Después de la de Saulo, camino de Damasco pocas conversiones hay tan sonadas como la del autor de "Coños" (1994), a pesar del manto protector que le brindaba la estela impía del blasfemo Francisco Umbral. Los milagros, pues, son posibles. Estas cosas dan ánimo para seguir luchando, confiando en los inescrutables arcanos de la Providencia.
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