Esos anglosajones siempre masacraron y saquearon de verdad a todo pueblo aborigen que hallaban a su paso, tanto en Norteamérica como en Australia y algunas islas caribeñas. De toda la vida le echaron la culpa de sus fechorías a los españoles, los cuales fueron mucho más benignos con los pueblos conquistados y más aún se mezclaron racialmente con los nativos, creando un mestizaje maravilloso en todo sentido. Dicho mestizaje no se dio en las colonias anglosajones, donde la tónica era arrasar las poblaciones sometidas a su conquista y postrer dominio.
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