- Dieciocho de Julio: 71º aniversario
- Margaritas Asturias: in memoriam Asunción Laviada
- Mártires de la Fe: comunicado CTC Valencia
Madrid, 18 julio 2007. Ayer se cumplió el septuagésimo primer aniversario del comienzo de la Cruzada de Liberación en Melilla, la Adelantada; y el sexto del trascendental Manifiesto de S.A.R. Don Sixto Enrique de Borbón, que empezaba: "En esta fecha en que mi padre, en nombre de mi tío abuelo el Rey Don Alfonso Carlos, dio la orden al Requeté de sumarse al Alzamiento Nacional, cumplo con mi deber de dirigirme a vosotros de nuevo para llamaros a cerrar filas en torno a nuestra Comunión Tradicionalista, medio providencial que ha garantizado y ha de asegurar la continuidad y restauración de las Españas".
Hoy conmemoramos el mismo LXXI aniversario del Alzamiento Nacional en toda España, y mañana (D.m.) el de Navarra, la nueva Covadonga insurgente. Con este fin, recuperamos un artículo de José A. Gallego, que FARO difundió hace ahora tres años:
CASI DOS SIGLOS DE LUCHA
Ya habían combatido en la Guerra de la Independencia, pero su identidad quedó definida en la Historia, en el levantamiento anticonstitucionalista que iniciado en noviembre de 1820, se generalizará en toda España, pero fundamentalmente en Navarra, en abril de 1821, en la que para unos se llamará la "Campaña Realista" y para otros la "Guerra de la Constitución".
Los defensores del Altar y el Trono, se volverán a levantar en la primavera de 1827, ahora básicamente en Cataluña, para combatir la injusticia que se les hacía desde la camarilla liberal que rodeaba a Fernando VII, en la campaña que nuestra Historia conoce como la de "Los Malcontents" y que apenas durará unos meses, traicionados aquellos valientes por el propio Rey.
La muerte de Fernando VII, les llevará nuevamente al campo de batalla, ya plenamente identificados bajo el lema de "Dios, Patria, Rey", iniciando el día 2 de octubre de 1833, la Primera Guerra Carlista, la "Guerra de los Siete Años".
Tras finalizar aquella durísima contienda, no cejarán los defensores de la verdadera identidad patria, de combatir, aunque fuera en partidas aisladas, centradas ahora en El Maestrazgo, donde se volverá a generalizar la lucha en el mes de enero de 1844, lucha que no terminará hasta la muerte de sus principales jefes, pasado el verano de ese mismo año.
A finales de 1846, comenzará una nueva Guerra, la Segunda Carlista, que será conocida como la de "Los Matiners", por su comienzo catalán, en la que nuevamente aquellos héroes volverán a luchar por sus ideales en una cruenta lucha fratricida que no terminará hasta 1849.
En marzo de 1855, se reiniciará la lucha, ahora en Castilla la Vieja, en la conocida como "Campaña Montemolinista" y que si bien, se extendió por toda España, no acabará hasta que sucumbieron los últimos alzados castellanos en 1857.
Un nuevo intento para seguir luchando, se saldará con el fracasado desembarco en San Carlos de la Rápita el día 2 de abril de 1860.
En julio de 1869, se iniciará un nuevo levantamiento, esta vez tendrá su más importante centro en La Mancha, por donde cabalgaran héroes de leyenda, nunca resignados en la derrota.
En abril de 1872, veteranos de todas las campañas anteriores, alentados con la asistencia de millares de jóvenes, volverán a combatir en todos los rincones de España, era la Tercera Guerra Carlista, que mantendrán los defensores de Dios, la Patria y el Rey hasta 1876.
Y el 19 de julio de 1936, otra vez.
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Gijón, 13 julio 2007. En esta fecha recibió cristiana sepultura en el cementerio de Ceares la veterana y ejemplar margarita Asunción Laviada González-Pola, socia del Círculo Cultural Juan Vázquez de Mella de Asturias, fallecida el día anterior en la misma villa. Reproducimos una nota necrológica del cuaderno de bitácora gijonés Voluntad.
In memoriam Asunción Laviada
14/07/07
La prensa local sigue exhibiendo su casi absoluto desconocimiento de la pequeña historia de Gijón. El día 12 nos dejaba, cargada de años y tan discretamente como había vivido, María de la Asunción Laviada González-Pola, la mayor de los varios hijos de Rafael Laviada Cienfuegos, y la última que sobrevivía. Reunía en sus apellidos buena parte de los más antiguos linajes de Gijón y Siero.
Asunción vivió en Cimadevilla gran parte de su vida, en el edificio que había sido primera sede del Real Instituto Asturiano fundado por Jovellanos (edificio que luego cayó en manos de un empresario vinculado al Partido Comunista quien, con un permiso de obras menores y la bendición municipal, lo derribó, conservando algo de la fachada, para levantar un inmundo chigre con hostal). Su padre era, junto con el Conde de Revillagigedo, el muñidor electoral del Partido Liberal-Conservador. Mas la piedad religiosa de la familia los llevó a todos a otros derroteros políticos.
