La Luna de Plata ha ennegrecido.
Es plata autentica cuándo más negra se pone.
Negra se ve. Negra se siente.
La negrura todo lo invade.
Ya no llora.
No sabe qué fue de sus lágrimas.
Si están, no las siente,
porque a sus labios no llegan.
Lágrimas dulces que no saladas,
porque a la Luna todo le sabe dulce.
Dulce el amor.
Dulce el recuerdo...
Pero amargo es el desengaño.
Y si es doble,
doble es el dolor,
Luna.
Su boca nota amarga
y amargo su corazón.
¡Dime, Luna!,
¿cuándo vendrá él?
¿Cuándo ése Hombre-hombre?
Ese que no me deje sola.
Ese compañero de luchas.
El del yelmo. Sin rostro.
Pero con corazón.
“Bruja, olvida tu sueño.
No existe tal.
Sobre la faz de la tierra
no habita lo que tú anhelas.
Flota de nube en nube
y vive dormida en sueños.
Recuerda, Leona,
que siempre dormirás sola.”
Teresa Coscojuela
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