Tema: Acorazado Maine

Según he leido en un artículo publicado hace unos cuantos años, la causa mas probable del hundimiento fue el incendio del depósito de carbon del barco. El fuego se produjo de forma espontánea, seguramente por humedad en el depósito que provocó aumento de la temperatuyra del combustible. Lindante se encontraba la santabárbara que enseguida fue afectada por el fuego y estalló, provocando una enorme explosión que dió lugar a que se sostuviese por la cadena Hearst, que había sido provocada por una mina.

Editorial en la Vanguardia sobre el hundimiento del Maine.

Edición del viernes, 18 febrero 1898, página 5 - Hemeroteca - Lavanguardia.esLA VANGUARDIA págima 5.—18 de Febrero de 1898.


La voladora del "Maine"


Todos los testimonios, asi los propios como los ajenos, van demostrando que la voladura de ese buque ha sido debida á un accidente fortuito. Tan racional es esa afirmación que no solamente en España, sino en Francia, en Inglaterra, en los E.U., en todas partes las personas más autorizadas por sus conocimientos técnicos aseguran que todos los detalles conocidos permiten dar carácter absoluto y definitivo a la afirmación de que el accidente fue casual. Si no bastaran tales testimonios a posteriori para rechazar la suposición, que a priori rechazamos todos los españoles, de que el accidente haya podido ser ocasionado por una ignorada agresión,consecuencia de la situación creada por la presencia provocadora del Maine en la Habana, toda sospecha de los espíritus miserables quedaría destruida con el nobilísimo comportamiento, que aplaudimos con efusión, de las autoridades españolas de la Habana y de los marinos y marineros del Alfonso XII. Esos marinos y esos marineros, esos hijos legítimos de nuestra querida España, a los cuales saludamos desde aquí con orgullo de compatriotas,exponiendo heroicamente la vida por salvar la de sus ofensores! olvidando el agravio para aliviar el dolor de su enemigo! Qué lección tan dura para los norteamericanos, como nación y como individuos, si no están dejados de la mano de Dios y tienen el sentido moral de que alardean! Pero al lado de estas pruebas de incalculable valor y de aquellos testimonios sobre el carácter fortuito del accidente, vienen todavía de los Estados de la Unión notas de recelo y de agresión. La comisión de Relaciones Exteriores cuando no sabe que hacer, insulta á España. Sustituir la explosión de agradecimiento, que al conocer el comportamiento de los españoles es lo que hubiera sentido cualquier corazón noble, por una explosión de injurias,, según anuncian las noticias de allá, es propio de imbéciles ó malvados sin redención, y por tanto á tales injurias, sí existen, conforme comunican los cablegramas, no cabría contestar más que con el desprecio. Las reservas del comandante del Maine y de otras personas oficiales de la Unión sobre las causas del accidente, obligarán á otra conducta. Esas reservas han motivado las informaciones oficiales de que hablan los despachos, y esto es lo que inspira estas líneas. En esas informaciones debe España utilizar en absoluto todos sus derechos y desplegar una actividad y una inteligencia extraordinarias, para que sea imposible falsear la verdad por torpeza o por malicia. Va en ello la honra y la tranquilidad de España. El espíritu americano puede tener un doble interés en que no aparezca con su verdadero carácter de fortuito el accidente: Primero para que no quede al descubierto la vergonzosa incuria de su marina que no ha sabido preveer el accidente; segundo para fomentar la política de arterías seguida con España y adular al jingoísmo. Contra tales contingencias se han de prevenir las autoridades españolas en esa información, no solo por amor a España sino por el amor supremo a la verdad y á la justicia. Los despachos dicen también que entre los marineros del Maine había varios mallorquines. No queremos reflexionar ahora sobre la situación de esos españoles á quienes los accidentes de la vida llevan á servir á los enemigos ie su patria. Dejando para iniciativas más autorizadas y de mayores recursos el estudiar el modo, quizás deseado por los compatriotas que se encuentren en ese caso, deuofrecer á todos los españoles que sirvan en la escuadras extranjeras un puesto en la escuadra española, ciñéndonos ahora al accidente del Maine y con el alma llena de compasión, se nos ocurre, pensar que el espíritu español, mortificado por la famosa suscripción yankee, tiene ahora ocasión de aquilatar la sinceridad de la teoría yankee, amparando con socorros de España á las familias españolas de los mallorquines víctimas de la incuria ó de la torpeza de la administración norteamericana.

