Carod Rovira se ha convertido en un gran gourmet. O al menos eso parece indicar sus casi diarias visitas al restaurante Gaig de Barcelona. Un restaurante donde el cubierto por persona sale a 20.000 de las antiguas pesetas. A decir verdad, no tiene mal gusto José Luis ya que en este restaurante se come fenomenal.
Pero vergüenza le debe dar que le vean ya que los rumores indican que no come en el comedor para evitar ser visto y además entra en el restaurante tapado por unas cortinillas. Todo sea para guardar la discreción, más que nada porque no paga la cuenta de su bolsillo. Paga la Generalitat.
¿Cuánto ha gastado durante el último año? ¡Qué escándalo! Sin embargo, sus escoltas no tienen tanta suerte ya que mientras José Luis se da el gran banquete diario, ellos comen a base de bocatas en los bajos de la calle Aragón, a esperas de que el jefe se pague la comilona y se fume un buen puro a la salud de los contribuyentes catalanes.
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