Las raíces judías del comunismo

By AMDG on Septiembre 5th, 2009 | 1 Comment »
La entrada El chantaje del holocausto aumenta a medida que pasan los años levantó algo más pasiones en los comentarios. Encuentro en ellos algunos exabruptos improcedentes, pero también algunas aportaciones muy valiosas, como esta de Oberst Hessler Jul 18th, 2009 at 11:20. Hay alguna cosa que me parece algo floja. Por ejemplo esta:
Es como el cine sionista, que contiene muchas veces claros elementos religiosos y místicos que le dan a las películas un toque trascendental elevando esas películas por encima de la superficialidad que tendrían si solamente fueran historias de aventuras. Por ejemplo: Star Wars con sus caballeros Jedi dominadores de la Fuerza; el mesianismo presente en The Matrix, Dune o Terminator; la personificación del demonio en Alien; etc.).
Sin embargo, leo algunas cosas de mucho peso. Por ejemplo:
En ese mismo libro [Tener y ser], Eric Fromm dice:
“Como Hennann Cohen, Ernst Bloch, y otros investigadores afirmaron durante las décadas pasadas, el socialismo fue la expresión secular del mesianismo profético. Quizá la mejor manera de demostrar esto es citar la caracterización de la Época Mesiánica que se hace en el Código de Maimónides:
“…(párrafo grueso)
En esa era no habrá ni hambre ni guerras, ni celos ni luchas. Los bienes terrenales serán abundantes, y el bienestar estará al alcance de todos. La única preocupación de todos será conocer al Señor. Como los israelitas serán muy sabios, conocerán cosas que hoy día están ocultas y lograrán comprender a su creador hasta la máxima capacidad del espíritu humano, pues escrito está: “La tierra será llena del conocimiento de Jehová, como cubren la mar las aguas”. (lsaías 11:9).
“En esta descripción, la meta de la historia es permitir a los hombres dedicarse enteramente al estudio de la sabiduría y al conocimiento de Dios; no al poder ni al lujo. La Época Mesiánica es de paz universal, falta de envidia y abundancia material. Este panorama está muy próximo al concepto de la meta de la vida que Marx expresó al final del tercer volumen de El capital”.
Fromm, Cohen y Bloch eran judíos, así que no creo que estén hablando por hablar, o que se trate de “gentes desconocedoras, es decir, ignorantes por falta de estudios sobre el tema”, como dijo alguien que me acusó de fascista (¡qué menos!). Más de Oberst Hessler (Jul 18th, 2009 at 11:10 EDT):
Yo no creo que se exagere cuando se afirma que el comunismo y la revolución soviética han sido la obra de una mayoría judía. Con excepción de Lenin, los principales jefes revolucionarios han sido judíos. Se señala que Cicerine, uno, un puro ruso, fue reemplazado por su subordinado Litvinov y que la influencia de rusos como Bujarin (quien, sin embargo, fue definido como judío por el “Jeweish Chronicle” del 9 de octubre de 1953, NdA) o Launatchiarsky no puede ser comparada al poder de Trotsky o Zinoviev, el dictador de la ciudadela roja (Petersburgo, NdA) o al poder de Krassine o de Radek, estos últimos ambos judíos. En las instituciones soviéticas, la preponderancia de judíos es siempre sorprendente. Los procesos extraordinarios contra los combatientes contra-revolucionarios han sido hechos solo por judíos y, en numerosos casos, por judías. Un caso similar se repite en Hungría durante el breve período del terror de Bela Kun. Lo mismo ocurrió en Alemania, especialmente en Baviera…”
(WINSTON CHURCHILL, Zionism towards communism, “Illistred Sunday Herald”, Londres, 8 de noviembre de 1920).
Creo que, antes de exigir perdones y de pedir reparaciones históricas, algunos deberían palparse la ropa con mucho cuidado.

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