El texto que sigue es de la página oficial de Historia de la Marina de Guerra de los EEUU. Consideran hoy que no fue una explosión externa la que provocó el hundimiento del Maine.

De ese texto se puede deducir que los EEUU hicieron tres investigaciones, achacando las dos primeras las explosiones a una explosión inicial externa. Pero que los técnicos no compartían esa opinión, y creían que la causa más probable del accidente fue una ignición espontánea de carbón del depósito próximo al almacén de pólvora de reserva de los cañones de 6 pulgadas.

En 1976, el Almrante Hyman G. Rickover publicó un libro, How the Battleship Maine Was Destroyed.
Con la documentación de las dos investigaciones anteriores y consultando la opinión de expertos en explosivos y en sus efectos en el casco de un buque y con los planos y tipos de municiones del Maine, llegó a la conclusión de que la explosión no era de origen externo, y su conclusión fue la misma que la de los expertos anteriores, achacando el hundimiento del Maine a la combustión espontanea de carbón almacenado junto a los pañoles de pólvoras del buque.

http://www.history.navy.mil/faqs/faq71-1.htmWhen pro-Weyler forces in Havana instigated riots in January 1898, Washington became greatly concerned for the safety of Americans in the country. The administration believed that some means of protecting U.S. citizens should be on hand. On 24 January, President McKinley sent the second class battleship USS Maine from Key West to Havana, after clearing the visit with a reluctant government in Madrid.
The battleship arrived on 25 January. Spanish authorities in Havana were wary of American intentions, but they afforded Captain Charles Sigsbee and the officers of Maine every courtesy. In order to avoid the possibility of trouble, Maine's commanding officer did not allow his enlisted men to go on shore. Sigsbee and the consul at Havana, Fitzhugh Lee, reported that the Navy's presence appeared to have a calming effect on the situation, and both recommended that the Navy Department send another battleship to Havana when it came time to relieve Maine.
At 9:40 on the evening of 15 February, a terrible explosion on board Maine shattered the stillness in Havana Harbor. Later investigations revealed that more than five tons of powder charges for the vessel's six and ten-inch guns ignited, virtually obliterating the forward third of the ship. The remaining wreckage rapidly settled to the bottom of the harbor. Most of Maine's crew were sleeping or resting in the enlisted quarters in the forward part of the ship when the explosion occurred. Two hundred and sixty-six men lost their lives as a result of the disaster: 260 died in the explosion or shortly thereafter, and six more died later from injuries. Captain Sigsbee and most of the officers survived because their quarters were in the aft portion of the ship.
Spanish officials and the crew of the civilian steamer City of Washington acted quickly in rescuing survivors and caring for the wounded. The attitude and actions of the former allayed initial suspicions that hostile action caused the explosion, and led Sigsbee to include at the bottom of his initial telegram: "Public opinion should be suspended until further report."
The U.S. Navy Department immediately formed a board of inquiry to determine the reason for Maine's destruction. The inquiry, conducted in Havana, lasted four weeks. The condition of the submerged wreck and the lack of technical expertise prevented the board from being as thorough as later investigations. In the end, they concluded that a mine had detonated under the ship. The board did not attempt to fix blame for the placement of the device.
When the Navy's verdict was announced, the American public reacted with predictable outrage. Fed by inflammatory articles in the "Yellow Press" blaming Spain for the disaster, the public had already placed guilt on the Spanish government. Although he continued to press for a diplomatic settlement to the Cuban problem, President McKinley accelerated military preparations begun in January 1898 when an impasse appeared likely. The Spanish position on Cuban independence hardened, and McKinley asked Congress on 11 April for permission to intervene. On 21 April, the President ordered the Navy to begin a blockade of Cuba, and Spain followed with a declaration of war on 23 April. Congress responded with a formal declaration of war on 25 April, made retroactive to the start of the blockade.
The destruction of Maine did not cause the U.S. to declare war on Spain, but it served as a catalyst, accelerating the approach to a diplomatic impasse. In addition, the sinking and deaths of U.S. sailors rallied American opinion more strongly behind armed intervention.
In 1911 the Navy Department ordered a second board of inquiry after Congress voted funds for the removal of the wreck of Maine from Havana Harbor. U.S. Army engineers built a cofferdam around the sunken battleship, thus exposing it, and giving naval investigators an opportunity to examine and photograph the wreckage in detail. Finding the bottom hull plates in the area of the reserve six-inch magazine bent inward and back, the 1911 board concluded that a mine had detonated under the magazine, causing the explosion that destroyed the ship.
Technical experts at the time of both investigations disagreed with the findings, believing that spontaneous combustion of coal in the bunker adjacent to the reserve six-inch magazine was the most likely cause of the explosion on board the ship. In 1976, Admiral Hyman G. Rickover published his book, How the Battleship Maine Was Destroyed. The admiral became interested in the disaster and wondered if the application of modern scientific knowledge could determine the cause. He called on two experts on explosions and their effects on ship hulls. Using documentation gathered from the two official inquiries, as well as information on the construction and ammunition of Maine, the experts concluded that the damage caused to the ship was inconsistent with the external explosion of a mine. The most likely cause, they speculated, was spontaneous combustion of coal in the bunker next to the magazine.
Some historians have disputed the findings in Rickover's book, maintaining that failure to detect spontaneous combustion in the coal bunker was highly unlikely. Yet evidence of a mine remains thin and such theories are based primarily on conjecture. Despite the best efforts of experts and historians in investigating this complex and technical subject, a definitive explanation for the destruction of Maine remains elusive.

