Hace ya tiempo que fui llegando a la convicción de lo peligroso que puede ser el lenguaje, por supuesto en su peor versión. Recuerdo que siendo mucho más joven, cuando no existían Internet y las redes sociales, era relativamente común hablar de que la pluma podía ser más peligrosa que la espada. Lógicamente, aquél tipo de expresión parecía una hipérbole, pues sólo en la Prensa y en otros medios audiovisuales se palpaba el peligro que podía representar. Era lo del tonto y el lápiz, pero de ahí no pasaba o sus ecos no llegaban demasiado lejos.

Pero las maniobras para llegar a lo de hoy han tenido otros ámbitos, otros tiempos, otras estrategias, para lograr los fines que busca el NOM y al beneficiario más interesado en su existencia, por eso había que generalizar todo. Es difícil llegar a un hombre que no sabe leer, démosle las herramientas y que lea y escriba. Es difícil que un neolector llegue a entender ciertos conceptos, démosle herramientas suficientes en matemáticas básicas, algo de geografía, la parte de historia que interesa, hagamos que adore la Naturaleza. Pero siempre en pequeñas e insuficientes dosis no vaya a ser que empiece a atar cabos y se vuelva crítico, y con uno no pasa nada, con cientos tampoco, pero miles y sobretodo millones ya es otra cosa. Además vamos a reinventar el becerro de oro que tiene por ingredientes los derechos a todo, el estado de bienestar, el consumo rápido, fácil y barato, por supuesto, la total relajación de moral y costumbres, y con tales ingredientes ya habrá una masa totalmente sumisa y afecta.

A continuación, se llevan los medios de comunicación a cada casa, pero eso no es lo más importante pues no se sabe qué pasa en las intimidades con el constante lavado de cerebro (un rebelde en casa puede estar convirtiendo en rebeldes a todos los suyos), por tanto, lo que resulta decisivo es que tales medios puedan ser manejados directamente por esa masa (por ejemplo, lo que hacen el nene o la nena con el ordenador a espaldas de los papis y con la puerta cerrada) y ya sólo faltará un ingrediente más. Habremos llegado al lenguaje, frases breves, pero impactantes (la publicidad tiene mucha relación), con peligrosas y disolventes ideas que se convierten en símbolos y de ahí en ideogramas. De las ciencias se sacan muchos significados y significantes, ¿quién no se acuerda de términos como "paradigma"? vamos, que llego a ser algo así como "guay", o "lo más" del momento, pero ¿cuántos sabían que ese término implicaban intensivas discusiones epistemológicas, publicaciones de cientos de páginas tratando sobre él, congresos o simposios? la verdad es que casi nadie. Habían fabricado un "palabro" totalmente vacío de contenido de lo que era el contenido mismo de la investigación científica. Releyendo de nuevo el artículo sobre los "múltiples multis" y, si nos fijamos en concreto en esa estupidez que es la plurisexualidad de la LGTBI, ¿acaso hace veinte o treinta años no teníamos hasta en la sopa aquello de lo "unisex" en la ropa, las tallas, los colores, las peluquerías? ¿acaso los juguetes hoy en día no son sino "unisex" por lo cual los niños han de jugar con muñequitas junto a las niñas? ¿acaso, pues, plurisexualidad y unisexualidad no son términos opuestos? y digo términos o palabras que encierran una sola idea: circularidad que implica que todo vale, que no hay diferencias, nada escapa y todo está contenido.

Así, hoy en día teniendo en las manos un teclado y una conexión a Internet el tonto, el más tonto de todos los tontos, el campeón mundial de los tontos, tiene el mundo entero a su alcance. Ha cambiado su cuaderno de tonto que terminaba en una papelera sin que nadie lo leyese, por un arma formidable más peligrosa que un artefacto nuclear, dado que éstos están controladísimos, mientras que todo lo que escriba llegará a cualquier rincón, incluso a lugares en los van descalzos, pero tienen un ordenador. Hoy entiendo mucho mejor a Tolkien, ya que él construyó todo un lenguaje del que nació toda su obra. Hoy creo entender mejor eso del Verbo, en referencia a Dios, o esa idea de La Palabra, porque hay quien ha hecho una mala copia, un sucedáneo barato de ello para someter a un mundo habitado por toda clase de tontos de remate.

¿Y cómo se contrarresta? Con explicar La Palabra y hablar del Verbo debería ser suficiente, pues ¿cómo vamos nosotros a superarlo? Pues resulta que no, porque además de que este mundo está lleno de tontos de todas las clases, resulta que están sordos a la Verdad y sólo oyen el zumbido del Señor de las Moscas y su enjambre de esclavos.