La contaminación reduce la fertilidad de la mitad de los varones españoles
La fertilidad de los varones se decide en el útero materno. Poco importan los hábitos de vida. Ni el alcohol, ni el tabaco, ni siquiera el estrés influyen tanto en la calidad del esperma como lo hacen los contaminantes ambientales durante la gestación y el desarrollo del embrión. Un estudio español, en el que han participado 60 centros de reproducción asistida, muestra cómo la capacidad de concebir masculina se reduce en las comunidades con mayor contaminación industrial y exposición a sustancias químicas presentes en pesticidas o desinfectantes.
Aunque el problema es global: más de la mitad de los jóvenes estudiados -un 57,8%- son subfértiles. Eso significa que por problemas de movilidad, volumen y concentración de espermatozoides les costará más ser padres o tendrán que recurrir a la ayuda de la medicina para concebir.
«Uno de cada cinco jóvenes con un nivel de concentración anormal derivará en infertilidad», aseguró ayer Marisa López-Teijón, jefa del servicio de Reproducción Asistida del Instituto Marqués y una de las coordinadoras del informe. El estudio contó con las muestras de 1.239 varones de entre 18 y 30 años de todo el país. Pero sólo se obtuvo una muestra significativa en seis comunidades autónomas.
La fertilidad masculina se resiente en Cataluña, la Comunidad Valenciana y el País Vasco, tres zonas con un tejido industrial potente. Sus jóvenes son los que obtienen peores resultados frente a gallegos y andaluces. La Organización Mundial de la Salud considera «normal» la presencia de 20 millones de espermatozoides por mililitro. Las muestras del 22,7% de los catalanes y valencianos arrojaron valores anormales, atendiendo a la concentración de espermatozoides y su capacidad de concebir. En el País Vasco la cifra alcanzó el 18,7% y descendió hasta el 8,5% en Galicia, la comunidad con mejores resultados. En Madrid sólo se obtuvieron muestras con mala calidad en el 14,8 % de los jóvenes, y el 13,7% en Andalucía.
Los resultados dibujan una radiografía de la fertilidad en España que ya habían trazado las clínicas de reproducción asistida. «Galicia, por ejemplo, la región con mejor semen, es una de las comunidades con menos centros que tratan la fertilidad», dijo López-Teijón.
Pérdida progresiva
Los resultados confirman los obtenidos por otros estudios que avisaban de la pérdida progresiva de la calidad del semen de los españoles. Y justifican también las bajas tasas de natalidad, con frecuencia atribuibles al retraso de la maternidad. El trabajo, impulsado por la Sociedad Española de Andrología, también coincide con otras investigaciones europeas que también han observado este deterioro.
Los autores del estudio no dudan en culpar a la contaminación industrial y a los disruptores endocrinos, esto es, sustancias químicas capaces de alterar el sistema hormonal. Están presentes en plásticos, pesticidas, desinfectantes, tintes, esmaltes, textiles...
La exposición a estas sustancias a través del cordón umbilical afecta a la fertilidad del hombre desde la gestación. Eso explicaría -dicen los autores- por qué Galicia y Andalucía, con menos industrias, arrojan los mejores resultados. Lo mismo sucede en Madrid, con mayor polución atmosférica y menor contaminación industrial. El mejor «tratamiento» es aumentar el número de eyaculaciones semanales, dice López-Teijón. «Así se estimula la función del testículo y se eliminan los espermatozoides que están muertos».
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