Un hermano de Asunción, Rafael Laviada González-Pola, frecuentaba el Centro Católico de don Tomás Guisasola. Vinculado éste a la escisión integrista del Carlismo, al Carlismo volvieron, a la Comunión Tradicionalista, de la mano de don Manuel Fal Conde, alrededor de 1932. Rafael Laviada hijo arrastró a sus padres y a sus hermanos. Asesinado por los rojos en 1936, su nombre puede leerse –al menos de momento– en las placas de la entrada de la Iglesiona.
Asunción Laviada hizo la guerra como margarita de Frentes y Hospitales; su hermano Roque, como sargento de Requetés; su hermano Ignacio, fallecido hace pocos años, fue muchos años jefe local de Gijón y subjefe regional de Asturias de la Comunión Tradicionalista. Todos ellos muy conocidos y estimados en nuestra villa.
La militancia tradicionalista la continuó Asunción hasta que la enfermedad y la vejez se la fueron impidiendo. Mujer muy piadosa, de excelente memoria, ideas firmes y fuerte carácter, formó parte de numerosas asociaciones católicas, de esas que fueron muriendo tras el desastre del Vaticano II.
Requiescat in pace.
Margaritas de la Comunión Tradicionalista http://margaritastradicion.blogspot.com/
Valencia, 12 julio 2007. La Secretaría de Prensa de la Comunión Tradicionalista Carlista del Reino de Valencia nos remite el siguiente comunicado:
Ante las declaraciones del concejal Soto sobre la iglesia dedicada en memoria de los mártires por la fe. Por Junta Regional del Reino de Valencia de la Comunión Tradicionalista Carlista
En el día de hoy el diario El País se hace eco de unas declaraciones vertidas al mismo ayer por el concejal socialista del ayuntamiento de Valencia, Juan Soto, en las que afirma que el templo que el arzobispado de Valencia está construyendo en una de las antiguas naves de la fábrica Cross, para dedicarla a los mártires por la fe entre 1936 y 1939, es muestra de una "actitud poco conciliadora de uno de los últimos bastiones del nacionalcatolicismo". Afirma que la Iglesia "ignora a las víctimas del otro lado", y que el arzobispo monseñor García Gasco "tiene una interpretación selectiva, sectaria y de doble rasero, que honra la memoria de uno de los bandos y silencia la del otro"
La Comunión Tradicionalista Carlista del Reino de Valencia manifiesta públicamente:
1) Que el templo no está dedicado a "las víctimas de un bando", sino exclusivamente a los mártires, es decir, a aquellas personas asesinadas por odio a la fe católica, que murieron sin renegar de su fe y perdonando a sus asesinos, como consta en el acta de beatificación de los 228 valencianos que ahora se honran, el 11 de marzo de 2001.
2) Que su sacrificio, hecho por amor y sufrido por odio, redime a todos los españoles, de un lado y de otro, del pecado cometido al alzar su mano contra un semejante, y que es expresión viva de altísimas virtudes cristianas, mereciendo con toda justicia que se les honre como merecen en la dedicación de un templo, en el que compartirán espacio con san Vicente, primer mártir por la fe en nuestra ciudad y patrón de Valencia.
3) Que si los mártires por Jesucristo lo son únicamente "de un bando", en palabras del señor Soto, esto es exclusivamente porque fueron los milicianos de un solo bando los que asesinaron a personas inocentes por ser religiosos, sacerdotes o seglares católicos. Sin cargo penal alguno fueron arrestados, torturados y ejecutados, tras juicios sumarísimos o sin juicio algunos, lejos de los frentes de guerra. Víctimas del odio a la fe, dieron su vida por amor a Cristo. Reflexione el señor Soto sobre la sublime enseñanza de los mártires por la fe, sobre quién está mostrando una actitud conciliadora, y sobre el bando al que pertenecía su partido cuando ocurrieron estos hechos.
4) Que la Iglesia católica, y los carlistas como fieles hijos de ella, siguiendo la misma petición de los asesinados, ha perdonado el crimen sobre ellos cometido. Mas los tradicionalistas defenderemos con la mayor de las firmezas la justicia de honrarlos como se merecen y rechazaremos los intentos de politizar lo que es un acto de devoción religiosa hacia los mártires de Cristo, preñados, en este caso, "de sectarismo y de doble rasero".
Junta Regional de la Comunión Tradicionalista Carlista del Reino de Valencia
En Valencia, a 12 de julio de 2007, festividad de santa Filomena, mártir por la fe ante el emperador romano Diocleciano.
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Agencia FARO