Tema: El Generalísimo

La providencia quiso que Francisco Franco Bahamonte fuese elegido y dirigió el país.

Efectivamente hay aspectos, temas en los cuales diferimos mucho de sus actuaciones. ( No desde luego en el Alzamiento, que defendemos)
Pero el balance general arroja un enorme peso hacía su papel como buen conductor del país.
Tanto, que yo estoy segura que muchos jóvenes hoy día darían cualquier cosa por que se les debolviese a aquella España limpia, sana, trabajadora, de orden y honra.
Y lo escribo sin complejo ninguno....¡Quién pudiese volver a aquellos años! Equivocamos la época al nacer muchos.

Ante estos tiempos que desprecian a sus grandes estadistas, hay que recordárselos. Investigar, conocerlos,
para desenmascarar las mentiras con las que han viciado los revanchistas. Pues no se trata de memoria histórica de un bando que asesinaron militares. Es otra cosa. Y su fin no es ninguna cohesión social ni justicia.

Francisco Franco: ¡Presente!

https://agnusdeiprod.wordpress.com/2...-maria-molina/

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Queremos agradecer públicamente a D. José Utrera Molina el haber respondido a nuestra solicitud para escribir estas líneas. Nadie mejor que él, colaborador estrecho del General Franco, para reflejar el espíritu católico que lo animó y sostuvo.
Adelante la Fe
Quizás suene a un destiempo histórico la nominación de un Jefe del Estado con la calificación de cristiano. Nadie parece tener en cuenta que Europa, vibrante y vibradora abrazo hace mucho tiempo frente a dogmas la religión católica. Por eso hoy parece disonante encontrar una titulación que vinculara a un poder público con la religión católica.

Franco fue un católico ferviente, nada amanerado, nunca se perdió en ninguna clase de rutina al uso, mantuvo la dignidad de su imagen vinculada por esencia y por fe a lo que constituía para él la verdad esencial del cristianismo.
Su régimen no fue en modo alguno el nacional baluarte de una iglesia asediada, pero como creyente proyecto su actividad pública en beneficio de la iglesia. Templos, ciudades, universidades, centros de enseñanza y todo aquello que era medularmente importante en la vida de España, tuvo la impronta del catolicismo, que fue siempre quien respaldó todos sus actos humanos, atento siempre a un fin de misericordia, no a una voluntad de agresividad, ni a una actitud de hiriente combate.
Nadie en su sano juicio puede negar la inmensa aportación de Franco a la reconstrucción de una iglesia dañada por el odio. Los signos de todas las realizaciones del régimen no desecharon nunca la significación de la cruz en el proyecto de la historia.
Tuve con él por imperativo de las responsabilidades de mi cargo, conversaciones que han quedado para siempre grabadas en mi alma. Hubo algunas en las que actuaba más como confesor que como poseedor de cualquier clase de radical autoritarismo. Franco, sabía siempre perdonar, nadie debería juzgarle como gobernante frío y desconectado de los dolores del pueblo. Siempre demostró un interés apasionado por aquellas personas en situación de deficiencia laboral, por un imperativo y exigencia de justicia social.
Su obra ha de ser imperecedera, sus frases finales contenidas en su testamento dan asiento de verdad a lo que fue su vida.

José Utrera Molina
Madrid, 22 de noviembre de 2015

Que la semilla Carlista, el reconocimiento a los
unionistas no decaíga. Que quien quiera asomarse encuentre las palabras en Dios, y no haga caso de tribulación.

Hubo tiempos de unión ante la marrasma. Dios quiera que algún día, año, aunque nosotros no lo veamos, nuestros hijos y nietos desvelen la verdad, y sepan olvidar fratricidios.

Y de reconocer a su España como lo que siempre debió ser: Nación Católica.
https://m.youtube.com/watch?v=cOHtlTKSd38
Don Rafael Gambra y Don Blas Piñar. Incansables para el reinado social de Jesucristo.
No dejemos que nos engañen.

Los Carlistas están abocados hoy a mantener viva y luchar por la idiosincracia de Dios, que es la de España. Deben liderar ellos y ellas. Pues son los guardantes y garantes de nuestra fe.

Digamos ¡Viva Cristo Rey!. Confiemos en ellos. Quiera Dios que algún día nos representen aunque tengan que vestirse de lagarteranas demócratas.