una fiesta al más puro estilo español.




    Paniura bailando sevillanas FOTO: La Razón (Custom Credit)


    Una cabalgata de carrozas decoradas con algún motivo remotamente español, tortilla de patatas, un encierro con unos bueyes que no parecían demasiado interesados en perseguir a nadie y un baile donde todos se vestían con trajes al estilo sevillano o -en su defecto- con ponchos peruanos y sombreros mexicanos.

    No se trataba de ser fieles con la tradición española, sino -simplemente- celebrarla.




    Paniura practicando para el encierro FOTO: La Razón (Custom Credit)


    “Es importante para nosotros ser Panioras y escuchar lo que nuestros abuelos nos han dicho, que era que recordáramos nuestra herencia española. Ellos estaban muy orgullosos y nos contaron muchas veces todo lo que nuestro ancestro José Manuel pasó al llegar a Nueva Zelanda. Durante mi infancia, España era esa tierra con la que sueñas y a la que nunca has logrado ir”, expresa uno de los asistentes.

    Esta herencia española es algo que también se refleja en el diseño de su escudo familiar. En él se representa un castillo, una rama de olivo y varias franjas quebradas de color rojo y gualda. Todo ello rodeado por una inscripción que reza: “Adelante para siempre”.




    Escudo de los Paniora FOTO: La Razón (Custom Credit)


    Una periodista neozelandesa llamada Diana Burns -intrigada por la historia de los Paniora- decidió poner fin al misterio sobre su whakapapa. Se puso en contacto con los ancianos del clan y trató de sonsacarles todo lo que se les ocurriese.

    No consiguieron recordar gran cosa. O así fue hasta que la tía Suey, una de las más veteranas de la familia, recordara una pista importante: “Mi padre decía que Manuel José era segoviano y venía de Valverde”.

    En el año 2006, Diana Burns consiguió lo que parecía imposible: encontró la partida de bautismo de un tal Manuel José de Frutos Huerta en la Iglesia del único Valverde de Segovia: Valverde del Majano.


    “Aprendiendo a ser españoles”

    “En el verano de 2007 vinieron 17 personas. Nada más pisar Valverde besaron el suelo, nos saludaron con la nariz (su saludo típico) y dándonos su aliento; estaban muy emocionados”, rememoraba Santiago Ayuso García, uno de los vecinos de Valverde del Majano entrevistado por Sputnik.

    Después de que Diana Burns consiguiese desvelar aquello que llevaban tanto tiempo buscando, varios paniora emprendieron un largo viaje, literalmente, al otro extremo del mundo: España. En Villaverde del Majano fueron recibidos por el rey Juan Carlos I, conocieron a alguno de sus familiares más lejanos y obsequiaron al pueblo con dos piedras de jade. Los Paniola -al fin- pudieron “clavar su lanza” y respirar.

    Uno de los miembros de la expedición fue Edda McCabe, que explicaba: “ahora es cuando hemos empezado a comprender lo que significa ser un paniora. Estamos aprendiendo a darnos permiso a ser españoles”.




    _______________________________________

    Fuente

    https://www.larazon.es/actualidad/20...gik4hnfja.html

  6. #6
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    Re: Un documental descubre en Nueva Zelanda a los 16.000 descendientes de un español

    Libros antiguos y de colección en IberLibro
    MANUEL JOSÉ DE FRUTOS HUERTA, EL ESPAÑOL QUE FUNDÓ UNA TRIBU MAORÍ EN NUEVA ZELANDA



    Jesús Caraballo 09/09/2022




    Los maoríes son un pueblo prácticamente desconocido y misterioso para los españoles. Se sospecha que arribaron a Nueva Zelanda para poblarla sobre el siglo X, provenientes de las islas Cook, Marquesas, Taití y Hawai, llegando a las Antípodas en unas grandes piraguas oceánicas dotadas de velas triangulares, por lo que se les supone como unos expertos navegantes a pesar de las limitaciones técnicas de sus embarcaciones y herramientas de navegación, ya que dicha proeza náutica no es pequeña precisamente.

    Por otra parte, muchos nos imaginamos a los maoríes como unos grandes y temibles guerreros polinesios de siglos pasados, que tienen todo el cuerpo tatuado con intrincadas y laboriosas figuras geométricas que sirven para “vestir” su alma y provocar el miedo en sus enemigos, llegando incluso a comérselos una vez que los han sometido para que su fuerza y espiritualidad pasara a los cuerpos de los vencedores como una creencia mística o religiosa. Tal cosa se pudo comprobar en 1809, cuando una tribu maorí devoró a setenta marineros británicos del bergantín Boyd cuando estos maltrataron al hijo del jefe tras ser acusado falsamente por un delito que no había cometido.



    Sería precisamente dos años después de ese incidente en Nueva Zelanda cuando nació en Valverde del Majano, en la provincia española de Segovia, Manuel José de Frutos Huerta, que, siendo hijo de un comerciante de lana, decidió en su edad adulta que quería descubrir el mundo más allá de los límites de su pueblo. Así pues. en 1833 viajó hasta América, pasando al Perú, donde consiguió enrolarse para trabajar como marino en un ballenero británico, el Elizabeth. En dicho trabajo, muy duro y peligroso, podía ganarse un buen dinero, ya que el aceite de ballena (muy usado para encender las lámparas que iluminaban la noche en muchas ciudades europeas y norteamericanas) y otros derivados de la caza de estos grandes cetáceos, eran muy apreciados en Occidente, provocando una gran demanda de estos productos.

