DE LOS DOS DOMINIOS
Y DE LA TRAMPA REVOLUCIONARIA PARA IMPLATAR EL DOMINIO DE SERVIDUMBRE
Dos dominios son los que distingue Santo Tomás de Aquino. En el "estado de inocencia" sólo cabe un tipo de dominio: el que se ordena al bien común, cuando los excelentes ponen sus dones a disposición de los inferiores.
No es casualidad que eso de "estado de inocencia" nos suene mucho al "estado de naturaleza", sobre el que especularán los modernos contractualistas: y tanto que nos suena, pues el "estado de naturaleza" no es otra cosa que la secularización del "estado de inocencia".
Estos dos dominios son, según el Aquinate:
a) El dominio señorial (que entraña servidumbre)
y
b) El dominio libre.
Los antiguos sabían que en el estado actual (no en el "estado de inocencia") pueden conservarse vestigios del "dominio libre" (muy a duras penas y siempre bajo alguna suerte de forma de "dominio señorial"). Los modernos no se han enterado todavía de que lo que ha hecho la revolución ha sido anular el "pecado original" y convencernos de que existe la utópica posibilidad de ser libres absolutamente, para que la revolución ejerza, visible o solapadamente, el más embrutecedor de los "dominios señoriales", sometiendo a servidumbre a todos y cada uno.
EL DOMINIO DE UNOS HOMBRES SOBRE OTROS EXISTÍA EN EL ESTADO DE INOCENCIA, SANTO TOMÁS DE AQUINO DICE:
"El dominio tiene doble acepción. La primera es lo opuesto a la servidumbre, y en este sentido domina el que tiene un siervo. La segunda se refiere a cualquier modo de tener alguien sujección, y en este sentido domina quien tiene el gobierno o dirección de personas libres. El dominio en el primer sentido no se daba en el estado de inocencia, mientras que el segundo ciertamente era posible.La razón es que el siervo y el libre difieren en que "el libre es dueño de sí", como dice el Filósofo, mientras que el siervo se ordena a otros. Hay, por tanto, servidumbre cuando se retiene a uno para utilidad propia. Y, dado que todos apetecen el bien propio y se contristan de que lo que debiera ser propio ceda en favor de los demás, este dominio importa la aflicción de los sometidos, por lo cual no podía existir en el estado de inocencia.Por el contrario, el dominio libre coopera al bien del sometido o del bien común. Y este dominio es el que existía en el estado de inocencia por doble razón.La primera, por la naturaleza social del hombre, que se cumplía también en el estado de inocencia. Ahora bien, la vida social no se da si no hay al frente uno que la dirija al bien común, pues la multitud de por sí tiende a muchas cosas, y uno sólo a una. Por esta razón dice el Filósofo que, cuando muchas cosas se ordenan a una sola, siempre hay algo que es primero y dirige.La segunda sería el inconveniente que habría de no poner al servicio de los demás la superioridad de ciencia y justicia de que algunos estaban poseídos, pues dice la Escritura: "El don que cada uno ha recibido, póngalo al servicio de los otros". Y San Agustín dice: "Los justos no mandan por la complacencia de mandar, sino por el deber de aconsejar; así es el orden natural y así constituyó Dios al hombre"."
"Tratado del Hombre"
LIBRO DE HORAS Y HORA DE LIBROS
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