Quizás primero habría que tener en cuenta la casi nula compartimentación de la que disponían los buques de antaño por desconocimiento de los ingenieros navales que hasta tiempo después no aplicaron estas técnicas que siguen en vigor hasta nuestros días.

La falta de un método sobre el hacinamiento de munición en los buques de guerra. Y la inexistente preparación del personal de abordo de las técnicas de contraincendios de las que hoy disponen cualquier armada del mundo.

Y sobre todo habría que resaltar la desconocida falta de seguridad en cuanto al manejo de la munición por parte del personal sin clase (marineros), que en su mayoría eran analfabetos provenientes de lo peor de la sociedad de esos momentos.

Hace bien poco leía un libro traducido que explicaba la vida de la marinería en un crucero inglés llamado Forth y que es contemporáneo del Maine. En este libro uno de los capítulos relata como los marineros dentro de un pañol de munición estaban cambiando las cargas de pólvora que estaban dispuestas en sacos de seda de forma cilíndrica, para ayudar a impulsar las balas de metal y como movían el propelente altamente volátil que era usado para impulsar balas de gran tamaño, y que alguno de los marineros dentro del pañol en ese momento estaban con el cigarro en los labios.

Claro esta, que políticamente los E.E.U.U. usaron un posible accidente, sacando provecho, para promover lo que ellos tenían en mente y no sabían como llevarlo acabo.

