Pues claro, Rodrigo, a eso me refería, quizás tenía que haber añadido "también", pero eso es lo que dije y que confirma Garisoain. Es más, estoy de acuerdo con él. Otra cosa son las buenas intenciones y las ganas de empezar a trabajar ya de una vez.
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Pues claro, Rodrigo, a eso me refería, quizás tenía que haber añadido "también", pero eso es lo que dije y que confirma Garisoain. Es más, estoy de acuerdo con él. Otra cosa son las buenas intenciones y las ganas de empezar a trabajar ya de una vez.
Un mal endémico del parlamentarismo es acabar liquidando las posturas demasiado netas, y ahora con las nuevas trampas electorales incluso las moderadamente netas. Con lo que vemos que cualquiera que quiera tener algo de influencia debe pastelear, recular, contradecir, mariconear y bastardear. No es nada nuevo, ya hace años se vaticinó la muerte de las ideologías y su disolución en paradigmas de pensamiento débil, en lugar de la vuelta a las doctrinas. La "nación" de UPyD es un paradigma totalmente relativista, que puede llegar a engañar desde a un fanático defensor de la nación liberal hasta a un hispanista tradicional. Lamentablemente hoy en día la religión lejos de ser una idea fuerza no es ni siquiera un paradigma movilizador, pero la culpa no es de los católicos conscientes, ni por ello estos católicos han de claudicar en sus postulados para hacerse un hueco en el chalaneo electoral.
La lectura pausada y meditada de la Rebelión de las masas y España Invertebrada de ORTEGA, El rapto de Europa de DÍEZ DEL CORRAL, El Crepúsculo de Las Ideologías de Gonzalo FERNÁNDEZ DE LA MORA, Crisis del Humanismo y Defensa de la Hispanidad de Ramiro de MAEZTU, son lecturas obligadas para toda persona que quiera saber qué está pasando y, en mi opinión, en el orden en el que las he citado que no necesariamente siguen una secuencia cronológica, sino para la contrastación adecuada de las ideas.
No entiendo a qué te refieres. La cuestión aquí es que los tradicionalistas de la CTC querrían formar parte de una coalición por los llamados "principios no negociables" que concurriera a las elecciones y lograra obtener representación. Bien, yo lo que digo es que no es mala idea, pero pensemos que con esta ley electoral un partido regionalista o separatista con un 0,24% del cómputo total de votos ya consigue representación parlamentaria por tener a sus votantes concentrados en una misma provincia mientras que un partido minoritario de ámbito nacional necesita multiplicar por 20 ese porcentaje de votos para obtener algún diputado y eso únicamente en Madrid ya que en otras provincias hace falta un mayor aun porcentaje de votos por diputado. Mientras esto siga así la gente nunca votará a los partidos minoritarios de ámbito nacional porque considerarán que es un voto tirado a la basura o dirán que es un voto que beneficia al "mal" que consideran "mayor". Por eso digo que para que las cosas cambien la prioridad en cuanto a elecciones se refiere debería ser cambiar este sistema electoral tan nefasto.
Te refieres al desastre que es la Ley D'Hont, con unos efectos archiconocidos desde antes que entrase en vigor, y que prefieres una ley de proporcionalidad directa. Bien, esto lo queremos mucha gente, es más en realidad la primera no se ajusta a la Constitución, dado que establece unas discriminaciones positivas en favor de ciertos grupos y sus votantes.
Bueno, pues esto es una cuestión y otra que el Carlismo, hoy muy dividido en capillas, vaya a aliarse con grupos que NO comparten los principios irrenunciables de la Tradición. Lo que los grupos carlistas deben hacer ya en mi opinión, es convocar un congreso nacional para la fusión de todos. A su vez, el problema no es sólo la ley electoral vigente hoy en España, también es necesario disponer de una autoridad única nacional, de organización y de medios. Y hay que empezar la obra por los cimientos, es decir, por los pueblos y los barrios, por los centros escolares y por las empresas, por las parroquias y por los clubes deportivos..., en resumen, "hay que construir la sociedad de otro modo, o nos dará lo mismo qué ley electoral tengamos, esta de ahora o cualquier otra.