Muzaraque, los troyanos, Salomón y el tesoro de monedas del Zulema

El MAR suma a su colección permanente 30 denarios de plata procedentes de un tesorillo hallado en Alcalá de Henares

Fuente: P. P. H. | Diario de Alcalá 04/12/2015


Aspecto de unos denarios romanos




El Museo Arqueológico Regional de la plaza de la Bernardas acaba de sumar a su colección permanente 30 denarios de plata donados a la institución por parte de Paloma y José Luis Morata Torres. Las monedas forman parte de un tesorillo más amplio encontrado en 1934 de modo casual, al hacer unas cimentaciones para una fábrica en la Cuesta de Zulema, al sur de Alcalá y al otro lado del Henares.


Desgraciadamente el tesorillo era bastante más amplio, según está documentado, y fue desarticulado en el momento de su aparición. Según el historiador Mateu y Llopis, estaba formado por un conjunto de unos 1.500 denarios tanto ibéricos como romano-republicanos, localizados dentro de una vasija de barro rojo situada junto al río. Se ha considerado que la ocultación se produjo en la Guerra Civil de los años 49-44 a.C., pero más bien es de un momento algo anterior. En concreto, debió de efectuarse durante la sublevación vaccea del año 55 a.C.


El estudio de esta importante donación por el museo arrojará luz a este importante y desconocido periodo de la historia de la Comunidad de Madrid y ayudará a realizar una interpretación arqueológica más veraz de este conjunto de monedas tan importante para la arqueología y para los patrones de poblamiento en Alcalá.


La colección se encuentra en un extraordinario estado de conservación y su singular belleza podrá ser ahora contemplada al entrar a formar parte de la colección estable del museo, quedando a disposición no solo de la investigación científica sino de todos los ciudadanos interesados por la historia.


Un paraje entre la historia y la leyenda


Este lugar arqueológico es uno de los dos citados en el texto del Quijote junto con los toros de Guisando, lo que nos da una idea de su importancia histórica. En esa zona, y en la meseta del cerro de San José del Viso, está documentada, además de presencias prehistóricas, una de las primeras poblaciones estables de nuestra zona, perteneciente a los carpetanos, y allí se radicó la primera Complutum, urbe del periodo republicano, cuya traza desveló hace cuatro años en una brillante investigación la joven arqueóloga alcalaína Sandra Azcárraga.


Esa larga historia de lugar hace que allí se radiquen algunas de las leyendas más hermosas en torno a la fundación de Alcalá. Como por ejemplo esa que atribuye la fundación de Iplacea, una de las míticas antepasadas de nuestra ciudad actual, a un grupo de guerreros griegos procedentes de Troya.


O la que sitúa en alguna cueva de las arcillosas paredes de la cuesta la mismísima mesa del rey Salomón, la joya más valiosa del mundo, que no solo dio lugar, según algunos, a la derivación del nombre del lugar como Zulema sino que provocó el encantamiento del moro Muzaraque, castigado a errar por la cuesta por ocultar el hallazgo. Y hasta el mismísimo Cervantes se hace eco de esta vieja creencia, cuando en el capítulo XXIX de la primera parte del Quijote afirma: “…Y aún haré cuenta que voy caballero sobre el caballo Pegaso, o sobre la cebra o alfana en que cabalgaba aquel famoso moro Muzaraque, que aún hasta ahora yace encantado en la gran cuesta Zulema, que dista poco de la gran Compluto”.


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