Re: Animalismo
Esto del "soylent" ni es original, ni es algo nuevo. El "inventor" del ingenio alimenticio es el clásico listillo de hoy en día que en realidad no entiende de casi nada. Todos los entusiastas de la macrobiótica son inventores de algún tipo de brebaje hecho a base nutrientes de dudosa eficacia, para comprobarlo basta con consultar las secciones de nutrición de las revistillas casposo-cardiacas. Y todos fallan por el mismo lado: el desconocimiento del sistema orgánico del ser humano. ¿Para qué tenemos dentición? Si lo que afirma el muchachuelo listillo fuese algo con futuro, el hombre acabaría libando cual insecto chupóptero vulgaris, y es que el brebaje en el frigorífico con pajita incorporada acabaría provocando una sin duda segura "evolución" hacia la trompa succionadora
. Pero como el brebaje ese no requiere de papilas gustativas y en consecuencia de saliva, adiós no sólo al gusto, sino también al olfato, o sea que el ser humano volvería a "evolucionar" eliminando la nariz y sustituyéndola por una trompetilla "marcianoide" de la que saldría la trompa succionadora, cuando llegase la hora de nutrirse
En consecuencia, ya desdentado, sin lengua, sin napia, sin olfato ni gusto, "¿pa ké hablá, a bé pa ké?" con un codigo de zumbidos ya tendríamos asegurada la comunicación...¡bzzzzz! y podríamos seguir así analizando cada órgano del cuerpo hasta llegar a... ¡ejem!
Pero es que, además, eso tendría efectos económicos: ¿para qué los hipermercados, supermercados, tiendas de barrio, restaurantes, cafeterías, bares y tabernas? Pues para nada, "surtidores" a modo de gasolineras en las que rellenar los bidones de "soylent" para toda la semana. Bueno, pues seguro que nos encontraríamos con la especulación de algunos. Así, se constituirían cárteles que se pondrían de acuerdo para controlar los precios del litro o galón, según países, así como la cadena productiva que, obviamente, no empezaría en la granja, sino en algunas fábricas construidas "ad hoc" y de grandes extensiones de arrozales en China.
Lo cierto es que yo voy a patentar otro sistema mucho más barato y tan nutritivo o más que el "soleado" de este lumbrerillas. Se trata de ingerir el pasto que hay en praderas (así tomamos verdura, raíces estilo cucurbitáceas, y hasta tierrilla para ayudar a triturar la ingesta), sin menospreciar todo insecto que se encuentre entre los hierbajos ( proteínas a mogollón), alternando con el líquido de charcas y arroyos (o sea, H2O, agua en mi pueblo). Además, la abundancia de los elementos permitiría llevar un capazo para recoger de tal modo que así se tiene para la cena. Para comunicarse unos con otros, y según idiomas, en los pastos se podrían usar términos basados en el "beee" o en el "muuuu", incluso en una más compleja articulación basada en el "¡Jiiijaaaa!". A esto yo lo llamaré "Soylent Grenn Grass Eat" y figurará en alguna de las mejores guías gastronómicas.
Lo del muchachuelo este es de antología, pero es listo, porque hay un montón de subnormales que le están haciendo caso y él cobra por ello. Parece mentira, pero hay un sector de la Humanidad que está de más en este mundo. Aún así esta modilla durará poco y es que cualquiera le hace ascos al olorcillo de un chuletón, del chorizo fritito, del cafetito con leche acompañado del croissant recién horneado, ¡já!
Soylent, el «superalimento» que triunfa en EE.UU.
JAVIER ANSORENA
Día 09/06/2014 - 00.17h
Se trata de un batido, sustituto de la comida convencional, con todos los nutrientes necesarios para una dieta saludable
Soylent, el «superalimento» que triunfa en EE.UU.
Rob Rhinehart es el inventor del Soylent
En la nevera de Rob Rhinehart no hay huevos, ni leche, ni carne, ni fruta, ni una triste lechuga. Sólo jarras con un líquido amarillento que ha sido el 90% de su alimentación en el último año. Rhinehart es el creador de Soylent, «una alternativa a la comida tradicional» que ha causado revuelo en EE.UU.
