España es incomprensible sin la Armada, primera marina de alcance universal.
Las rutas oceánicas del imeprio, pronto objeto de la rapacidad ajena, exigió la puesta a punto de una organización naval muy compleja y eficiente.
Podemos regodearnos en supuestos vicios genéticos del hombre ibérico: su innata tendencia a la anarquía, etc, etc. Lo cierto es que, objetivamente, los españoles han levantado prodigios de organización y disciplina de enorme trascendencia histórica. Los Tercios Viejos, la Compañia de Jesús y, por supuesto, Armada Española son Buenos ejemplos de ello.
Bueno, os ilustro este pensamiento con una lamina de elaboración propia de una fragata española de finales del XVIII.
Fuente: artemilitarynaval
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