Re: Crítica del evolucionismo católico
Respecto a la cuestión de la II Ley de la Termodinámica y la entropía aplicada a los sistemas biológicos he encontrado este sitio:
LA REVOLUCIÓN NATURALISTA
“Creo cada día con mayor fuerza que el hombre no se gobierna por sus ideas o su cultura. Imagino un fatalismo del medio, de la herencia y de las taras fisiológicas.”
– Ramón María del Valle-Inclán (1866-1936)
Evolución y entropía
Hay una larga historia de amistad y desavenencias entre la segunda ley de la termodinámica y la teoria biológica de la evolución. Como es sabido, algunos creacionistas todavía rechazan que la evolución (biológica) sea compatible con la entropía, dramatizada como una fuerza natural que impediría supuestamente el progreso de la vida. Los críticos marxistas, por su parte, desconfiaban de los rasgos "burgueses" ocultos en esta segunda ley, en aparente contradicción con el ilimitado proceso de organización requerido para asegurar el progreso social hacia el comunismo.
Aunque el posible vínculo entre la segunda ley y la teoría biológica de la evolución no es nuevo, pues ya fué conjeturado por el físico Ludwig Boltzmann y por Alfred J. Lotka, estos días Physorg se hace eco de un trabajo de dos físicos de la Universidad de Helsinki: Natural selection for least action, que vuelve a explorar la relación entre física y biología. De acuerdo con Ville Kaila y Arto Annila:
El concepto de movimiento constituiría un núcleo compartido por ambas ciencias (física y biología)...A medida que evoluciona un ecosistema biológico mediante el proceso de selección natural, dispersa energía, incrementa la entropía y se mueve hacia un estado estacionario con respecto a sus alrededores. Del mismo modo, a medida que la energía fluye en varios fenómenos físicos, también ocasiona que los sistemas biológicos se muevan hacia estados estacionarios con respecto a sus alrrededores, en consonancia con la segunda ley de la termodinámica. La ciencia no parece establecer una distinción entre objetos animados e inanimados. En ambos casos, la energía fluye hacia un estado estacionario, o un estado de equilibrio, en la ausencia de una fuente externa de gran energía.
(...) La segunda ley de la termodinámica podría ser la ecuación que describe el movimiento de la evolución. La selección natural tendería a favorecer aquellas mutaciones azarosas que tienden a acelerar el incremento de entropía de un ecosistema.
Una observación interesante procede de este foro: ¿Se está tratando de decir que la evolución biológica no viola la segunda ley o bien algo mucho más audaz, como que las leyes físicas de la energía, bajo ciertas condiciones locales, causan la evolución biológica?
Se participe o no del entusiasmo por la "consiliencia", no deja de ser un fenómeno digno de atención el hecho de que la idea de "equilibrio" asuma un lugar central tanto en las ciencias humanas, particularmente en la economía y la teoría de la elección racional, como en la termodinámica o en la biología.
Publicado por Eduardo Zugasti a las 23:39
Etiquetas: Evolución, Historia de la ciencia
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Quisiera dejar clarificado que lo que yo personalmente pienso no lo he dicho aquí todavía. Pero, quien quiera saber lo que si pienso no tiene más que entrar en el Foro de Ciencia y buscar mis temas, tanto los que he abierto, como en los que he participado.
"He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.
<<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>
Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.
Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."
En la hora crepuscular de Europa José Mª Alejandro, S.J. Colec. "Historia y Filosofía de la Ciencia". ESPASA CALPE, Madrid 1958, pág., 47
Nada sin Dios
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