Sobre la reciente conversión de Alice Cooper:
Alice Cooper goes with God
Sobre la reciente conversión de Alice Cooper:
Alice Cooper goes with God
Estimado Kontrapoder:
Dios quiera que Vincent Fournier (Alice Cooper) se haya convertido o en todo caso retomado a la fe protestante de sus padres.
Sin embargo el artículo que mencionas deja ciertas dudas.
Por lo pronto no se menciona que haya renunciado a su apodo recuperando su verdadera identidad.
Esto no es de poca monta sino de vital significación.
No es del caso aquí extenderse sobre la importancia que tiene el nombre que se le pone a una persona, ciudad, animal o cosa.
Adan al poner nombre a los animales, adquiere un señorío sobre ellos (Génesis 2,19)
“Para las civilizaciones tradicionales: “el nombre personal es bastante mas que un signo de identificación. Es una dimensión esencial del individuo”.
De allí que nombrar una cosa o un ser equivale a cobrar poder sobre el. Los egipcios creían en el poder creador y apremiante de la palabra, por tanto el nombre era algo vivo y estaba cargado de significación, escribiendo o pronunciando el nombre de una persona se la hace vivir o sobrevivir, el conocimiento del nombre da prerrogativas sobre la persona.
Asimismo, es sabido que invocando el nombre se puede intervenir en los ritos de petición de favores celestes, de curaciones, de hechizo, de posesión, de aniquilamiento, etc.
En los exorcismos, dentro de lo posible se trata de determinar el nombre del espíritu maligno que posee a la persona. para su expulsión, y obviamente la expulsión se lleva a cabo en nombre de Jesús.
Jesucristo cambia el nombre de Simón, por el de Pedro y a partir de allí su significado será la “piedra” donde se edificará simbólicamente la Iglesia.
En la India el nombre no difiere del sonido y la pronunciación del nombre, de algún modo es creadora de la cosa.
También están los nombres secretos; para que no puedan ser usados por las fuerzas del mal.
Como tú sabes, en forma voluntaria Vincent Fournier, en una sesión ritual de espiritismo en el que según dijo tomó contacto con una bruja del S. XVII llamada Alice Cooper, decidió entregarle su cuerpo para que el espíritu de ella lo poseyera, y así obtener fama y riqueza.
Consecuentemente el primer paso de su retorno al cristianismo tendría que pasar por la renuncia a dicha posesión y obviamente al nombre de la bruja.
A su vez, en el artículo se habla que su “conversión” se habría producido en el año ´80; sin embargo para esas épocas A.C. actuaba en medio de notorios “aquelarres”.
Promocionaba abiertamente en sus shows el consumo de drogas y alcohol (el mismo estaba dominado por ellas), el sexo desenfrenado e indiscriminado, la necrofilia, etc. Las letras de sus discos eran tenebrosas. Se sacrificaban animales. En fin y toda la parafernalia de siempre…
También llama la atención que él mismo reconozca que sigue generando “terror” en sus presentaciones.
Insisto, para el bien de su alma y de sus seguidores sería bueno que se hubiera alejado de lo aqueróntico, pero atento a todo el mal que produjo y tratándose de alguien que llevó a cabo en forma pública y privada tantos actos luciferinos, y especialmente anticristianos tendría que abjurar de ellos clara y concretamente .
Dios quiera que la haya hecho.
Un abrazo.
Estimado Josefo:
No tengo noticia de que Mozart renegara jamás de la Masonería, pero tampoco sé si era un asiduo asistente de las logias o solo estuvo unas pocas veces. Lo que sí sé es que aunque como músico tenía un talento indudable concedido por Dios, como persona dejaba mucho que desear. Era frívolo, creído, maleducado y deslenguado. Aunque en general me gusta bastante su música (de la que también gusta mucho S. S. Benedicto XVI), hay obras suyas que no me agradan, bien por su temática masónica (entre ellas la mencionada ópera La flauta mágica, a la que no le niego su mérito musical) o simplemente porque no me gusta. Mozart componía lo que le encargaban, y a veces sus hermanos masones le encargaron obras (que, por cierto, salvo la ópera en cuestión no suelen ser de mucha calidad), pero también compuso mucha música sacra mientras trabajó para el arzobispo Colloredo: misas, sonatas da chiesa, etc. Y también hizo la versión arreglada en alemán de El Mesías de Haendel. Quiera Dios que, en efecto, muriera arrepentido. El Requiem que escribió al final de su vida podría ser prueba de ello.
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