Se lo devolveremos a los masones de los estadounidenses

El lamentable episodio del "Maine", fue un pretexto de EEUU, para cumplir con sus planes geopolíticos del "destino manifiesto".
En su oportunidad el Contralmirante Dupont de la marina Francesa dejo sentado que la explosión fue interna.
Lo mismo sostuvo el especialista y capitán de la marina Alemana Gereke en un profundo trabajo.
En l975, (un poco tarde no?), el almirante norteamericano Hyman Rickover aclaro que el "Maine" exploto espontáneamente.
Los peritos norteamericanos siempre lo supieron!
Como bien dijo E. Drumont: "España es la campeona de la fe y el patriotismo contra la plutocacia protestante y semítica de (Norteamérica)".
Y Bismarck: "En la cuestión sobre España y los Estados Unidos, los yanquis hacen el papel del incendiario que pretende demostrar su inocencia auxiliando a los bomberos".

Desde el primer día se sabía que el Maine no había sido víctima de ningún ataque. Los EEUU contaban con que la decadente España perdería Cuba tarde o temprano, asi que decidieron adelantarse y ser ellos los que asestasen el golpe... Desde un punto de vista político la decisión de echar a los españoles ya estaba tomada hacía tiempo, pero les falataba una justificación que diese un respaldo popular al ataque: y ahí estaba la excusa perfecta, el accidente del Maine. Os adjunto unas fotos del mejor modelo que existe del USS Maine. Esta maqueta proviene del mismo astillero constructor del acorazado.

EE.UU. reconoció en 1997 que la auto-voladura del Maine fue provocado para provocar la Guerra contra España.

El Maine auto-hundido. Por fin se reconoció lo que todos ya sabíamos.

Por si quedaban dudas, desde 1997 existe la prueba que la voladura del Maine fue una Operación de Bandera Falsa.

Así lo ha sospechado tradicionalmente un sector de la historiografía militar española. Pero siempre ha faltado una documentación interna de EEUU reconociendo el hecho. Esta carencia se ha suplido más recientemente con la desclasificación, en 1997, del principal documento preparativo de la llamada Operación Northwoods, mediante la cual el Estado Mayor de EEUU proponía intervenir militarmente en Cuba en 1962 con el fin de derrocar a Fidel Castro. El documento, clasificado top secret, establecía literalmente lo siguiente:


‘A series of well-coordinated incidents will be planned to take place in and around Guantanamo to give genuine appearance of being done by hostile Cuban forces’(Se ha previsto una serie de incidentes bien coordinados a tener lugar en y alrededor de Guantánamo para dar apariencia genuina de ser hecho por fuerzas cubanas hostiles) (página 7, apartado 2).

Y en este sentido, señalaba: ‘A “Remember the Maine” incident could be arranged in several forms”, apuntando, en primera instancia: ‘We could blow up a US ship in Guantanamo Bay and blame Cuba’ (p. 8, ap. 3). (Un “Acuérdate del Maine” incidente podría estar dispuesta en varias formas “, apuntando, cuarto instancia primera:” Pudiéramos hacer volar un barco estadounidense en la Bahía de Guantánamo y culpar a Cuba).

La desclasificación de este documento, de doce páginas es de especial importancia para España ya que en él se reconoce inequívocamente la voladura del Maine como una Operación de Bandera Falsa, y lo reconoce el mismo órgano militar que debió aprobarla (siendo inconcebible que un directorio militar se autoincrimine falsamente de un autoatentado que tuvo, además, el poco glorioso resultado de acabar con la vida de 261 militares estadounidenses).

https://somatemps.me/2016/11/17/ee-u...contra-espana/

" en igualdad de condiciones la mas sencilla suele ser la mas probable " - principio de parsimonia ( o la navaja de Ockham )
EEUU estaba loca por participar en esa guerra ( en la que el afamado W.R. Hearst ) ya la habia involucrado desde su aparato editorial
para mantener intacta su conductar intachable desde el punto de vista internacional necesitaba una afrenta nacional
necesitaba un acto que pusiera de su parte a la chauvinista poblacion americana

¿ donde esta la duda de que ellos mismos hundieron el barco ?
¿ no mantuvieron durante decadas la mentira de que japon no habia comunicado la declaracion de guera antes de pearl harbour ? - luego dijeron que habia sido un fallo en las comunicaciones