El tema de las repoblaciones creo que es subjetivo. El impulso expansionista de Castilla, siendo más acelerado, debió conllevar un cierto grado de falta de regeneración poblacional con la que poder repoblar los territorios que iban conquistando.

En muchas ocasiones la llamada «Reconquista» no avanzaba bien por falta de financiación, bien por conflictos entre los reinos cristianos, ... o bien por falta de material humano para llevar a cabo una repoblación.

No son raras las épocas en las que un reino de Taifas es presa fácil, pero los reyes cristianos prefieren mantenerlo como tributario mientras llenaban las arcas, hasta que llegaban tiempos de expansión demográfica. De ahí los largos siglos de la «Reconquista» (lo cual no implica que no continuaran los combates, que nunca pararon, aunque en la forma más común durante toda la «Reconquista», los hombres de fronteras, los mesnaderos, o los almogàvers).

Por ejemplo, la conquista del reino de Murcia por Castilla tuvo un componente de repoblación catalán (creo que occidental, mientras que el reino de Valencia fue repoblado con catalanes orientales y occitanos).

El occitano fue el elemento ultrapirenaico más importante en los reinos de la Corona de Aragón. Sin embargo el único dato que me consta de un influjo centro-europeo importante es el de Toledo, en donde existió por un tiempo una división entre las poblaciones mozárabe, castellana, y «franca». Aquí el problema estaría en definir lo que por «franco» entendían los castellanos. En general intuyo que ultrapirenaico.

El otro momento en el que sé seguro que los ultrapirenaicos llegaron en masa fue en la cruzada que acabaría con la batalla de las Navas de Tolosa. Y ahí se dio el conflicto entre los caballeros y guerreros hispanos, feroces en la batalla y nobles en la victoria, y los caballeros y guerreros ultrapirenaicos, que pretendieron darse al saqueo y al exterminio. Los ultrapirenaicos abandonaron la cruzada a poco de haber comenzado, volviendo a sus casas no sin antes intentar conquistar y saquear, sin éxito, Toledo.

Volviendo al tema de las repoblaciones, si os fijáis, la historia de España está marcada por unos índices demográficos siempre bajísimos.

A los moriscos, en muchos casos, se les permitía y hasta se les animaba a quedarse después de cada conquista. No lo hacían todos ya que la mayoría prefería trasladarse hacia el sur, a tierras todavía musulmanas. Pero tarde o temprano el tema de la convivencia saltaba. La fantástica convivencia que pretenden hacernos creer no existía. Los moriscos «sufrían» abusos administrativos y roces con la población cristiana de nuevo asentamiento, y o bien se acababan yendo o bien se les acababa expulsando con el siguiente rey.