Cuando me dicen que cristianos, judíos y musulmanes creemos en el mismo Único Dios y le adoramos, respondo que no, que es imposible
Hay que decirlo todo y no irse por las ramas. El problema no es que eso sea "imposible" sino que es blasfemia. Pero el auténtico problema es que esa blasfemia está a la orden del día y la sustentó nada menos que Juan Pablo II y la sustentan ahora sus obedientisimos obispos.