Además de predicar con el ejemplo, Rhinehart predica con un discurso que suena funcional, futurista, algo «geek» y despojado de toda emoción: Soylent es el producto «más sencillo con el que podemos sobrevivir»; el sistema de alimentación convencional es «demasiado complejo, demasiado caro y demasiado frágil»; los campos de cultivo son «fábricas muy poco eficientes»; la nutrición «es un problema de ingeniería»; y todo alimento que no es Soylent es «comida recreativa».
En el futuro, «veremos una separación entre las comidas utilitarias y funcionales y las comidas como experiencia y para socializar», explicó recientemente a la revista «The New Yorker».
En esencia, Soylent es una bebida que contiene los treinta y cinco nutrientes necesarios para una dieta saludable. Está basado en maltodextrina, proteína de arroz, harina de avena, aceite de colza y de pescado y una mezcla de vitaminas y minerales.
La idea nació, como tantas otras «start-ups», en un apartamento de tres veinteañeros en San Francisco. Habían conseguido financiación para desarrollar un sistema de torres telefónicas baratas, pero, a finales de 2012, el proyecto no despegaba. Rhinehart era uno de ellos. Con cada vez menos dinero para acabar su proyecto, este experto en computación y electrónica intentó gastar lo menos posible en comida. Los menús de un dólar y la pizza no parecían una buena solución a largo plazo. Hasta que decidió investigar cuáles son los nutrientes básicos, qué cantidades recomiendan las organizaciones médicas, y los mezcló con agua en una batidora. «Voilà», ya tenía el alimento saludable más barato y con menor tiempo de preparación posible, perfecto para dedicar todas sus energías a impulsar su empresa.
Pedidos diarios de 10.000 dólares
Pero hubo un cambio de planes. Rhinehart colgó en Internet la fórmula del invento y su experiencia de nutrirse solo con Soylent y la respuesta fue inesperada: había mucha gente interesada en un producto así. Junto con sus compañeros de piso, se centraron en hacer de Soylent una empresa. Se pusieron como objetivo recaudar 100.000 dólares en un mes a través de «crowdfunding» para comprar los ingredientes y empezar a hacer envíos. En dos horas, consiguieron ese dinero. Pronto llegaron inversores, y los primeros paquetes de Soylent se enviaron a comienzos del mes pasado. Ahora, la compañía recibe pedidos de 10.000 dólares cada día.
Quienes han probado Soylent, dicen que no sabe mal, pero tampoco es ninguna delicia. Es, sobre todo, aburrido, como no puede ser la vida sin el crujir de la corteza del pan, el aroma de un tomate o el sabor de una loncha de jamón. Algunos médicos han advertido que usarlo como sustituto de la comida es discutible, aunque el producto tiene la aprobación de la Administración de Medicamentos y Alimentos (FDA, en sus siglas en inglés), que lo cataloga como alimento, no como complemento nutricional.
El único problema de Soylent podría ser su nombre. En EE.UU., es una referencia clara a Soylent Green el alimento de los humanos en la película futurista de mismo nombre. El protagonista, interpretado por Charlton Heston, revela alarmado al final de la cinta que Soylent Green está hecho de carne humana. A Rhinehart no le importa esa asociación y la prefiere para alejarse lo máximo de la corriente «foodie» dominante estos días: Soylent es «lo opuesto a lo natural, lo fresco, lo orgánico», aseguró a «The New Yorker’».
Así está él, véase la jeta del tipo en el enlace, bien en el mensaje más arriba, bien en el de aquí abajo. Por cierto, la "noticia" tiene una antigüedad de 16 meses, ¿seguirá bebiendo esa porquería o habrá claudicado ya ante la perspectiva de terminar en algún loquero? Ya se sabe que esta sociedad de consumo, al igual que Saturno, acabará devorando a sus propios hijos, los consumidores.
¡Señor! vuelve ya que nos estás haciendo mucha falta.
http://www.abc.es/sociedad/2014068/a...406051932.html
Última edición por Valmadian; 30/10/2015 a las 20:59
"He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.
<<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>
Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.
Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."
En la hora crepuscular de Europa José Mª Alejandro, S.J. Colec. "Historia y Filosofía de la Ciencia". ESPASA CALPE, Madrid 1958, pág., 47
Nada sin Dios
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