Re: La marca España

Iniciado por
CRISTIÁN YÁÑEZ DURÁN
Estimados, hoy en día casi todos los países han registrado sus respectivos nombres como marca. De ese modo obtienen muchas ganancias cobrando derechos de patente a diversas empresas por el sólo hecho de ocupar dicho nombre.
Es un asunto netamente práctico y que no obedece a ninguna conspiración ni nada parecido.
¿Seguro?
Lo pregunto porque seguramente tendrá "código de barras" y es conocida la asociación que se hace de éste con "la marca" sin la cual nadie podrá vender, comprar, etc., etc. No obstante, y aunque no hubiese relación alguna, no deja de sonar fatal: El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de La Mancha, "marca España", ¡absurdo! He entendido que se aplica a ciertos asuntos pero, finalmente, irán extendiendo su aplicación a todo, al tiempo.
"He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.
<<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>
Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.
Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."
En la hora crepuscular de Europa José Mª Alejandro, S.J. Colec. "Historia y Filosofía de la Ciencia". ESPASA CALPE, Madrid 1958, pág., 47
Nada sin Dios
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