Navarra, al inicio de la Transición

… todavía era tradicionalista en su mayoría, pero el tiempo pasó y llegaría otra generación, y otra la de hoy, 40 años después, materia de película de terror, donde los nietos de aquella gente de orden son una especie de zombis endemoniados, ¡quien lo hubiera imaginado entonces!

Revista FUERZA NUEVA, nº 484, 17-Abr-1976

Navarra, hoy

Me he pasado casi una semana de posada en posada, es decir, entre el pueblo, por posadas navarras. Me picaba la curiosidad de conocer la Navarra de hoy, de compulsar ese pueblo que el año 36 fue modelo y guía, entusiasmo y heroísmo.

Es cierto que mi táctica no fue muy ortodoxa. Casi siempre empecé lamentándome de la desilusión que hoy me producía un pueblo casi anodino, casi sin color, casi desemparentado con el de ayer. Fueron muchas horas, muchos interlocutores, muchas charlas ante un vaso de vino de la región.

Puedo, imparcialmente, cristalizar mis conclusiones que, ES UNA PENA, no coinciden con la tónica de los periódicos que esos días leía cada mañana. El alma navarra, la histórica, la operativa, me ha hecho el efecto de que no se ha dejado drogar por sus políticos de hoy y sobre todo por su CLERO de hoy. Esa es la verdad. Más aún: ante tales presiones reacciona “a lo navarro”. Navarra todavía es reserva y ejemplo.

Resumiendo en frases categóricas oídas con frecuencia, podemos hacer estas afirmaciones que para más de uno serán optimistas:

-El 95 por 100 de los navarros mayores de 50 años vibran con el mismo espíritu que en julio del 36 les lanzó a la Cruzada.

-El 50 por 100 de sus hijos, pese a las apariencias, se conservan en la misma línea, si hacemos la excepción de Pamplona y de algún señorito hijo de papá.

-De Pamplona para abajo, incluyendo la ciudad de Pamplona, no hay 300 que sepan el vasco. Ni les interesa.

-El separatismo vasco sólo ha prendido en ciertas esferas izquierdistas que pretenden enumerar como dato de separatismo el hecho de que en la montaña, allá arriba, en algunos caseríos, todavía haya viejos que hablen el vascuence.

-El pueblo se avergüenza de ETA. La califican con los peores adjetivos. No quieren ningún parentesco.

-Creen que los vascos-vascos son un pueblo primitivo, cargados de miedo ante ETA. Que los ricos le apoyan económicamente, que muchos pueblerinos le amparan por miedo.

-Que muchos secuestros de ETA son un “cuento”. Que es la manera segura de regalarle unos milloncetes. Milloncetes que no le dan por simpatía sino por miedo…

-Con todo esto de ETA los navarros, incluso los que un día se pudieron sentir algo cercanos a los vascos, hoy se encuentran cada vez más lejanos.

-Que las huelgas se debieron a cortedad de las autoridades locales, regionales… Que el obrero industrial navarro no tiene ni idea de revoluciones sociales pero está arrollado por los piquetes que le envían desde las provincias vascongadas. Y “torcidos” por el nuevo clero.

Estas, y otra docena de conclusiones, saqué en limpio, estos días pasados, entre el pueblo sencillo navarro.

Yo no las firmo ni afirmo. Yo las transcribo. Que me las discutan, que me las corrijan. Pero el que me corrija que se pase primero una semana, mano a mano, sin tinte político, compulsando la genuina y natural Navarra de hoy.

VARA DE ROBLE