    El ballenero Elizabeth arribó en 1834 a Port Awanui, en la costa este de Nueva Zelanda, posiblemente para cargar víveres frescos y agua, desembarcando allí Manuel José, que seguramente se debió quedar asombrado al ver por primera vez a los maoríes neozelandeses de la tribu de los engatiporou, que se acercaron a su barco con aquellas hermosas piraguas de estilo polinesio, que para su prisma de hombre castellano le tuvo que resultar muy exótico observar a aquellas personas con su piel llena de grandes tatuajes. Seguro que le tuvo que dar miedo. No obstante, entabló en seguida un buen trato con ellos, surgiendo la amistad y decidiendo quedarse en esa lejana tierra, estableciéndose en Ngati Porou y creando una familia, sembrando también allí una semilla de olivo que siempre guardó en su equipaje desde que partió de España. Esa semilla que germinó en las antípodas significó el enraizamiento de Manuel José con su nuevo hogar, ya que de esa semilla de olivo nació un árbol que simboliza también el nacimiento de una nueva tribu de maoríes.



    Poco a poco Manuel José fue prosperando en Nueva Zelanda, llegándose a casar con cinco esposas (una costumbre aceptada por los maoríes de esa época) y creando una amplia descendencia con ellas, que se llamaban Tapita, Kataraina, Mihita Heke, Uruhana y Maraea, y que tras nueve hijos han ido enramándose hasta los 20.000 descendientes actuales, dado lugar a una de las tribus más curiosas y asombrosas de las Antípodas: la tribu de los Paniora

    Paniora viene a ser la palabra “espaniola” derivada de “española” con la que los maoríes llamaron al principio a Manuel José por ser esa su nacionalidad, deformándose seguramente por la pronunciación y el paso del tiempo. A partir de ese momento esa sería la etiqueta identificativa de nuestro protagonista y sus descendientes. Pero ocurre que los maoríes solamente transmiten sus conocimientos e historias mediante la tradición oral, por lo que poco a poco se fue perdiendo el conocimiento sobre el origen de aquel marinero español que un día llegó a Nueva Zelanda y fundó una tribu maorí.



    Resulta que para los maoríes es necesario conocer el origen de sus ancestros para trascender, pero de paniora solo tenían datos muy vagos, como su posible origen castellano y poco más, por lo que desde hacía generaciones se sentían frustrados y estigmatizados por este asunto. Por suerte un buen día la periodista neozelandesa Diana Burns se puso a investigar, ya en el siglo XXI, de dónde provenía aquel español que un día sembró un olivo y fundó una gran familia maorí. Primero entrevistó a los paniora más ancianos, que recordaban algo sobre un lugar que era “un valle verde” en Castilla. A partir de ahí fue uniendo cabos, buscando la pista en ciudades españolas que pudieran coincidir con ese dato. Poco después consiguió contactar con la historiadora española María Teresa Llorente, que inició la búsqueda sobre el terreno, consiguiendo entre ambas lograr la conexión con Valverde del Majano.



    Allí pudieron consultar las partidas de nacimiento de la parroquia local y pudieron cerrar el círculo. Por fin los paniora sabían de donde había venido el fundador de su tribu.

    En 2007 una primera expedición de maoríes paniora viajaron desde las antípodas hasta España para visitar la tierra donde nació Manuel José. Allí descubrieron que tenían familia, ya que Manuel José tenía dos hermanas. Nos podemos imaginar el asombro de esos segovianos al descubrir que tenían familia maorí. Enseguida hubo un hermanamiento fraternal entre ambas partes, sucediendo algunas anécdotas tan divertidas como el preguntar el alcalde de Valverde del Majano al patriarca paniora si tenían algún alimento prohibido por motivos religiosos (pensemos en los referentes de los musulmanes y judíos que tenemos los españoles) a lo que con mucho humor respondió, que los maoríes comían de todo, incluso se los podría comer a ellos si hacía falta…,evidentemente el jefe paniora lo dijo en broma, ya que los maoríes actuales no practican el canibalismo.


    Como curiosidad merece la pena destacar que los maoríes consideran a las ballenas desde siempre como animales sagrados, que simbolizan protección y fuerza, contando su mitología que una ballena salvó la vida del guerrero Paikea cuando su piragua naufragó lejos de la costa. Los paniora también opinan que fue gracias a las ballenas que Manuel José llegó a Nueva Zelanda para fundar su tribu en la Costa Este, puesto que arribó a bordo de un buque ballenero.

    En la actualidad los restos de Manuel José reposan en un mausoleo levantado en 1980 por sus descendientes paniora en Taumata, con vistas al rio Waiapu y al océano, donde es venerado por los suyos. El olivo que trajo desde España y que sembró en 1834 aún existe y sus raíces son fuertes en Nueva Zelanda. En Valverde del Majano quedó un totem maorí con dos piedras de jade verde como símbolo de unión y hermanamiento de los paniora con la tierra de origen de su ancestro.




    https://espanaenlahistoria.org/perso...nueva-zelanda/



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