La memoria de un testigo del genocidio rojo en España

[Valmadian]

Recuerdo que mi padre (q.e.p.d) que sufrió cautiverio y después se vió en la lógica necesidad de combatir a los genocidas rojos entre 1936 y 1939, nunca quiso que sus hijos conociéramos aquél horror. Para ello guardó siempre un más que prudente silencio y nunca nos orientó ideológica y políticamente hablando. Pero ya se sabe que de casta le viene al galgo, y todos sus hijos salimos del mismo bando que él. Ahora bien, el único beligerante soy yo, y lo soy hasta el extremo de que no he olvidado ni he perdonado nada, de lo que hicieron aquellos criminales. Para mí, cada acto de esta gentuza es un acto de chulería y provocación, que deben ser adecuadamente respondidas en la misma línea y con el máximo grado de intensidad. Por eso, es por lo que considero que se debe responder a todas y cada una de sus provocaciones no dejando caer en el olvido de la comodidad, en el olvido de la política del avestruz, en el olvido al que tan aficionada es la derecha democratita, todo lo que hicieron no vaya a ser que quieran repetirlo, y es que ya se sabe que la cabra siempre tira al monte, y si el pastor es El Cabrón, con más motivo aún.

Así, pues, aquí reivindico la memoria de un alemán, que se ocupó de los asuntos de la Embajada de Noruega en Los Años del Terror Rojo en Madrid, siendo testigo directo de las matanzas del Genocidio Socio-Comunista, y que pudo rescatar con vida a casi mil inocentes amparándolos con el paraguas diplomático.

Adjunto un enlace con la Wiki, que no es terreno que me guste, y recomiendo sus libros, uno en particular, Matanzas en el Madrid Republicano, que hasta el 2005 nadie tradujo, que ya he solicitado su compra, y que viene documentadísimo sobre la barbarie marxista.

es.wikipedia.org/wiki/Felix_Schlayer

Y por si acaso no saliera bien la conexión, con buscar Félix Schlayer en Google saldrá todo lo que se quiera sobre él.

Hace años que vengo sosteniendo que ya es hora de que se celebre un juicio universal contra el marxismo por el genodicio de 150 millones de seres humanos, cifra documentada, no imaginada, y hay que seguir esperando.