Ordenadores de «todo a cien»

China desarrolla procesadores con rendimiento similar al Pentium 4 pero mucho más baratos

En su deseo de competir en el mercado de los microchips, China ha desarrollado el Godson-2E, corazón de un PC que se venderá a un precio que dará que hablar: 150 euros.

Jesús Rocamora - Madrid.-

«Tenemos que desarrollar tecnologías de microchips independientes. China se verá seriamente amenazada si no lo conseguimos», ha dicho recientemente el jefe de desarrollo de estos revolucionarios procesadores Godson, conocidos en la otra punta del globo como «Longxing» (el «chip del dragón», en mandarín). El problema del país más poblado del mundo es que no cuenta con científicos capaces de enfrentarse a una de las tecnologías más mutantes y que más rápido evolucionan, por lo que, con un equipo prácticamente formado por jóvenes menores de 30 años recién salidos de la Universidad, la solución pasa necesariamente por ofrecer lo mismo a un precio menor. Según anunciaba hace unos días el «Shangai Daily», los Godson-2E han alcanzado un rendimiento comparable al Pentium 4 de Intel y se espera que para junio estos «micros» sirvan de cerebro a los primeros ordenadores que saldrán a la venta por cerca de 1.500 yuanes (150 euros). ¿Acabaremos viendo PCs en las tiendas de «todo a cien»?

Brecha digital. Lo cierto es que la idea de desarrollar ordenadores «de bajo precio» no es original de los investigadores chinos. Godson no esconde su visión de comercializar con un nuevo concepto de ordenador que precisamente nació como solución a la llamada «brecha digital», abierta entre «países desarrollados» y «no desarrollados». Detrás de –ahora sí– un concepto tan revolucionario de PC se encuentra el gurú norteamericano Nicholas Negroponte, al que muchos no consideran más que un visionario loco y que, desde el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), ha ideado el proyecto «Un portátil para cada niño». Negroponte presentó este concepto en el Foro Económico de Davos de 2005, al que se han ido sumando empresas como Google y AMD, con la idea de fabricar de 5 a 15 millones de aparatos de prueba y venderlos a cien dólares (80 euros) a gobiernos de Oriente próximo, Africa, China, Tailandia e Hispanoamérica. Así, dicen, todos los alumnos podrán disfrutar de su propio PC. Argentina ya ha anunciado la intención de adquirir 500.000 «laptops» y «llegar a un millón en 2007», según ha dicho su ministro de Educación.
Pero en un mercado hasta hace bien poco dominado por la alianza Microsoft-Intel las cosas no son nada fáciles. Precisamente Bill Gates se ha cuidado mucho de vincularse a un proyecto que no le conviene. «Si vas a tener a gente compartiendo el ordenador, ten una conexión de banda ancha y a alguien que pueda ayudar y dar soporte al usuario. Ten un ordenador decente donde puedas realmente leer el texto y no tengas que darle cuerda mientras intentas teclear», se burló Gates hace unos días en el Foro de Líderes de Gobierno en Washington. Hacía referencia a uno de los prototipos mostrados por Larry Page, fundador de Google, que se vale de una manivela como fuente de energía. Gates apostó, claro, por su propia visión del negocio, el Origami, que vimos por estas páginas hace unas semanas, y que tiene previsto comercializar a partir de los 600 dólares.


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