Viendo al Presidente de la Conferencia Episcopal hablar de diálogo y más diálogo (con el el que no quiere dialogar), de los derechos de los pueblos que forman el Estado, de la Constitución (etc) no puede uno sino pensar que al Clero le han conseguido dar la vuelta como un calcetín en 50 años; aunque lógicamente, el problema en la Iglesia viene de muy atrás.
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