V- El término de la discordia ("nacionalidades") era definido por Fueyo como «la postulación de principio de la voluntad de constituirse en Nación», una interpretación contraria a la invocada por los ponentes constitucionales —particularmente por los representantes de Unión de Centro Democrático (UCD)—, que se basaban en la existencia de «naciones políticas» y nacionalidades o «naciones culturales», teóricamente carentes de vocación soberana, tal y como fuera enunciado por Meinecke a comienzos del siglo pasado.
Estos son los engaños y trampantojos típicos de nuestros políticos-sofistas. Así que se referían sólo a "naciones culturales" sin vocación de soberanía como el tal Mainecke ¿eh?; bueno, pues ya tenemos rebeliones, sediciones, proclamaciones de repúblicas, "President" en el exilio y gobiernos autonómicos con voluntad de reflejar en sus Estatutos de Autonomía el "derecho de autodeterminación". Profético don Jesus Fueyo, ¿Qué pensará su crítico comentador, si es que aún vive?.

En un contexto internacional marcado por el declive de la soberanía estatal frente a las grandes corporaciones transnacionales semejante cesión abocaba irremediablemente a la España constituyente a la «colonización económica», pues a todo ello había que sumar la fragmentación autonómica, lo que en palabras de Fueyo suponía:
«brindar a las titánicas empresas multinacionales con vocación de mercado mundial espacios de penetración [...] desmantelar las últimas defensas de la soberanía económica nacional».
Algún día, si se produce la quiebra definitiva de España, los investigadores tendrán que rendirse ante la visión del futuro que tuvieron los olvidados franquistas críticos con la Transición.