Re: A las barricadas
Alejandro Farnesio
Para mí el tema es mucho más sencillo: La pérdida de la unión católica y la imposición del modelo francés de Estado que se basa simplemente en un grupo con una cultura y lengua común. Y ya nos decía Marceino Menéndez Pelayo que cuando España pierda su unidad católica volverán los reinos de taifas. Y creo que mucho después Carrero Blanco también expresó una frase similar como "lo que interesa a los enemigos de España es atacar su unidad religiosa pues de esta forma atacan a su unidad política".
Iniciado por
Valmadian
Si es lo único que se me ocurre después de leer el siguiente artículo, ¡a las barricadas para defender a España! Y es que si después de asistir al inconcebible y esperpéntico espectáculo en que han convertido a lo que antaño fue nuestra Patria, la misma en la que no se ponía el Sol, la misma evangelizadora de todo un continente, la que dio monarcas que fueron espadas azote de herejes, los pocos hijos que parecen quedarle a esta Patria no aparecen por parte alguna, habrá que asentir a su deceso y enterramiento. Porque las fuerzas satánicas desatadas sobre ella y contra ella habrán ganado, ¡si! habrán ganado y si eso no es un escenario apocalíptico que venga el Cielo en pleno y lo certifique.
Coincidimos en lo que es el núcleo del problema, pero un árbol no sólo tiene raíces y tronco, sino ramas grandes, menores, hojas, algún tipo de floración y frutos. Y todas sus partes son importantes. El problema es que o las raíces o el tronco, está podridos parcialmente y eso significará la muerte del árbol o que se convierta en un espantajo de si mismo. Y eso es lo que pasa, porque para pudrirlo total o parcialmente, habrá que admitir que algo maligno ha actuado sobre ello, algo que lo ha parasitado. Y posiblemente también haya sufrido un larguísimo periodo de sequía y sin agua que disuelva las sales minerales y otros nutrientes del suelo no puede sobrevivir, y si el suelo se vuelve ácido tampoco podrá.
El símil del árbol es válido para España y se puede aplicar a través de los argumentos del artículo reproducido. Es muy loable y deseable, así como necesario, recuperar las esencias católicas de España, de ese modo ella se libraría de todo lo demás, pero ¿cómo?, ¿dónde está el remedio? no se puede combatir la enfermedad con sólo mencionarla y lamentar la pérdida de la salud, hace falta mucho más y yo mismo finalizaba mi anterior mensaje con estos términos:
¿Y cómo se contrarresta? Con explicar La Palabra y hablar del Verbo debería ser suficiente, pues ¿cómo vamos nosotros a superarlo? Pues resulta que no, porque además de que este mundo está lleno de tontos de todas las clases, resulta que están sordos a la Verdad y sólo oyen el zumbido del Señor de las Moscas y su enjambre de esclavos.
"He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.
<<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>
Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.
Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."
En la hora crepuscular de Europa José Mª Alejandro, S.J. Colec. "Historia y Filosofía de la Ciencia". ESPASA CALPE, Madrid 1958, pág., 47
Nada sin Dios
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