Lo cierto es que no lo tengo desarrollado. Es la clásica expresión de réplica ante un momento de cabreo. No deja de ser una humorada que suelo repetir cuando escucho, leo, veo... aguanto, que el catolicismo es una antigüalla, o que España es un concepto a deshechar. Cuando nos dicen que la boda entre dos maromos es moderno o cuando nos llaman reaccionarios...en fin, todas esas patochadas. Por eso, es como una descarga, como un querer ponerlos en su sitio. Pero he observado que les produce cierta perplejidad, sobretodo si les doy argumentos, pues se trata de un vocablo nuevo, que aún no conocen.
Marcadores